El Profeta como chamán: implicaciones de una tesis

La bibliografía del nuevo islam andalusí no para de crecer. En los últimos diez años han sido publicadas por lo menos una treintena de obras de  ‘conversos’ al islam: Abderrahmán Muhammad Maanan, Hashim Cabrera, Yaratullah Monturiol, Hayy Sidi Said Ben Ayiba, Abderrahman Medina, Ibrahim Albert…

La obra que quiero comentar ahora es ‘El secreto de Muhámmad. La experiencia chamánica del profeta del Islam’ (Kairós 2006) de Abdelmumin Aya. Lo hago con  retraso, tratando de paliar el triste silencio con el cual el libro fue recepcionado en su momento. Lo hago también como pago de una deuda, con agradecimiento por lo compartido.


‘El secreto de Muhámmad’ se presenta como una comparación entre prácticas chamánicas, recogidas sobretodo a partir de la obra de Mircea Eliade, y la experiencia espiritual del Profeta Muhammad (saws). Una vez más, se trata de presentar al islam (en este caso al Profeta) de un modo radicalmente heterodoxo, romper con las imágenes falsas, edulcoradas e incluso complacientes de la tradición, y sacar a la luz aspectos perturbadores – ante los cuales los muy bien educados y civilizados musulmanes modernos se sienten perturbados, pero que forman parte del islam tradicional por derecho propio.

Aunque la comparación pueda parecer en un primer momento chocante, e incluso irritante para muchos (musulmanes y no musulmanes), Abdelmumin Aya recupera de forma rigurosa numerosos hadices que pueden ser vistos como exponenciales de un tipo de experiencia que desde la perspectiva de la historia de las religiones ha sido calificada como chamánica. Una vez realizada la comparación, lo cierto es que muchos de los acontecimientos de la vida del profeta – que son narrados como milagros o sucesos extraordinarios– quedan clarificados.

Este análisis se extiende a una serie de acontecimientos-límite, experiencias decisivas que hicieron de Muhammad el Sello de la Profecía:

– La apertura del pecho
– La forma de recibir la revelación
– La visión del fin del mundo
– El viaje nocturno
– El viaje a las regiones celestes e infernales
– La experiencia de la muerte y de la resurrección
– El ‘animismo’ del Profeta
– Prácticas de sanación y transmisión de baraka

Así, estos sucesos dejan de ser mitos o leyendas, y pasan a ser parte de la vida psíquica y espiritual de Muhámmad, sucesos reales y para nada imaginarios, que tienen lugar en el cuerpo. De ahí que Abdelmumin Aya afirme que su objetivo no es otro que el de “mostrar lo que sucedió en las propias tripas de Muhammad”.

Muhammad vivió la experiencia radical de la destrucción del mundo, de un cataclismo cósmico, sintió como las montañas estallaban, como todo lo sólido se desvanecía y era arrastrado al abismo. Experimentó un trance mediante el cual accedió a niveles de la realidad que escapan a la percepción ordinaria, y salió airoso de esa experiencia límite, para comunicar a los djunun (genios) y a los hombres un mensaje venido de su Sustentador, un conocimiento profundo de la Realidad que ha adquirido a través de esa experiencia. La revelación es la apertura y comunicación entre los mundos, y para que esta sea posible todo lo aparente ha sido destruido. La recepción de la revelación no es el encuentro con un angelito de cartón-piedra en el cielo estrellado de la metafísica, sino un desgarro apenas soportable: todo ángel es terrible. Los ángeles del islam no son esos querubines de la pintura del renacimiento, sino criaturas violentas, que empuñan espadas y matan, e incluso torturan a los muertos. Muhammad ha cargado con el peso de la revelación, una experiencia traumática que lo lleva al borde del suicidio. Ha vuelto al mundo compartido convertido en un hombre-medicina, con el poder de curar a la sociedad en la que vive y, más allá del tiempo, convertido en un Profeta, “una fuerza matricial (rahma) para la humanidad”. Muhámmad es el sanador, y su medicina es el Corán. Pero un solo sorbo de esa medicina tiene el poder de destruir todas las certezas heredadas: si descendiese sobre una montaña, la haría pedazos. De ahí que tantos musulmanes prefieran convertir la revelación en dogmas, leyes y doctrinas, como modos de encauzar y atemperar la fuerza de este abismo.

