Para que pueda existir una experiencia interior del Corán, el Corán debe ser considerado como interior al ser humano. En términos tradicionales, diríamos que el Corán está inscrito en el corazón de las criaturas in illo tempore –el Corán manifiesto no es sino un recordatorio de aquello que albergan nuestros corazones. El Corán es un instrumento capaz de conectarnos con un conocimiento innato, anterior a nuestro nacimiento y por tanto anterior a nuestro ego. ¿Cómo podría por tanto nuestro ego actual pretender dominar el texto del Corán mediante un saber que él mismo ha dilucidado, que pertenece a lo creado?
Nada más contrario a la experiencia interior que el dogmatismo. Mientras la revelación remite lo sabido a lo desconocido, la teología invierte el proceso y remite lo desconocido a lo sabido. El mandato de pensar el Corán no puede realizarse a costa del Corán, de reducirlo a una serie de explicaciones satisfactorias. Pensar no es lo mismo que racionalizar, ni que dogmatizar, ni que reducir sus contenidos a un esquema administrable. La religión deviene entonces la instancia mediadora, que permite reducir todos los elementos heterogéneos y las palpitaciones incontroladas de lo imaginario, exorcizando así la magia, las donaciones inesperadas de sentido. La mediación ejercida por la religión evita así que el Corán nos rompa, nos impide hacer la experiencia de la revelación por nosotros mismos, acota esta experiencia de modo que no se escape de los limites que la religión ha establecido.
Lo que nos impide realizar la experiencia interior del Corán es la teología dogmática – el islam reducido a un conjunto de preceptos y de normas firmemente establecidas. Por eso estamos dominados por un espíritu de destrucción: todo ángel es terrible. Tras la conquista de la Meka, el Profeta entró en la ka’ba y derribó uno tras otros todos los ídolos que sus antepasados y paisanos habían ido acumulando. Los puso cara a cara de nuevo con el vacío interior en el cual Al-lâh se manifiesta. No hay experiencia interior sin lucha contra la idolatría –y esta no es más que el falseamiento de la vida.
Para el Profeta, la experiencia del Corán fue una experiencia extrema. Los sahaba fueron testigos inmediatos de esa experiencia, del momento en el cual el Profeta supera el primer choque y acepta su misión, su condición de Mensajero. Nuestra experiencia del Corán es, no lo pongo en duda, una experiencia diferida. Inevitablemente, contemplamos el Corán como un documento de cultura, cargado de una historicidad que lo hace venerable. Para sus receptores inmediatos, el Corán era algo actual, con lo que esto significa. Ni siquiera poseían ejemplares del Corán: estaba en el aire, podían respirarlo.
En su ensayo sobre Las afinidades electivas, de Goethe, Walter Benjamin habla de dos dimensiones de toda obra: su contenido fáctico y su contenido de verdad. En el momento de la producción de la obra, ambos contenidos son inseparables, pero tienden a alejarse con el paso del tiempo, quedando la obra en cierto modo como un documento histórico (y por ello mismo se reviste de una determinada autoridad en cuanto a documento). A partir de esta constatación, Benjamin contrapone dos opciones: la actitud crítica sería aquella que buscaría el contenido de verdad de la obra, mientras el comentarista se centraría en destacar su contenido fáctico.
“Si se compara la obra desplegándose en la historia con una hoguera, el comentarista esta frente a ella como un químico, el crítico como un alquimista. Si para el primero la madera y las cenizas son los únicos objetos del análisis, para el segundo sólo la llama custodia un enigma: el de la vida. Así el crítico busca la verdad, cuya viva llama continúa ardiendo sobre los pesados leños del pasado y sobre las livianas cenizas de lo vivido”.
La mirada crítica no es la mirada teórica, no anima necesariamente a ver el Corán en términos de su coherencia interna, de su sentido unívoco. La crítica nos conduce al interior del Corán, a penetrar de forma minuciosa cada uno de sus signos, teniendo en cuenta su plasticidad, rescatando la multiplicidad de sentido, abriendo nuevas posibilidades. Toma en serio la literalidad del texto, como un océano infinito.
La crítica (la mediación del intelecto separado) es el medio de acabar con la idolatría del Corán. Aquí hay que tener cuidado. No se trata de depreciación, sino todo lo contrario. Pero este juicio es inseparable de los valores de los que se parte. He leído comentarios del Corán pretendidamente elogiosos que me han herido como insultos, como una muestra del desprecio de los hombres hacia el carácter revelado del Corán. Existe un discurso religioso que cosifica el Corán y lo hace suyo. Bajo una apariencia piadosa, se trata de reducirlo a un paradigma en el cual pueda ser usado, manejado, clasificado, teorizado, dominado. Se trata de convertir el Corán en fundamento del poder y del saber.
Para nosotros el Corán no puede ser nunca el fundamento de ninguna religión ni de ningún Estado, sino de una experiencia – y es esta experiencia lo que nos conduce a adoptar los valores que el Corán contiene. En primer lugar: vivir en apertura constante a la revelación que Al-lâh opera sobre el mundo. Esto es lo más próximo, desde la óptica coránica, a aceptar el Corán como una guía.
La experiencia interior se opone, de forma tan ardiente como inevitable, a la lectura religiosa del Corán. Las palabras son: intensidad, preludio, caos, transparencia, comunicación, combate… ¿Se trata de una elección personal, de un mero capricho, de un juego de palabras? En cualquier caso, los adjetivos y consideraciones de la lectura teológica contrastan con los de la experiencia interior – su intencionalidad es otra. Ambos se remiten al Corán, pero su aproximación al mismo es radicalmente opuesta, hasta el punto de que, si quitásemos las referencias explícitas al Corán y las sustituyésemos por una x, un lector exterior daría por hecho que se refieren a algo diferente. Y así es: el teólogo se refiere al Corán en tanto a texto en el cual Dios ha depositado un saber que el teólogo ordena y clasifica. Frente a este, la lectura vivencial no tiene nada que ofrecer – tan solo un balbuceo. Reconoce su impotencia, se retira asustada, aplastada por tantas certezas exteriores. El teólogo es el creyente adulto. El otro es infantil, inmaduro, incapaz de salirse de si mismo, incapaz de separarse de la madre, no destetado, apegado a sus propias sensaciones, pegado a la revelación como la piel se pega sobre el hueso, mezclado y confundido, abrumado e incapaz de ofrecer una mirada de conjunto. Se sumerge en el Corán, no logra dominarlo.
El Corán de la experiencia interior no es el mismo que el de la teología. No es lo mismo abrasarse en la llama que fijarse en los troncos y cenizas.
Salam,
Leyendo este artículo, hemos recordado(una amiga a quien he recomendado tu blog,( me lo ha enviado, pues a ella le ha llamadomucho laatención, y me hizo recordar algo que le comenté en sumomento, que quiero compartir)
Hace tiempo hice un viaje digamosa nivel interno a un lugar donde, estuve conmujeres de variados países, todasmusulmanas.
Recuerdo habían unas pakistanís, recitaban el coran, era bello escuchar, alguien que por allí estaba, decia sentiruna guíaen el interior que le hacia acercarse y tocar a estaspakistanís cuando recitaban, ella decía notal fuego, que le quemaba, cuando recitaban, hubo otra de ellas que recitaba usando una cuchara como transmisor, y durante 1o dias esta amablepakistaní le recitaba el coran, era hermoso verla pues decia notar como el fuego corría por su vena yugular, allí junto a ellas esta chica veía angeles y algunos tocaban suave musica con una lira…ella decia estar asombrada, pero erael corán, la Luz de Allah
Todo esto consu trabajo meditativo que hacia etc….pues le abrió muchas puertas de otros planos, no hace mucho coincidimos, pues ambas vamos, con losmismos movimientos, y decía que El coran que está aprendiendo a recitar, a ella le abre muchas percepciones del conocimiento de Allah, dice que según losmomentos acude una paloma blanca hermosa, la cual le enseña a ver en la frente de la gente la Luz de allah, dice que ve como si fueran marionetas, y esto a ella le permite no identificarse con el que tiene frente a él , la mas o menos conexión, que lapersonatiene, incluso hablarle desde el más profundo amor,pues dice que esas palabras son aliento de Luz no es ella, y que éste seimpregnaen quien lasrecibe,,lleva siempre unCorán pequeño y siente como la Luz que le guía,
es interesante escucharla, pues dice que escomo veruna obra deteatro con marionetas,, y todo esto desde que se ha impuesto escuchar el coran todos los días, pues dice que en algún momentocuando va adormir escucha recitar el Corán, incluso habla que cuando reza hay algo dentro de ella que habla como si fueran símbolos
todo con la lectura del corán, ella dice que la Luz de allah es quien le da sentido significación interna al momento presente.
Por esto me he permitido extenderme en ello
Me encanta, pues todo lo que expresa es coherente, es luchadora como tu Abdenur prado, pues en un lugar donde estuvo, esa guía le enseña, donde hay mentes que sólo quieren manejar, hablan de dios, cuando todo lo que buscan es irritar, tener razón, poder o venderse….,pues al ir así creyendo estar con gente bien de espiritu, envidiaron, y empezaron a atacarla de muy variadas formas pero pobrecitos en su oscurecimiento, en su falta de amplitud de Luz , creen ganar batallas, comoen lasguerras santas, cuando alguien se erige con amor alCoran y lo quiere representar es Paz, todo el tiempo, … ganar batallas…cuales, si elmejor de losmusulmanes no saca arma alguna………., ella dice que gracias a la comprensión del coran, los ve como titeres peleando(como con los politicos, guerras), y que todo ese asunto ya es de Allah.
Y esto Abdenur prado sabes que existe, en ordenes, donde lamujer no puede destacar
El Coran, podemos interpretarlo, cuando interiormente nos dispongamosa ello, perocon pureza de intención, recuerdo queen tres ocasiones, quesemencionó aMohammad, s.w.a.s, dice que se olían a perfúmenes dulces y embriagadores, y claro diceesto no secambiapor lamásmínima polémica, o poder de una orden u otra.
Gracias por permitirme compartir estas mis palabras, que salen de un corazón enamorado de allah
creo que se puede entender entre lineas, pero ante quien no parece ver el sentido de mis palabras, creo que está claro que hablamos de los egos que son titeres, pues la Luz quiere manifestarse, pero el ego en su rol coex que le hace tropezar en la misma piedra, aquellos con fijación el hombre dirije, el hombre la mejor comida, el hombre se sienta las señiritas al alado, e este rol machista es al que me refiero., esto es ser un titere, el que se esconde…esto es vivir lo ireal, esto es es l teatro, con el cual no debemos identificarnos
Y cuando hablamos del hombre y la mujer es siempre el mismo rol
Si somos tan obedientes de Mohammad. s.w.a.s que queremos imitar era galante, defendia a las mujeres, nunca separo a las mujeres de los hombres nunca levantó a un hombre para bajar a una mujer pues quien hace esto perdonen no es ser, no es hombre es indigno, es así…..
Y si es una vergúenza que en estos tiempos tengamos que dar vueltas en esto, explicarnos nosotros—–
Es creernos más que allah
Y si compadezcamonos de los pobres infelices que hacen esto, no son felices de verdad, tienen miedo.
bendiciones
Vivamos y dejamos vivir
…………………Esta herencia venerable comprende, como acabamos de decir, la concepción
embriológica de los minerales. Resulta curioso observar cómo tradiciones tan
numerosas como dispersas en el espacio demuestran la creencia en una finalidad de la
Naturaleza. Si nada entorpece el proceso de gestación, todos los minerales se
convierten con el paso del tiempo en oro. «Si no se produjesen impedimentos desde el
exterior que estorban la ejecución de sus designios —escribía un alquimista
occidental—, la Naturaleza acabaría siempre todas sus producciones (…). Por eso es
por lo que debemos considerar el nacimiento de los metales imperfectos lo mismo
que el de los Monstruos y los Abortos, que sólo llega porque la Naturaleza es desviada
de sus actos y encuentra una resistencia que le ata las manos y también obstáculos que
le impiden obrar tan regularmente como acostumbra (…). De ahí viene que, aunque su
voluntad sea producir un solo metal, se vea, sin embargo, obligada a hacer otros
muchos.» Pero, no obstante, tan sólo el oro es «el Hijo de sus deseos». El oro es «su hijo
legítimo, porque sólo el oro constituye su legítima producción»18. La creencia en la
metamorfosis natural de los metales es también bastante antigua en China, y puede
asimismo hallarse en Anam, India e Insulindia. Los campesinos del Tonkín dicen: «El
bronce negro es la madre del oro.» El oro es, pues, naturalmente, engendrado por el
bronce. Pero esta transmutación no puede efectuarse más que si el bronce ha morado
largo tiempo en el seno de la tierra. «Así, los Annamitas están convencidos de que el
oro hallado en las minas se ha ido formando lentamente en tales sitios, en el transcurso
de los siglos, y de que si se hubiera perforado el suelo en sus orígenes se habría
encontrado bronce en lugar de oro en el sitio donde hoy se halla el oro» 18. La idea de
una metamorfosis precipitada de los metales en China ya es atestiguada por un texto del
año 122 a. de J. C, el Huai-nan-tzu 19. La alquimia no hacía sino acelerar el crecimiento
de los metales; como su colega occidental, el alquimista chino contribuye a la obra de la
Naturaleza, precipitando el ritmo del Tiempo. Todos los minerales, dejados en reposo
en sus matrices ctónicas, habrían acabado por convertirse en oro, pero después de
centenares o millares de siglos. Así como el metalúrgico transforma los «embriones»
(minerales) en metales, acelerando el crecimiento comenzado en la Madre Tierra, el
alquimista sueña con prolongar esta aceleración, coronándola con la transmutación final
de todos los metales «ordinarios» en el metal «noble», que es el oro.
En la Summa Perfectionis, una obra alquímica del siglo xiv20, puede leerse que
«lo que la Naturaleza no puede perfeccionar en un largo espacio de tiempo, nosotros lo
acabamos en breve lapso, con nuestro arte». La misma idea queda claramente expuesta
por Ben Johnson en su obra El Alquimista (acto II, escena II). Uno de los personajes,
Surly, vacila en compartir la opinión alquímica según la cual el crecimiento de los
minerales sería comparable a la embriología animal, y según la cual, a imagen del
polluelo que sale del huevo, cualquier metal acabaría por convertirse en oro gracias a la
lenta maduración que se opera en las entrañas de la tierra. Porque, dice Surly, «el huevo
está ordenado a tal fin por la Naturaleza, y en él existe un pollo in potentia». Y Subtle,
otro personaje, aclara: «Lo mismo decimos del plomo y otros metales, que serían oro si
se les diese tiempo para ello.» Otro de los personajes, Mammón, agrega a su vez: «Y
eso es lo que nuestro Arte realiza.» 21
La «nobleza» del oro es, por tanto, fruto de su «madurez»; los otros metales son
«comunes» por estar «crudos», no «maduros». Así, si se quiere, la finalidad de la
Naturaleza es el acabado perfecto del reino mineral, su última maduración. La
transmutación «natural» de los metales en oro está inscrita en su propio destino. En
otros términos, la Naturaleza tiende a la perfección. Pero, partiendo del hecho de que el Oro es portador de un simbolismo altamente espiritual («el oro, dicen los textos indios,
representa la inmortalidad»22), es evidente que una nueva idea elaborada por ciertas
especulaciones al-químico-soteriológicas sale a la luz: la del alquimista como salvador
fraterno de la Naturaleza, a la que ayuda a cumplir su finalidad, a alcanzar su «ideal»,
que es la conclusión de su progenie —mineral, animal o humana—, llegando a la
suprema «madurez», es decir, a la inmortalidad y la libertad absolutas (toda vez que el
oro es símbolo de la soberanía y la independencia).
Estas especulaciones soteriológicas abundan en la literatura alquímica
occidental, y C. G. Jung ha demostrado magníficamente su importancia y amplitud. Por
cuanto a nosotros se refiere, preferimos insistir sobre la extrema antigüedad de las
premisas de esta soteriología alquímica. La imagen de la Madre Tierra, preñada de toda
suerte de embriones, ha precedido a la de la Naturaleza, como había precedido a la de la
Sophia. Importa, por tanto, volver sobre este simbolismo, sumamente antiguo, en el cual
la tierra era asimilada al Vientre de la Madre, las minas a su matriz y los minerales a los
«embriones». De aquí depende toda una serie de ritos mineros y metalúrgicos
Ritos y misterios metalúrgicos
No se descubre fácilmente una nueva mina o un nuevo filón: corresponde a los dioses y
a los seres divinos el revelar sus emplazamientos o enseñar a los humanos la explotación
de su contenido. Estas creencias se han mantenido en Europa hasta un pasado
bastante reciente. El viajero griego Nucius Nicandro, que visitó Lieja en el siglo xvi,
nos cuenta la leyenda del descubrimiento de las minas de carbón del norte de Francia y
Bélgica: un ángel se apareció bajo la forma de un anciano venerable, y mostró la boca
de una galería a un herrero que hasta entonces había venido empleando leña para su
horno. En el Fi-nisterre se cuenta que fue un hada (groac’k) la que reveló a los hombres
la existencia de plomo argentífero. Y fue San Peran, santo patrono de las minas, quien
descubrió la fusión de los metales’. No vamos a insistir sobre el trasfondo mitológico
asimilado y revalorizado en la hagiografía de San Peran.
En otras tradiciones es también un semidiós o un héroe civilizador, mensajero de
Dios, el que figura en el origen de los trabajos de las minas y de la metalurgia. Así
aparece claramente en la leyenda china de Yu el Grande, «el perforador de las
montañas». Yu fue «un minero afortunado que saneó la Tierra en vez de apestarla.
Conocía los ritos del Oficio»2. No haremos hincapié en el rico folklore minero, aún vivo
en Europa, en los seres misteriosos, como el «maestre Hoemmerling», conocido
también por el nombre de «Monje de la Montaña» o de la «Dama Blanca», cuya
aparición anuncia los desprendimientos, ni en los incontables genios, fantasmas o
espíritus subterráeos3.
Bastará con recordar que la apertura de una mina o la construcción de un horno
son operaciones rituales, en las que frecuentemente se manifiesta un asombroso arcaísmo.
Los ritos mineros se mantuvieron en Europa hasta fines de la Edad Media. Así,
la apertura de una nueva mina implicaba ceremonias religiosas (Sébillot, op, cit., p.
421). Pero es en otras partes donde habremos de buscar para poder juzgar la antigüedad
y complejidad de estas tradiciones. Porque la articulación de los ritos, su fin, la
ideología que implican, difieren de un nivel cultural a otro. En primer término,
advertimos la voluntad de apaciguar a los espíritus protectores o habitantes de la mina.
«El minero malayo —escribe A. Hale— tiene ideas particulares sobre el estaño y sus
propiedades: ante todo, cree que el estaño se encuentra bajo la protección y a las
órdenes de ciertos espíritus a los que estima conveniente apaciguar; cree igualmente que
el estaño está vivo y posee muchas propiedades de la materia viva, como, por ejemplo,
la de trasladarse de un sitio a otro; puede reproducirse, y sostiene antipatías o, por el
contrario, afinidades especiales con ciertas personas y ciertas cosas. Por consiguiente, se
recomienda tratar el mineral de estaño con cierto respeto; tener en cuenta su comodidad,
y, lo que es quizá más curioso todavía, dirigir los trabajos de la explotación de la mina
de modo tal que el estaño pueda ser obtenido como sin que lo advierta.»4
Subrayemos, de paso, el comportamiento «animal» del mineral: está vivo, se
mueve a voluntad, se oculta, muestra simpatía o antipatía hacia los humanos, conducta
que no deja de parecerse a la de la pieza para con el cazador. Aun cuando el islamismo
se haya extendido grandemente por Malasia, esta religión «extranjera» se manifiesta impotente
para asegurar el éxito de las explotaciones mineras. Porque son las antiguas
divinidades las que cuidan de las minas, y ellas son quienes disponen de los minerales.
Así, pues, es absolutamente necesario recurrir a la avuda de un pawang o sacerdote de
la vieja religión, suplantada por el islamismo. Se acude, pues, al pawang, o incluso a
veces a un chaman sakai (es decir, perteneciente a la población más antigua premalaya),
para dirigir las ceremonias mineras. Estos pawang, por ser quienes conservan
las tradiciones religiosas más arcaicas, son capaces de apaciguar a los dioses guardianes
del mineral y de conciliarse con los espíritus que pueblan las minas 5. Su ayuda es
indispensable, sobre todo cuando se trata de minerales auríferos (que, con los de estaño,
constituyen las principales riquezas mineras de Malasia). Los obreros musulmanes
deben guardarse muy bien de dejar entrever su religión por signos externos u oraciones.
«Se supone que el oro está bajo la jurisdicción y en posesión de un dewa o dios, y su
búsqueda es, por consiguiente, impía, y así los mineros deben conciliarse con el dewa
mediante plegarias y ofrendas, poniendo gran cuidado de no pronunciar el nombre de
Alá ni practicar actos del culto islámico. Toda proclamación de la soberanía de Alá
ofende al dewa, quien inmediatamente «oculta el oro o lo hace invisible.» 6 Es un
fenómeno muy conocido en la historia de las religiones esta tensión entre las creencias
importadas y la religión del territorio. Como en todo el mundo, los «dueños del lugar»
se dejan sentir en Malasia en los cultos relacionados con la Tierra. Los tesoros de ésta
—sus obras, sus «hijos»— pertenecen a los autóctonos, y sólo su religión les permite
aproximarse a ellos.
En África, entre los bayeka, en el momento de abrir una nueva galería, el jefe,
rodeado de un cierto número de obreros y acompañado de un sacerdote, recita una
oración a los «espíritus del cobre» ancestrales que rigen la mina. Siempre es el jefe el
que decide dónde se debe comenzar a perforar para no molestar ni irritar a los espíritus
de la montaña. Igualmente los bakitara tienen que apaciguar a los espíritus, «dueños del
lugar», y durante los trabajos han de observar numerosos tabúes, sobre todo sexuales7.
La pureza ritual desempeña un papel considerable. Los aborígenes de Haití estiman que
para encontrar oro hay que ser casto y sólo comienza la búsqueda del mineral tras largos
ayunos y varios días de abstinencia sexual. Están convencidos de que si la búsqueda
resulta vana, es a consecuencia de su impureza8. Luego veremos la importancia de los
tabúes sexuales durante los trabajos de la fusión del metal.
Así, por ejemplo, en los mineros comprobamos ritos que implican estado de
pureza, ayuno, meditación, oración y actos de culto. Todas estas condiciones están determinadas
por la naturaleza de la operación que se va a efectuar. Se trata de
introducirse en una zona reputada como sagrada e inviolable; se perturba la vida subterránea
y los espíritus que la rigen; se entra en contacto con una sacralidad que no
pertenece al universo religioso familiar, sacralidad más profunda y también más peligrosa.
Se experimenta la sensación de aventurarse en un terreno que no pertenece al
hombre por derecho, siéndole enteramente ajeno ese mundo subterráneo, con sus misterios
de la lenta maduración mineralógica que se desarrolla en las entrañas de la Madre
Tierra. Se experimenta, sobre todo, la sensación de inmiscuirse en un orden natural
regido por una ley superior, de intervenir en un proceso secreto y sacro. Así, se toman
todas las precauciones indispensables a los ritos de pasaje. Se siente oscuramente que se
trata de un misterio que implica la existencia humana, pues el hombre, efectivamente,
ha sido marcado por el descubrimiento de los metales, casi ha cambiado su modo de ser,
dejándose arrastrar en la obra minera y metalúrgica. Todas las mitologías de las minas y
las montañas, todos esos innumerables genios, hadas, fantasmas y espíritus, son las
múltiples epifanías de la presencia sagrada que se afrontan cuando se penetra en los
niveles geológicos de la Vida.
Aun cargados de esta sacralidad tenebrosa, los minerales son encaminados a los
hornos. Entonces comienza la operación más difícil y aventurada. El artesano sustituye
a la Madre Tierra para acelerar y perfeccionar el «crecimiento». Los hornos son, en
cierto modo, una nueva matriz, una matriz artificial donde el mineral concluye su
gestación. De aquí, el número ilimitado de tabúes, precauciones y rituales que
acompañan a la fusión.
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El «cuarenta» es un número simbólico en todo el misticismo y la tradición islámica: A los cuarenta años el hombre alcanza la madurez completa, y de allí que fue la edad en que se le encargó al Profeta su misión. Cuarenta es el número mínimo de una cofradía, como número completo,
Un buen musulman recibe la gracia de Dios; de forma directa, o atraves de un maestro el cual ha de ser puro, libre del mundo, para así ser receptáculo de la Pureza en su corazón, y pode ser transferida, su corazón ha de ser capaz de recibir esa fuerza, sino se quemaría,:
Cualificaciones requeridas para recibir la investidura
Sin embargo estos maestros poseen las condiciones para la transmisión de la investidura, conformes
a las que Dios a puesto de manifiesto y que consisten en ocultar los vicios del ser.
Así:
– Debes velar el pecado de la mentira por la vestimenta de la lealtad, y el de la traición mediante el
vestido de la fidelidad, la hipocresía por la sinceridad, los malos tratos del carácter por las virtudes
nobles, los actos reprensibles por el manto de los actos loables y todo vil defecto por el manto de
una cualidad elevada.
– Es preciso tapar la entrega a las “causas segundas” con una adhesión total del ser a la Unicidad
divina; la confianza en las creaturas por la confianza en Dios, y la ingratitud con el reconocimiento
del Benefactor.
Por otra parte, tú te engalanas del “ornamento de Dios” revistiéndote de los rasgos de caracteres o
virtudes loables, tales como:
– Observar el silencio sobre lo que no te concierne.
– Desviar tus ojos hacia lo que es ilícito mirar.
– Examinar escrupulosamente los actos de tus miembros.
– Inspeccionar minuciosamente los actos que has cometido en el pasado y lo que han registrado los
“nobles escribanos”.
Debes:
– Estar satisfecho aunque sea poco lo que te encuentras para tu subsistencia.
– Escrutar los hábitos de tu alma.
– Practicar asiduamente la demanda del perdón y la recitación del Corán.
– Respetar las reglas de conveniencia que nos vienen del Profeta.
Es preciso:
– Que te familiarices con las virtudes de los piadosos.
– Que concentres tus esfuerzos en lo que atañe a la religión y la piedad filial.
– Que seas bondadoso con tu vecino y sacrifiques tu honor; el Enviado de Dios, sobre él la Gracia y
la Paz, ha alentado esto diciendo: ¿“ Alguno de vosotros puede ser como Abu Damdam que, cuando
venía la aurora, declaraba: ?”.
Tú debes dar prueba de abnegación, es decir:
– Sacrificarte para proveer las necesidades de las criaturas.
– Comportarte con bondad tanto con el amigo como con el enemigo.
– Mostrar modestia y ternura
– Soportar los agravios que recibas.
Abstente de:
– Prestar atención a los errores de los hermanos.
– Debatir las divergencias que te diferencien de los Compañeros y los que nos han precedido entre
los grandes hombres.
– Frecuentar a los indolentes a menos que sea para llamarles a su deber o para invocar a Dios entre
ellos.