El mundo de Muhámmad no es el mundo del hombre de la era científico-técnica, se trata de un mundo mágico, altamente sugerente, fascinante, habitado por fuerzas y procesos que la razón no controla, por presencia tanto oscuras como luminosas. No se trata de un predicador, sino de un sanador, una personalidad fascinante que habla con los objetos y con los muertos, se comunica con la naturaleza, realiza exorcismos y transmite su báraka a través de la saliva.

Implicaciones de la tesis

El resultado es una visión del islam que resulta irreconocible para muchos. La tesis es atrevida, audaz, provocativa… Pero esta basada en un rastreo exhaustivo de las fuentes. Puede resultar chocante, pero los hadices están ahí, en las colecciones consideradas como canónicas por la gran mayoría de los musulmanes. Con esto, incluso aquellos que rechacen las tesis de Abdelmumin Aya, deberán admitir esa parte de la Sunna que lidia con las dimensiones ocultas de la existencia, y reconsiderar las aproximaciones meramente sociales y racionalistas, tan de moda entre aquellos intelectuales musulmanes que tratan de hacer pasar el islam por un sistema ordenado de pensamientos, operativo y eficiente, al servicio de un orden social satisfactorio para el hombre-máquina moderno. El secreto de Muhámmad opera de forma eficiente la destrucción de dicho paradigma.

Pero, además, constituye un desafío para la visión historicista de la historia de las religiones, desarrollada por la académica occidental a partir de la visión teleológica de la Iglesia Católica, con su obsesión por trazar una explicación de la historia de la evolución de la espiritualidad humana que iría desde el ‘animismo’ de los primitivos hasta la encarnación de Cristo: la triada animismo-politeísmo-monoteísmo como pasos sucesivos. También constituye un desafío a la visión orientalista, que ha querido hacer de Muhammad un hombre político, cuyo máximo mérito fuese el de crear un Estado (¡como si esto fuese algo meritorio!). Es decir: desmonta la tesis utilitarista de la revelación, como algo teleológicamente programado, y nos arroja al mundo de la experiencia interior como clave de una comprensión viva del islam.

En definitiva, se trata de poner sobre la mesa una dimensión de la experiencia profética que nos es habitualmente escamoteada. Con esto, el islam andalusí se sitúa una vez más a contracorriente, en las antípodas de los masivos intentos de racionalizar el islam, por parte del grueso de la inteligencia musulmana del mundo árabe, empeñada en hacer pasar la cosmovisión mágica de un rudo hombre del desierto que hablaba con las cosas en un sistema filosófico-moral, perfectamente ordenado y coherente con las expectativas de un hombre educado por la razón científica.

Recupera y nos obliga a prestar atención a hadices, versículos coránicos o noticias sobre el Profeta Muhámmad que chocan con una visión naive o con su vida explicada en forma triunfalista, como una “historia de la salvación”, y nos acerca a la humanidad temblorosa del Profeta, a sus vaivenes y zozobras. Baste mencionar los varios intentos de suicidio, para darnos cuenta de que el camino de la revelación no es un camino triunfal y perfectamente programado, en el cual el Profeta se limitase a actuar como mero soporte pasivo de un mensaje recibido. Más bien, la revelación constituye una conmoción que destruye todas las certezas adquiridas, nos abre a la inmensidad de una creación que no podemos controlar, que esta en perpetuo cambio, y cuyo principio y su final conviven en el presente eterno del cual huimos desesperadamente, pero al cual nos vemos abocados. Y es ese abocarse al abismo insondable de Al-lâh lo que hace de la vida del musulmán algo vertiginoso.

¿Qué sería, entonces, seguir la Sunna de Muhámmad?

Todo esto nos conduce a una última pregunta (que Abdelmumin no llega a plantear en este libro): ¿Qué sería, entonces, seguir la Sunna de Muhámmad? ¿acaso no tenemos los musulmanes como modelo de ser humano perfecto a un hombre que hablaba con los muertos? ¿podemos ser fieles a ese hombre si desterramos de nuestra vida cotidiana toda esa dimensión? ¿acaso la fidelidad a la Sunna no pasa por acceder, siquiera de un modo precario y fragmentario, a esa experiencia de la destrucción de todo lo aparente y de encuentro con Al-lâh?

Precisamente, ese es el gran secreto del islam, el gran regalo que Al-lâh nos ha dado a través de Muhámmad: una práctica de adoración que permite que los hombres ordinarios, los nadies, los cualsea, tengamos un cierto acceso a esa experiencia y a ese conocimiento, en nuestra misma cotidianidad, en medio del incendio de este mundo. Se comprende en que sentido el islam es hoy en día la gran fuerza de resistencia ante la banalización y cosificación de la existencia. Una resistencia que no pasa por ofrecer una alternativa islámica a la modernidad, que ya habría cedido a ella, sino por no negligir la dimensión experiencial (chamánica, si se quiere) de la revelación, la apertura a un mundo perturbador y primitivo. La tarea de Abdelmumin Aya, en este sentido, es encomiable.

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22 Responses to El Profeta como chamán: implicaciones de una tesis

  1. Al Amín dice:

    As Salamu Alaikum. Estimado Abdennur. Hace 5 años abracé el islam despues de 30 años de búsqueda en religiones orientales. Del islam no solo me gustó su frescura y lógica, fuera de los dogmas de la Iglesia. Me gustó su idea de umma, su idea de rendirse a un poder superior y tambien su idea de un sistema social más humano que el capitalismo feroz que nos lleva al abismo. Entiendo perfectamente la dimensión chamánica Muhamma (saws), pero ¿que poder, de forma realista se puede oponer a este salvaje capitalismo destructor, sino es el islam político? No será la democracia, que me rio yo si este bodrio pretende ser tal cosa. Y no me digas la autogestión sin estado, porque por desgracia eso me parece utópico. Yo no vislumbro más que la vuelta al islam de Medina adaptado a la próxima época post desastre capitalista. El islam es justicia social. Saludos hermano

  2. abdullah garcía espada dice:

    Salam Aleikum,
    De nuevo un gusto leerte. Comparto completamente contigo el interés por continuar un sendero en parte un poco olvidado por el propio Abdelmumin Aya, como cuando ensayaba presentando a Yibril como el Dolor. comparto también plenamente tu idea sobre los diálogos con la modernidad que deben prescindir de su lenguaje y su dinámica de oposición. Creo por mi parte que la solidez de la Revelación es suficiente para descartar completamente la seducción que ejerce el éxito y el poder y que con sumergirnos en la profundidad polisémica y alegórica del Corán tenemos tarea para rato; lo mismo hasta el Yaumi Din. Una abrazo

  3. Sal dice:

    Salam sr. Abdennur Prado:
    Acabo de leer -con suma curiosidad y algo de interés- su «recensión» ‘elogiadora’ de la obra de su amigo Abdelmumin AYA «El secreto de Muhammad». No he visto en ella ninguna crítica o puntualización de peso…Por ejemplo, se ha hablado del profeta Muhammad como «chamán» en la obra del señor Abdelmumin Aya…Me parece el colmo de los delirios, cuando ese autor piensa que está transgridiendo los cimientos de los dogmas islámicas (como si fuera una proeza singular..cuando los ‘mu’tazila’ y otros escolásticos del Islam dijeron cosas parecidas) y que pretende que las experiencias que vivió el profeta Muhammad -la paz y las bendiciones de Al-Láh sean con él- fueran compartidas por el común de los musulmanes. No se trata de ninguna experiencia mística o trance especial: son los milagros únicos e irrepetibles sobre la veracidad del mensaje profético de Sidna Muhammad..
    Lamento la ligereza y superficialidad con la que se ha tratado la «serie de acontecimientos-límite» descritos por el musulmán converso Abdelmumin Aya.