– Escrutar los “eventos” (al-a´rad) y los “signos de Dios” (ayat Allah).
– Detractar a los pecadores apartados de la comunidad de Muhammad -sobre Él la Gracia y la Paz-.
– Tomar a la fuerza (ocupar a mano armada) salvo cuando son infringidos los interdictos divinos.
Es necesario que:
– Despojes tu corazón de la ira y el rencor.
– Perdones la injuria –o sea, no irritarte cuando tengas motivos.
– No te unas a los que dan importancia a los infundios sobre los hombres honorables.
Debes:
– Proteger a las mujeres (ahl al-sitr).
– Respetar a los doctos y a los hombres de religión.
– Honrar a los ancianos y a las personas de carácter noble, sean musulmanes o sean infieles, según
el límite legal aplicable a los unos y a los otros
– Respetar las reglas de conveniencia en atención a Dios y de toda persona muerta o viva, presente o
ausente.
– Rechazar o repeler la calumnia que alcance la reputación de un musulmán.
– Tener cuidado de no hablar demasiado -de ser pedante o locuaz-, pues quien mucho habla dice no
importa el qué.
– Respetar a los mayores.
– Ser bondadoso con los apocados o débiles y compasivo con los humildes.
– Visitar a los desguarnecidos y consolarlos con bondad y generosidad, las buenas palabras y la
buena dirección.
– Mostrarte hospitalario.
– Pronunciar la fórmula de salutación en voz alta.
– Ser caritativo con los hombres, según el límite legal.
– No vituperar, ni maldecir, ni difamar o injuriar.
– Recompensar lo que te hagan de mal con el bien
– “Ser un consejero sincero para con Dios, Su Enviado, los que guían la comunidad y los simples
creyentes”.
Guárdate de:
– Desear el mal a nadie.
– Injuriar expresamente a un servidor de Dios que esté muerto o vivo, pues el que está vivo aunque
sea un infiel resulta que tú ignoras como acabará y en cuanto al que ha fallecido tú no sabes como
terminó.
– Reprochar de sus pasiones a los que las tienen.
– Pretender mandar sobre quien sea.
– Oprimir a tus niños para hacerles servir a tu interés personal.
Ama a todos los creyentes, los que hacen el bien, en consideración de su amor por Dios y Su
Enviado y no les detestes con el pretexto de que están enemistados contigo, o por cualquier otro
motivo. Esta recomendación, el Enviado de Dios –sobre Él la Gracia y la Paz- me la ha dado en mi
sueño al respecto de una persona que había denigrado a mi shaikh y que por esta razón yo detestaba.
Yo vi entonces al Profeta cuando dormía, que me decía: “¿Por qué le detestas? Y yo respondí:
“¡Porque desprecia y critica a mi shaykh¡ Él me respondió: “¿No sabes tú que él ama a dios y que
me ama? “Sí”, le dije, y él me replicó: “Por qué entonces no has de amarle en consideración a su
amor por mí, en vez de execrarle con el pretexto de que detesta a tu shaykh? Yo le respondí: “¡Oh,
Enviado de Dios, que excelente maestro eres! Has llamado mi atención sobre algo en lo que yo era
negligente!
Ibn Arabí, web ibn arbí el murciano
http://tariqanematollahi.blogspot.com.es/2012/06/la-orden-nematollahi.html
Otra de las innovaciones de Shāh Nematollāh, relacionada con la recomendación a sus discípulos de ejercer alguna actividad, fue la prohibición de llevar en público ninguna ropa especial que atrajera la atención hacia ellos. Para Shāh Nematollāh la nobleza procede de la gracia de los Atributos divinos, y no de vestirse de una determinada manera. Entendía que para desarrollarse interiormente el sufí debe mantenerse libre de toda pretensión u ostentación; debe esforzarse por conseguir ser «transparente», sin color alguno característico ni en su exterior ni en su interior. Shāh Nematollāh no sólo abrió generosamente su puerta a todos los buscadores y aspirantes, así como a sus propios seguidores, sino que respetó también a todas las naciones, a todos los pueblos y a las demás órdenes sufíes de su época, basando sus actos en un código de pureza y fidelidad. Los maestros siguientes de la Orden Nematollāhi han seguido manteniendo la tradición de integrar la vida social con la espiritual.
El hecho de que la Orden Nematollāhi alcanzara tanta popularidad y se extendiera tanto en la época de Shāh Nematollāh se debe principalmente al carisma de su personalidad y a su visión del sufismo
Como todas las órdenes sufíes, la Orden Nematollāhi se enraíza en una cadena iniciática que se remonta a los inicios del Islam, a la persona del Profeta. La palabra «Nematollāhi» procede del nombre de Shāh Nematollāh Wali, uno de los grandes maestros sufíes de Irán de finales del siglo XIV, a través del cual se transmite la Orden.
La Orden Nematollāhi tiene, pues, una sucesión regular que se transmite desde el origen hasta el momento actual. Tomando como inicio de las órdenes sufíes a ‘Ali ibn Abi Tāleb (+ 661 d. C.), yerno del profeta Mohammad, se cuentan 21 maestros hasta Shāh Nematollāh Wali (+1431 d. C.).
Shāh Nematollāh Wali nació en 1330 d. C. (731 d. H.) en Alepo, Siria. Su padre, Mir ‘Abdollāh, era a su vez maestro sufí y descendiente del Profeta. Su madre procedía de una familia noble de Fars en el suroeste de Irán. Shāh Nematollāh realizó numerosos viajes por el mundo islámico y tuvo oportunidad de conocer a numerosos maestros, familiarizándose con las teorías más importantes de su época, y en particular con las ideas filosóficas de Ibn ‘Arabi. Estudió en profundidad el Fosus al-hikam (Las perlas de la sabiduría de los profetas) de Ibn ‘Arabi, libro sobre el cual más tarde escribiría varios comentarios. Al final de la primera serie de viajes conoció, en La Meca, al Maestro sufí ‘Abdollāh Yāfe’i, y se convirtió en discípulo suyo. Después de servir al Sheij Yāfe’i durante siete años, Shāh Nematollāh inició una nueva serie de viajes por el mundo islámico. En esta ocasión, sin embargo, no lo hizo como un viajero sediento en busca de un maestro perfecto, sino como un maestro perfecto que saciaba la sed de los demás. En esta segunda fase, Shāh Nematollāh se dirigió primero a Egipto, y viajó luego a Transoxiana, instalándose en Shahr-e Sabz, cerca de Samarcanda, donde conoció al gran conquistador Tamerlán. Éste, sin embargo, fue incapaz de comprender a Shāh Ne-matollā h que, para evitar problemas, decidió abandonar Shahr-e Sabz y dirigirse a Herat. Después de residir en distintas ciudades se instaló finalmente en Māhān, una ciudad pequeña cerca de Kermān en el sureste de Irán, donde permaneció la mayor parte de los últimos veinte años de su vida. Durante su estancia en Māhān su fama se extendió por Irán e India, y de todas partes acudían peregrinos a visitarle. Shāh Nematollāh vivió cerca de cien años; falleció en 1431 d. C. (834 d. H) y fue enterrado en Māhān.
el método de espiritualidad de la Orden Nematollāhi se basa en la práctica del recuerdo continuo del nombre de Dios (zekr), la reflexión (fekr), la autoevaluación (mohāsebah), la meditación (morāqebah) y la invocación (werd). A continuación enunciamos algunos de los aspectos sociales y éticos más importantes de esta orden, así como algunas reglas y normas que se siguen en sus centros espirituales (jānaqāh):
a) El Maestro y los sheijes de la Orden inician y guían a todos los buscadores sinceros, sin rechazar a ninguno.
b) Preferencia de la práctica del zekr del corazón, sobre el zekr vocal, en las reuniones de la Orden.
c) Apoyo a la paz, la fraternidad y la igualdad entre todos los derviches de la Orden. En particular, no se hace distinción entre hombres y mujeres.
d) Gran respeto hacia las personas de todas las creencias y culturas, dedicando su propia vida a la bondad y a servir a todas las criaturas de Dios.
e) Rechazo de la vida solitaria, dando preferencia a la interiorización en compañía de otros. Se dan, sin embargo, algunas excepciones como, por ejemplo, cuando se le sugiere a alguien que haga un retiro, a modo de terapia, para recuperar su salud psicológica.
f) Exigencia a los derviches de ejercer alguna actividad constructiva, desaconsejando la inactividad.
g) Llevar ropa normal, de modo que el sufí no se convierta en centro de atención ni sea proclive a la afectación.
h) El Maestro y los sheijes de la Orden nunca reciben ni entregan dinero a sus seguidores. No se exige a los discípulos el pago de ninguna cotización, y cualquier aportación que realicen se usa para el mantenimiento de cada centro y en beneficio del conjunto de la comunidad.
i) Los asuntos, tanto materiales como espirituales, de los jānaqāhes los dirigen normalmente sheijes designados por el Maestro de la Orden. Cuando no hay un sheij, el Maestro designa a una persona para hacerse cargo de esos asuntos.
j) En ciertas ocasiones, tales como los viajes o las comidas en compañía del Maestro o de un sheij, se designa a determinadas personas como servidores. Se les suele seleccionar en base a su desarrollo espiritual en la Senda. Los derviches Nematollāhies consideran el servir a otras personas como una oportunidad de progresión espiritual.
k) Cuando los derviches se reúnen o viven juntos, las relaciones entre ellos se basan en la igualdad. En concreto, ningún sufí puede dar órdenes a los demás, y la contribución de cada uno depende de su capacidad.
Después de Shāh Nematollāh, su hijo y sucesor, el 23º Maestro de la Orden, se trasladó a la India donde vivieron los 12 maestros siguientes. Con la llegada de Sayyed Ma’sum ‘Ali Shāh Dakkani a Irán en 1775 d. C. (1190 d. H.) la sede de los Maestros de la Orden se establece de nuevo en este país, donde contribuyen de nuevo a la revitalización del sufismo
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Cuando dejemos de prestar atención al exterior, a los colorines, a lo extravagante, entonces seremos buscadores sinceros, eso sólo, pero ya es algo.
Mientras nos llamen la atención los trajes, el dominio de la palabra, la necesidad de atraer gente, el querer convencer, ilustrar, atraeremos la atención de tariqas y formas destructivas, como las que aquí se menciona.
Hablamos del Profeta, la Paz sea con él y su familia siempre, éste no bailaba, no hacía giros, exhibiciones teatrales, no es que el ritual es o no es, es como lo hagas en el interior y para esto no se necesita audiencia.
cada quien que profese el ritual, religión que sienta, pero por su mejora que lo haga con profundidad.
El Islam es hermoso, porque es libre, mientras pongamos mente…no es Islam.
Tenemos responsabilidad grande en uno mismo, al igual que cuando formamos una familia nos hacemos responsables de la misma. por sostenerla amarla etc..lo mismo con nuestra religión y si ademas, la queremos llevar como guía a otros, ahí hay mucho, pero hacemos como estos que tenemos en el gobierno y escalafones español, roban y cuando le dicen ¿por..? responden todo el mundo lo hace, es lo mismo con el Islam y los que lo cogen como si su propiedad privada fuera y empuñan el estandarte de referente de..y nos hacen ver su filiación espiritual, pero sus hechos y obras no son Islam, decimos todos lo hacen, pues hay responsabilidad en el que lleva el estandarte, por llevar el ejército de egos, y la nuestra por aceptar y someternos al error, pues Dios pedirá cuentas de nuestros actos, y somos responsable de todo lo que hagamos en y con este cuerpo y todo lo que conlleva, el discernimiento, etc…
http://www.nematollahi.org/obrasociosanitaria/casaesperanza.htm
Obras sociales, al servicio del que lo necesita
CASA ESPERANZA
como parte esencial de su labor caritativa y solidaria, la Fundación Nur dedica buena parte de sus esfuerzos a dotar al centro con los recursos necesarios para el progreso del proyecto: es el caso de la compra de ordenadores para las clases de informática para niños, pintura para las de arte, o comida para los cada vez más numerosos desayunos que se dan en el centro. El propio éxito de Casa Esperanza significa mayores retos de financiación, en un entorno de posibilidades siempre limitados. Un desafío continuo para los compañeros voluntarios, entre la alegría por la respuesta confiada de aquellos que se benefician de este servicio, y el inevitable deseo de aliviar de la mejor forma posible la situación de miseria y privacidad en la que se hallan.
De esta forma, y gracias al entusiasta esfuerzo del voluntariado (tanto del vinculado a la Orden Nematollahi como del ajeno a ella) y de la Fundación Nur, el proyecto inicial de Casa Esperanza ha experimentado una feliz expansión en todos sus frentes. Son proyectos y aportaciones que, al mismo tiempo que intentan dar respuesta a las necesidades del colectivo de acogida, abren nuevas posibilidades y líneas de actuación. Así, por ejemplo, el taller de tejido, que nació como una forma de implicar a mujeres adultas con las madres más jóvenes y enseñarles a hacer ropas para sus bebés, se ha convertido en una posible fuente de ingresos para estas madres y sus familias, mediante el bordado a mano de toallas y servilletas para ser vendidas en Canadá y Estados Unidos. Al mismo tiempo, asociaciones humanitarias de estos países colaborarían con aportaciones económicas para la compra de la materia prima, contribuyendo al tiempo a la causa de Casa Esperanza. Se trata de conseguir no sólo las donaciones necesarias para cubrir la renta y el mantenimiento de la casa, sino fuentes propias de financiación, generadas a partir del trabajo conjunto de acogidos y voluntarios, para crear nuevos talleres, nuevos servicios y nuevas formas de ayuda a los niños y a las familias necesitadas
EL «ARDA VIRAF NAMAK»,
¿ FUENTE IRANIA DE «LA DIVINA COMEDIA»?
(Sergio Fritz Roa)
1.- UN CAPITEL QUE UNE OCCIDENTE Y ORIENTE
En la iglesia de S. Isidoro de León, España, hay un enigmático capitel donde una mujer y un hombre son puestos cabeza abajo por un demonio.(1) El estilo arquitectónico del inmueble se ubica dentro del arte románico, habiendo sido construido hacia 1063.
La misma pavorosa imagen es descripta en un antiguo texto zoroastriano que relata un viaje a las regiones celestiales e infernales. Su nombre, Narración de Arda Viraf (Arda Viraf Namak).
Allí se indica lo siguiente:
«Yo también vi a las almas de varios hombres y varias mujeres quienes estaban suspendidos cabeza abajo, en el infierno…»
La semejanza es evidente, y no exige mayor análisis.
Más de dos siglos después, en la obra de Dante Alighieri, La Divina Comedia, encontramos visiones casi idénticas. Así, en Infierno, Canto XIX, 24-26:
» Fuera del borde, el pecador echaba
las piernas y los pies vueltos arriba,
y el resto bajo tierra se ocultaba…» (2)
Y en Infierno, Canto XXXIV, 66-67:
» De esos cabeza abajo, en otro lote,
el que pende del negro befo es Bruto…»(3)
Si ni la Biblia ni los padres de la Iglesia fueron explícitos en la descripción de los castigos infernales, ¿cómo es posible que los capiteles románicos españoles estén plagados de minuciosas representaciones de tales torturas?
Solo recién con Dante Alighieri (1265-1321) encontraremos una descripción literaria detallada de lo que es infierno y cielo, con plena enumeración de las sanciones que se practican en el primero.
Además, si el Purgatorio hallará una aprobación eclesiástica hacia el S.XV, ¿cómo se entiende que cinco siglos antes, figurara en las esculturas de los capiteles de España?
La creencia en el Purgatorio, sin embargo, no era desconocida antes de la construcción de las iglesias románicas hispanas, para zoroastrianos y musulmanes. ¿Es factible, entonces, una influencia oriental? ¿Y si es así, cuál habría predominado en Europa? ¿La mazdeísta o la mahometana?
O, ¿será que la Tradición al ser Una, aunque diversas sean las formas tradicionales, es unánime en sus conceptos fundamentales (lo cual no implica negar intercambios respecto de aspectos secundarios)?
Las interrogantes se suceden de forma vertiginosa. Sin pretender resolverlas todas, acerquémonos a algunas de sus posibles respuestas.
2.- FUENTES ORIENTALES DE «LA DIVINA COMEDIA»
Cuando el padre Miguel de Asín Palacios (1871-1944) escribió en 1919 La Escatología Musulmana en la Divina Comedia, generó de inmediato un interesante debate acerca de las fuentes islámicas de La Divina Comedia. Es más, hoy se conoce casi exclusivamente al erudito español por su aporte en este vital asunto (4).
Ciertamente el viaje nocturno de Mahoma, que se encuentra en la azora XVII del Corán, como algunos hadices, constituyen un material revelador en favor de las tesis de Asín Palacios. No obstante lo anterior y sin pretender descartar el alto grado de influencia de la cultura y religiosidad musulmanas en varios aspectos de la Divina Comedia, creemos que hay una vertiente espiritual seguramente anterior, mucho más evidente en puntos específicos, a la cual casi ningún autor se ha atrevido siquiera a mencionar (5), lo cual nos revela la gran ignorancia que existe aun en medios occidentales de una forma de espiritualidad tradicional abundante en profunda metafísica y poético simbolismo. Nos referimos al Zoroastrismo, y a la Narración de Arda Viraf (Arda Viraf Namak) (6).
Por tanto, no se crea que el presente artículo niega la influencia de la rica cosmovisión musulmana en la obra dantina. Simplemente, intenta mostrar una forma tradicional anterior, que pudiera haber nutrido el universo de Dante. Debe quedar claro, además, que investigaciones como la emprendida por el padre Miguel Asín de Palacios hace casi un siglo, o, la más humilde, dirigida por nosotros en esta oportunidad, no pretenden cuestionar el valor de una obra irremplazable como es La Divina Comedia, de por sí majestuosa en estilo, rica en calidad, y, lo que es primordial, instructiva de la verdadera sabiduría tradicional. Por el contrario, sentimos que existe real utilidad en unos tales trabajos, dado que permiten acercar una específica forma tradicional (como es el Catolicismo, al cual se circunscribe la obra de Dante) a otras expresiones del Espíritu, como son el Islam o el Zoroastrismo; a la vez que sirven para demostrar que la Tradición siendo amplia en posibilidades, sin embargo es Una en cuanto a Verdad.
3.- LA «NARRACIÓN DE ARDA VIRAF»
Si bien es cierto el texto de la Narración de Arda Viraf no contiene una fecha exacta de su escrituración (7) , es indudable que ésta es posterior en no muchos años a la invasión de Persia de parte de aquel al cual los mazdeos denominaban «Alejandro el Romano» (8) , a quien se hace referencia como causante de asesinatos de sacerdotes (mobeds, herbads, dasturs), de la destrucción de archivos, etc. (9)
Debido a estos fatídicos hechos – indica la Narración – se fue perdiendo el sentido original de la religión, no habiendo en Irán legisladores ni sacerdotes competentes.
«Y después de eso, hubo confusión y desconfianza de unos con otros, entre la gente del país de Irán. Y entre ellos no había Patrón, legislador, ni líder, ni Dastur que estuviera realmente inmerso en la religión, y llegaron a dudar acerca de Dios; y religiones de varios tipos y diferentes formas de creencias, escepticismo …» (10).
Frente a ello, se realizó un llamado a los devotos para que concurrieran a la Casa del Fuego de Frobag, y determinaran los siete (11) hombres más puros. Aquéllos a su vez deberían elegir a tres, y éstos a uno. El seleccionado será Arda Viraf, a quien se le encomienda la misión de viajar «al lugar de los píos y al de los impíos» (12) , a fin de conocer si los ritos celebrados por los persas acercaban al hombre a Ahura Mazda (el Señor de Sabiduría; Dios) o a los demonios.
Luego de una preparación, que ha de significar el logro de la necesaria pureza física y mental, y que se expresa a través de las oraciones, la presencia de perfumes, la limpieza, y la recepción de tres copas con vino y una especie de narcótico (13) , el alma de Arda Virad se aleja de su cuerpo, atraviesa el Puente Chinwad, para ingresar a las regiones que solo los muertos pueden conocer.
En su viaje lo acompañarán dos seres espirituales: Srosh y Adar. Junto a ellos, Viraf tomará conocimiento de los premios y recompensas que existen en el cielo, los castigos que se efectúan en el infierno y cómo es el purgatorio. Sabrá cuáles son las obras más pías y cuáles los pecados.
Así, sublimes serán las almas de quienes siguieron los ritos y apoyaron la religión (Capítulo XIV, 3) y sufrirán horribles castigos quienes cometen perjurio, sodomía, o maltrataron a los seres vivos (humanos o animales).
Cuando Viraf ya ha visitado el purgatorio, el cielo, y luego el infierno, será conducido a la Asamblea de Ormuzd (Ahura Mazda), ubicada en la Morada de los Cantos, donde se encuentran además los Amesha Spentas o Arcángeles. Allí, Ormuzd le dirá:
«Habla tú hasta el fin, Arda Viraf, a los Mazdayasnians (14) del mundo, así: «Sólo hay un camino de piedad, el camino de la primitiva religión, y todas las demás vías son todas no vías. Toma aquella vía la cual es de la piedad, y no salgas de ella ni en la prosperidad, ni en la adversidad, ni en ningún momento; y practica buenos pensamientos y buenas palabras y buenas obras; y permanece en la misma religión la cual, recibida de mí, Spitaman Zartosht (15) y Vishtap (16) esparcieron en el mundo, y mantén la ley, pero abstente de lo impropio… Sólo quien en el mundo practica la piedad y realiza sus deberes así como también buenas obras, sólo él no se mezcla con el polvo…»
Por fin, luego de siete días y siete noches, Viraf cumple con su orden, llevando a los mazdeos la enseñanza verdadera acerca de la religión y de aquello que debe hacerse para mantenerla viva.
4.- SEMEJANZAS ENTRE LA «NARRACIÓN DE ARDA VIRAF» Y «LA DIVINA COMEDIA»
De la sola lectura de este resumen de la narración de Arda Viraf, pueden apreciarse las grandes semejanzas entre ésta y La Divina Comedia. Nuestra intención no es dar una enumeración y descripción detallada de dichas similitudes, sino entregar algunas referencias, que pueden guiar posteriores estudios de la Narración de Arda Viraf.
Entreguemos, entonces, algunas claves.
a.- La existencia de un viaje iniciático. No hay duda posible en cuanto a que ambos textos superan la simple literatura; yendo más allá incluso de su gran valor poético. Uno de los expositores más autorizados del pensamiento tradicional del siglo XX, señala con exactitud: «Quien considere a la Divina Comedia de Dante como una pura fantasía, en realidad no la comprende del todo, y quien la vea como una construcción conceptual envuelta en ropaje poético no le hace justicia» (17).
La obra dantina se debe situar dentro de lo que es el Arte Sagrado, el cual no sólo busca simetría o belleza formal, sino ante todo y en primer término la Verdad, de la cual justamente derivará la armonía. Una obra es verdadera en cuanto se basa en la suprema Realidad y no en los meros accidentes. De allí que lo fundamental sea entregar verdades tradicionales, y no científicas ( es decir, hipótesis susceptibles de revisión; lo cual demuestra el relativismo que domina en las ciencias modernas). Por tanto, su valor no se funda en una lógica de orden racionalista, sino intelectual, entendiendo por esta palabra el conocimiento que es develado por el centro espiritual y que se representa con el corazón.
Al igual que La Divina Comedia, el relato de Arda Viraf entrega datos fundados de manera directa en la Daena Vanguji (Buena Religión), como los zoroastrianos llaman a su doctrina espiritual, y no es el mero producto de una fecunda imaginación, ni tiene por fin un goce estético. Estas obras son instructivas de elementos tradicionales, que la comunidad para la cual son dadas debe rescatar y sentir en su plena intimidad.
Así, describen lo que es un camino iniciático, un verdadero Vía Crucis, que ha de recorrer el narrador (Dante y Arda Viraf), y que va desde el infierno, pasando por el purgatorio, al cielo. Los protagonistas son guiados por seres altamente cualificados (Virgilio y San Bernardo, en el caso de la Divina Comedia; y Sarosh y Adar en la Narración), es decir dotados de pleno conocimiento del sendero espiritual. Ello es alusivo a la necesidad del Maestro o Guía espiritual.
El estudioso Mario Antonioletti en su importante ensayo sobre La Divina Comedia, hace patente lo dicho por Burckhardt, e indica la vía seguida por Dante: «El camino recorrido por Dante, en la Divina Comedia, es el que los orientales designan como «gnani-yoga», el camino de la contemplación y del conocimiento» (18) . En efecto, Dante es guiado por el Maestro (llámese Virgilio o San Bernardo), quien le muestra las distintas etapas y lugares de toda sincera búsqueda espiritual, las cuales el iniciado irá conociendo en un camino que es ascendente.
b.- La presencia de «acompañantes» o «guías» en el peregrinar. En La Divina Comedia serán Virgilio y San Bernardo. Una tal elección no es casual. Mientras el primero representa la sabiduría del mundo antiguo; el segundo, la sabiduría cristiana.
En el Arda Viraf Namak, son dos ángeles o yazds (yazatas): Srosh y Adar, quienes guiarán al narrador. El primero, sin lugar a dudas, es el Yazd o Yazata (ángel) conocido como Sarosh, y quien vela por el alma durante los tres primeros días de la muerte. Srosh (en pehlevi), Sraosha o Sarosh, es además «aquél que oye», un mensajero de Ahura Mazda. El segundo, es el Atar, o Atash, de la lengua persa (Adar es palabra pehlevi), quien en su cualidad de ángel que representa el fuego, ocupa un lugar central en la angelología mazdeísta. El elemento ígneo en simbólica zoroastriana es sinónimo de pureza, luz y sabiduría divina.
Acerca de Sarosh, el iranólogo Henry Corbin indica algo que es revelador:
«Así, por una parte, el ángel Sraosha vela sobre el mundo adormecido; es el ángel tutelar y la cima de una sodalidad de migradores que <> sobre el mundo y por el mundo…» (19).
De esta forma, mientras Adar o Atar es la luz sapiencial que guía y abriga, Sarosh es el ángel que protege al hombre durante las pruebas propias del camino espiritual.
En un hadiz que recoge Miguel Asín Palacios (Dante y el Islam. Op. cit., p.32) se indica que Mahoma es despertado por dos personas, a las cuales sigue. «Llegados a Jerusalén, comienzan las visiones de ultratumba».
c.- El viaje a otros mundos: infierno, purgatorio, cielo. La búsqueda de la comprensión de las distintas manifestaciones de la Realidad, necesariamente nos debe llevar a conocer tres aspectos o reinos, que son infierno, purgatorio y cielo.
Infierno. Es la etapa o lugar del caos, donde la materia es dura y terrosa. Las sombras y la muerte dominan. El negro lo simboliza. Aquí Saturno es el astro rector. La acción es descontrolada y poco fluida, dado el predominio de la materia densa, poco espiritualizada. De allí que «el fondo del Infierno es la zona más pétrea y helada de la «tierra»; y esta «petrificación» del espíritu en sentido negativo (de alejamiento progresivo del dinamismo espiritual), es operado por la pasión de la soberbia…» (20) .
Purgatorio. En la Alquimia es la etapa o lugar de los lavados, las continuas purificaciones de la materia prima, la que deviene en mercurio segundo.