  4. Juan Miguel dice:

    Bismillah
    salam,
    querido Abdennur, una vez más te felicito por tus escritos. El libro «El secreto de Muhammad» me impactó en su día, y me sigue impactando. Fue como un dique que se rompió y me hizo ver el islam de otra manera más cercana, más desde las entrañas. Hace muchos años que me di cuenta que el tawhid no es afirmar simplemente que Allah es Uno, sino que Allah no es un otro al mundo: yo no soy «un otro» al resto de las criaturas. Por aquí creo que está el sentido de la aya coránica que dice que salvando a una persona se salva a toda la humanidad, y que matando a una persona se mata a toda la humanidad.
    Me impactó muchísimo el pasaje que relata la experiencia de la destrucción del mundo: el chamán estaba acostado, se incorporó y tuvo la visión de sangre y fuego por todas partes. Se acostó de nuevo y la visión desapareció: estaba de nuevo en su choza.
    El ser humano es Uno, como Allah. Las experiencias místicas, religiosas, espirituales, como se quieran llamar, en el fondo son las mismas. Las diferencias son sólo aparentes, de la misma manera que todas las criaturas somos aparentemente diferentes pero en el fondo somos la misma criatura.
    Por eso el Corán mismo dice que sólo es un recordatorio de todo lo anterior. Para mi el islam es la libertad, el hacer la paz. Te felicito por tu escrito «El paradigma interreligioso».
    Un abrazo, maa salama wa rahmatullahi wa barakatuhu.
    Yahya

  5. Vanessa Rivera de la Fuente dice:

    Salam Abdennur, me ha gustado el artículo, desde que me converti al islam me sorprende cada dia más la riqueza y profundidad que puede alcanzar el conocimiento. Gracias por este nuevo punto de vista.

  6. Abdulaziz dice:

    As salam aleyka

    quiero dar las gracias públicamente a Abdunnur por todos sus esfuerzis, muchos hemos reconcliado con el Islam gracias a sus textos, al-hamdulillah

  7. Asentar los 5 pilares del Islám para construir ntro. Din personal, después podemos charlar, pero…. sin pilares cómo podemos hablar de lo que se construye después de los cimientos?

    • abdennurprado dice:

      Claro, Abu Bakr, por supuesto!!

      • mohamed dice:

        gracias Abdenour prado.no puedes imaginarse hasta que punto desde tu condenación de converso no se se es correcta la palabra converso ,tus escritos tu amor al islam,los que hemos tenido la gracia de Al-lah de nacer en familias musulmanas en mi caso mi siento infinitamente inferior y tenemos que estar muy agradecido a vuestros comentarios nos salvan de la mediocridad de esta vida y nos recuerda el camino de Al-ah.
        solo pido al poder de Al-lah y baracat el nabi mohamad (S W S)
        que os siga protegiendo a aquellos que nos recuperan para el verdadero camino del islam. gracias

        Mohamad Aidoun Chaid
        ,

  8. interactive4learning dice:

    ¿Cómo se puede presentar al islam en una visión radicalmente heterodoxa y a la vez romper con las imágenes falsas? Pues yo entiendo que sólo la ortodoxia, es decir, la recta doctrina, es capaz de romper con los falsos conceptos y falsas imágenes, ¿si o no?

    Pues bien…esto es lo que pasa con la palabrería, esa necesidad de usar variedad de vocabulario para parecer transmitir algo valioso que no se posee, se contradice en el primer párrafo. Eso es de esperarse en los programas de farándula y en las universidades, pero cuando se trata de la religión verdadera, no podemos dejar pasar estas aluciónes hechas a la ligera.

    Cito el texto al que me refiero: «Una vez más, se trata de presentar al islam (en este caso al Profeta) de un modo radicalmente heterodoxo, romper con las imágenes falsas, edulcoradas e incluso complacientes de la tradición,»

    Ahora pregunto: ¿Cuáles son estas imágenes falsas, edulcoloradas e incluso complacientes DE la tradición? ¿Está diciendo que la tradición transmite falsedades??

    «Hay hombres que dicen: Creemos en Allah y en el Último Día, pero no son creyentes. (8) Pretenden engañar a Allah y a los que creen, pero sólo se engañan a sí mismos sin darse cuenta. (9) En sus corazones hay una enfermedad que Allah les acrecienta.Tendrán un doloroso castigo por lo que tacharon de mentira.

    Cito: De ahí que tantos musulmanes prefieran convertir la revelación en dogmas, leyes y doctrinas, como modos de encauzar y atemperar la fuerza de este abismo.

    ¿Está insinuando que la haqiqa no es compatible con la sharia??

    Corán 5:49 Debes decidir entre ellos según lo que Alá ha revelado. No sigas sus pasiones. ¡Guárdate de ellos, no sea que te seduzcan, desviándote de parte de lo que Alá te ha revelado! Y, si se apartan, sabe que Alá desea afligirles por algunos de sus pecados. Muchos hombres son, ciertamente, perversos.
    Corán 5:50 ¿Es una decisión a la pagana lo que desean? Y ¿quién puede decidir mejor que Alá para gente que está convencida?

    «Cuando se les dice: No corrompáis las cosas en la tierra, responden: Pero si sólo las hacemos mejores. (11) ¿Acaso no son los corruptores, aunque no se den cuenta? (12) Y cuando se les dice: Creed como han creído los hombres.Dicen: ¿Es que vamos a creer como los necios?¿No son ellos los necios sin saberlo? (13) Cuando se encuentran con los que creen, les dicen: Creemos.Pero cuando se quedan a solas con sus demonios, les dicen: La verdad es que estamos con vosotros y sólo queremos burlarnos. (14) Allah se burlará de ellos y los dejará vagar errantes fuera de los límites.»

    • abdennurprado dice:

      As salamu aleykum

      Se puede defender la heterodoxia cuando se ha instaurado una pretendida ortodoxia que se considera falsea la verdad, tratando de apropiársela para fines mundanos. El islam es radicalmente heterodoxo, pues esta contra toda cosificación de la verdad en dogmas y doctrinas. La propia pretensión de que los seres humanos puedan establecer una ortodoxia constituye shirk. Un ortodoxo es, entonces, inevitablemente, un mushrikun.

      La tradición es otra cosa. Donde hay tradición no hay ortodoxia, sino transmisión de conocimientos y experiencia interior.

      La haqiqa y la sharia son como dos raíles que permiten que el tren avance. La una sin la otra carecen de sentido.

      Yo también sé citar versículos coránicos (aunque creo que no es muy sana esta costumbre de arrojarse versículos del Libro de Al-lâh, como si fueran piedras):

      «Y la mayoría de ellos nunca usa su razón; pues cuando se les dice: «Venid a lo que Dios ha hecho descender, y al Enviado» ‑-responden: «Nos basta con lo que hemos hallado que creían y hacían nuestros antepasados.» ¡Vaya! ¿Y si sus antepasados no sa­bían nada y carecían de toda guía? (5: 103-104)

      «Y así, la parábola de aquellos que se empeñan en negar la verdad es la de una bestia que al oír el grito del pastor no percibe sino el sonido de una voz y una llamada. Son sordos, mudos y ciegos: porque no usan su razón.» (Corán 2: 171)

  9. interactive4learning dice:

    Si usted considera que una forma de pensar o un tipo de interpretación falsea la verdad, entonces no debería llamarla ortodoxa, pues si alteramos el significado de las palabras, no hay comunicación posible. Sé que existe una tendencia de darle a las palabras nuevos significados, incluso contrarios al original, pero es un precepto islámico el hablar con claridad. Cualquier ingenuo creería que en sus escritos hay un rechazo a la interpretación tradicional del islam.

    Abdel Wahid Yahia (René Guenón) explicó que cualquiera que se considere verdaderamente tradicional, es decir conforme a la revelación divina, debe ser por principio antimoderno, y no debiera importarnos la opinión de la gran mayoria.

    Si existe un intento por adaptar islam a nuestros tiempos, eso está bien, hasta cierto punto, pero me temo que aquí pasa lo mismo que en la iglesia católica actual descrita en el apocalipsis.