El tiempo se encuentra «estacionado». Es el Hamistagan zoroastriano, o sea lo «eternamente estacionario». La acción y la contemplación están en extraño equilibrio; por lo que no hay avance ni retroceso espiritual. Allí se hallan quienes en vida lograron perfecta igualdad de acciones positivas y negativas.
Cielo. Aquel que los alquimistas o filósofos por el fuego llaman nuestro rey ha sido coronado. La inmortalidad y la bienaventuranza son conocidas. La tríada zoroástrica (buenos pensamientos – buenas palabras – buenas obras) se cumple perfectamente. Predomina la contemplación, la cual se expresa en la Narración en las alabanzas y el estado de perpetua paz que sólo en el cielo hallamos.
d.- Simbología numeral. El caso de los números 3 y 7 es evidente. Para el texto de Dante, siete son los pecados, siete las bienaventuranzas, siete los cielos y siete los dones del espíritu. Ya hemos indicado algunos ejemplos de aplicación de este número en el libro de Viraf. Respecto del 3, ambos escritos nos hablan de tres reinos: purgatorio, cielo e infierno; Dante considerará tres formas de corrupción (incontinencia, bestialidad, malicia) (21) ; etc.
Alguien podría objetar que prácticamente no encontramos en el Arda Viraf Namak, el número 9, que es muy importante para Dante, lo que se hace evidente tanto en su Divina Comedia, como en la Vida Nueva. Siendo el 9 múltiplo del 3, no consideramos que haya necesidad de mayor profundización; menos contradicción. Agreguemos que los números 3, 7 y 21 son esenciales en el Zoroastrismo. El Yatha Ahu Vairyo (la oración con la cual Ormuzd (Ahura Mazda) ataca a Ahrimán (Angra Mainyu) está compuesto de 21 palabras, como 21 serían los capítulos del Avesta primitivo. En el Ribayats Persa (la correspondencia entre mazdeos iranios y aquellos que huyeron de la dominación árabe a la India – los célebres parsis -, que es un compendio de asuntos doctrinales y cosmológicos) se hace un estudio sobre la analogía entre dicha oración y los 21 capítulos del Avesta. Notemos que 3 x 7= 21.
e.- Tipología de pecados y castigos infernales. Común a la Divina Comedia y a la Narración, es la construcción de una enumeración, e incluso clasificación, de los pecados y las sanciones a las que son sometidos quienes se encuentran en el infierno.
El románico y el gótico tomarán unos tales motivos para expresarlos de forma majestuosa en la piedra.
Al iniciar este artículo, hemos visto una sorprendente semejanza entre un capitel español, un extracto de la Narración y La Divina Comedia. Pero, podríamos hallar aun más. Así, por ejemplo, es común en la escultura y pintura medioeval y renacentista la siguiente imagen, que encontramos en el Arda Viraf (22) :
«También vi el alma de un hombre quien colgaba en plena atmósfera, y cincuenta demonios lo azotaban, por delante, y por detrás, con dardos serpenteados».
O esta otra:
«También vi el alma de un hombre quien, desde la cabeza a los pies, permanecía estirado en un tornillo de tortura, y mil demonios lo atropellaban con gran brutalidad y violencia» (23) .
f.- Otras semejanzas. Como se ha indicado, no es el objetivo de este trabajo analizar cada una de las posibles semejanzas entre ambos textos, sino tan solo dar algunos ejemplos instructivos. Otras similitudes que hallamos son: el simbolismo del puente; el encuentro con la luz divina; las distintas esferas celestiales; etc.
5.- CONCLUSIÓN
Finalmente una pregunta legítima de hacer: ¿Cómo Dante pudo acceder a esta antigua obra irania o a su leyenda? He aquí un problema difícil de resolver.
Una posibilidad sería que a través del contacto con medios musulmanes iranios (literatura especialmente), nuestro autor haya leído u oído la historia de Arda Viraf. Ello no es imposible, dado que es conocido el hecho que Dante accedió a literatura islámica.
Otra hipótesis: gracias a su cercanía a los templarios, quienes al estar dos siglos en Oriente, tuvieron trato directo con los custodios de la sabiduría en dichas tierras, entre otros los Sufís. Muchas hermandades sufíes consideran a Zarathushtra un verdadero Profeta, por lo cual son respetuosas de su doctrina.
Una tercera, debido a su pertenencia a sociedades esotéricas, como los Fieles de Amor, quienes habrían podido tener vínculos con Persas. Recordemos que la poesía amorosa persa es el ancestro de la obra de los provenzales y los grandes poetas como Dante.
Sin embargo, estimamos que lo fundamental no debe ser tanto el determinar cómo Dante pudo acceder a la historia de Viraf y su viaje; sino mostrar cómo distintas formas tradicionales pueden acercarse en sus contenidos y búsquedas, motivación subyacente de este breve recorrido por fecundas regiones de la ancestral sabiduría irania y la cristiana occidental, fuentes comunes de luz y paz.
NOTAS
(1) «Capiteles del primer románico español inspirados en la escatología musulmana». Francisco Iñiguez Almech. Artículo incluido en el Boletín de la Asociación Española de Orientalistas. Año 1. Madrid, 1965. pp. 35 – 71. El capitel analizado se encuentra en la fotografía 4, p. 49.
(2) La Divina Comedia. Dante Alighieri. Traducción en verso de Bartolomé Mitre. Segunda edición, Editorial Sopena Argentina, S.R.L., Buenos Aires, 1940. p. 61.
(3) La Divina Comedia. Dante Alighieri. Op. cit., p. 107.
(4) Otro libro donde Miguel Asín de Palacios estudia la relación entre la sapiencia musulmana y la célebre obra de Dante Alighieri es Dante y el Islam (Editorial Voluntad S. A., Madrid, 1927). Debemos consignar aquí que la tesis del padre Asín de Palacios cautivará a muchos, quienes expondrán, resumirán o perfeccionarán sus planteamientos. Véase, por ejemplo, Influencia del Islam en La Divina Comedia de Germán Valenzuela (Instituto Chileno – Árabe de Cultura, Santiago de Chile, 1965).
(5) Entre estos pocos autores, cabe mencionar a Blochet («Etudes sur l´histoire religieuse de l´Islam», en: Revue de l´Histoire des Religions, 1899), el cual es citado de pasada por René Guénon en El esoterismo de Dante (Editorial Dédalo, Buenos Aires, 1976. p. 67). Por la poca importancia que da el gran metafísico francés a esta posible fuente de la Comedia, no hay duda en cuanto al hecho que éste no tuvo conocimiento directo de la obra persa que aquí comentamos.
(6) El presente artículo tiene por referencia la traducción inédita al castellano, disponible en el sitio http://www.ashavan.cl. Puede emplearse también la expresión Arda Viraf Nameh. Otra acotación: Hemos optado en este caso traducir la palabra namak (nameh) por «narración», frente a la más usual de «libro».
(7) Algunos creen que fue escrito durante el Imperio Sasánida (224 – 637 d.C). Es factible que se haya transmitido la narración de Viraf de manera oral durante muchos años, tal vez siglos, hasta su escrituración a inicios del reino sasánida. Lo que sí puede asegurarse es haber sido anterior a la invasión árabe a Irán.
(8) Se trata de Alejandro Magno (355 – 323 a. C.).
(9) No olvidemos que Alejandro Magno fue el causante de la destrucción de templos en Irán y del incendio de Persépolis, donde, sin embargo, aun queda manifiesta parte de la grandiosidad del imperio persa.
(10) Narración de Arda Viraf. Capítulo I, 12-15.
(11) El número siete y el tres suelen repetirse en la Narración, lo que demuestra el paralelo que hay entre este libro y La Divina Comedia. En el texto en comento, siete son las hermanas de Arda Viraf, siete los días que dura el viaje al cielo e infierno, etc. Este número reviste importancia en todo el zoroastrismo. Así, son siete los Amahraspand o Amesha Spentas (arcángeles), etc. Algo similar ocurre con el número tres; como se verá más adelante.
(12) Es decir el cielo y el infierno.
(13) Casi con toda certeza el Haoma zoroastriano o Soma hindú.
(14) Quienes siguen a Mazda. Es decir, los zoroastrianos o mazdeos.
(15) Zarathushtra, cuyo apellido es Spitama. El Profeta de la fe mazdea.
(16) Príncipe que se unirá a la labor espiritual de Zarathushtra. Será uno de los mayores adeptos del Profeta iranio.
(17) Ciencia moderna y sabiduría tradicional. Titus Burckhardt. Taurus Ediciones, S..A., Madrid, 1982, p. 105.
(18) El simbolismo de la Divina Comedia. Mario Antonioletti. Instituto Chileno – Italiano de Cultura, Santiago de Chile, 1957, p. 65.
(19) El hombre de luz en el sufismo iranio. Henry Corbin. Ediciones Siruela, Madrid, p. 72.
(20) El simbolismo de la Divina Comedia. Mario Antonioletti. Op. cit., p. 64.
(21) Véase La Divina Comedia. Dante Alighieri. Op. cit., Infierno, Canto XI.
(22) Arda Viraf Namak, Capítulo XXVIII.
(23) Arda Viraf Namak, Capítulo XXXI.
http://www.aforteanosla.com.ar/Colaboraciones/chile/articulos/fritz%20arda%20viraf.htm
S. H. Nasr, A. S. M. H. Tabatâbâ’î, M. Mutahhari, A. Ahmadi, entre otros, pensadores islámicos, y H. Corbin, T. Burckhardt, R. Guénon, F. Schuon, entre los pensadores tradicionales de Occidente, nos enseñan a mirar la realidad del Islam desde un punto de vista que si bien es algo diverso, no deja por ello de estar armónicamente integrado a la perspectiva unitaria de su doctrina, sin que esta particularidad lo vuelva menos sugestivo en tanto que ella es producto primero del espíritu muhammadiano, que es esencialmente metafísico y ético. Gracias al trabajo de estos investigadores y de quienes lo continúan orientándose bajo su guía, como W. C. Chittick, C. Jambet, P. Lory, por citar sólo algunos, el Islam no es ya la mole que nos aplasta con su peso de gigante religioso; no es tampoco la religión primitiva y bucólica de los pastores ni la réplica o adaptación árabe de la tradición judeo-cristiana; pero es una especie de filtro inteligente que alquímicamente selecciona, desbroza, purifica, mantiene aquello que tiene valor tradicional y rechaza lo nocivo e inútil del conocimiento secularizado y profano. Junto con todos ellos, nosotros nos inclinamos a interpretar el traspaso o la transmisión del legado tradicional pre-islámico como un desenvolvimiento natural de la continuidad universal de esa misma herencia espiritual que, debido a su razón de ser metafísica, tiene un desarrollo indefinido, afirmándose y arraigándose, según el momento histórico, en el terreno más adaptado para su florecimiento espiritual. Preferimos verlo así antes que como un «influjo» o una «imitación» no como una opción personalizada sino con arreglo al punto de vista de la Tradición Sagrada, Eterna y Unánime.
Seamos sinceros: si hemos de ver al Islam como el resultado de un «influjo» histórico o una «copia» de un modelo religioso pre-islámico, negando así cuanto hay de genuino y único en su propia Revelación, deberemos reconocer asimismo, con M. Cruz Hernández, que en tales condiciones ninguna religión hubiese resultado mejor parada que el Islam.[25]
La crítica vívida de esta unilateral forma de interpretación la hizo el distinguido profesor de la Universidad Autónoma de Madrid respecto de la postura del P. M. Asín Palacios, a quien los hispanoamericanos debemos un respetuoso reconocimiento por sus importantes contribuciones al conocimiento del Islam del período del Al-Andalus, señalando, por otra parte, que tal actitud es fruto no sólo de las condiciones sociales de su tiempo y las religiosas de sacerdote católico, sino también de las condiciones del conocimiento científico de su tiempo[26]. Lo mismo que M. Cruz Hernández no queremos insistir demasiado en un reproche que haga gravitar el valor de toda la obra del P. Asín Palacios alrededor de un prejuicio que se ha ensañado largamente no sólo respecto del Islam sino asimismo de otras formas tradicionales reveladas cuando éstas han sido consideradas exclusivamente bajo el aspecto exotérico de «religión». Con esto buscamos señalar que el método en Asín Palacios, o en H. A. R. Gibb está equivocado, porque equivocado está el principio que lo guía. Su error consiste en creer que para dar carácter científico a los estudios religiosos, para llegar a entender la religión en general y el Islam en particular, es indispensable restringir el campo visivo de tales estudios a uno o pocos hechos para seccionarlos en sus elementos accidentales y contingentes que cómodamente pueden simplificarse y reducirse a mínimos términos, a fórmulas abstractas e hipótesis esqueléticas, dentro de las cuales todas las tradiciones puedan ser atraídas u obligadas a adaptarse al marco imaginario de aquellas clasificaciones que gustosamente explican ciertas semejanzas o afinidades formales entre la religiosidad judeo-cristiana y la tradición islámica por la teoría de la «asimilación» o la «reproducción» sucesiva.
Nos fatigaríamos inútilmente si intentáramos trazar una crítica de la tradición comprendida así: la crítica ya se hizo y el juicio ya se pronunció por boca de R. Guénon, quien, entre otros, hizo notar en relación con el Vedanta cuán profundamente difiere esta noción occidental de «religión» de lo que en Oriente puede caracterizarse esencialmente como tal. Pero para que en esa confusión de la tradición con el concepto de religión no se envuelva conjuntamente también al Islam, es bueno que volvamos a recordar aquí que tradición, a diferencia de religión, no es un esqueleto, es la unidad de la vida; no es una forma especial y concreta de vida religiosa, es la fuente vital de todas las formas de religión; no contiene ya determinados dogmas y preceptos, pero da el sentido universal a todos los dogmas y a todos los preceptos religiosos particulares; no debemos rechazarla en los comienzos ni en las postrimerías del ciclo actual, porque en tanto que continuidad la suponemos presente siempre y en todas partes donde haya una religión. La revelación, la fe, la Verdad, el sentido de los hechos religiosos no son un hecho ni una idea, sino expresiones diversas de un único principio espiritual. Convencidos de que conociendo una religión se conoce a todas o, por el contrario, que conociendo a una sola religión no se conoce a ninguna o de que una religión fuera de la propia no es capaz de enseñarnos ni revelarnos nada, y por lo tanto ni siquiera es digna de tenerse en cuenta, algunos especialistas occidentales se obstinan en ver el Islam simplemente como una creación árabe a la religiosidad judeo-cristiana o como el resultado de hechos religiosos repetidos y recopilados pasivamente al dictado de las mismas circunstancias exteriores que los musulmanes fueron asimilando a lo largo de la historia de las civilizaciones orientales[27].
http://www.al-shia.org/html/spa/page.php?id=190&page=6
“El fenómeno del Libro Sagrado (Al-Qu`rân) regla de vida de este mundo y guía más allá de él (…) es la compresión del sentido verdadero del Libro. Pero el modo de comprender está condicionado por el modo de ser del que comprende y, recíprocamente, el comportamiento interior del creyente está en función de su modo de comprender.”. Henry Corbín. Historia de la Filosofía Islámica. Editorial Trotta. 1994 Madrid. pp. 19
http://nurashkijerrahi.org/sohbet-july-27-2012/
Sohbet – July 27, 2012
Lo comparto, quien le interese es muy bueno.
René Guénon y la reencarnación
1º Ninguna cuestión parece haber dado lugar a más malentendidos y controversias que la de la reencarnación (si dejamos de lado la del Atman y el Iswara), no porque presente dificultades excepcionales, sino más bien porque para exponerla correctamente bajo sus diversos aspectos, haría falta entrar en desarrollos bastante amplios, tratando nociones que parecen completamente extrañas a los Occidentales.
No podemos pensar en abordar ahora una exposición semejante y explicaciones inevitablemente muy sucintas corren el riesgo de añadir todavía más a la confusión que reina en este dominio. Nos parece sin embargo que a pesar de estos inconvenientes, que no desconocemos, no podemos dispensarnos de presentar al menos algunas consideraciones fundamentales sobre ciertos puntos esenciales.
2º Ante todo, es necesario constatar este hecho (cuya significación exigiría un estudio especial), que mientras que las religiones occidentales niegan la reencarnación, por el contrario las muchedumbres orientales, particularmente aquellas que pertenecen a la civilización india, creen en una sucesión de existencias bajo forma humana, animal, etc…. (las cinco destinadas). Esta oposición es del mismo orden que la que parece existir entre las tradiciones aparentemente “creacionistas” y las aparentemente “emanacionistas”, o entre las tradiciones que se refieren a la “Atracción Original“ (Nahash) como origen de la existencia separada, y las que se refieren al Avidya, la ignorancia o la ilusión.
De hecho, como siempre, en semejante caso, se trata de “puntos de vista” diferentes sobre la “Realidad total” que comporta una “indefinida indefinitud”, y ninguna contradicción real existe ni puede existir entre ellas. Por el contrario se corre el riesgo de error grave, si no se precisa a qué corresponde cada punto de vista especial, es decir, si no se fijan sus limitaciones (o sus límites) y sus relaciones con los otros puntos de vista.
3º Tal como lo exponíamos al comienzo de nuestro artículo, René Guénon ha tenido por tarea fundamental la exposición metafísicamente exacta de las doctrinas tradicionales, y no ha abordado más que en la medida estrictamente indispensable a este fin, la descripción cosmológica de la Manifestación Universal en sus relaciones con el devenir humano.
4º Desde entonces, ha demostrado metafísicamente (capítulo VI de El Error Espirita) el carácter erróneo de aquello que los Occidentales entienden por “reencarnación”, es decir: el paso de una misma substancia separada, de naturaleza espiritual, o alma (formando una especie de mónada), por una sucesión de estados corporales sucesivos[11].
Además debemos añadir inmediatamente que no conocemos ningún texto canónico, ya sea oriental ya occidental, donde la reencarnación, entendida de este modo, sea mencionada, y ello simplemente por la razón suficiente de que no conocemos ninguno en el que la noción de alma tal como creen considerarla los Occidentales modernos (substancia + unitaria + espiritual + individual)[12], se encuentra asociada ya a la idea de retorno a un mismo estado, ya incluso a la idea de una supervivencia después de la muerte.
Todo lo que ha sido dicho de contrario a esta afirmación reposa sobre errores de interpretación o de traducción, y resulta de esta enfermedad de los hombres del Kali-Yuga que les hace tan difícil concebir existencias sin forma o existencias que no estén soportadas por substancias separadas e irreductibles.
Ahora bien, ni en el Judaísmo (donde ni Nephesh, Ruach y Neschamah corresponden a lo que los modernos denominan alma y espíritu), ni en el Cristianismo (donde San Pablo naturalmente se ha limitado a transponer estos términos hebreos); ni en Brahmanismo (donde Atman no tienen nada en común con el alma de los modernos) ni en el Bhagavad-Gita (donde la fórmula empleada en el Capítulo II, 22 designa la serie causal individual que engendra una continuación de vidas sobre vidas a través de la corriente de las formas), ni todavía mucho menos en el Budismo o en el Lamaísmo (donde el Alaya Vijnana corresponde a la fórmula de la Bhagavad-Gita), ni en el Islamismo esotérico; en una palabra en ninguna de las formas ortodoxas, nada semejante ha existido jamás, y la concepción moderna occidental es a las concepciones metafísicas de Oriente lo que la devoción visceral al Sagrado-Corazón es al ardor del amor informal del verdadero cristiano por el Verbo supremo, encarnado (así pues manifestado) en Jesus-Cristo, Aquel que es para el Cristiano la fuente por quien se produce en el hombre todo lo que es Amor y por quien subsisten y se mueven el Cosmos, el Sol y las otras Estrellas.
5º Pero, precisamente, al tratarse de entrada las cuestiones propiamente metafísicas en su rango primordial (ya se trate de la Mahaprajna paramita en el Lamaísmo, de los Brahma Sutras en el Brahmanismo, etc.) una sección importante de la enseñanza sagrada de Oriente trata sobre la descripción cosmológica de la Manifestación universal en sus relaciones con el Estado humano (Abidharma en el Lamaísmo, etc.) así como sobre las relaciones individuales y sobre las técnicas correspondientes (Tantras o Rgyud).
Ahora bien, esta descripción puramente fenoménica pone en juego todos los procesos englobados muy sumariamente en aquello que los antiguos Pitagóricos llamaban la metempsicosis y de la cual querríamos intentar dar al menos una ligera idea.
6º El estado humano, caracterizado por la posesión del Manas (órgano mental) (simple participación por otra parte en el Manu cósmico) comporta un cierto número de características psicológicas[13], entre las cuales se encuentra la memoria.
Por una parte, la serie interna de los estados que recorre un hombre en el transcurso de su existencia individual engendra la determinación del estado de existencia que sucederá a este estado humano.
Por otra parte, la serie externa (correspondiente a la precedente) de sus actos en el transcurso de su existencia presente ha engendrado en el mundo grosero como en el mundo sutil, series de causalidades, entre las cuales un gran número pertenecen a estos complejos psico-mentales que tenemos la costumbre metafísicamente errónea de considerar como constituyendo al ser individual humano que conocemos (mientras que no son más que elementos que forman un agregado, como los elementos físicos que entran en la composición del cuerpo grosero saliendo después, en el transcurso de la existencia).
Estas series de causalidades, desplegándose después de la muerte, engendran sucesiones de estados psico-mentales, centralizados (o agregados) sobre una o varias existencias individuales, que serán a este respecto, en este límite y bajo esta forma, la continuación en el dominio psico-mental de la existencia psicológica del desaparecido.
Así se constituyen las “reencarnaciones” del muerto, en verdad no tienen nada en común con la reencarnación, puesto que se trata exclusivamente de una metempsicosis.
7º Éste es el lugar para añadir que en algunos casos la concentración unificante de la vida psicológica en el curso de una existencia humana puede ser tal, que casi todos los elementos psicológicos que estaban ligados a esta existencia sean llevados a reagruparse en una misma nueva existencia humana, de tal modo que la continuidad serial así creada da la ilusión de una transmisión substancial.
Igualmente, en el arco iris, las gotas de agua entran en la zona donde la ilusión coloreada aparece localizada por un observador, después, salen, sin que en realidad haya ningún color que subsista en el punto donde se lo ve, al no estar soportado por ninguna substancia coloreada.
8º Por otra parte, en algunos casos, la realización de un estado en el que elementos no-individuales, no-humanos, se manifiestan a través de la forma humana (ver más arriba lo que se ha dicho a propósito de la realización metafísica) se acompaña justamente de la realización de esta concentración unitaria que acabamos de considerar. En estos casos, la continuidad serial considerada se acompaña de una continuidad análoga de la manifestación del elemento no-individual no-humano, y los casos que consideramos ahora corresponden a lo que el Lamaísmo designa como Tulkous (por ejemplo, el Dalai-Lama, Tulkou parcial de Soubhouti al mismo tiempo que de Avalokiteswara que por otra parte continúa su existencia bajo las diversas formas y condiciones que corresponden a su definición y a sus funciones).
Por otra parte, una transmisión semejante permanece, hay que decirlo, sujeta a muchas incertidumbres, puesto que está subordinada a las condiciones cósmicas generales, y los agregados de elementos que así se suceden en series pueden sufrir cambios por adiciones, sustracciones, o incluso modificaciones correlativas a las modificaciones de la biología humana sobre el conjunto de la Tierra en el curso de la duración.
9º finalmente, para terminar con este orden de cuestiones debemos añadir que igualmente que en nuestro mundo occidental, muchos fieles perfectamente incapaces de toda actividad propiamente intelectual toman literalmente la terminología religiosa, y, de hecho, adoran más o menos conscientemente imágenes talladas o pinturas, o bien imágenes psico-mentales, igualmente en Oriente la multitud poco dotada desde el punto de vista metafísico o poco instruida ve fácilmente en los fenómenos de continuación serial que acabamos de describir lo que los ocultistas y neo-espiritualistas de todo tipo entienden por reencarnación.
Por otra parte el poderoso esfuerzo de occidentalización del Oriente, al cual nos referimos al principio de este estudio, se ejerce naturalmente sobre este punto así como sobre todos los demás en el sentido más adecuado para destruir todo lo que constituye el espíritu tradicional, de modo que sea posible allí tanto como en todas partes la conquista del poder terrestre por todo lo que hay de más bajo y más opuesto al orden jerárquico de los valores reales.
V
Conclusión
A manera de conclusión, insistiremos una vez más sobre la extraordinaria potencia de sugestión, sin cesar creciente, del poder de iniquidad que dominará enteramente el mundo exterior antes del fin de ciclo. Sabemos que habrá un momento en el que cada uno, solo, privado de todo contacto material que pueda ayudarle en su resistencia interior, deberá encontrar en sí mismo, y sólo en él, el medio de adherir firmemente, por el centro mismo de su existencia, al Señor de toda Verdad. No es ésta una imagen literaria sino la descripción de un estado de cosas que quizás no está muy alejado. Pueda cada uno prepararse para ello y armarse de una rectitud interior tal que todas las potencias de ilusión y corrupción sean sin fuerza para hacerlo desviar. Nada podría ser mejor que la obra de René Guénon para facilitar a los Occidentales esta preparación
Hércules, hijo de Júpiter, realizó los doce trabajos esotéricos referidos por la Gnosis.
1. Matar al león de Nemea y tomar su piel: La fuerza de los instintos y pasiones incontroladas que todo lo devasta y devora. Este es el fuego que debemos controlar, utilizar de manera correcta, transmutando esas energías y no derrochándolas.
2. Matar a la hidra de Lerna: Los defectos psicológicos. Que los podemos definir como los 7 pecados capitales (Ira, lujuria, gula, pereza, orgullo, envidia y codicia) así como otras ramificaciones que se derivan de estas siete cabezas de legión, que son al fin y a la cabo lo que podemos denominar como nuestra personalidad lunar, yoes, egos o agregados psicológicos que nos hacen sufrir, así como tener una mala relación con nosotros mismos y con los demás, estos son los principios de toda mala relación con el exterior y con nuestro interior. Las causas del dolor están justamente erradicadas en estas 7 cabezas de legión.
3. Capturar al jabalí de Erimanto y a la cierva de Cerinia: Las bajas pasiones animalescas que atrapan alma.
4. Limpiar los establos de Augías en un día: Fondos subconscientes sumergidos. Aquellos defectos que sentimos que tienen los demás pero que en nosotros no los reconocemos.
5. Matar a los pájaros del Estínfalo: Agregados psíquicos brujescos de los trasfondos inconscientes. Aspecto que existen en nosotros relacionados con comportamientos egoístas y con todo arte de suertes que se alejan de una voluntad superior.
6. Capturar al toro de Creta: Impulsos sexuales irreflexivos, pasionales, inhumanos elementos desordenados que existen en nuestro interior.
7. Robar las yeguas de Diomedes: Elementos pasionarios infrahumanos, profundamente sumergidos en nuestros propios abismos subconscientes e inconscientes.
8. Eliminar al Ladrón Caco: El mal ladrón que saquea nuestro Centro Energético para satisfacer animalescas pasiones.
9. Robar el cinturón de Hipólita: Aspecto psíquico femenino de nuestra propia naturaleza interior. Hay que comprender el aspecto femenino desde el punto de vista de masculino y viceversa.
10. Robar el ganado de Gerión: Desprendimiento. De todo lo terrenal de todo lo efímero, de todo aquello que pertenece al tiempo.
11. Robar las manzanas del jardín de las Hespérides: Formación del Conductor, fusionando todo tipo de virtudes, átomos Divinos, sephirotes, etc.
12. Capturar en los infiernos a Cerbero: El perro guía, el instinto sexual. En definitiva uno se convierte en dueño de sí mismo y nada ni nadie puede alterar la voluntad del Cristo.
Un estudio bien detallado de éstos Doce Trabajos nos permite integrarnos con el Cristo Cósmico. Hércules, el instructor del Mundo interno, cada vez que viene a trabajar con el Templo Interno tiene que realizar el mismo Trabajo.
Este es un trabajo de pacificación completo. Necesitamos ser humildes para alcanzar la Sabiduría y después ser más humildes
http://www.nematollahi.org/revistasufi/leerimp.php?articulo=108
Los orígenes sufíes de San Juan de la Cruz
Terry Graham
Los escritos de uno de los santos más eminentes de la Iglesia Católica, y uno de los más grandes poetas españoles, una flor de la literatura española del Renacimiento, presentan todos los indicios de haber sido profundamente influidos por el sufismo. Aun así, no hay prueba alguna de que San Juan de la Cruz (1542-1591) haya tenido jamás ningún contacto consciente, ni siquiera indirectamente, con el sufismo. Vivió en el siglo posterior a la conquista cristiana del reino de Granada, último baluarte musulmán en la Península Ibérica. Como clérigo de una Iglesia en cuyo seno estaba la Inquisición, San Juan debía incluso estar más apartado que la mayoría de los laicos del tipo de interacción que en su día disfrutaran los miembros de las comunidades cristiana y musulmana en el apogeo de los siglos precedentes, cuando eran posibles esos contactos
San Juan, por el contrario, a pesar de ser igualmente pionero con la originalidad de su obra, no tuvo seguidores. De hecho, como señala López-Baralt, los expertos en literatura española a lo largo de las épocas, tanto españoles como extranjeros, han quedado profundamente perplejos por la aparente «extranjería» de los versos de San Juan, en comparación con la corriente principal de la poesía hispánica. Sin embargo, una experta contemporánea, que no tuvo dificultades con los versos aparentemente exóticos del santo, es Annemarie Schimmel, quien, como colega, confesó con simplicidad a López-Baralt que «nunca le había extrañado la poesía comentada delirante de San Juan, porque la había leído siempre como si fuera la obra de un sufí» (L-B 1994, pp. 528-530).
¿Cuáles de las características de la poesía sufí tienen las obras de San Juan? En su trabajo exhaustivo de investigación, López-Baralt presenta su tesis que conecta, a primera vista, a San Juan con el sufismo, al analizar las pruebas que se ponen de manifiesto en su poesía —una tesis estrictamente intuitiva, pues no hay evidencias históricas que puedan probarla. Sin embargo, por circunstanciales que sean las evidencias, el testimonio que constituyen las obras del santo es impresionante en sí mismo.
En primer lugar, la poesía de San Juan representa una ruptura total con la tradición española, y cristiana en general, y está repleta del imaginario sufí.
En segundo lugar, el santo español no sólo utiliza el mismo conjunto de imágenes que usan los poetas sufíes —pues otros poetas españoles de generaciones posteriores, como Calderón y Lorca, también tomaron prestadas muchas de ellas—, sino que sus construcciones poéticas, como las de los sufíes, no son meras metáforas. Son símbolos visionarios, que expresan el estado espiritual del poeta, y están por tanto sujetos a diferentes interpretaciones de acuerdo con el contexto que refleja el estado del poeta.
En tercer lugar, San Juan utiliza las imágenes sensuales de los sufíes, en el que vino y embriaguez significan éxtasis y elevado estado espiritual, y en el que el poeta (o en el caso de San Juan, el alma, como figura femenina) es el enamorado y Dios el Bienamado, de forma tal que los poemas pueden en muchas ocasiones tener una lectura sentimental, erótica incluso, si no se tiene en cuenta este simbolismo.
En cuarto lugar, esa forma de expresarse, festiva y amorosa, se enmarca generalmente en la poesía popular convencional. Las canciones de San Juan son, en cierto sentido, comparables a los qazales de los poetas sufíes árabes y persas.
En quinto lugar, San Juan utiliza con frecuencia, como los sufíes, un planteamiento «inconexo» en su poesía al pasar de una estrofa a otra, en lo que parece una estructura no secuencial, al igual que lo hacen en sus qazales, verso a verso, poetas como Ibn ′Arabi, Hāfez o Rumi. Su imaginario es frecuentemente también, como el de ellos, de una cualidad que hoy podríamos llamar «surrealista».
En sexto lugar, San Juan nos ofrece un comentario sobre sus poemas, como hicieron Ibn ′Arabi, Ŷāmi, ′Erāqi y otros en las áreas persa y árabe; la principal característica del comentario de San Juan consiste, como los sufíes, en que, lejos de ser literal o alegórico, está con frecuencia compuesto de términos puramente visionarios, al igual que el poema al que se refiere, de forma que el analista a menudo, en lugar de ofrecer una interpretación lógica para una construcción poética o para una frase, define un símbolo en términos de otro.
Finalmente, hay resonancias de la doctrina sufí en los escritos de San Juan.
En cuanto al primer punto, el uso por San Juan del imaginario sufí, encontramos, en primer lugar, las imágenes que López-Baralt cita como documentadas en su día por el erudito pionero en esta materia, Miguel Asín Palacios; entre otros, el símbolo de la noche oscura del alma, el uso de un modo de expresión sensual y no ascético o sermoneador, y la descripción de la alternancia de estados de expansión y contracción (L-B 1985, p. 10).
Están luego las imágenes halladas por la erudita contemporánea, que incluyen «el vino de la embriaguez mística», en cuyo contexto «San Juan alude incluso al licor de granada, que simboliza la unidad que subyace en la multiplicidad de los granos de esta fruta»; las «lámparas de fuego que iluminan el alma extática y que representan los atributos de Dios»; la «fuente interior»; el «cabello que cuelga en el cuello de la enamorada y que sirve de anzuelo para atrapar al Bienamado»; el «pájaro solitario del alma en vuelo extático»; además de animales, árboles, flores y otras imágenes de la naturaleza con connotaciones convencionales con los poetas sufíes de todo el mundo islámico (L-B 1994, p. 530).
Sobre el símbolo del «pájaro solitario», López-Baralt señala la referencia que hace San Juan de sí mismo, como un halcón buscando su presa, en la primera estrofa de una de sus Coplas a lo divino:
Tras de un amoroso lance,
y no de esperanza falto,
volé tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance.
(San Juan de la Cruz 1991, vol I, p. 76)
Señala cómo, en el contexto sufí persa, prevalece la imagen de un halcón o de un pájaro solitario para el alma anhelante, o para el enamorado. Hallāŷ (m. 920) exclamaba: «Vuelo con mis alas hacia mi Amado», y Bāyazid Bastāmi (m. 877) se llama a sí mismo «un pájaro con cuerpo de Unicidad».
López-Baralt resalta una correspondencia particularmente asombrosa en un referente simbólico, cuando San Juan alude en sus escritos en prosa al «pájaro solitario» que «no tiene color determinado», que refleja la posición sufí de que el alma perfecta no tiene color. «Así es el espíritu perfecto», comenta San Juan, el que disfruta «la determinación en ninguna cosa» (Ibíd., p. 271, citando diferentes pasajes de la edición de Vida y obras completas de las obras del santo).
Salam Aleykum
Permiteme que copie lo siguiente de un artículo que me gusta muchísimo
Al Nour. «El nombre se podría traducir en castellano como la luz, y eso es precisamente lo que queremos ser, una agrupación que ayude e ilumine a todas las mujeres musulmanas que residen en Eivissa y Formentera», asegura su presidenta Nadia Schtoun.
Para ello, según su representante, se intentará apoyar al colectivo femenino en temas tan graves como los malos tratos o la violencia de género.
Hay una verdad, dios, y Allah es el ganador,
La luz es siempre quien abre
Hay muchas formas de malos tratos, unos se ven otros son sutiles
gracias a Dios que hay gente como estas personas con la Luz de Mohammad, guiandolas y abriendo puertas a otros hermanos, son rocas, fuertes, por eso mohammad, la depositó ahí
El que lucha por la libertad del hermano, la Luz que sabe estar y no se doblega ante la oscuridad, por el bien de sus hermanos,,
todo lo que venga de abajo para derrumbar la lucha por la libertad de la mujer, no puede alcanzarles, son rocas…estamos en tiempos donde la kundalini de la tierra, está moviendose de forma sensible pero fuerte, abriendole caminos a las mujeres
Rezar por personas como estas es algo muy hermoso que podemos hacer en agradecimiento a su esfuerzo y trabajo
Bendiciones
Hawa
Alejandra;gracias me encanta rené guenón
Lineage
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In the Name of Allah, the Tenderly Compassionate, the Infinitely Compassionate.
The initiatory power received as one enters the Nur Ashki Jerrahi Order streams from the Divine Heart and from the heart of the beloved Prophet Muhammad, may Allah embrace him in the peace of perfect union. This light of transmission flows through the incomparable Hazreti Fatima and Hazreti Ali, daughter and son-in-law of the Prophet, and heart to heart through eleven centuries of mystic shaykhs, to the founding pir of our order, Hazreti Pir Muhammad Nureddin Jerrahi, born in Istanbul in 1678 CE. The unbroken chain of transmission continues until it reaches these shores with Nureddin Jerrahi’s nineteenth successor, Shaykh Muzaffer Ozak al-Jerrahi. In 1980 in the Masjid al-Farah, Shaykh Muzaffer placed the crown of the order, the taj, upon the head of Lex Hixon, Nur al-Anwar al-Jerrahi, and then upon the head of Fariha al-Jerrahi, who were kneeling side by side. For the remaining fifteen years of his life Shaykh Nur spread the lineage through the Americas. His vision of Universal Islam opens a new era of spiritual flowering.
When personally linked with the hand of the shaykh, the dervish becomes an illumined vessel for the light of the lineage, and an outpouring of the Divine Heart.
Islam is like clear water poured into different vessels. It takes the color and shape of each vessel.
– Shaykh Muzaffer al-Jerrahi
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LA MATRIZ DE LOS NOMBRES DIVINOS
Debes saber que la Esencia (adh-dhât) significa el Ser absoluto en su ausencia de todo vínculo, relación, asignación y aspecto. No es que todo ello se sitúe fuera del Ser absoluto, al contrario, todos estos aspectos y lo que implican están contenidos en Él. No se hallan ni individualmente ni como relaciones, sino que son esencialmente el Ser absoluto. Éste es la Esencia pura en la cual no se manifiestan ni nombres ni atributos, ni relaciones, ni vínculos, ni nada similar. Cuando algo se manifiesta, su aspecto es atribuido a aquello que soporta dicha manifestación, y no a la Esencia pura, pues el principio de la Esencia es precisamente la síntesis de las realidades universales e individuales, de las asignaciones y de las relaciones, síntesis que es a la vez su subsistencia y su desaparición bajo el dominio de la Unidad de la Esencia. Cuando se considera en Ésta una cualidad, o un nombre, o un atributo cualquiera, es siempre en virtud de tal punto de vista que esa cualidad existe, y no en la Esencia como tal. Por esto decimos que la Esencia es el Ser absoluto; no decimos que sea el «Ser antiguo» ni el «Ser necesario», para evitar toda condición que La limitara. Sin embargo, se sabe que la Esencia no es sino la Esencia por la que el Ser es necesario y antiguo. Nuestra expresión «Ser absoluto» no indica ninguna condición, pues el significado de la palabra «absoluto» consiste precisamente en negar toda condición.
Debes saber que la Esencia pura y simple posee, en tanto que Ella «desciende» de Su pureza y simplicidad primeras, tres irradiaciones que participan de una cierta manera de Su pureza y simplicidad. La primera de estas irradiaciones es la Unidad (ahadiyah), en la que no se manifiesta ninguna relación, asignación, nombre, cualidad ni nada semejante; Ella es la Esencia pura; pero, como la idea de la unidad le es asignada, se separa en cierto modo de la simplicidad absoluta.
La segunda irradiación es la Aseidad (al-huwiyah). En ella, ninguna de las cosas mencionadas se manifiesta, a excepción de la Unidad; participa entonces de la simplicidad divina, pero en un grado menor que la Unidad, pues se caracteriza por la idea de la no-presencia, según el significado del pronombre Él (huwa), que simboliza a la persona ausente por oposición a yo y tú.
La tercera irradiación es el Yo divino (o el Sujeto divino: aniyah, de anâ, «Yo»). Tampoco en él se manifiesta nada excepto la Aseidad, de manera que igualmente participa de la simplicidad divina, aunque en un grado aún menor que la Aseidad, puesto que se caracteriza por la idea de conciencia personal y de presencia, lo que le hace estar más próximo a nuestro rango que la Aseidad, que implica la idea de lo inaccesible y de lo no-manifestado…
Por «aquellos que han realizado la Esencia» (adh-dhâtiyûn) se entiende a los hombres en quienes subyace la realidad sutil divina, en el sentido en que dijimos que Allâh, cuando Se revela a Su servidor y Él extingue la individualidad, establece en él una realidad sutil divina que puede ser de la naturaleza de la Esencia o de la naturaleza de las Cualidades divinas. Cuando es de la naturaleza de la Esencia, la constitución (haykal) humana en la que ella mora será el ser único perfecto, el soporte universal, el polo alrededor del cual gira la existencia, aquel al que se dirigen la inclinación y la prosternación en la oración ritual. Por él, Allâh salvaguarda el mundo. Él es el Mahdî (1), el Sello de la Santidad y el representante (al-khalîfah) de Allâh sobre la tierra. A él se refiere la historia de Adán (2). Él influye sobre las realidades de la existencia, del mismo modo que el imán atrae al hierro. Él domina el cosmos por su grandeza, y por su potencia hace lo que quiere (3). Nada le es oculto, y ello porque la realidad divina sutil, que mora en este santo, es esencia pura, libre de toda condición divina o criatural, de manera que nada le impide acordar a cada grado de las existencias divinas o creadas la realidad que él posee. Pues lo que podría impedir a la esencia identificarse con las realidades no es sino una condición cualquiera, divina o criatural, que le fuera impuesta; ahora bien, no hay coacción alguna, pues ella es esencia pura; todo se encuentra en acto, y no solamente en potencia, cuando no hay impedimentos. Las cosas están contenidas en las esencias de los seres, sea en potencia, sea en acto (4), según las condiciones limitativas. Estas condiciones desaparecen, sea por una mirada (wârid) que alcanza a la esencia, sea porque espontáneamente estallan. De hecho, las condiciones limitativas pueden disolverse por un estado espiritual (hâl), por una intuición instantánea (waqt), por una Cualidad (sîfah), o aún por otras actualizaciones de este orden. Ahora bien, la Esencia trasciende todo ello, y es porque Ella «da a cada cosa su naturaleza, y luego la guía» (Corán, XX, 52).
Si los hombres de Allâh no estuvieran individualmente excluidos de la revelación de la Unidad (ahadiyah), y con mayor razón de la revelación de la Esencia, podríamos hablar de la Esencia describiendo extraños estados de revelación, y dar maravillosas pruebas divinas esenciales, ajenas a toda aparición o interferencia de los Nombres y de las Cualidades, o de cualquier otra cosa. Extraeríamos estas pruebas de los tesoros ocultos de la No-Manifestación, por medio de llaves no-manifestadas, y las expondríamos, con expresiones sutiles y medidas, sobre la faz evidente de la conciencia «objetiva», a fin de que los cerrojos de las inteligencias se abrieran con estas mismas llaves, y de que el servidor se deslizara, a través de los ojos de aguja de la Vía, que velan a las
Cualidades divinas y que protegen las luces y las tinieblas, hasta el paraíso de la Esencia (5).
«Allâh guía hacia Su luz a quien quiere; Allâh da símbolos para los hombres, y Allâh conoce toda cosa» (Corán, XXIV, 35).
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El pecado
Esta es una manera de presentar en una forma didáctica, para ser entendida, un misterio enorme de unidad de todo lo creado con su Señor. Es una forma inteligible de presentar las cosas.
Soplarle al feto el ruhj de Allah es soplarle el germen del alma, acto por el cual un simple animal mamífero que es ese feto se convierte en un ser humano. Hasta ese momento es sólo un mamífero, del reino animal. Así se convierte en una criatura humana unida a su principio que es el ruhj, a través de una promesa que hizo en la trans-historia, antes de que existiera el tiempo, cuando Allah le preguntó a todas las almas suscitadas si lo reconocían cómo único Señor y todas las almas respondieron “sí”.
Eso es lo que hace a un ser humano ser humano.
Un ser humano que lo desconoce, que lo niega, que cree que sólo procede de mamá y papá está en un estado de pecado original, está expulsado del paraíso, él mismo se expulsó. Ese es el único pecado, no hay otro.
Dicen los maestros del tasawuf, que un ser humano puede ser, desde el punto de vista social o moral, una excelente persona, no haber robado nunca, no haber engañado a nadie, ser un buen padre, etc. Pero al desconocer que procede de un principio divino, y que su alma se la debe a su Señor por el cual él está en este mundo, ese hombre está en estado de pecado.
Al estar en estado de pecado sucede algo que los maestros que saben dicen que es convertir a una realidad en una fantasía. Al reconocer su Unidad, el Principio del cual viene, y sin el cual no podría ser, o sea el Ser Necesario de los aristotélicos, y desligarse de una forma ilusoria este ser humano del mismo, se convierte ese ser humano en una fantasía, como en una película, en nada. Es el estado de dormido del cual hablan los sufis. Es un hombre que esta unido a su Señor, porque si no, no hubiera nacido, pero que lo niega.
Es una paradoja enorme, una crueldad que nos hacemos, procedemos con violencia respecto a nosotros mismos al negar lo que somos.
El Corán dice «el hombre aceptó el conocimiento porque es violento e inconsciente»
El hombre se niega a sí mismo, se desgaja sin desgajarse. No puede hacerlo, porque respiramos gracias a ese principio divino. No vamos a hablar de la cuestión biológica, de la función de los pulmones etc. Cuanto más hablamos de eso, y tratamos de convencernos de que sólo por eso respiramos, más nos desgajamos. Porque negamos el Principio de las cosas, y le damos validez a la herramienta que hace funcionar el Principio.
La situación del hombre es realmente una tragicomedia.
Es la broma más fina, más cruel y completa de Sheitan el maldito, que nos ha convencido de eso. Ese es el estado de pecado, el pecado original. No hay otro. Es el pecado que hizo salir a Hazret Adán del paraíso.
Adán es el segundo ser emanado o la tercera inteligencia, y en la fracción de segundo que él duda, que cree que se creó a sí mismo, sucede el pecado.
Es menos de un segundo, porque se rectifica según la leyenda, pero en esa fracción de segundo ya ha sido creado el tiempo. Porque su negación ha creado el tiempo.
Los sheijs que explican esto como yo lo he visto, ponen un punto: es el akl kudsi, también está la tableta, el alma, el nafs. Adán niega esa unidad, se niega, a pesar de estar unida en el punto. Se niega y el sheij hace una línea: Cae, sale del punto y en ese caer se crea el tiempo y el espacio. Eso es la expulsión. Ese es el pecado original que estamos pagando. Un punto, una línea, una caída, el espacio que va creando la línea a medida que cae, el tiempo de caída. Y si el punto es el centro de un círculo, Adán está en todos los puntos que forman la circunferencia del círculo. Es como que Adán al separarse, el principio se expande y forma todos los universos.
Pero la caída de Adán era necesaria
El sentido del Islam es recordar.
Dhikr significa recuerdo, del retorno. Nos olvidamos que estamos padeciendo acá lo ilusorio.
Dice Ibn al Arabi que todos los seres humanos retornarán a su Señor, algunos de buen grado y otros a la fuerza, o sea no creyendo.
Si yo estoy en una cascada, y estoy siendo arrastrado, puedo no creer en la cascada, pero igual me está arrastrando. La diferencia es que creyendo el tránsito puede ser mejor que luchando contra algo que es imposible.
Todos los sheijs son acordes en decir, sin excepción, que el viaje es una forma didáctica de presentar las cosas, porque nadie se fue de ningún lado, por lo que es un viaje de sí mismo a sí mismo, no hay ruta, no hay camino, no hay viaje. La paradoja está en que te creíste que te fuiste. Y si te creíste que te fuiste, te fuiste.
Es una gran paradoja.
Una definición de sufismo podría ser: retornar al lugar del cual nunca te fuiste. O convencerte de que nunca te fuiste del lugar que tu crees haber dejado atrás.
El ser humano está formado por materia de la tierra y materia del cielo. Cada materia retorna al lugar de origen. Lo que sucede es que en el olvido uno cree que pertenece a la tierra nada más. Entonces, pues te quedas en la tierra.
¿Qué significa quedarse en la tierra?. Cada uno de nosotros está enormemente ensimismado en mirarse el ombligo. La función de los sheijs es tratar de levantarles la cabeza.
Estar ensimismado es creer que los problemas que cada uno tiene, son lo más importante. Con mucha razón alguien podría decir, «de que me habla usted si tengo cáncer, o si me pasa esto o aquello, y usted me habla del cielo».
La fuerza del sueño es inmensa.
Un sheij dijo una vez:
Tú no eres una tía que se muere, tú no eres tu cáncer, tú no eres tu esposa que te abandonó, tú no eres tu pobreza.
Tú estás ahora transitando por una situación así pero tu no eres eso.
Con lo cual el problema no se elimina, pero sí se corta el arrastre del problema hacia la tierra.
Una tariqa no tiene fórmulas mágicas.
Si no se toma uno mismo la medicina y no se pone en práctica son palabras que se lleva el viento, y al terminar este día volvemos a mirarnos el ombligo.
Hay una trampa muy grande, porque intelectualmente entendemos, pero eso no significa que baje. La práctica está en el corazón, ese es el campo de batalla, las emociones.
Nosotros estamos agarrados por las emociones, con nuestro pasado personal, desde los siete años para acá, dicen los hombres sabios.
Hazret Pir me ha dicho: «Tú eres una pobre imitación de sheij y eres tan inepto y tan ignorante que Allah hutallah te ha dado un arte para que te ayude. Porque si fuera por ti, pobre de tus derviches.”
Pídanle a Hazret Pir, él escucha los pedidos sinceros.
Cada tariqa tiene su fundador. Los derviches hemos perdido fe en los polos, y le pedimos a Allah.
Cuenta una leyenda que un derviche naqshbandi iba por el desierto con un derviche bektashi. Ambos tenían sus camellos, a los cuales cuidaban mucho. En el final de cada jornada el naqshbandi le rezaba a Allah y el bektashi a su sheij, para que protegieran a sus camellos. El naqshbandi le decía indignado «como le pides a tu sheij y no a Allah que todo lo puede». El bektashi sonreía y no contestaba. Una mañana el camello del bektashi estaba amarradito y el del naqshbandi se había ido. Este último desconsolado lloraba. Le echaba la culpa al bektashi. Este le preguntó entonces: «¿cuántos millones de almas hay?», «Pues muchos millones», «Bueno, si Allah hizo que tu camello se perdiera, alguien lo va a agarrar, se va a beneficiar». «¿Y el tuyo?», «Mi sheij me tiene solo a mí, me cuida a mí solamente».
Hazret Pir es sólo un soporte de la voluntad de Allah. Por sí mismo no puede hacer nada. Pero con el permiso de Allah puede dar favores.
Aleikum Salam.
Sohbet pronunciado por Abdul Qader Baba con fecha 27 de Abril de 2002. Parte II
http://www.jerrahi.org.ar/material-derviche/discursos/14-el-pecado
supongamos que uno confiesa la Unidad divina, y se muestra incluso como absorbido en el océano de la Unidad divina, y que otro rechaza todo esto y pretende que las palabras del primero no resultan de un estado (hâl), sino que son el producto natural de la aplicación del pensamiento (fikr) y la reflexión (rawiyya); pues bien, este último se enfada en seguida y se deja llevar por la cólera, sin darse cuenta de que esto prueba precisamente la verdad de las palabras de su adversario, ya que si fuera de otro modo, él reconocería al Agente universal y absoluto bajo la figura de la contradicción que él experimenta de parte de ese adversario, y la cólera no se apoderaría de él.
El conocimiento divino (al-ma’rifat al-hililla) tiene varios grados. El primero es, como ya hemos dicho, el estado de aquel que sabe que todo efecto que experimenta proviene del Agente universal y absoluto; el segundo es el estado de aquel que sabe con certeza a cuál de los atributos del Agente universal y absoluto debe referir el efecto que él experimenta; el tercero es el estado de aquel que comprende cuál es la voluntad de Allah en la manifestación de cada atributo particular; y el cuarto, por último, corresponde a aquel que reconoce el atributo de la ciencia de Allah (‘ilm al-hila) bajo la figura de su propio conocimiento[9], y se excluye a sí mismo enteramente del círculo de la ciencia y el conocimiento, más aún, de la propia existencia. Preguntó alguien un día al shayj Yunayd al-Bagâdî[10] qué cosa era el conocimiento: «Es, respondió, la existencia de tu ignorancia (ÿahl)[11] cuando aparece Su ciencia. —Explicaos más, por favor, le pidió el otro—. Él (Huwa), añadió, es el Conocedor (al-’ârif) y el Conocido (al-ma’rûf)». Cuanto más se avanza en los grados de la proximidad (al-qurb) y más manifiestas se vuelven [para el ‘arif] las señales (âzâr) de la Grandeza divina (al-‘azamat al-ila’hiyyah), más adquiere éste también la ciencia de la ignorancia (‘ilm al-jahl) y más crece en el conocimiento de su propia nada (nakira)[12]. Su perplejidad (hayra)[13] se suma a la perplejidad, y un grito se alza desde el fondo de la naturaleza del ‘ârif, quien dice: «Señor mío, hazme cada vez más perplejo en Ti»[14]. Este estado que acabamos de señalar es la ciencia del conocimiento (‘ilm al-ma’rifa) y no el conocimiento (ma’rifa), pues éste es algo que participa del éxtasis (wiÿdân)[15], y no hay expresión alguna que pueda traducirlo: la ciencia no es más que un prolegómeno (muqaddima). Así, el conocimiento sin la ciencia es algo imposible, y la ciencia sin el conocimiento, algo perjudicial[16].
Sabed que los hombres, en razón de los distintos grados a que han llegado, se dividen en tres clases. La primera es la de los llegados [al objetivo] (al-wâsilûn) y los perfectos (al-kâmilûn): es la clase más alta. La segunda es la de los que avanzan (as-sâlikûn) en la Vía de la perfección (tariqat al-kamâl)[17]: es la clase intermedia. La tercera es la de los que permanecen (al-muqîmûn)[18] en la tierra baja de la limitación (naqs)[19]: ésta es la clase inferior.