    «la democratización del conocimiento religioso» «Una teología islámica de la liberación», «un islam progresista» y «un feminismo islámico»
    Son postulados que Abdel Wahid Yahia tachó rotundamente como ANTITRADICIONALES,
    ¿Piensa que la interpretación de Abdel Wahid Yahia es sólo una pretendida ortodoxia que falsea la verdad? …

    «El primer origen de este estado de cosas se remonta al comienzo mismo de la época moderna, donde el espíritu antitradicional se manifestó inmediatamente por la proclamación del «libre examen», es decir, de la ausencia, en el orden doctrinal, de todo principio superior a las opiniones individuales»

    «(…)esto debería llevar a la reflexión a los que se imaginan que Occidente ha otorgado a la mujer un sitial privilegiado que no ha sido jamás logrado en ninguna otra civilización. Tal vez sea verdad en ciertos aspectos, pero especialmente en el sentido de que Occidente, en los tiempos modernos, la sustrajo de su papel normal permitiéndole acceder a funciones que deberían pertenecer exclusivamente al hombre, de manera que estamos aquí en presencia de otro caso particular del desorden de nuestra época»

    Ciertamente, «el Progreso» y «la Civilización», con mayúsculas pueden hacer un excelente efecto en algunas frases tan huecas como declamatorias, muy propias para impresionar a las masas para quienes la palabra sirve menos para expresar el pensamiento que para suplir su ausencia; a este título, eso juega un papel de los más importantes en el arsenal de fórmulas de las que los «dirigentes» contemporáneos se sirven para llevar a cabo la singular obra de sugestión colectiva sin la que la mentalidad específicamente moderna no podría subsistir mucho tiempo.

    El argumento más decisivo contra la «democracia» se resume en pocas palabras: lo superior no puede emanar de lo inferior, porque lo «más» no puede salir de lo «menos»; eso es de un rigor matemático absoluto, contra el cual no podría prevalecer nada.

    Es muy evidente que el pueblo no puede conferir un poder que él mismo no posee; el poder verdadero no puede venir más que de lo alto, y es por lo que, lo decimos de pasada, no puede ser legitimado sino por la sanción de algo superior al orden social, es decir, de una autoridad espiritual; si la cosa es de un modo diferente, entonces no es más que una falsificación de poder, un estado de hecho que es injustificable por falta de principio, y donde no puede haber más que desorden y confusión.

    Dicho esto, nos es menester todavía insistir sobre una consecuencia inmediata de la idea «democrática», que es la negación de la élite entendida en su única acepción legítima; no es en vano que «democracia» se opone a «aristocracia», puesto que esta última palabra designa precisamente, al menos cuando se toma en su sentido etimológico, el poder de la élite

    • abdennurprado dice:

      Gracias por el comentario

      El debate que planteas es apasionante, difícil de solventar en un post. A bote pronto:

      1) Respeto a Guenon, pero no considero que tenga mucho que ver con el «islam tradicional». Lo veo como un hombre que se rebeló contra la degradación de la modernidad. ¡Lo cual es muy moderno, ciertamente! Lo que le reprocharía es haber reificado el concepto de «tradición», convirtiéndolo en un fundamento metafísico. En este sentido, Guenon puede ser visto como ese intento de adaptar el islam a los tiempos modernos. Al final, queda como un producto más de la modernidad occidental. Si quieres una crítica profunda de la modernidad, que entronca de forma intempestiva con el mensaje del Corán, te recomiendo a Heidegger. (Por cierto: ¿cuando he defendido yo la idea de progreso? Puedo citarte un montón de escritos en las cuales la ataco).

      2) Cuando introducimos los conceptos de «tradición» y de «ortodoxia», salta a la vista que estamos muy lejos de la cosmovisión coránica. Desafío: ¿cómo se traducen estas palabras en árabe? ¿En que versículo coránico o dicho del profeta (saaws) son mencionadas? La palabra tradición es traducida como taqlid: la imitación ciega de los antepasados, algo duramente condenado en el Corán.

      3) Sobre el concepto de ortodoxia, lo considero genealogicamente (a la manera de Nietzsche y de Foucault) . Toda orto-doxia nace en relación con el poder. Es de hecho algo derivado: sin un poder central no hay ortodoxia. Es el binomio saber-poder lo que conduce a la idolatría: la cosificación de la experiencia interior en un discurso (en una doxia) al servicio del poder. Como decía Ortega, la ortodoxia se manifiesta en dogmas y doctrinas, y la heterodoxia en ideas. Toda ortodoxia es una creencia que en un momento anterior surgió como una heterodoxia frente a la ortodoxia dominante. Cuando es absorbida por el poder, se convierte en ortodoxia… Es algo que se repite una y otra vez… Para salir de este círculo vicioso, desde la mística surje la noción de para-doja, como destrucción de las idolatrías de la mente. Y así es como he concebido el «feminismo islámico»: como una paradoja para la ortodoxia dominante. Un proceso desidolatrizador, en este caso de ese ídolo que llamamos patraircado: la asociación de Al-lâh con el principio masculino.