Los llegados son los que gozan de la proximidad (al-muqarrabûn) y los que se han adelantado (as-sâbiqûn). Los que avanzan son los puros (al-abrâr) y los compañeros de la derecha (ashâbu’l-yamîn). Y los que permanecen son los malos (al-ashrâr) y los compañeros de la izquierda (ashâbu’sh-shimâl)[20]. Entre los que han llegado al objetivo (ahl al-wusûl), después de los profetas (anbiyâ’)[21], se cuentan dos órdenes de personas. Están primero los shayjs de los sufíes, que siguiendo perfectamente las huellas del Profeta han alcanzado el objetivo [supremo], y que, después de esto, a su vuelta, han recibido la orden y la autorización de llamar a los hombres a la vía de su ejemplo: son los perfectos encargados de perfeccionar (kâmilun mukammil), hombres a quienes el favor (fadl) y la providencia (‘inâya) divinos, después que han sido absorbidos en la fuente (‘ayn) de la concentración unitiva (ÿam’) y en el abismo de la realización de la Unidad divina, han juzgado dignos de escapar del vientre del pez de la extinción (fanâ’) para ser arrojados a la playa de la separación (tafriqa) y en la arena (maydân)[22] de la subsistencia (baqâ’), para que sirvan de guías a los hombres y les muestren la vía de la salvación (Jalâs) y de los grados [de la vida espiritual][23]. En segundo lugar, están aquellos que, una vez llegados al grado de la perfección, no han recibido el encargo de perfeccionar a los demás y de volver a los hombres, sino que permanecen sumergidos en el océano de la conciencia unitiva (al-ÿam’), y tan extinguidos y perdidos en el vientre del pez de la extinción, que ningún recuerdo, ningún rastro suyo llega a la playa de la separación y a la región de la subsistencia. Han sido admitidos en las filas de los que viven en los pabellones (qibâb)[24] del amor celoso (al-gayra) y han fijado su residencia en la región de la perplejidad (hayra); después de haber llegado completamente, no son encargados de perfeccionar a los demás.
Entre los que avanzan (ahl as-sulûk), hay también dos clases de personas: los que persiguen (at-tâlibûn)[25] el objetivo más elevado (al-maqsad al-a’lâ) y aspiran (al-murîdûn) a la Faz de Allah [como se dice en el Corán, VI, 52]: «Desean Su Faz» (yuridûna waÿhahu), y los que persiguen el paraíso y aspiran a la vida futura (al-âjira)[26] como ha sido dicho: «entre vosotros hay quien desea la vida futura» (wa minkum man yurîdu’l-âjira). Los que desean a Allah se dividen todavía en dos clases: los mutasawwifa y los malâmatiyya[27]. Los primeros son hombres que ya han sido liberados de algunos de los atributos naturales del alma, que han adquirido algunos de los estados y cualidades propios de los sufíes, y que han llevado su mirada y dirigido sus esfuerzos hacia los estados más perfectos de estos mismos sufíes. Pero son detenidos por algunos restos de cualidades del alma a los que todavía se adhieren, y, por esta razón, han quedado atrás y no han alcanzado los grados máximos y los puestos más elevados entre los sufíes y los hombres que gozan de la proximidad [de Allah] (ahl al-qurb). Por lo que se refiere a los malâmatiyya, éstos son hombres que consagran todos sus esfuerzos para observar en toda su regla de vida (ri’âya) una perfecta pureza de intención (ijlâs)[28], y para no apartarse en nada de la regla fundamental (qâ’ida) de la veracidad (sidq); se imponen como deber riguroso el de ocultar a los ojos de los hombres sus buenas obras y no mostrar el bien que practican, sin descuidar, no obstante, ninguna acción virtuosa, e imponiéndose la ley de guardar, no sólo todos los preceptos obligatorios (farâ’id)[29], sino incluso las prácticas piadosas supererogatorias (nawâfil)[30]. Su carácter propio (lawâzim)[31] es el de aplicarse, en toda circunstancia, a realizar en su conducta el sentido expresado por la palabra pureza (ijlâs); y su placer se cifra en que sus actos y sus estados sólo sean vistos por Allah. Tanto como se preocupa quien desobedece a la Ley por esconder su pecado, de igual modo se aplican los malâmatiyya a impedir que sus buenas acciones aparezcan al exterior, pues es esto lo que da lugar a complacerse a los ojos de los hombres[32]; actúan así para que nada empañe la pureza de que se han hecho regla fundamental. Algunas personas definen a los malâmatiyya diciendo que son hombres que no hacen que se refleje en el exterior nada de bueno y que no ocultan en ellos nada de malo.
Pero, por digno de estima y recomendable que sea el estado de los malâmatiyya, es cierto que el velo de la existencia de las criaturas no ha sido descorrido del todo para ellos, y que, por esta razón, no pueden contemplar (mushâhada) la belleza del Tawhîd y ver (mu’âyana)[33] la esencia del Tafrîd[34]. Pues ocultar sus acciones y sus estados a la vista de los hombres es dar a conocer y anunciar que ellos ven aún la existencia de las criaturas y la suya propia, cosa que es inconciliable con lo que significa la confesión de la Unidad (at-Tawhîd), ya que el alma está incluida también entre los seres que se llama otros [que Allah] (agyâr)[35], y, por consiguiente, mientras sus miradas caen sobre su propia conducta, ellos no han excluido enteramente a los otros de toda relación con sus acciones y sus estados. La diferencia que existe entre ellos y los sufíes es que la atracción del favor eterno (al-’inâya al-qadîma) ha desposeído totalmente a estos últimos de su ser, y ha hecho desaparecer de su visión contemplativa (shuhûd) el velo de las criaturas y del yo. En consecuencia, cuando practican actos de obediencia (tâ’ât)[36] y buenas acciones, ya no ven en absoluto ni a las criaturas ni a sí mismos. Así, no sienten ningún cuidado por la mirada de las criaturas, y no hacen ningún esfuerzo por ocultar sus acciones y sus estados. Si ven, por efecto de las circunstancias, que se deriva alguna utilidad de exponer sus buenas obras a la vista de la gente, lo hacen; las ocultan, por el contrario, si ven alguna utilidad en hacerlo. Así, los malâmatiyya son lo que puede llamarse mujlisûn, y los sufíes son lo que se llama mujlasûn[37], siguiendo este pasaje del Corán que expresa su estado: «Los hemos hecho puros con una disposición sincera» (innâ ajlasna’hum bi-jâlisatin) [XXXVIII, 46].
Los que persiguen la vida futura (at-tâlibûn al-âjira) se dividen en cuatro clases, que se llaman: zuhhâd, fuqarâ’, ÿuddâm y ‘ubbâd[38]. Los zuhhâd son hombres que, iluminados por la luz de la fe (nûr al-îmân) y de la certeza (iqân)[39], viendo la belleza de la vida futura, no ven este mundo (dunyâ) sino bajo forma fea, desvían sus deseos de los adornos engañosos de lo perecedero y no los conciben más que por la belleza verdadera que permanece. Lo que coloca a estos hombres por debajo de los sufíes es que Allah le está velado al zâhid por la exigencia del alma (hazz an-nafs)[40], puesto que el paraíso es un lugar agradable al alma, lugar en el que [como se lee en el Corán] «se encuentra lo que vuestras almas desean» (fîhâ mâ tashtahiya anfusukum) [XLI, 31]; mientras que el sufí, por la contemplación (mushâhadab) de la Belleza eterna, y por el amor (mahabba) del Ser (adz-Dzât) que nunca ha dejado de existir, está distanciado de este mundo y del venidero, como por un velo que le oculta a ambos a la vista: así como desvía sus deseos del mundo actual, así también los desvía del mundo futuro. Así, en cuanto al desapego (çuhd), el sufí ocupa un grado superior al del zâhid, puesto que la consideración de la propia satisfacción de su alma (hazz an-nafs) le es extraña.
Por fuqarâ’ se entiende aquellos que no poseen nada de las cosas o dignidades de este mundo, que han renunciado a todo para obtener la gracia (fadl) y el agrado (ridwân)[41] divinos. Lo que los mueve a este abandono es una de estas tres cosas: 1.ª) la esperanza (raÿâ’) de atenuar las cuentas que han de rendir o el temor del castigo (‘iqâb), pues el goce de las cosas permitidas conlleva la obligación de rendir cuentas, y el goce de las prohibidas conlleva el castigo; 2.ª) la espera (tawaqqu’) de recibir una abundante recompensa y anticiparse a los demás para entrar en el Paraíso (ÿanna), habida cuenta que los pobres entrarán en éste quinientos años antes que los ricos (al-agniyâ’)[42]; 3.ª) el deseo de disfrutar de la tranquilidad del alma y de la calma interior, a fin de poder multiplicar las buenas obras (tâ’ât) y dedicarse a ellas con el recogimiento (hudâr)[43] del corazón. Los fuqarâ’ son inferiores a los malâmatiyya y a los mutasawwifa, puesto que los fuqarâ’ persiguen el Paraíso, y tienen presente su propia parte (hazz an-nafs), mientras que los otros dos grupos desean a Allah, y tienen como objetivo la proximidad (al-qurb) a Él. Pero, por encima de este grado, existe en la pobreza (faqr) una estación más elevada que la de los malâmatiyya y los mutasawwifa, y es la que caracteriza de una manera especial a los sufíes; pues, aun cuando el grado de sufí está por encima del de faqir, lo que hay de esencial en la estación del faqir está comprendido en la estación del sufí. La razón está en que, de forma absolutamente necesaria, el sufí debe pasar por la estación de la pobreza.
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http://mundo-tradicional.blogspot.com.es/search/label/Paramarthasara%3A%20La%20Esencia%20del%20Supremo%20Significado
Tú y yo meras construcciones mentales
Esto es Ramadan
Mis Queridos Compañeros en el Camino a la Verdad:
As salamun alaykum wa rahmatullah wa barakatuhu.
Si nos preguntaran o mejor aún si nos preguntáramos nosotros mismos ¿Por qué ayunamos durante el mes de Ramadán? Creo que la respuesta mas simple y sincera sería porque Allah nos ha pedido que ayunemos. Hay mil cosas que Allah nos ha pedido hacer y mil cosas que nos ha pedido no hacer.
Sin embargo de todas las cosas que sabemos que debemos hacer, el ayuno es lo más difícil. No nos cuesta mucho esfuerzo ser justos, veraces, gentiles, generosos, incluso hacer las oraciones obligatorias correctamente y a tiempo, o pagar el zekat. Muchos Musulmanes al parecer obedecen la orden de ayunar durante Ramadán. ¿Por qué?
¿Es porque está claramente dicho en Su Libro que es obligatorio para nosotros, como también fuera ordenado a todos los hombres antes de nosotros? ¿ Es por que Él dice: «Ayunen por Mí y Yo soy quien les dará la recompensa?» ¿Es por que nuestro Maestro, el Amado de Allah (saws) dijo: «El ayuno es la luz que ilumina el corazón» y «El que ayuna asume la verdad de su humanidad.»? ¿O porque él (saws) ayunaba aún mas que el mes de Ramadán? ¿ O ayunamos por que nos damos cuenta que es una forma de devoción increíble y completa, y un intenso ejercicio para avanzar espiritualmente si es realizada conscientemente, no en forma automática y sin darnos cuenta con solo hambre como resultado?
Ayunar no es solo dominar nuestro apetito por la comida y el sexo, sino que es controlar todas las partes del cuerpo. El ayuno de la lengua es proteger nuestra lengua de decir mentiras, habladurías, decir cosas que puedan herir los sentimientos de otros, o solo hacer ruidos sin sentido, lo que a menudo es nuestro hablar. El ayuno de los ojos es evitar mirar sin realmente ver, tratar de estar atentos para observar la verdadera realidad. El ayuno de los oídos es censurar lo falso y escuchar solo la verdad. El ayuno del ego es arrojar la máscara de hipocresía, dominar el orgullo y la arrogancia y resistirse a las terribles demandas de lujuria, lujo y glotonería.
Luego está el ayuno interno de la mente y del corazón. Si solo pudiésemos dirigir la mente fuera de su hábito de buscar causas y efectos para entender la existencia. Si solo pudiésemos convencer a la mente que tenga Fe que todo y cada cosa fue creada de la nada con solo la orden del Creador que dijo: Kun, «Sé» y causó que todo fuese. Si solo pudiésemos elevar el corazón, del cual Allah hace Su hogar, lejos del apego al amor de esta vida en esta tierra, y elevarlo para protegerlo, para salvarlo de los ataques de las fuerzas tiranas de nuestra ilimitada ambición, deseos de la carne y la frívola diversión mundana.
Si solo pudiésemos experimentar esto a través del ayuno, podremos transformar en nosotros aquello que es básico y burdo en materia fina y traer a nuestra conciencia los divinos atributos que Allah le enseñó a nuestro padre Adán (as). Cuando Allah dice que, «El ama el aliento de Su servidor cuando ayuna,» es porque el que verdaderamente ayuna exhala rahmat, compasión, en cada aliento. Y quizás el aspecto mas importante del ayuno es el servicio a los que están necesitados, sentirlos, compartir su dolor y alimentar a aquellos que no están hambrientos por su propia voluntad. Estos potenciales beneficios del ayuno a pesar de ser mas numerosos aún se parecen a los beneficios de cualquiera dieta. ¿Es por esto que ayunamos? No lo creo. A muchos les dicen sus doctores que deben hacer dieta o que deben dejar de fumar por que ponen en peligro sus vidas, pero no lo hacen. Probablemente no ayunaríamos por temer por nuestras vidas o por temor al castigo en el mas allá.
Entonces quizás la respuesta de por que ayunamos: por amor. No haríamos necesariamente por temor lo que un tirano nos ordenase, pero haríamos cualquier cosa si quien nos pide es alguien que realmente amamos. El amor necesita desinterés, sacrificio, consideración, obediencia a los deseos del amado y preferencia del amado por sobre nosotros mismos. Todas estas son también condiciones para el ayuno. El amor es el núcleo de la fe y del concepto de Dios. Allah ha creado a la Creación por amor. Uno de los noventa y nueve Hermosos Nombres de Allah es al-Wadud, El Amante, cuyo amor es ilimitado, sin fin, sin pedir nada a cambio ni condicionado a nada. Y El dice en el Corán: «El los ama y entonces ellos Lo aman a El», indicándonos que Su amor es la fuente de todo amor y que nosotros no podemos amarlo a El al menos que El nos ame.
Realmente Allah cuida a toda Su creación. Su cuidado por las necesidades de una diminuta hormiga sobre una roca obscura en una noche obscura no es menos que el cuidado por uno de Sus santos a punto de ser crucificado por Sus enemigos. Pero su amor es único y debe ser ganado. Cuando el Señor mira a Sus siervos para escoger a quien amar, El primero mira a nuestro sifat, nuestros atributos: nuestra apariencia, carácter, comportamiento, inteligencia, sensibilidad y nuestra fe. Si a El le gusta lo que ve, nos daremos cuenta, pues cuando nos aprecia El a nosotros los demás también nos apreciarán. Luego tomará en cuentas nuestra Fiil, nuestras acciones, buenas obras, errores, sinceridad y el propósito de nuestras acciones, como también nuestras reacciones a las acciones de los otros. Si El aprueba todas nuestras acciones nos daremos cuenta; el signo de Su complacencia será que los necesitados se beneficiarán de nuestras buenas acciones; nuestros esfuerzos tendrán fácilmente éxito; seremos humildes, no nos atribuiremos este éxito al propio esfuerzo, sino que seremos agradecidos con nuestro Señor en cuyas manos hemos dejado nuestros asuntos luego de haber hecho lo mejor.
Luego el Señor mirará nuestra esencia, nuestra Dzat, nuestra integridad, como a un todo, y aún mas profundo mirará nuestros secretos, nuestra esencia, nuestra alma. ¿Está nuestra alma libre o está prisionera de nuestro Nafsi Ammara, nuestro bajo ego dominador? ¿Están aún en nosotros Sus Hermosos Nombres que El le enseñó a nuestro padre Adán (as)? Si El se complace con lo que ve en nosotros, nos amará; y por cierto que nos daremos cuenta cuando nos ame, pues es solo en ese momento que nosotros verdaderamente podremos ser capaces de amarlo, ¡comenzar a amarlo
Cuando un amado servidor de Allah comienza a amar a su Señor, primero el se da cuenta y pone atención a las cosas que lo rodean, viéndolo todo como la creación de Allah, Su manifestación. Comenzará la batalla con su Nafsi Ammara para lograr el estado de Nafsi Lawwamah, el ser que se reprocha a si mismo; Allah lo puede ayudar entonces a través de su batalla y llevarlo al estado de Nafsi Mulhimah, el ser inspirado.
Cuando es capaz de ver la maravilla de la creación, está maravillado; en comparación con la magnitud de la creación de Allah, el se da cuenta de su pequeñez. En esta etapa de amar los atributos de Allah, el servidor se somete; se convierte en un verdadero Musulmán y está contento. Ha logrado el nivel de Nafsi Mutmainna, «un estado de completa aceptación y satisfacción con el propio estado.» El cuarto paso en el desarrollo de un hombre, después del estado de egoísmo animal, es la etapa de verse a si mismo en ese estado animal. Cuando sea receptivo a las palabras de Allah y entre en Su religión existe un serio peligro en este sentimiento de amor despertado por la belleza y las maravillas de la creación de Allah. El peligro está en pensar que la creación existe por si misma y que es Dios. ¿No han sido las estrellas, la luna y el sol tomados por dioses, no ha sido el hombre diosificado por la divina sabiduría que posee? Por cierto que Allah es invisible e inconcebible y solo puede ser conocido a través de Sus atributos o Sus acciones; lo que es visible no es El sino que viene de El.
Cuando el amante servidor se da cuenta que ni una hoja se mueve si no es por la voluntad de Allah y observa todas las acciones de Allah en él y alrededor de él, desde el aire que respira hasta el movimiento de las galaxias; entonces el verdaderamente confía en su Señor, deja los asuntos en las manos de su Señor y está contento con El y Allah está complacido con el. Luego están los pasos quinto y sexto en el desarrollo de un hombre, donde el servidor está complacido con su Señor, el nivel de Nafsi Radhiyah, y cuando el Señor está complacido con Su servidor, el nivel de Nafsi Mardhiyya.
La cumbre del amor de Allah, es el amor de Dzatullah: la esencia de Allah El Altísimo, cuando por gracia de Allah a uno le es dado la visión desde el corazón, donde uno ve que nada existe sino Allah. El ojo del corazón solo ve un Ojo en el espejo, mirando al ojo que lo está mirando de vuelta. Esa es la meta; que el alma retorne a su hogar y que el amante se vuelva nada. El amante se vuelve el Amado o mejor aún el se da cuenta que en realidad el nunca existió, que ni el amante ni el Amado existieron, que solo existe el Amor.
Allah Sabe Mejor
El Ego durante Ramadan
Sheikh Muzzafer Ozak (ra)
Libro Irshad
Durante el Mes de Ramadan tenemos oportunidad de poder ayunar y observar asimismo, las tremendas dificultades que eso significa.
Es una época donde podemos conocer nuestras verdaderas limitaciones e impotencia. Uno de las recompensas es el Día del Id, donde Allah ofrece Su Divino Banquete al invitar a beber y comer a través de Su Gracia y Generosidad.(69:24).
El mes de Ramadan es diferente según el estado espiritual de cada persona:
Nivel Ego Dominador
En este nivel un creyente se diferencia de un no creyente en la afirmación de la Unidad. Cuando se le pregunte su Fe, responderá Islam, tendrá quizás un nombre Musulmán y posiblemente será enterrado en un cementerio musulmán, teniendo para ello una oración fúnebre musulmana también.
Ego Censurador
En este nivel, la persona seguirá cometiendo y cayendo en toda clase de debilidades como en el primer nivel, pero ahora se sentirá culpable y luego de hacerlas una y otra vez, se arrepentirá, sentirá remordimiento y se auto censurará. Este nivel es el primer nivel hacia la salvación y el primer paso para poder ser una persona digna.
Ego Inspirado
En este nivel la persona se equivoca e inmediatamente se arrepiente, sigue pecando y sigue realizando las devociones. Lamenta sus propias acciones y sigue en oración. Luego vuelve a obedecer a sus egos bajos y así, Algunas veces su conciencia vence sus instintos y otras veces, no. En este nivel, como en el de los anteriores niveles, al ayuno consiste en no comer, ni beber, y no tener relaciones sexuales en los momentos de abstinencia.
Al finalizar Ramadan las personas de estos grupos de conciencia, vuelven nuevamente a comer, beber y tener relaciones sexuales sin control.
Ego Tranquilo y Ego Complaciente
En este caso, el ayuno no solo consiste en no comer, beber o no tener relaciones sexuales, sino también de abstenerse de ver algo ilícito, de maldecir, mentir, insultar y de comer comida ilícita, de hablar de temas sin importancia y de que sus manos y pies realicen actividades agradables a los ojos de Allah.
Cuando el mes de Ramadan finaliza, este grupo de elite continua con estas actividades.
Este grupo purifica su boca recitando la Unidad, y no mancha su boca con insultos, mentiras o chismes. Habla solamente la verdad y practica la paciencia con estilo de vida. Recitan el Coran y comen solamente comida licita. No permiten que sus oídos escuchen cosas que no complazcan a Allah. Emplean sus manos en trabajos de caridad y su sabiduría. Sus pies para ir a lugares que le complacen a Allah y pasan su vida en Allah. En el momento de su muerte Allah les diga
Oh alma tranquila retorna a tu Señor, agradecido, complacido. Entra entre Mis siervos. Entra a Mi Paraíso. (89:27/29)
Ego Purificado
Son aquellos que disfrutan la aceptación directa de Allah, son la Sucesión de los Mensajeros. Obediencia al Profeta (swas) es obediencia al Señor. Son seres de gran valor, herederos de una carismático poder. Ayunar para ellos es mantener sus órganos en ayuno y tener actitudes basadas en el Coran y bajo el ejemplo del Profeta Muhammad (swas), tanto internamente como externamente.
Romper el ayuno para los demás es ingerir bebida o alimento. Para ellos es simplemente mentir, mirar o tocar algo no placentero para Allah, escuchar cosas impropias. Para este grupo de la elite de la elite, Romper el ayuno es simplemente pensar en algo que no sea verdad.
Estos seres están en una cercanía tal, que cada día es un Festival del Id y cada noche es una Noche del Poder. Nuestro Profeta Muhammad (swas) no ha dicho que durante este mes de Ramadan nos podemos volver tan puros y limpios de pecado tal como éramos al venir al mundo del vientre de nuestra madre.
Para nosotros el Festival sucede una vez al año en el fin de Ramadan y otro en el Festival del Sacrificio. Son días festivos para la gente ordinaria
http://www.islamhoy.org/
http://www.nematollahi.com/revistasufi/leertex.php?articulo=64
La visión del nafs o «yo» en los sueños
Dr. Javad Nurbakhsh
Los grandes de la senda, al inicio del viaje, han contemplado al nafs[1] bajo una imagen o una forma simbólica de aquel atributo que domina al “yo”.
Son muchos los símbolos del nafs en los sueños y, dependiendo de los atributos negativos que le caracterizan, cambia la apariencia ya que a lo largo de su travesía por los diferentes estados y moradas espirituales, adopta diferentes manifestaciones para cada sufí.
Los ejemplos más comunes de estas formas de apariciones del nafs en los sueños, son: la serpiente, el zorro, el perro, el lobo, el ratón, el mono, el oso, una vieja de aspecto aterrador o la imagen de la misma persona. [2]
Si la ofensa y agresividad hacia otros domina al nafs, su apariencia en los sueños es la de serpiente. Si la falsedad y el engaño son sus características, aparece en forma de zorro o de una vieja bruja. Si la violencia y el salvajismo predominan en el nafs, se manifestará en forma de perro o de lobo [también, en algunos casos, el perro representa la lealtad]. Si la avaricia y el ansia de acumular riquezas domina al nafs, aparecerá en forma de ratón. Si los apetitos sensuales y las pasiones le dominan, se manifestará en forma de mono, oso, o asno. Y, por fin, si le domina la autoadoración y el engreimiento, verá en sueños a alguien parecido a sí mismo.
Por ejemplo, en el libro Kashf ol mahŷub (El desvelamiento de lo Oculto), de Hoŷwiri (1017), encontramos los siguientes comentarios:
Del sheij Abu `Ali Harwarzi cuentan que dijo: “Vi a mi nafs bajo el aspecto de una persona idéntica a mí. Alguien le había cogido del cabello y me lo entregaba. Lo até a un árbol con la intención de destruirlo, cuando me dijo: “¡Oh, Abu `Ali! Yo soy el ejército de Dios Todopoderoso, tú no puedes destruirme”.
De `Alian Nasawi (s. ix-x), uno de los compañeros del Ŷoneid, cuentan: “Al principio de la senda, cuando me hice consciente de los perjuicios del nafs, y descubrí sus escondites, mantenía continuamente en mi corazón un sentimiento de odio hacia él. Un día, algo parecido a un zorro pequeño, salió de mi garganta, y por la gracia de Dios, le reconocí: era mi nafs. Empecé a pisotearlo, mas, cada vez que le pisaba, crecía de tamaño. Perplejo por el asombro, le dije: “Todas las cosas son destruidas por golpes y daños, ¿cómo es que tú te vuelves más grande y fuerte?”. Entonces, él me contestó: “Porque mi creación va al contrario de todas las cosas. Todo lo que molesta a otros, me agrada, y todo lo que agrada a otros, me es perjudicial”.
El sheij Abol Qāsem Eshqāni cuenta: “Un día, al entrar en mi casa, vi a un perro amarillo dormido en mi cama. Pensé que había entrado de la calle y decidí echarle. Mas, al acercarme, se metió bajo mi manto y desapareció”.
El sheij Abol Qāsem Gorgāni vio al nafs en forma de serpiente. Y otro darwish comenta: “Vi al nafs en forma de ratón, y le pregunté: “¿Quién eres?”. Él me contestó: “Soy la destrucción de los ignorantes, pues les provoco para que cometan actos negativos. Y también soy la salvación de los amigos de Dios, porque si yo no existiera, ellos se volverían orgullosos al mirar dentro de sí mismos y ver la pureza de sus corazones, la fidelidad de sus seres, la luz surgida de su amistad con Dios, y su constancia en obedecerle. Mas, al verme dentro de sí mismos, se les aleja este orgullo y vanidad”.
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[1].- Nafs. El ego, el alma inferior, el yo dominante. El término Árabe-Persa (al-nafs) posee una gran variedad de significados, entre ellos: la esencia (de un objeto), el alma, la psique, el espíritu, la mente, el ser vivo, la persona, lo individual, el deseo, la identidad de una persona, o el “yo”.
En la terminología sufí, normalmente, se usa el término nafs para referirse al nafs-e ammāra (el alma baja, el yo dominante) (en francés: âme concupiscente; en Latín: cupido libido), haciendo alusión al ego del hombre que está dominado por el mal.
[2].- Para más información sobre el arquetipo de los sueños en los diferentes estados del nafs y sus interpretación, véase el libro La psicología sufí, del autor.
Simbología del árbol
El Árbol Cósmico
El Árbol Cósmico es, frecuentemente, un árbol invertido, un “árbor inversa”. Representa la Creación como un movimiento descendente. Las semillas espirituales del árbol se encuentran en el cielo, en el mundo divino, y su corona se extiende sobre el mundo. Unifica los tres niveles del cosmos en un “axis mundi”: Cielo (mundo de los dioses), Tierra (mundo de los hombres) y mundo subterráneo (mundo de los muertos, de las energías cetónicas).
El Árbol Cósmico se ubica en el centro del mundo, en el Omfalos. Es el pilar central, la columna del centro, la cual apoya el mundo. El árbol se ubica entonces en un lugar sagrado. Los lugares sagrados antiguos forman un microcosmos: un paisaje de piedras, de aguas y árboles. La piedra indica aquí la duración y representa la realidad por excelencia, la indestructibilidad, lo estático. El árbol, con su renovar periódico, representa el poder sagrado de lo viviente; el agua y la fuente representan las fuerzas secretas del interior de la tierra, la semilla, la purificación. Ese paisaje microcósmico se reduce a un único elemento esencial: el árbol o pilar sagrado, que simboliza el cosmos.
El Árbol de la Vida
El árbol fue considerado como encarnación del principio vital, por una parte porque a través de su ciclo de las estaciones del año representa el retorno de la regeneración, y por otra parte, los coníferos siempre verdes son una encarnación de los principios inagotables y eternos de la vida. Por ello se ha mantenido hasta hoy en día en algunos lugares el rito de plantar un árbol al nacimiento de un niño, el cual le transmite su vitalidad. Además, el árbol aparece en muchas mitologías como portador de inmortalidad, es la planta que puede aportar la vida eterna, como el “Soma” de los Vedas o el “Haoma” del Avesta, que a veces se ve representado como fuente o bebida divina. Los frutos del Árbol de la Inmortalidad o la planta o hierba que puede otorgarla son siempre difíciles de alcanzar. Suelen ser custodiados y protegidos por monstruos, como por ejemplo el Árbol de las Hespérides, o el Árbol de la Vida en el paraíso bíblico. Estos árboles se encuentran al final del mundo, o en el cielo, como el melocotonero P´an mou de los chinos, el cual ofrece los frutos de la inmortalidad, o en cualquier otro lugar inaccesible, como la Hierba de la Vida que Gilgamesh tiene que recoger del fondo del océano.
El simbolismo resulta claro: la inmortalidad es difícil de adquirir, y se encuentra concentrada en un árbol o Pozo de la Vida, que se halla en un lugar difícil de alcanzar. El árbol está custodiado por un monstruo, y la victoria sobre ese monstruo tiene un significado iniciático: el héroe tiene que abrirse camino, tras haber pedido consejo a los “seres correctos”, y tiene que pasar por pruebas a través de las cuales tendrá el derecho a la inmortalidad.
El árbol encama, pues, la vida eterna. De cualquier modo, es curioso constatar que hay árboles que viven más de mil años, y parecen prácticamente inmortales para los hombres.
El Árbol del Conocimiento
El Árbol de la Vida y el Árbol del Conocimiento se encuentran en estrecha relación. Sabiduría y conocimiento son difíciles de alcanzar, como la inmortalidad. Hay que realizar sacrificios inmensos y conseguir grandes victorias. Hay que alcanzar ese contacto directo con el Árbol del Mundo, el cual, a través de su función como axis mundi, posibilita la ascensión al mundo espiritual y la visión mística. El árbol sirve como canal hacia el conocimiento. Es el eje de la intuición, la fuente de la inspiración.
La carta n.º 11 de los tarots representa un sacrificio en el árbol. El Colgado simboliza al espíritu prisionero en la materia, el cual, a través del crecimiento mágico de las palmas, se libera de aquello que impide su desarrollo espiritual. Por ello pierde las monedas, es decir, sacrifica lo material para alcanzar el verdadero conocimiento.
Después de haber ilustrado estos tres aspectos generales del simbolismo del árbol, nos dedicaremos a algunos de los árboles sagrados más importantes, examinándolos a través de dichos aspectos
Persia: Gaokarana y Haoma
En el Avesta es célebre el árbol Gaokarana, el que fue creado por Ahura Mazda. Es el árbol de las diez mil medicinas, llamado Vispo (el que todo lo cura). Se levanta en una isla del lago divino Vourakasha, donde brotan también otras mil hierbas curativas. En sus ramas anida el pájaro Saena.
Ese Gaokarana es el Haoma celestial, el que otorga la inmortalidad. Ahriman creó un lagarto, que fue el contrapeso a la creación de Gaokarana. La tarea del lagarto era la de hacer daño al árbol milagroso de Gaokarana (puede compararse al dragón Nidhög, que roe las raíces del Yggdrasil).
Su reflejo en la tierra es el Haoma terreno, que crece en las montañas y que en los tiempos de los inicios fue plantado en el monte Haraiti
Haz clic para acceder a l004.pdf
Sexualidad en el
Islam
Sayyid Muhammad Rizvi
Haz clic para acceder a Comprender%20el%20Islam-Fritjhof%20Schuoni.pdf
Comprender el Islam; Frithjof Schuon:
Capítulo 1
El Islam
El Islam es el encuentro entre Allâh como tal y el hombre como tal
Allâh como tal, es decir, considerado no en cuanto ha podido manifestarse de tal o cual forma en
tal o cual época, sino independientemente de la historia y en cuanto Él es lo que es y, por tanto,
en cuanto crea y revela por Su naturaleza.
El hombre como tal, es decir, considerado no como un ser caído y que necesita un
milagro salvador, sino en cuanto es una criatura deiforme dotada de una inteligencia capaz de
concebir el Absoluto y de una voluntad capaz de escoger lo que conduce a Él.
Decir «Allâh» es decir «ser», «crear», «revelar» o, en otros términos: «Realidad»,
«Manifestación», «Reintegración»; y decir «hombre» es decir «deiformidad», «inteligencia
trascendente», «voluntad libre». Éstas son, a nuestro juicio, las premisas de la perspectiva
islámica, las que explican todas sus formas de actuar, y que nunca hay que perder de vista si se
quiere comprender un aspecto cualquiera del Islam.
El hombre se presenta, pues, a priori como un doble receptáculo hecho para el Absoluto;
el Islam viene a llenarlo, primero con la verdad del Absoluto, y luego con la ley del Absoluto. El
Islam es, pues, esencialmente una verdad y una ley – o la Verdad y la Ley –; la primera
responde a la inteligencia y la segunda a la voluntad. Así es cómo entiende abolir la
incertidumbre y la duda y, a fortiori, el error
y el pecado: el error de que el Absoluto no es, o de que es relativo, o de que hay dos
Absolutos, o de que lo relativo es absoluto; el pecado sitúa estos errores en el plano de la
voluntad o de la acción. (1)
La idea de la predestinación, tan fuertemente acusada en el Islam, no anula la de la
libertad. El hombre está sometido a la predestinación porque no es Allâh, pero es libre porque
está «hecho a imagen de Allâh». Sólo Allâh es absoluta Libertad, pero la libertad humana, a
pesar de su relatividad –en el sentido de lo «relativamente absoluto»–, no es otra cosa que
libertad, como una luz débil no es otra cosa que luz. Negar la predestinación equivaldría a
pretender que Allâh no conoce «de antemano» los acontecimientos, que no es, pues,
omnisciente; quod absit.
En resumen: el Islam confronta lo que hay de inmutable en Allâh con lo que hay de
permanente en el hombre. En el Cristianismo el hombre es a priori voluntad o, más
precisamente, voluntad corrompida. La inteligencia, que con toda evidencia no es negada, no se
toma en consideración más que a título de aspecto, de la voluntad; el hombre es la voluntad, y
ésta, en el hombre, es la inteligencia. Cuando la voluntad está corrompida, la inteligencia lo está
al mismo tiempo, en el sentido de que ésta no puede de ninguna manera enderezar a aquélla;
por consiguiente, es necesaria una intervención divina: el sacramento. En el Islam, en el que el
hombre es la inteligencia y en el que ésta es «antes» que la voluntad, lo que posee la eficacia
sacramental es el contenido o la dirección de la inteligencia: se salva todo aquél que admite que
sólo el Absoluto trascendente es absoluto y trascendente y que saca las consecuencias volitivas
de ello. El Testimonio de Fe -la Shahâda- determina a la inteligencia, y la ley en general -la
Sharia determina a la voluntad; en el esoterismo -la Tariqa- se encuentran las gracias iniciáticas, que poseen el valor de claves y no hacen sino actualizar nuestra «naturaleza sobrenatural». Una
vez más, nuestra salvación, su textura y su desarrollo están prefigurados por nuestra
deiformidad: puesto que somos inteligencia trascendente y voluntad libre, son esta inteligencia y
esta voluntad, o la trascendencia y la libertad, las que nos salvarán; Allâh no hace sino volver a
llenar las copas que el hombre había vaciado, pero no destruido; el hombre no tiene poder para
destruirlas.
Y asimismo: sólo el hombre está dotado de palabra, porque sólo él, entre todas las
criaturas terrestres, está «hecho a imagen de Allâh » de una manera directa e íntegra; ahora
bien, si es esta deiformidad la que opera, gracias a un impulso divino, la salvación o la liberación,
la palabra tendrá su parte en ella al mismo título que la inteligencia y la voluntad. Estas son, en
efecto, actualizadas por la oración, que es a la vez palabra divina y humana, y en la que el acto
(2) se refiere a la voluntad y el contenido a la inteligencia; la palabra es como el cuerpo
inmaterial y sin embargo sensible de nuestro querer y nuestro comprender. En el Islam nada es
más importante que la oración canónica (Salât) dirigida hacia la Kaaba y la «mención de Dios»
(Dhikru-Llâh) dirigida hacia el corazón; la palabra del sufí se repite en la oración universal de la
humanidad, e incluso en la oración, a menudo inarticulada, de todos los seres.
La originalidad del Islam es, no el haber descubierto la función salvadora de la
inteligencia, de la voluntad y de la palabra –pues esta función es evidente y toda religión la
conoce–, sino el haber hecho de ello, en el marco del monoteísmo semítico, el punto de partida
de una perspectiva de salvación y de liberación. La inteligencia se identifica con su contenido
salvador, ella no es otra que el conocimiento de la Unidad –o del Absoluto– y de la dependencia
de todas las cosas con respecto al Uno; de la misma manera, la voluntad es al-islâm, es decir, la
conformidad a lo que quiere Allâh –el Absoluto– con respecto a nuestra existencia terrenal y a
nuestra posibilidad espiritual, por una parte, y con respecto al hombre como tal y al hombre
colectivo, por otra; la palabra es la comunicación con Allâh, es esencialmente oración e
invocación. Visto desde este ángulo, el Islam recuerda al hombre menos lo que debe saber,
hacer y decir que lo que son, por definición, la inteligencia, la voluntad y la palabra: la Revelación
no sobreañade elementos nuevos, sino que descubre la naturaleza profunda del receptáculo.
Podríamos, también, expresarnos así: si el hombre, estando hecho a imagen de Allâh, se
distingue de las demás criaturas por la inteligencia trascendente, el libre albedrío y el don de la
palabra, el Islam será la religión de la certidumbre, del equilibrio y de la oración, siguiendo el
orden de las tres facultades deifonnes. Y así encontramos el ternario tradicional del Islam:
al-imân (la «Fe»), al-islâm (la «Ley», literalmente la «sumisión») y al-ihsân (la «Vía», literalmente
la «virtud»). Ahora bien, el medio esencial del tercer elemento es el «recuerdo de Allâh»
actualizado por la palabra, sobre la base de los dos elementos precedentes. Al-imân es la
certeza del Absoluto y de la dependencia de todas las cosas con respecto del Absoluto, desde el
punto de vista metafísico que aquí nos interesa; al-islâm -y el Profeta en cuanto personificación
del Islam- es un equilibrio en función del Absoluto y con miras a este; por último, al-ihsún
devuelve, por la magia de la palabra sagrada –en cuanto ésta es el vehículo de la inteligencia y
la voluntad- las dos posiciones precedentes a sus esencias. Este papel de nuestros aspectos de
deiformidad, en lo que podríamos llamar el Islam fundamental y «pre-teológico», es tanto más
notable cuanto que a la doctrina islámica, que subraya la trascendencia de Allâh y la distancia
inconmensurable entre Él y nosotros, le repugnan las analogías hechas en provecho del hombre;
el Islam está lejos, pues, de apoyarse explícita y generalmente en nuestra cualidad de imagen
divina, aunque el Corán da fe de ello diciendo de Adán: «Cuando lo haya formado según la
perfección y haya insuflado en él una parte de Mi Espíritu (min Rûhî), caed prosternados ante él»
(XV, 29 y XXXVIII, 72), y aunque el antropomorfismo de Allâh, en el Corán, implique el
teomorfismo del hombre.
La doctrina islámica está contenida en dos enunciados: «No hay divinidad (o realidad, o
absoluto) fuera de la única Divinidad (la Realidad, el Absoluto)» (Lâ ilaha illâ-Lláh), y «Muhammad (el Glorificado, el Perfecto) es el Enviado (el portavoz, el intermediario, la
manifestación, el símbolo) de la Divinidad» (Muhammadun RasûluLlâh); éstos son el primero y el
segundo «Testimonios» (Shahâda) de la fe.
Estamos aquí en presencia de dos aserciones, de dos certidumbres, de dos niveles de
realidad: lo Absoluto y lo relativo, la Causa y el efecto, Allâh y el mundo. El Islam es la religión de
la certidumbre y el equilibrio, como el Cristianismo es la del amor y el sacrificio; con esto
queremos decir, no que las religiones tengan monopolios, sino que hacen hincapié en un
determinado aspecto de la verdad. El Islam quiere implantar la certidumbre – su fe unitaria se
presenta como una evidencia sin no obstante renunciar al misterio –, y se funda en dos
certidumbres axiomáticas, una concerniente al Principio que es a la vez Ser y Sobre-Ser, y la
otra a la manifestación formal y supraformal: se trata, pues, por una parte, de «Allâh», y de la
«Divinidad» – en el sentido eckhartiano de este distingo–, y, por otra parte, de la «Tierra» y del
«Cielo». La primera de estas dos certidumbres es que sólo Allâh es»; y la segunda, que «todas
las cosas están vinculadas a Allâh»………………………
Sobre la Muerte
Cuando Hazreti Muhammad (saws) iba a dejar este mundo, anunció a sus compañeros que pronto partiría y agregó que dejaría a dos grandes maestros que continuarían su obra, un maestro parlante y un maestro silencioso: el Sagrado Corán y la muerte.
Hazreti Omar (ra) tenía un empleado a sueldo cuya única obligación era acercarse a él varias veces al día y recordarle la muerte diciéndole: «Ya Omar, vas a morir.» Un día el Sultán de los creyentes le dijo a este hombre que no necesitaba mas de sus servicios apuntando a un pelo blanco en su barba, que le servía para recordarle la muerte.
Alguien vino donde Abu Darda, uno de los mas amados compañeros del Profeta (s.a.v.s), pidiendo consejo. Le dijo: «Ya Abu Darda ayúdame, tengo una terrible enfermedad, la enfermedad del amor a este mundo, mi corazón está obscuro y no veo ningún destello de luz en mis oraciones y devociones, no tengo alegría.» Abu Darda le contestó: «Sin duda que esta enfermedad es la peor de las enfermedades, y si no se cura a tiempo puede causar la muerte de tu fe. Te voy a dar tres remedios, tómalos todos. Visita a los enfermos, ve a funerales y camina por los cementerios. Si haces todas estas cosas con frecuencia, tu enfermedad te dejará. Tu amor y apego a este mundo desaparecerán; tu corazón se iluminará nuevamente y tu ojo interno se abrirá.»
Esta persona siguió el consejo del santo, pero su enfermedad no lo abandonó. Volvió a quejarse donde Abu Darda; el santo le dijo: «Si tu visitaste a los enfermos como algunos doctores y enfermeras lo hacen, creyendo que los pueden curar, haciéndolo como parte de su profesión y forma de vida; y si fuiste a los funerales como lo hacen algunos sacerdotes, juzgando por las flores y la cantidad de gente que asiste, pensando en el pago que recibirán por sus servicios, y si caminaste por los cementerios leyendo las lápidas que glorifican las obras del fallecido en este mundo; no has hecho ninguna de las cosas que te pedí que hicieras.
Cuando visitas a los enfermos ponte en su lugar sufriendo, incapaz de beber y comer, moribundo, como te sucederá a ti tarde o temprano. Que es esto de correr de un lado a otro, de que se tratan estas peleas. Habla con tus nafs, tu ego y muéstrale esa criatura moribunda e indefensa y dile «Date cuenta que este será luego tu final, deja el amor a este mundo.»
Cuando vas a los funerales imagina que eres tu quien está tendido en esa caja de madera, envuelto en un pedazo de tela, desnudo como el día en que naciste. Todos tus bienes, todo tu dinero, toda tu fama, tu casa, tu esposa, tus hijos, todo aquello que has amado quedará atrás. Dile a tus nafs que ese cajón de madera es un vehículo en el que muy pronto viajarás, igual que todos los que ya han muerto. Todos esos bienes que han acumulado con tanto dolor y esfuerzo, toda la reputación, el resultado de tanta pretensión, quedarán diseminado. Muéstrale esto a tus nafs.
Muéstrale que todos aquellos que creían amar a la persona muerta le han dado la espalda, aún cuando les haya dejado todo. El no puede llevar consigo ni un trago de agua ni un bocado de comida. Nadie sabe lo que le pasará, ni siquiera él. Pregúntale a tus nafs si están preparados.
«Cuando vas a los cementerios, observa la tierra por la cual vas caminando. Pieles tiernas que se están pudriendo, hermosas cabezas cayéndose de sus cuerpos, hermosos ojos llenos de tierra; aquellas lenguas que cantaban como ruiseñores que cantaban por la gloria de este mundo o por la gloria del creador, se han vuelto comida para los insectos. Todas sus malas obras se han vuelto monstruos que los muerden. Mientras caminas, piensa que quizás estás pisando sobre la cabeza de algún rey, cabezas que solían usar coronas y labios embelesadores por los cuales hombres hubieran dado sus vidas por tocar.
Oh ego, cuando vas a creer, cuando vas a tener suficiente con las ilusiones de este mundo. No te das cuenta lo que te sucederá. Tu también muy pronto como «el futuro está cercano» serás exactamente como ellos; serás dejado en un agujero oscuro que podría bien ser un hoyo del infierno, cara a cara con esos horribles monstruos de tus malas obras. Saca el mundo fuera de tu corazón. Sé puro en tus obras. Oh nafs antes de caer de ese oscuro agujero, antes de que serpientes e insectos vengan a alimentarse de nosotros preparémonos juntos.
Esa persona siguió los consejos de Abu Darda. Su corazón recibió luz, su ojo interno se abrió. Y él en agradecimiento recordaba a su maestro el médico de su corazón que revivió su corazón muerto.
Mis compañeros en este viaje en el camino a la verdad, recuerden a menudo la muerte, les ayudará a mantenerse aparte de este mundo y del amor a este mundo, les ayudará a servir como doctores de corazones para curar las enfermedades de este mundo. Saben que la muerte es «kullu nafsan zayi katul maut», «todos los seres, todas las cosas creadas sentirán, saborearán, conocerán la muerte».
No es un asunto menor, no es algo fácil, no es fácil de contar no es fácil de entender. Hay tres cosas que son imposibles de describir: el paraíso, el infierno y la muerte: Para que puedan conocer a este gran maestro, se los describiré lo que más se puede describir para inculcarle terror con esto a sus nafs.
La muerte es un ser creado. Allah dice: «He creado tanto la vida como la muerte». Es la más grande de las cosas creadas y la más terrorífica. Quien la ve muere instantáneamente. Es tan grande como todos los seres que han sido y que serán creados, y que todos los soles, lunas y estrellas juntos. Tiene tantas cabezas como el número de soles, lunas y estrellas y tantos ojos, bocas, orejas y manos. Imagínensela.
Dios creó la muerte antes de crear al ser vivo. El Profeta (s.a.v.s) dijo: «Allah creó las almas de los seres cuatro mil años antes de crear los cuerpos de estos seres, y cuatro mil años antes de crear las almas creó el sustento de estos seres creados, y tres mil años antes de crear el sustento, El creó la muerte.
Cuando la muerte fue creada gritó con todas sus bocas y todos los ángeles se estremecieron de temor, preguntándole a Allah: «Oh Señor ¿qué es este sonido terrorífico que llena de temor nuestros corazones y nos hace olvidar nuestras devociones?» Allah dijo: «Es la voz de la muerte que hará que todo lo que existe en los mundos y los cielos perezca. «Los ángeles le rogaron a Dios ver la muerte. Allah dijo: «Entonces prepárense.»
Le pidió a la muerte que abriera sus alas y hablara. Cuando los ángeles vieron la grandeza de la muerte y escucharon su voz aterradora, todos cayeron inconscientes durante todo un año; le preguntaron a Dios. «Oh Eterno ¿has creado algún ser más grande que la muerte?» Allah dijo: «De todas mis criaturas la muerte es la más grande, tan grande como todos los seres juntos».
Luego con las órdenes de Dios se sentó en silencio sin moverse. Allah llamó al Angel de la Muerte y le dijo: «Oh Izrail serás el maestro de la muerte, cuando Yo te pida tomar las vidas de Mis sirvientes envíaselas para que todos ellos saboreen la muerte y vean su impermanencia.»
Izrail se aproximó a la muerte y dijo: «He sido enviado por la Eterna Verdad. Cuando se me ordene tomar las vidas de los seres temporales te enviaré a ti y tu me obedecerás.»
La muerte le contestó: «Tú eres mi maestro con las órdenes de Dios y yo obedezco, pero debes saber que también mataré a los habitantes del cielo, a Gabriel, Israfil, Michael y a ti.» Y la misma muerte será aniquilada por el Profeta Yahya (Juan el bautista) (as) en algún lugar entre el paraíso y el infierno antes del día del juicio final.
Si realmente quieren conocer la muerte, pregunten a los muertos, encuentren a aquellos que han muerto antes de morir. Ellos son los que se han encontrado con la muerte y sus cuerpos se han vuelto tierra, ya no tienen necesidades, todos los placeres de este mundo los han dejado. Son totalmente pacientes y están totalmente satisfechos con su estado. Su sumisión es completa, como el cadáver en las manos de quien lo lava.
Si desean saber lo que les sucederá después de morir, escuchen esto. El más grande sufrimiento le espera al pecador al morir y después de la muerte. El Profeta (s.a.v.s) dice: «Al momento de la muerte uno sentirá el terror y el dolor de trescientos golpes de espada.» Hz.Omar (ra) dice: «El momento de la muerte será como si un árbol lleno de espinas es introducido por la garganta. Sus espinas se atascarán en todas las venas y nervios y serán sacadas por la boca. El dolor de la muerte es como esto.»
Si un átomo del estado en el momento de la muerte fuese dado a los vivientes no podrían soportarlo, perecerían todos. El Profeta (s.a.v.s) dice: «Si los animales supieran lo que es la muerte no tendrían carne que comer, porque se volverían huesos y piel.»
Deben saber que llega en el tiempo señalado, para algunos cuando tienen siete, para otros cuando tienen ochenta y siete. Allah dice: «Cuando llega la hora señalada, no puede ser retrasada ni una hora, ni puede ser adelantada una hora.»
No hay tiempo, estén preparados. Cuando los coloquen sobre la mesa para lavarlos y cuando los lleven al oscuro agujero en la tierra, les interrogarán. Mas vale que tengan preparadas las respuestas, pues de otro modo tendrán las torturas de la tumba. Que dolor y horror les vendrá hasta que, lo que está hecho de polvo vuelva al polvo.
Luego vendrá la resurrección de los muertos, luego el día del juicio donde Dios será el juez. Es aquí donde el derecho del más débil sobre el fuerte será cuestionado. Lo más difícil de soportar es el día del juicio final. Es un juicio tan minucioso que Hz Ali (ra) dice: » Una hoja en otoño que cayó sobre otra hoja será puesta debajo de la hoja en la cual cayó.» Piensen sinceramente en los derechos de los otros que continuamente arrebatamos.
Allah es Misericordioso; El puede que perdone los pecados que cometemos en contra de El, pero las malas acciones que hacemos a su Creación, no las perdonará. Se nos pedirá que paguemos allí nuestras deudas dando nuestras buenas obras a aquellos con quienes cometimos injusticias, cuando ya no tengamos más buenas obras pagaremos recibiendo sus pecados.
Saquen sus cuentas y paguen sus deudas. Cuando los coloquen en la mesa para darles su última ablución, escucharán la voz de la Eterna Verdad. El dirá: «Oh Mi sirviente os he dado vida. Os envié a este mundo por un tiempo determinado. Os he dado salud y sustento. Has desperdiciado esa vida, no has cuidado esa salud que Yo os he dado. Has comido de Mí comida. Has mostrado respeto hacia los tiranos, os postraste frente a los ricos. ¿A quién le rezabas, para quién eran sus devociones, a la puerta de quién has estado de pie?» ¿Han preparado sus respuestas? Estas respuestas vendrán por si solas si dejan los deseos de sus nafs. Allah dice: «No dependan de los deseos de sus nafs, pues los hará dejar el camino de Allah.»
Ser esclavo de sus nafs es peor que ser un adorador del fuego, peor que tomar la luna, el sol y el becerro de oro como sus dioses, porque los ídolos los llevarán a la sedición y al desorden, mientras que sus nafs con arrogancia, orgullo y envidia los llevarán a rebelarse.
Por todas sus faltas culpan a los otros y al demonio. ¿Quién es el culpable de llevar al demonio a la sedición, a desobedecer a Allah? Sus nafs que le dieron una estúpida arrogancia y envidia. Si dejas los deseos de tus nafs, ve si el demonio o los demonios de los hombres a su alrededor serán capaces de llevarlos a la perdición. Si no pueden educar sus nafs por si mismos, vayan donde un sheik. Quizás él lo pueda hacer por ustedes.
Cuando sean llevados a la tumba, serán traídos de vuelta a la vida. Mirarán a su alrededor y verán que están en la compañía de amigos con hermosos rostros. Cuando pregunten quienes son, les dirán que son sus buenas obras, que han venido antes para que no tengan miedo. Porque lo único que pueden traer a su tumba son sus obras.
Si sus obras son horrendas, encontrarán su tumba llena de criaturas hediondas y babosas. Esas son sus malas obras. Después se encontrarán con dos ángeles, Munkir y Nakir. Sus rostros son del color del cielo. Sus dientes enterrados en la tierra como una pala mecánica, destellos de relámpagos saliendo de sus ojos, sus voces como el trueno, les preguntarán, «¿Quien es su Señor?»
Si han tenido a sus nafs como su señor dirán «No lo sé». O peor aún, dirán que sus nafs son su señor, que son su profeta, porque han sido mentirosos e hipócritas toda su vida; han tenido la costumbre de alabar a los tiranos por temor o esperando beneficio. El grito de estos ángeles llenara sus tumbas. «Estas errado, maldito. No has hecho ninguna buena obra en el mundo. Has seguido a vuestros nafs, has desperdiciado vuestra vida, has llenado vuestro corazón con animales, y fue creado para albergar a Allah. Saborea un dejo del infierno que habitarás por la eternidad.»