      4) Sobre la democracia: no confundas el islam con el fascismo de los Eliade y Evola de turno! Una enseñanza básica del islam es el tawhid: la unicidad de todo lo creado, el principio igualitario por excelencia. Por supuesto que el Poder emana de lo alto. De lo cual se deduce que cualquiera que pretenda controlar o poseer dicho poder está cometiendo idolatría. La jaula wa la quata illa billahi. Eso dice el Corán, de todas las maneras posibles: con lenguaje esotérico y exotérico, mediante símbolos y mediante alegorías… De hecho: «los creyentes son aquellos que tienen como norma consultarse entre sí.». Es el principio coránico de la shura, la asamblea, que queda completado con el principio de la búsqueda del consenso, el principio democrático por excelencia (mucho más que esa pantomima de las elecciones generales, a las cuales solo pueden presentarse los partidos condonados por el poder y el capital). El islam es anti-jerárquico.

      releo y casi me avergüenza tratar estos temas de forma tan ligera… lo cierto es que internet no da mucho de sí…

      Pero Al-lâh sabe más

      Y Al-lâh sabe más.

  10. interactive4learning dice:

    En castellano la etimología es el sentido verdadero de una palabra, por eso Guénon se esmeró en aclarar todos los conceptos conforme a su etimología, como buen musulmán explicaba las cosas con claridad, y con la verdad. Hermano, sinceramente espero que su confusión no sea algo incurable.

    Al mayor defensor de la tradición, al musulmán que hizo la critica más completa, certera y rotunda contra la modernidad, quien dijo literalmente que la modernidad era una «monstruosidad»… No podemos considerarlo «muy moderno», ni menos como «un producto más de la modernidad occidental»

    René Guenón definió la tradición (de tradere) básicamente como aquello que se transmite y además tiene un origen divino… Por ende un fundamento (principio) metafísico (que no está confinado dentro de los limites del mundo físico)

    Ortodoxia no es cualquier cosa que se logra imponer, o la creencia de turno. El «sentido verdadero» de la palabra ortodoxia es: recta doctrina o recta enseñanza: no desviada, ni torcida, ni confusa, ni contradictoria (esto ultimo vendría a ser la heterodoxia).

    Dice: «El islam es anti-jerárquico», Bueno, jerarquía viene de hiero que significa sagrado (igual que hieratico) y archia que significa poder o gobierno. Jerarquia significa más o menos: poder/gobierno divino/sagrado

    La autoridad del profeta y del Coran es divina, asi como la sharia
    el islam es la sumision a Dios, el gobierno de Dios…

    Y no todos pueden representar igualmente este gobierno, ¿acaso son iguales el ciego al que ve?

    • abdennurprado dice:

      Simplemente, no tenemos las mismas ideas, al-hamdulil-lâh.

      Para mi, la simple pretensión de que existe un «sentido verdadero» de una palabra es discutible. Y que este pueda ser alcanzado mediante la etimología, es puro esencialismo.

      La propia noción de «lo sagrado» es completamente ajena a la cosmovisión coránica, tanto si la estudiamos genealógica como etimologicamente.

      Tampoco nos entenderíamos sobre el sentido de la palabra «metafísica».

      No vale la pena pelearse por el sentido de las palabras, yo me quedo con la revelación coránica como experiencia, y no reconozco ninguna autoridad externa a la experiencia.

      saludos

  11. interactive4learning dice:

    Yo no sé qué entiende por «sagrado», o qué significado le da a esta palabra (nueva para mi) «esencialismo»,
    ¿cómo pretende comunicarse con otro ser humano usando el lenguaje a su antojo? ¿No es un poco pasar a llevar al otro?