Luego apretarán su tumba de manera que sus huesos se quebrarán y quedarán planos. Aparecerán serpientes de fuego que devorarán su carne. Angeles los castigarán golpeándolos con barras de fierro, gritaran de dolor. Todos los seres creados, plantas y animales oirán su grito. Solo los hombres y los jinns no escucharán, porque a ellos se le ha dado el regalo de la conciencia y también la maldición de la inconciencia.
Los ángeles les pedirán que miren hacia su derecha; verán toda la belleza del paraíso. Los ángeles dirán: » Oh desafortunado, si solo hubieses sido sabio y hubieses hecho lo que vuestro Señor os pedía, evitando aquello que os pedía que no hicieras, esta podría haber sido su estación.»
Luego les pedirán que miren a su izquierda, donde verán las torturas y los horrores del infierno, y llenarán su tumba con el fuego del infierno. Allí permanecerán hasta el día de juicio final. Un día de este castigo es igual a un año en esta tierra.
Recuerden continuamente a su Creador en su corazón y repitan continuamente «La illaha iLlallah Muhammad ar- rasullallah.» No hay dios sino Allah y Muhammad es Su mensajero. Esta es la respuesta correcta. Aquel que ama a Allah, le teme y recuerda, sabe que siempre está en la presencia de Allah, que no puede mas que ser bueno y hacer el bien, y no puede querer otra cosa que El. Ellos son los amados de Allah y con su esfuerzo y cercanía de Allah con ellos, sus nafs, sus egos, su demonio personal llega a ser Musulmán; y en vez de descarriarlos, es su servidor.
Ellos conocen el secreto de morir antes de morir, que significa que a pesar de estar en este mundo, ya no tiene valor para ellos. Este mundo no tiene ya lugar en sus corazones, están aquí para servir a su Señor. Ellos ven con los ojos de Allah, escuchan con los oídos de Allah, hablan las palabras de Allah, ellos están de la mano de Allah.
Si llegan a ser un amante de Allah y un amado de Allah, cuando su cuerpo físico muere su vida que pertenece al mundo será sacada como el sacar un pelo de la mantequilla; y su alma en la forma de una hermosa ave verde volará hacia el cielo desde su pecho, los ángeles del cielo le darán la bienvenida. Les responderán todas las preguntas a Munkir y Nakir desde su corazón, pues su mente ya no estará, su corazón responderá con las benditas palabras «La illaha illallah, Muhammad ar-rasullallah.»
Y en un pestañear de un ojo su tumba se volverá un jardín de rosas del jardín del paraíso. Si sabían un simple ayat del Sagrado Corán, este se volverá una hermosa luz en este jardín, y allí perfumado y confortable, se quedarán como un novio o una novia hasta el día del juicio final.
Sheik Tosun Bayrak
http://www.islamhoy.org/principal/Novedades/muerte.htm
http://www.musulmanesandaluces.org/hemeroteca/15/mujer.htm
LA MUJER MUSULMANA
EN LA ÉPOCA DEL PROFETA
En 1995 se publicó en El Cairo la cuarta edición del libro La mujer musulmana en la época del Profeta, de Abdelhalim Muhammad Ahmad, prologado por el Sháij Muhammad al-Gazâli y por Yusuf al-Qaradawi, y que consiste en un magnífico y extenso estudio en dos volúmenes sobre la mujer musulmana en la época de Sidnâ Muhammad (s.a.s.). En la introducción al libro, el autor resume muy brevemente las conclusiones de su estudio, que se basa en versículos coránicos, en hadices y en los libros tradicionales que relatan la biografía del Profeta. Esas conclusiones demuestran lo lejos que están las sociedades islámicas del modelo instaurado por Sidnâ Muhammad (s.a.s.). Las fuentes que ha utilizado el autor dan un alcance mayor a sus conclusiones, porque son dados a la reflexión de los musulmanes que busquen recuperar lo esencial del Islam.
La luz muhammadiana es la luz de la Dawa. El sinónimo de profeta es sinónimo de Dawa. Los Profetas vienen a recordar y a repetir la Dawa, el llamado, ese llamado que desde antes del tiempo hicieron las almas al contestar: Sí, Tú eres Nuestro Señor. La luz muhammadiana es la Luz de la totalidad de las profecías y de la Dawwa universal.
¿Pero, que valor tiene todo esto para nosotros, en una forma práctica?
Los Yerrahis tenemos una fórmula de entrada, de bienvenida a cada nuevo derviche a través de cuatro pasos que tiene que dar, en nombre de la Shariá, en nombre de la Tariká, en nombre de la Maarifá y en nombre de la Haqiqá. ¿Qué es todo esto y de donde proviene?
Estos grupos, como el nuestro, tienen un linaje espiritual, una línea, una comunión (para hacerlo entendible a nuestras visitas) de hombres santos que nos precedieron. Nuestro linaje nace de Hz. Alí (ra), yerno del Profeta Muhammad (saws). Todas las Tarikas, excepto la Naqshbandí que proviene de Abu Bakr (as), nacen de Hz. Alí (ra).
Hz. Alí (ra), era un pariente cercano y yerno del Profeta y fue llamado el Emir de los Creyentes, el Guardián del Secreto Profético, el León del Islam, la Puerta de la Ciudadela del Conocimiento, por citar los más conocidos. El Profeta Muhammad (saws) dijo que todos los profetas que le precedieron habían venido con un Alí en secreto y que con él había venido Alí en forma evidente.
Hz. Alí dijo que toda vez que el Profeta Muhammad (saws) recibía una Aleya por revelación, se la hacía repetir en voz alta y se la hacía anotar y el Profeta rogaba a Allah que no la olvidara ni olvidara su explicación y el Profeta le daba la explicación externa de la Aleya, el tafsir y el sentido interno de la Aleya, el tawil, las Aleyas que abrogaba, su sentido general y su sentido particular.
O sea, de acuerdo a este hadiz, Hz. Alí recibía en forma directa del profeta Muhammad (saws), el sentido externo e interno de la Revelación. Sus sucesores, herederos de Alí, toda la cadena de maestros sufíes repetían que los cuatro sentidos que el Profeta le había dado a Hz. Alí eran el sentido completo de la Shariá, el sentido interno de la Shariá, que es la Tariká, el sentido secreto de la Shariá, el Conocimiento que es la Maarifá y el sentido del Secreto del Secreto que es la Haqiqá.
Esta es la explicación por la que en nuestra Tarika, damos esos cuatro pasos en la iniciación de cada derviche. Algunas personas hacen una escisión entre Shariá y Tariká.
Es imposible que exista una forma sufí sin estar contenida en el Corán y en la vida del Profeta. Esa es la muralla de la ciudadela del conocimiento. Es una forma específica de conocimiento, con lo que queda abierto que hay otras formas específicas de conocimiento.
Las murallas que contienen el Islam tienen innumerables puertas por donde entran todos los que hacen la Shahada, (Declaración de fe). Ahora bien, entrar no significa adentrarse.
Hay un camino que va hacia adentro, camino en árabe es Tariká, camino estrecho donde se va de a uno, pero primero hay que pasar por la puerta para entrar en el Camino. Algunos no entran en el Camino, esto ni está bien ni mal, es un hecho. Cada alma, dice el Corán, será cargada con el peso que pueda llevar. ¿Qué es lo que buscamos en este camino?
Según los sabios que nos precedieron, ellos afirman que lo que buscamos es a nosotros mismos, ya que no hay otra cosa que buscar. Allí donde tú te vuelvas, dice el Corán, encontrarás la faz de Allah. También dice el Corán que Allah está más cerca de ti que tu propia vena yugular, o sea que estás solo… con Allah o tal vez esté Allah solo y tú no estés.
Ustedes dirán ¡pero yo me tengo a mi mismo hace muchos años! La persona que tenemos más cerca nuestro es a nosotros mismos y también es a la que menos conocemos. Esta falta de conocimiento que tenemos acerca de nosotros mismos, nos produce todo tipo de problemas.
Este es un camino de conocimiento de nosotros mismos, simplemente. El viaje es hacia dentro, lo podrán hacer rápido o despacio o quedarse en la puerta, dependiendo del grado de sinceridad que tengan consigo mismo, este es el pasaporte para viajar. Sin este pasaporte, la sinceridad, uno se va engañando acerca de uno mismo y no verá las cosas que no quiere ver… y no las verá y se producen los famosos problemas del subconsciente, que los sufíes conocían hace mil años.
El ser humano, volviendo al mundo moderno, tiene una parte de él que no conoce y le produce muchos problemas, problemas psicológicos y físicos.
La Tariká es el camino que nos lleva al interior para conocernos. Esta es la vía para la solución a nuestros problemas psicosomáticos y de otras enfermedades que están dentro de nosotros, porque es ahí donde se generan y ahí es donde se curan. Los psicólogos, que dejaron de lado la religión y la creencia en algo superior, hablan del inconsciente, el «super yo». Jung habló del inconsciente colectivo y metió ahí la religión, él decía que Dios era el inconsciente colectivo. Tariká es meterse ahí en el subconsciente, para conocer. Se parte de la Shariá, que te da todos los elementos, el mapa de ruta, para entrar en la Tariká, para partir en busca de mi mismo, no en busca de un conocimiento externo, con la tarjeta de presentación que es la sinceridad. La sinceridad no es una cuestión de palabras, una cosa es decir «yo soy sincero» y otra decir «puedo ser sincero», o mejor diría ¿puedo ser sincero conmigo? Esto es la Tariká.
En este viaje no puedo ir solo, por un fenómeno de olvido, y volvemos a caer en el tema de la Dawa. En realidad el ser humano, musulmán, judío, chaman, budista o ateo, tiene dentro de él todo lo necesario para hacer el camino solo, pero no sabe – salvo excepciones, profetas, los walis, los santos, algunos sheijs -, y necesita alguien que le guíe. Alguno que ya partió en busca de si mismo y encontró algo y volvió para ayudar a otro a encontrar el mismo camino, esto es Tarika, recorrer un camino interior en busca de conocerse a si mismo, de la mano de alguien que ya recorrió el mismo camino.
¿Y de donde le surge a ese guía, a ese sheij, la autoridad para guiar?
En principio, de su linaje, de un conocimiento que se transmitió a través de Hz. Alí (ra) y su linaje, cuando el Profeta le repetía las Aleyas reveladas, se las hacía aprender de memoria, le explicaba su aspecto externo, el tafsir, y el tawil, y le enseñaba los conceptos generales y específicos y le rezaba a Allah, poniendo el Profeta una mano en el pecho de Hz. Alí, rogándole a Allah para que profundizara Alí el Conocimiento y no lo olvidara.
De Hz. Alí surge la autoridad espiritual y el conocimiento que se transmite a través de las Tarikas. Ese conocimiento se mantuvo vivo por esa línea, a través de Hz. Alí.
La palabra derviche, que erróneamente nos atribuimos, es una palabra que viene del farsí, del persa, y significa pobre, una persona pobre de aquellas que van puerta a puerta pidiendo limosna, que no tiene nada. Cualquier persona sincera consigo mismo, que no se autoengañe y que recorra este camino, tiene que darse cuenta tarde o temprano que no sabe nada, que no tiene nada y que lo único seguro es que se va a morir, el resto es un misterio.
Por más ordenada que tengamos nuestra vida, existe algo aleatorio que denominamos «destino» y por el otro lado, el Ángel de la Muerte, que nos visita cinco veces por día, de acuerdo a nuestra tradición y que no se nos aparecerá como un angelito negro, no, tiene forma de virus, de enfermedades, de balas perdidas, de balcones que se caen.
Estoy hablando de un acto sincero donde me doy cuenta que esa es mi condición, no tengo nada, estoy sujeto a situaciones que no puedo controlar ni hacer nada y no se nada, como yo que estoy hablando acá que no se nada. Hay bibliotecas enteras sobre la muerte y lo que pasa después, ¡seamos gente de fe, creamos en lo que dicen los sabios, los hombres de conocimiento!
Sojbet del sheij Abdelkader al-Halvetti al-Yerrahi pronunciado en el dergah de Buenos Aires (Argentina) el 21 de mayo de 2005.
Un avaro estaba sentado a la puerta de un café, tomando su café matinal, cuando un loco se le acercó y le pidió dinero para un poco de yogur. El avaro trató de ignorarle, pero el hombre se negó a irse y provocó un escándalo.
Otros le ofrecieron su dinero, pero él insistía en que sólo quería el del avaro. Al final, éste le dio algunas monedas para el yogur. Entonces el loco pidió algo más de dinero para acompañar al yogur. Pero esto ya era demasiado para el avaro, que se negó rotundamente.
Aquella noche el avaro soñó que había ido al Paraíso. Era un lugar hermoso, lleno de ríos, árboles y hermosas flores. Después de algún tiempo, empezó a tener hambre, pero no podía encontrar alimentos entre toda aquella belleza.
En aquel momento apareció un hombre extraordinariamente hermoso y radiante. El avaro le preguntó si aquello era verdaderamente el Paraíso y el hombre le dijo que sí. Entonces el avaro quiso saber dónde estaban las comidas maravillosas y la ambrosía del Paraíso, de las que tanto había oído hablar.
El hombre se disculpó y se fue.
Al volver, le trajo un poco de yogur. El avaro le pidió algo de pan para acompañar el yogur, pero el hombre respondió:
«Todo lo que has mandado aquí es yogur. Lo que siembras en el mundo es lo que cosechas aquí».
A la mañana siguiente, el avaro se despertó cubierto de sudor. Desde aquel día se volvió uno de los hombres más generosos y alimentaba a todos los mendigos y pobres de la ciudad.
En los tiempos que corren no debemos seguir ningún líder, todos se autodenominan poderos y seguidores de la única verdad.
Esta que nombran naqshbandi-haqqnani, es rechazable, pues si asístes a un seminario ya te comes con patatas su maestro, sus vestimentas, nadie nombra a un tal abdul karim del eneagrama, este señor, te pone en el centro del grupo a la más tetona y destapada, luego examina su emoción, para ver por donde tirar, unos cuantos asistimos a una bronca con su esposa, por lo mismo, ella le echaba en cara su gusto por las señoritas.
y a buen entendedor pocas palabras bastán, ellos sobran, son intolerables, y si también entre mujeres cuentan aventuras y desventuras de abdul wadud, asistimos a un concierto, ahí ya vimos que espiritualidad ninguna, las mismas mujeres te cuentan como el burhanuddin gusta de las mujeres, que se ven en las noches de los seminarios, y como su amigo abdul wadud, también se beneficia de ellas, y éste burhanuddin es el papá de la primera hija de su esposa, sus mujeres se aguantan y mezclan que esto se parece la fista que hacen del body park, todos con todos
y no he sido naqshbandi,pero sí, todo es un negocio, y la mujer la mercancía
a.wadud
tomo partido en algo que no quería
Mi nombre es Fernando soy la pareja de Arafat, nombre que tiene desde que recibió la sahada como procede y de alguien bien alineado en la pureza
Sigues sin entender, no tienes que arremeter contra hawa, como lo hacen las niñas indefensas, no puedes hacer daño, porque no eres nadie, tu jefe es una mentira, ni santo ni defiende Islam, abusais de las mujeres, tú y los demas no sois nada, a la vista está, sabes a que me refiero, y te digo Dios es por encima, estas enfermo abdul wadud ademas de pervertido, yo soy un hombre, y por sentirme rodeado de mujeres enfermas , no acoso a las que dicen la verdad, que ni se venden, esto si es por tus cuentos que tú o quien sea sujbe en web islam, ahí vemos que eres, no hacen daño, pues no sabes ni con quien tratabas en esta vuelta, estas tan ciego y enfermo, que no viste que te pusieron el cebo demasiado fácil..le hicisteis la vida imposible, una rubia cuerpazo, cochazo BMW, te dieron 100 euros en mano para la dergha¿que pensaste?..
yo si quiero que se sepa, el cuento que pones del esclavo y lo del ojo HACES REFERENCIA A ESE DE TU DERGHA QUE LA MALTRATÓ, PUES TIENE UN OJO DE CRISTAL, SEÑOR ABDENUR PRADO, NO ENTRE EN ESTO, PERO LE DIGO LLEVO MUCHO TIEMPO VIENDO TODO LO QUE HAWA HA RECIBIDO DE ESTOS PERVERTIDOS, QUE SON MENTRIA, USAN ELEMENTOS COMO LOS MALTRATADORES, POR ESO LE DIJIMOS QUE FUESE DEJANDO ESTO DE SEÑAL, PARA QUE VIESE QUE ELLOS SABEN DEL FALSO NEGOCIO DE SU MAESTRO, Y COMO ELLOS SON CAPACES DE CUALQUIER COSA POR QUE NO LE DESMONTEN EL NEGOCIO, Y EN EL CUENTO QUE SUBEN SON COSAS QUE SÓLO SABÍA ABDUL WADUD SABATÉ SIERVO DE MAULANA ESO DICE EL, CUANDO LEA EL PRIMERO VERA LOS ELEMENTOS DE NO SE COMPRA Y NO SE VENDE, COSA QUE ELLOS SI, Y LES DUELE, EL SUEÑO DEL ESCLAVO ES UN MURID QUE ÉL TENÍA EN SU DERGHA, QUE LA MALTRATÓ Y LLEVA UN OJO DE CRISTAL…CON ESTO SEÑOR ABDENUR ASUME COMO PROPIO DICHO MALTRATO Y SE UNE A ÉL..ES UN MALTRATADOR, Y BUSCA DAÑAR, PORQUE EL VA TRAS LAS MUJERES DISIMULADAMENTE SE ESCONDE EN EL OTRO BURHANUDDIN, HAWA SE LO DIJO, DESPUES DE LOS SEMINARIOS SI PUEDEN TIENEN SUS HISTORIAS, Y ELLA ENTRO BUSCANDO ESPIRITUALIDAD, ISLAM, LO QUE APRENDE EN LA OTRA TARIKA
abdul wadud, si tu jefe fuese como dios manda tu y otros estariais fuera…..ya se puede decir oficialmente que eres uin maltratador, pervertido, buscas cama, de forma que parezcan que son ellas,,,
Sigues sin enterarte cobarde, no eres hombre, te peleas con un fantasma, ni te escribías con hawa………..en tu ofuscación, se aliaron porque una sóla mujer les exigió lo correcto de cualquier humano cívico, no eres musuilman, y voy a hacer un blog donde os coloco a todos…
Ni descendencia Rumi, ni abdul qadir al jilani tiene tu maestro, la gente besa un falso pelo que no es del profeta..¿quién es aquí el inteligente¿ ¿quién está aquí en la verdad?
TU CORAZÓN NO PUEDE SÓLO TRANSMITIR ORGULLO MENTIRA PERVERSIÓN Y FALSEDAD
y EL DE TU MAESTRO¿QUE TRANSMITE?———–
HAS DEJADO A TU ESPOSA CON UN BOMBO A PUNTO DE PARIR Y CON CINCO HIJOS MÁS PARA TRADUCIR SEMINARIO DE BURHANUDDIN DONDE NO HABLA ISLAM, LO HE ESCUCHADO EN LA GRABACIÓN HABLA DE TETAS, INCLUSO SE PERMITE REIRSE DE TU MUJER SI, BURHANUDDIN FUE LA PRIMERA PAREJA DE LA ESPOSA DE ABDUL WADUD, CON QUIEN TUVO UN HIJO, PERO ÉL, SE CASA Y LAS DEJA, ELLA VOLVIO Y ABDUL WADUD Y ELLA SE VOLVIERONA RECONCILIAR, Y ELLA FUE QUIEN LE LLEVO A CONOCER A SU SANTO, FIJATE Y SE RIE DE SU PROPIA ESPOSA EL LO TRADUCE COMO UNA GRACIA, Y DELANTE DE MAS DE TREINTA PERSONAS LO PERMITE Y HAWA TE LO HECHÓ EN CARA TE DIJO QUE UN HOMBRE NO PERMITE ESO DE UNA MUJER Y M,ENOS SU ESPOSA, MIENTRAS TU ESPOSA EN CASA CON EL BOMBO
Por eso la tariqa naqshbandi haqnnani es corrupción, y las mujeres les sirven de negocio……..
10. Se cuenta que ‘Abd al-Wâhid ibn Zayd dijo:
Una noche, le pedí a Allah que me mostrara quién iba a ser mi compañero en el Paraíso (Yanna). Una voz, durante el salat, me dijo: “Tu compañera en el Paraíso será Maymûna la Negra”. Le pregunté a esa voz: “¿Dónde puedo encontrarla, pues me gustaría conocerla?”. Y la voz me dijo: “En el desierto”.
Salí de viaje, con la intención de conocerla, hasta que llegué a las puertas del desierto y pregunté por ella. Me dijeron: “Es una vieja loca que guarda rebaños insignificantes”. “Quiero verla”, le dije, y me indicaron dónde podía encontrarla. Crucé los huertos de la ciudad hasta que llegué a los eriales, y la vi de pie, haciendo el salat, apoyada en un bastón y vistiendo una túnica remendada de lana en la que estaba escrito: “Ni se compra ni se vende”. Y también vi que sus ovejas estaban con los lobos, pastando sin miedo.
‘Abd al-Wâhid ibn Zayd dijo: Cuando se dio cuenta de mi presencia, se apresuró a acabar su salat, y me dijo: “Vuelve sobre tus pasos, ‘Abd al-Wâhid, nuestra cita no es aquí”. Yo le dije: “Allah se apiade de ti, ¿quién te ha dicho mi nombre?”. Ella me respondió: “¿Es que aún no sabes que los espíritus se encuentran y se desencuentran en el Mundo de Allah? Los que se reconocen entre sí en ese Mundo, aquí se reconocen; y los que se rechazan entre sí ahí, aquí son enemigos”. Yo le dije: “¡Sé mi maestra!”. Y ella me respondió: “¿Maestra de un maestro? Además, Allah me arrebataría entonces el amor a la soledad”. Y luego recitó estos versos: “Un maestro, que exige cuentas, que censura, que prohíbe a los demás, que aparta a las gentes del mal,… y él está enfermo. Antes de buscar discípulos, procura tu propia salud. Si no tuvieras defectos, pronto encontrarías lo que buscas”.
Sus palabras me dejaron desconcertado, y no sabía que decir ni quería apartarme de ella. Entonces volví a darme cuenta de que los corderos y los lobos estaban juntos: ni los corderos tenían miedo, ni los lobos atacaban a los corderos. Le pregunté por ello, y ella me respondió: “Apártate de mí, diletante. Yo estoy en paz con mi Señor y Él ha puesto paz entre mis ovejas y mis lobos”.
‘Abd al-Wâhid ibn Zayd dijo: Entonces, me di cuenta de que no tenía más remedio que irme de ahí, y esperar el encuentro con ella más allá de esta vida. Y me dije: “Quien obedece a Allah, Allah hace que todas las cosas le obedezcan”. Que Allah nos beneficie con las bendiciones de esa mujer, que nos proporcione de su “báraka” y nos trasmita sus “secretos”. Así sea.
11- Se cuenta que ‘Abd as-Samad dijo:
Compré un joven esclavo para mi servicio. Al llegar la noche lo busqué para que me sirviera la cena pero no pude encontrarlo. Las puertas estaban cerradas por dentro, tal como estaban todas las noches. Me quedé sorprendido, pero no pude hacer nada.
Al día siguiente, el joven apareció y me entregó un dirham de oro sobre el que estaban escritas algunas palabras del Corán, con una pericia tal que parecían labradas por los malaikas. Le dije: “Muchacho, ¿de dónde has sacado esto?”. Y me respondió: “Señor, te daré cada día una moneda como esta a condición de que me dispenses de todo servicio a partir del momento en que se ponga el sol”. Lo autoricé a ello, y cada tarde desaparecía para regresar al amanecer, trayéndome una moneda de oro puro.
Así pasó un tiempo, hasta que cierto día vinieron a visitarme algunos compañeros míos, y entre las cosas que me contaron una me dejó perplejo y ensombreció mi ánimo. Al parecer, alguien se dedicaba a saquear el cementerio para robar a los muertos. Inmediatamente, sospeché de mi esclavo, y decidí seguirlo esa noche y descubrir sus fechorías.
Al acercarse la puesta del sol, me escondí cerca de la puerta, para ver lo que hacía el esclavo. Como siempre a esa hora, la puerta estaba bien atrancada, pero he aquí que llegó el joven y simplemente levantó la mano y la puerta se abrió ante él. Salió afuera, y, aprovechando la oscuridad, lo seguí sin que se diera cuenta. Salió de la ciudad hasta llegar a un paraje desolado. Ahí, se quitó la ropa y vistió una túnica de lana, y se puso a hacer el salat hasta que llegó el momento en que el sol estaba a punto de salir. Entonces, levantó la mirada hacia el cielo, y dijo: “Oh, mi Gran Señor, dame el sueldo de mi señor menor”. Y entonces cayó del cielo una moneda de oro. Él recogió el dirham y se lo guardó mientras yo quedaba completamente pasmado. En ese momento, yo mismo hice mis abluciones e hice el salat del amanecer, pedí perdón a Allah por mis sospechas y tomé la decisión de liberar al esclavo. Lo busqué, pero él ya no estaba ahí.
Me di cuenta entonces de que no sabía dónde me encontraba. Miré a mi alrededor y no reconocí nada que me resultara familiar. Me sentí perdido, pero he aquí de repente que un jinete empezó a acercarse al lugar en el que me encontraba y pensé que había llegado mi salvación. El jinete paró junto a mí, y pronunciando mi nombre, me dijo: “Abd as-Samad, ¿qué haces aquí sentado?”. Le conté mi historia, que no le sorprendió, y luego me dijo: “No te asustes, Abd as-Samad. El país del que vienes está a una distancia de dos años para un jinete que vaya deprisa y no descanse nunca”. El pánico y la angustia se apoderaron de mí, y le pregunté qué podía hacer. Entonces me dijo: “No abandones este lugar, y espera a la noche, cuando vuelva tu esclavo”.
Ahí me quedé todo el día, hasta que oscureció. El cansancio me había vencido y el sueño se apoderó de mí. Al poco, desperté, y vi junto a mí a mi joven esclavo, que había extendido una alfombra y había dispuesto sobre ella la cena con toda suerte de alimentos exquisitos. Cenamos, y cuando acabamos, él volvió la mirada hacia el cielo, y dijo: “Oh, mi Gran Señor, dame el sueldo de mi señor menor”, y sobre nosotros cayó una moneda de oro, que me entregó. Se levantó, hizo el salat del amanecer, y después me cogió de la mano, dio unos pocos pasos y he aquí que teníamos enfrente la puerta de mi casa. El muchacho se volvió hacia mí, y me dijo: “Señor, tenías la intención de liberarme”. Y yo le respondí: “Sí. Desde este momento eres libre”.
La puerta estaba cerrada por dentro, atrancada con una enorme piedra. El joven me dijo: “Señor, sea para ti la piedra que hay detrás de la puerta en pago por mi libertad”. Cuando conseguimos entrar, he aquí que la piedra era de oro puro. Era tal mi estado, que salí corriendo, y fui a casa de mis amigos, y les conté cuanto había sucedido.