    Entre los romanos, la palabra «sacro» designaba una categoría especial para los objetos dedicados al culto. Luego se habla de textos sagrados, de objetos y lugares sagrados, naturalmente porque se les consideraba dedicados al culto.

    Cuando usted dice Al-hamdulillah, está significando que toda la alabanza es para Allah, como el Corán dice que toda la creación alaba a Allah así como todas las criaturas alaban y glorifican a Allah…

    Decir que esta es una cosmovisión SAGRADA, me parece lo más acorde y sensato.

    Decir que «la noción de “lo sagrado” es completamente ajena a la cosmovisión coránica»…

    Dijo el Profeta (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él):

    «-La religión es lealtad. Dijimos, ¿a quién?. Dijo: a Dios, a su Libro, a su Mensajero, a los lideres de los musulmanes y a su gente».

    «No cree uno de vosotros hasta que sus inclinaciones sean acordes a lo que he traído».

    Y el Corán:

    «¿Habrá alguien más extraviado que quien sigue sus inclinaciones, sin guía alguna de Dios? Por cierto que no ilumina a los inicuos.»

    • abdennurprado dice:

      La noción de «lo sagrado» es compleja. No considero apropiado trasladar la fractura sagrado-profano a una cosmovisión unitaria como es la islámica. El problema es precisamente ese acto de separar algo del mundo profano y sacralizarlo, mediante un rito (mentalidad sacerdotal). La noción de lo sagrado alude a lo sacrificial, al sacramento… a todo un complejo simbólico difícilmente aplicable al islam. Etimológicamente, el sacramento era el juramento de entrega a los dioses que realizaba un soldado romano. A partir de ese juramento, su vida quedaba con-sagrada. También hay la cuestión del «homo sacer», que no puedo resumir en una línea. Y la cuestión del sacrificio, de la mentalidad sacrificial. Es un acto irreflexivo (o simplemente pereza mental) el aplicar este concepto al islam.

      Pero no hay problema. Simplemente, no estamos de acuerdo. Al-hamdulil-lâh, no pasa nada: aprende a respetar las diferencias y a no acusar de desviados a los que no se adapten a tu visión de las cosas. Es un consejo.

      Que Al-lâh te bendiga, as salamu aleykum

  12. interactive4learning dice:

    ¿Quien ha hablado de fractura sagrado-profana? No solamente usted es confuso para expresarse, sino que además es confuso para leer a otro, y me temo que lo haga deliberadamente.
    El punto de vista profano no es nada más que un punto de vista falso e ilegitimo, y obviamente no tiene cabida en el Corán. Simplemente le dije que la visión islámica o coránica del universo es una visión sagrada: totalmente sagrada.
    Aquí no hay debate sobre ningún tema, tampoco he expresado una creencia personal, solamente hago ver la diferencia entre un lenguaje claro y uno confuso.

    Salam alaykum

  13. abderrahman dice:

    Volviendo al debate del Profeta como chamán, habría que preguntarse también si la experiencia de Jesús, el Buda, Zoroastro y otros fundadores de las grandes religiones cuadra con lo que se define como experiencia chamánica. Por otro lado, ¿debemos distinguir entre experiencia chamánica y experiencia espiritual, como hacen Ken Wilber y otros representantes de la psicología integral? ¿O acaso estamos ante un totum revolutum donde todo es más o menos lo mismo? ¿Es posible distinguir entre experiencias pre-personales y trans-personales de la realidad? Y, en ese caso, ¿dónde encuadraríamos las vivencias del Profeta?

  14. jose m: bautista dice:

    ole ,gente del corazon….las palabras nos pierden, la «formula » es : Dios ,el Tao , Allah,….es AMOR …El Amor es Allah,Dios,Tao…en India se conceptua asi «Dios somos cada uno de nosotros jugando al escondite consigo mismo» El Amor es lo que unifica recuerda el sepelio de Rumi ,como su amigo el obispo catolico lo admiraba …o sor teresa de calcuta como de admirada por lideres religiosos….Os envio un cariñoso saludo (conoci a Vicente Haya en alonso el sabio ..yo recibia arabe del meillense Manaam ,,.saludos afectuosos pa los dos y pa ti Prado….con afecto ,J.manuel

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