Mientras tanto, mi hija había escuchado el ruido, y salió a ver qué pasaba. Descubrió al joven junto a la puerta, y le gritó: “Maldito esclavo, ¿dónde está mi padre? Tú lo has matado porque te descubrió saqueando tumbas”. Y se lanzó contra él y lo golpeó con un hierro que llevaba, y lo hizo con tal fiereza que le arrancó un ojo.
Cuando volví a mi casa, encontré al joven en ese estado. Supe que había sido mi hija, y la busqué hasta encontrarla y le corté las manos. Luego, la presenté ante el muchacho y le pedí perdón por lo que había sucedido. Pero él se levantó, cogió el ojo y lo puso en su cuenca y miró hacia el cielo. Cuando se volvió hacia mí, su ojo resplandecía, más bello que nunca. Luego cogió las manos de mi hija y se las puso en lo muñones y escupió sobre ellos, y he aquí que había sanado. Y yo grité entonces: “Tú no eres un saqueador de tumbas, eres un saqueador de luz”.
El joven abandonó mi casa, y no sé a dónde fue ni nunca más tuve noticias de él.
12- Uno de los compañeros de Sari as-Saqati contó:
Sari as-Saqati tenía una discípula que era una de los íntimos de Allah (waliya). A su vez, ella tenía un hijo que iba a la escuela. En cierta ocasión, el maestro mandó al niño a por un recado cerca del Tigris. El niño se puso a jugar y cayó al agua, y se ahogó. El miedo se apoderó del maestro cuando supo lo que había sucedido. Acudió ante Sari as-Saqati y lo puso al corriente del accidente, y le pidió que intercediera a su favor ante la madre del niño. Sari se entristeció y dijo: “Levantaos todos. Vayamos junto a la madre”. Y con él fue Ŷunayd, que a la sazón era también discípulo de Sari as-Saqati, y que más tarde sería el maestro de todos los maestros del sufismo que vinieron después.
Entraron en la casa de la mujer, y Sari se puso a hablarle de la paciencia y la resignación como grados espirituales en los que el aspirante a los más altos rangos debe afianzarse. Ella intuyó que había pasado algo grave y le preguntó a su maestro: “Sari, ¿qué estás queriendo decirme?”.
Entonces, Sari le contó que su hijo había muerto ahogado en el Tigris. La mujer se puso de pie y dijo: “Allah no ha hecho eso”. Todos quedaron boquiabiertos ante la reacción de la mujer, y ella les ordenó que se pusieran de pie y la condujeran al río, y le mostraran el lugar en el que el niño había caído al río.
Cuando le enseñaron el sitio, ella gritó: “¡Hijo mío!”. Y desde las profundidades del río, el niño respondió: “A tus órdenes, madre”. Ella bajó a la orilla y metió la mano en el agua, y sacó a su hijo vivo del agua, y se lo llevó a su casa.
Sari as-Saqati se volvió hacia su discípulo Ŷunayd, y le interrogó: “¿Qué es lo que crees que ha pasado?”. Ŷunayd respondió: “Ella es una mujer atenta a los designios de Allah. Tanto ha centrado su corazón en lo que Allah quiere que sabe todo lo que Él hace. Nada ocurre sin que ella lo sepa. Aunque su hijo cayó en el río y para todos nosotros él había muerto ahogado, ella sabía que no podía morir, pues Allah no había decretado su muerte. Todo ello, gracias a su sinceridad para con Allah”.
Allah nos la haga de provecho en esta vida y en la Otra Vida, y nos proporcione del bien que hay en su fuente
Uso el nombre de Haw, con su correo, ya que no tengo nada aquí, pues sólo soy un mero lector
Un regalito Hawa
Haz clic para acceder a es_Asombroso_Coran.pdf
EL ASOMBROSO CORÁN POR G. MILLER
Camille Helminski, co-traductora de la edición
que permite fi nalmente disponer de esta obra en inglés,
señala que el mismo Hilmi, al igual que Raji, el protagonista
en el libro, fue iniciado siendo joven, en Izmir, por
el Mirror Dede, el maestro de los espejos, así llamado debido
a los fragmentos de espejo cosidos en su excéntrico
vestido. En el libro, se hace referencia al Mirror Dede
como «doctor cósmico» y vive en un cementerio donde
recibe a su discípulo, le sirve café cargado y luego toca el
ney y canta. Estos encuentros tienen como resultado una
serie de nueve profundos sueños, cada uno de los cuales
es una parábola espiritual llena de ambigüedades, pero
descrita de forma vívida, casi tangible. Estos encuentros
seguidos por sueños, seguidos a su vez de poesías o del
comentario del Dede, componen la primera mitad del
libro. Helminski subraya que el texto
«no es una fantasía sino una transcripción
real del viaje espiritual». Y
gracias también a la brillante traducción
realizada por Helminski y Refik
Algan, se nos muestra que el libro es
mucho más que una «transcripción»
(aunque puede que utilice ese término
para indicar que la obra es un
testimonio personal auténtico, para
asegurar que no se ve como simple
literatura).
El relato empieza con la experiencia
por Raji de una profunda
alienación, de modo que cosas «que
eran normales para todos los demás»,
no eran normales para él. Sus jóvenes
y algo libertinos amigos le preguntan
que le sucede y él murmura la palabra
«nada». Se da cuenta repentinamente
de que está experimentando la
«nada», «como el atributo específico
de todo el universo». Se llega a preguntar
incluso si él tan sólo existe.
Este momento de crisis existencial lo
lleva a la bebida. Enfrentado a esta
«nada», se embarca en una búsqueda
personal, en la que se encuentra con
diversos charlatanes y espiritistas. Su
verdadero «viaje» comienza sólo con
el encuentro casual en el cementerio
con el Mirror Dede, un hombre mayor
con un gorro al que lleva sujetos
unos cincuenta trozos de espejo y
una vieja túnica remendada, cubierta
de espejos y de trozos de hojalatahttp://www.nematollahi.org/revistasufi/articulos/suenoveridico.pd
Ibn Al-Arabi
EL MISTERIO DE LOS CUSTODIOS DEL MUNDO
(Kitâb manzil al-qutb wa maqâmu-hu wa hâlu-hu)
Pero ¿quién es el Qutb, el Polo? Como muchos probablemente sepan, el esoterismo islámico
hace expresa mención de una jerarquía de santos -el Dîwân al-Awliyâ- en cuyo vértice se
encuentra el Polo, cuya función es la de presidir el gobierno del mundo. Se trata de santos que en
virtud del elevado grado de realización iniciática logrado y de la propia capacidad carismática de
influir sobre las cosas mediante la sola potencia de la energía espiritual (at-tasarruf bi-l-himma)
controlan los eventos y se hacen garantes de la integridad del mundo. Dos cosas van obviamente
precisadas: la primera es que su accionar no puede ocurrir si no en absoluta conformidad a las
Órdenes divinas, de las que no son más que “los ejecutores”; la segunda es que su función no
tiene nada que ver con el mundo de las acciones terrenas y profanas.
La referencia inmediata de esta jerarquía está en el ámbito de la tradición islámica, pero el
mismo Ibn Al Arabi nos informa que los cuatro “Pilares” (awtâd) de esta jerarquía son los
“sustitutos” de los cuatro Pilares celestiales, es decir de los cuatro Profetas que la tradición
islámica afirma que no han sido alcanzados por la muerte corpórea: Idris (Enoch), Ilyâs (Elías),
’Isa (Jesús) y Khidr. De estos Idris es el Polo, mientras que Jesús y Elías son los dos Imâm de la
derecha y de la izquierda. Como precisa al respecto Michel Vâlsan: “Estos seres, o mejor estas
funciones, son las Columnas (awtâd) de la Tradición Pura (ad-dîn al-hanîfi), la que es
evidentemente la Tradición primordial o universal, con la que el Islam, en su esencia, se
identifica. Hace falta agregar que, si estas funciones primordiales son designadas solo por
Profetas aparecidos en el curso del ciclo humano actual, para el Shaykh al-Akbar esta es
simplemente una manera de parangonar, mediante una realidad reconocida por la tradición
islámica en general, la afirmación de la existencia de un Centro supremo por fuera de la forma
particular del Islam y por sobre el centro espiritual islámico”.
Es de este Centro supremo de la Tradición inmutable que, más o menos directamente,
emanan y dependen los distintos centros particulares de cada una de las formas tradicionales
existentes. La mayor parte de los mitos del origen conserva trazas de este Centro primordial: es
la Tula hiperbórea, el Airyanem Vaêjah iraniano, el Paradêsha hindú que, en épocas más
recientes, después de su ocultación, se lo conoce con el nombre de Agarttha. No es otro que “la
Tierra de los vivientes”, o “Tierra de la luz”, “Tierra de la inmortalidad” que no ha sido alcanzada
por las vicisitudes de “la caída” de la raza original de la humanidad. En este lugar misterioso e
inaccesible, por el simple hecho de que trasciende la condición corpórea, residirían los “Polos
ttp://www.webislam.com/media/2012/06/53699_custodios.pdf
Del desvelamiento (tajallî) de las actividades divinas (al-afâl)
La revelación de Allâh en Sus actividades corresponde a un estado contemplativo (mashhad), en el que el servidor ve cómo la Potencia divina (al-qudrah) evoluciona en las cosas. Ve a Dios como el autor de su movimiento y de su reposo, pues toda acción de la criatura es abstracta y se atribuye sólo a Allâh. En esta contemplación, el servidor es despojado de todo poder, fuerza y voluntad propias.
Los contemplativos participan de este estado espiritual de maneras diferentes. A algunos, Allâh les muestra Su voluntad, y después Su acción, y el servidor se halla así despojado de poder, de acción y de voluntad. Es ésta la más perfecta contemplación de las Actividades divinas. A otros, Allâh muestra Su voluntad, haciéndoles contemplar Sus disposiciones en las criaturas y la evolución de éstas bajo la dominación de Su potencia. Algunos ven el Acto divino (al-amr) en el mismo instante en que se produce la acción por parte de la criatura, de modo que la atribuyen sólo a Allâh; otros contemplan esto retrospectivamente, cuando la acción ya se ha manifestado por parte de lo creado.
Sin embargo, quien tiene esta visión de las cosas sólo puede ser justificado si su visión concierne a otro, y no si se refiere a sí mismo, a menos que se trate de una acción conforme a las reglas exteriores de la religión. Por el contrario, cuando Allâh revela a alguien primero Su voluntad, y después Su disposición en él, antes incluso de que se produzca la acción por parte del hombre -o en el hombre o a partir de él-, debemos aceptar esta visión como legítima, e incluso la buscaremos por las leyes religiosas; si el hombre que tiene esta visión de las cosas es sincero, su relación hacia Allâh será pura.
Cuando digo que la visión de este último está justificada, mientras que no podemos justificar la visión de otro que no ve el impulso divino sino después de la acción, esto significa que ni una ni otra pueden ser justificadas si se refieren a la Potencia divina en algo que estaría en contradicción con la «orden» (al-amr) o la «prohibición» (an-nahy), mientras que el acto, en su forma aparente, exige precisamente esta discriminación (1). Apliquemos entonces la discriminación a lo que es objeto de discriminación según la Ley sagrada, porque el principio mismo de la revelación divina de que se trata nos lo impone: en efecto, quien se encuentra en este estado contemplativo actúa según el principio divino, y es entonces justo que le juzguemos de acuerdo a su propia contemplación; es por ella que Allâh le obliga, al igual que nosotros estamos obligados a juzgar al impío según lo que Allâh ha prescrito en Su Libro.
Toda esta consideración implica en definitiva aquello que ya he dicho acerca de la relación íntima del contemplativo hacia Allâh, relación cuya sinceridad garantiza la justicia de la visión. En cuanto a mi observación concerniente a quien no es consciente del impulso divino más que después de la acción, a saber, que no puede ser justificado más que en su contemplación de otro, y no de sí mismo, excepto para aquello que se funda en el Libro revelado (al-kitâb) y la costumbre sagrada (as-sunnah), fue emitida para que el contemplativo no acepte una tal cosa de sí mismo, pues el hipócrita que realiza una acción impía dice igualmente: «Es por la voluntad, la potencia y la acción divinas que ella fue manifestada, y yo no cuento aquí para nada». Ahora bien, un tal grado espiritual (maqâm) existe.
Algunos se ven como el objeto de la acción divina; su propia acción sigue a la de Allâh. Se consideran a sí mismos como obedientes en una acción que es conforme a las prescripciones divinas, y como desobedientes cuando la acción es contraria a dichas prescripciones, estando ellos mismos despojados de poder, de fuerza y de voluntad propias. Otros no son del todo conscientes de su propia acción; no ven más que la única acción de Allâh. Un hombre semejante no se considera en absoluto como el autor de una acción, ni se dirá obediente en la acción conforme a la Ley sagrada, ni desobediente en una acción contraria. En esta categoría de contemplativos, hay quienes, habiendo compartido tu alimento, juran después no haber comido; han bebido y juran no haberlo hecho; después juran no haber jurado, y con respecto a Allâh son sinceros y verídicos. Éste es un punto que no comprenderá sino aquel que ha saboreado él mismo y realmente vivido este estado contemplativo.
Algunos no contemplan la acción de Allâh más que en el otro, y no en ellos mismos, es decir, en lo que individualmente les concierne. Otros no contemplan la acción de Allâh más que en ellos mismos, y no en los demás, y esta contemplación es superior a la primera.
Algunos contemplan la acción de Allâh en sí mismos para los actos conformes a las prescripciones divinas, mientras que no ven la influencia de la Potencia divina en las transgresiones. Ellos contemplan a Allâh en virtud de Su revelación en los actos adecuados, pero Allâh les oculta Su acción en ellos con respecto a las transgresiones, por misericordia, para que no caigan en la desobediencia; éste es un signo de su debilidad, pues, si fueran fuertes, verían a Allâh actuar en ellos tanto en las transgresiones como en la obediencia, ya que su conformidad a la Ley exterior está preservada (2).
A otros, la acción divina no se revela sino en las transgresiones; son así probados por Allâh, y apenas Le pueden contemplar en los actos de obediencia. Quien posee esta cualidad se encuentra en uno de estos dos casos: o bien Allâh Se oculta a él en los actos de obediencia, porque él desea ser obediente y prefiere la obediencia a cualquier otra cosa, de manera que Allâh Se oculta a él y Se le revela en las transgresiones, a fin de que Le vea y alcance así la Plenitud divina -y el signo de ello es que se vuelve hacia la obediencia y no continúa transgrediendo-, o bien este hombre cae gradualmente, hasta establecerse en la desobediencia; en este caso, Allâh Se oculta a él definitivamente, y permanece para siempre en el pecado; ¡que Allâh nos preserve de ello!
Aún otros contemplan a Allâh tanto en la obediencia como en su contrario…
Unos, contemplando la acción divina en la desobediencia, no se apaciguan, sino que lloran y se apenan y se entristecen y piden a Allâh que les perdone y les preserve de las transgresiones cuando caen bajo la coacción de la Potencia divina; ésta es la prueba de su sinceridad, de la pureza de su visión y de la ausencia de deseo individual en aquello que les ha sido destinado. Otros no se apenan, ni se entristecen, ni ruegan ser preservados de las transgresiones, sino que permanecen tranquilos bajo el flujo de la Potencia y actúan como Ella quiere, sin encontrar en ello ninguna sensación. Es la prueba de la fuerza de su intuición en este estado contemplativo, que es superior al primero, si no está mezclado con ninguna sugestión del alma.
En algunos, Allâh transformará su desobediencia en obediencia, de forma que sus acciones no serán contadas como transgresiones hacia Allâh. En otros, su aparente desobediencia es en sí misma obediencia, puesto que es conforme a la Voluntad divina, aunque el Mandato divino contradiga lo que la Voluntad divina exige de ellos. En este estado, el servidor será desobediente con respecto al Mandato, y a la vez obediente y conforme a la Voluntad. Y ello porque contempla, antes de la acción, a la Voluntad divina con respecto a él; es entonces, en realidad, conforme a la Voluntad divina, pues ve la influencia de la Potencia divina sobre él, y cómo Allâh le rodea y le envuelve (3).
Algunos son probados y Allâh Se revela a ellos en algo que es censurable a la vez en su esencia y según la ley exterior; contemplan a Allâh dirigiéndoles hacia la herejía, y se abandonan, sabiendo que son heréticos (4). Están determinados por la aparición de Allâh en tal acción… (5).
Ahora bien, debes saber que a estos hombres que contemplan las Actividades divinas, lo esencial queda velado, sea cual sea la grandeza de su grado espiritual y la claridad de su visión. De la Verdad ignoran más de lo que conocen, pues la revelación de Allâh en Sus Actividades es un velo para Su revelación en Sus Nombres y Sus Cualidades. Que ello baste al sujeto de la contemplación de las Actividades, que implica aún muchos otros estados; pues nosotros seguimos en este libro una vía media entre la sucinta exposición y el desarrollo.
Allâh dice la verdad, y es Él quien guía sobre el justo camino.
Notas:
1. La Voluntad divina se manifiesta bajo estas tres formas: la orden (al-amr), la prohibición (an-nahy) y el permiso (al-idhn).
2. Las transgresiones de las que se habla no son entonces sino interiores o virtuales; se trata de transgresiones con respecto a lo que exige la santidad.
3. Estas consideraciones son muy instructivas en lo que concierne a los «pecados» de David y Salomón.
4. No se trata de una herejía intrínseca, es decir, de un error, sino de una herejía extrínseca, luego de simple incompatibilidad formal; en este caso, hay «error» o «pecado» en la forma, no en sí, sino con respecto a la forma revelada, que es forzosamente exclusiva.
5. Hay entonces estados contemplativos cuya manifestación excede el marco de la Ley sagrada dada para la comunidad.
Ext. de «al Insân al-Kâmil» («Del Hombre Universal»). Traducido del árabe y comentado por Titus Burckhardt. París, Dervy-Livres, 1975.
Historiografía Occidental Sobre Ali Ibn
Abi Tâlib
por el Prof. R.H. Shamsuddín Elía
La vasta y multifacética personalidad de ‘Alî Ibn Abi Tâlib, la Paz sea con él, ha
sido descripta en numerosas obras de autores no musulmanes. Sin embargo, por motivos
diversos, en algunos casos intereses políticos, en otros por cuestiones de desconocimiento
u omisión, estas opiniones son generalmente obviadas. Por esa razón es que nos interesa
transcribir y recrear los pensamientos de algunos de estos autores sobre el cuarto Califa
del Islam y primer Imam de los musulmanes en forma de breve relación historiográfica
(esperando ampliarla y mejorarla en el futuro insha’Allah).
Tal vez una de las primeras referencias sobre ‘Alî (P) que podamos encontrar en un
libro escrito por un no musulmán es aquella del viajero judío Benjamín de Tudela, nacido
hacia 1130 en Tudela, reino cristiano de Navarra, España, y fallecido hacia 1173
probablemente en su ciudad natal. Hacia 1160 Benjamín de Tudela parte desde Zaragoza
y luego de visitar Roma y Constantinopla, pasa por Jerusalén, Damasco, Bagdad, Isfahán,
Alejandría y muchas otras ciudades y pueblos. Se habla de que llegó hasta la India, cosa
que no ha podido ser comprobada. Regresa a España en 1171. Se trata, por tanto, de un
viaje de once años, realizado en su mayor parte a través del Mundo Islámico sin
pasaporte ni salvoconductos, con entera libertad, pese a su condición de no musulmán.
Veamos qué dice este ilustre viajero al visitar la ciudad de Naÿaf (Irak), luego de una
previa estadía en Kufa: «Allí está también la gran mezquita de los shiíes, donde está el
sepulcro de ‘Alî ibn Abi Tâlib, yerno de Mahoma, y acuden allí los shiíes por ser un lugar
santo» (cfr. “Libro de Viajes de Benjamín de Tudela”, Riopiedras ediciones, Barcelona,
1989, pág. 99.
Unos quince años después de Benjamín de Tudela, el viajero musulmán andalusí Abu
al-Husain Muhammad Ibn Ahmad Ibn Ÿubair al-Kinani al-Andalusi al-Balansi (“el
Valenciano”), nacido en Valencia en 1145 y muerto durante su tercera travesía, en
Alejandría, Egipto, en 1217, llegó a la misma región el viernes 11 de mayo de 1184 (28
de Muharram 580), y hace este testimonio que nos parece interesante pues debe haber
sido similar a la visión que tuvo el viajero tudelano:
«Nos amaneció en an-Naÿaf (el montículo) que está por detrás de Kufa… La antigua
mezquita está en el extremo oriental de la ciudad… Esta venerable aljama tiene nobles
monumentos, entre ellos se halla un cuarto al lado del mihrab, a la derecha enfrente de la
alquibla: se dice que fue el oratorio de Abraham, el Amigo de Allah —Dios le bendiga y
le salve—… Las gentes se agolpan en este lugar bendito para hacer la oración. Cerca de
él, hacia el lado derecho de la alquibla, hay un mihrab encuadrado en madera de teca que
se alza en el suelo de la nave, como si fuese un pequeño oratorio: es el mihrab del
Príncipe de los Creyentes, ‘Alî Ibn Abi Tâlib —Dios esté satisfecho de él—. En ese lugar
el malvado, el maldito Abd al-Rahman Ibn Mulÿam le hirió con la espada. Las gentes hacen la oración allí invocando a Dios llorando… En la parte occidental de la ciudad, a
una distancia de una parasanga (antigua medida itineraria persa equivalente a 5.250
metros), está el monumento funerario ilustre e importante consagrado a ‘Alî Ibn Abi
Tâlib — Dios esté satisfecho de él— donde se arrodilló la camella que lo transportaba
muerto y amortajado» (Ibn Ÿubayr: “A través del Oriente”. El siglo XII ante los ojos.
Rihla, Introducción, traducción y notas de Felipe Maíllo Salgado, Ediciones del Serbal,
Barcelona, 1988, págs. 251-253).
Tendrán que pasar cerca de 130 años para que encontremos una nueva cita sobre el
Imam ‘Alî (P), esta vez a cargo de un cristiano católico: “Impugnación de la secta
mahometana” es el título de la obra del fraile mercedario, san Pedro Pascual (1227-1300),
escrita durante su cautiverio en el reino musulmán de Granada (1297-1300). San Pedro
Pascual, nacido en Valencia y establecido posteriormente en Jaén, ciudad de la que fue
designado obispo (1296), poseía un vastísimo conocimiento del Islam y argumentaba sus
historias citando con precisión el Corán y los Ahadith o tradiciones del Santo Profeta
(BPD). También fue el primer arabista español en destacar la figura de ‘Alî Ibn Abi Tâlib
(P) en la historia de los comienzos del Islam, que era prácticamente desconocida para sus
contemporáneos europeos.
No podemos saber si ese manuscrito o una copia fue asequible para el poeta italiano
Dante Alighieri (1265-1321). Pero sí sabemos que san Pedro Pascual residió en Roma,
después de 1288 y antes de 1292, fechas que encierran el pontificado de Nicolás IV, de
cuya curia el fraile español gestionaba apoyo a la naciente Orden de la Merced. A su
regreso a la Península pasó por París, en cuya Universidad cobró fama por sus
conocimientos teológicos.
No es de extrañar que la erudición islámica de san Pedro Pascual haya sido
aprovechada por distintos teólogos y eruditos del Vaticano y por el propio Dante
Alighieri cuando en 1301, un año después de la muerte del fraile mercedario, se
presentaba en la corte del Papa Bonifacio VIII como embajador de Florencia, su ciudad
natal. Tal vez no sea una casualidad que el propio Dante pocos años después, en su memorable
trabajo “La Divina Comedia” (compuesto entre 1307-1320), y durante su travesía
y descripción del Infierno (XXVIII, 31-33) se haga decir por el poeta romano
Virgilio, su guía de las moradas de ultratumba: «¡Mira cómo Mahoma está maltrecho!
Hendido del mentón hasta el copete, va ‘Alî delante, en lágrimas deshecho» (Dante
Alighieri: “La Divina Comedia”, versión poética de Abilio Echeverría, Alianza Editorial,
Madrid, 1995, pág. 166).
Los diversos especialistas y comentaristas han observado frecuentemente la parquedad
de Dante respecto al suplicio de Muhammad (BPD) y de ‘Alî (P) en el Octavo Círculo del
Infierno. Se aparta de ellos con unas pocas palabras que más son una despedida que algún
tipo de condena o rencor (Infierno XXVIII, 31-63). Si numerosos datos y pruebas
demuestran la simpatía y devoción de Dante hacia el Islam y los musulmanes[i], eso no
implica, sino que excluye, toda sospecha de afición al dogma musulmán: la sinceridad de
sus sentimientos religiosos, la profunda convicción de su cristiana fe, queda fuera de todo
litigio… Esta psicología, nada complicada, perfectamente lógica y explicable, revélase en
dos pasajes típicos de “La Divina Comedia”: Dante pone en el limbo a dos sabios
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LA TRIBULACIÓN DEL FALSO MESÍAS
(Fitnah Ad Dayyál)
(1) Su aparición será la más grande tribulación en la historia de la humanidad
La tribulación del Dayyál ocurrirá al final de los tiempos, y será una de las señales mayores de la Hora. Su Fitnah (tribulación) será una de las más grandes tribulaciones en la historia de la humanidad. En Sahih Muslim se narra que Abú Ad Dama y Abú Qatádah dijeron: Nosotros pasábamos cerca de Hishám Ibn `Ámir en nuestro camino hacia ‘Imrán Ibn Husain. Un día (Hishám) nos dijo: ‘Vosotros pasáis cerca de mí para ir a otros hombres que no estuvieron más tiempo con el Mensajero de Allah del que yo estuve, y no son más conocedores sobre su Hadiz que yo. Yo oí al Mensajero de Allah decir: “Entre la creación de Adán y el comienzo de la Hora no habrá ninguna creación mayor que el Dayyál.» Según otro informe: «No habrá ninguna cuestión más seria que el Dayyal.”[1] Por esta razón, todos los Profetas advirtieron a sus pueblos acerca de su tribulación, pero nuestro Mensajero fue el que advirtió más detalladamente a su nación.
En Sahih Al Bujári se narra que Abdullah Ibn ‘Omar dijo: El Mensajero de Allah se puso de pie y alabó a Allah de la manera que Él merece ser alabado, luego mencionó al Dayyál y dijo: “Yo os advierto sobre él. No hay Profeta que no haya advertido a su gente sobre él, pero yo os diré algo que ningún otro Profeta ha dicho alguna vez a su gente: él es tuerto y Allah no es tuerto.”[2]
En Sahih Al Bujári y Sahih Muslim, se narra de Anas que el Profeta dijo: “No hubo Profeta que no advirtiera a su nación sobre el mentiroso tuerto; él es tuerto, pero vuestro Señor no es tuerto, y entre sus ojos esta escrito ‘Káfir’.»[3]
En Sunan At Tirmidhi y Sunan Abu Daud se narra de Abdullah Ibn `Omar que el Mensajero dijo acerca del Dayyál: “Yo os advierto sobre él, pues no hubo Profeta que no advirtiera a su gente sobre él. Núh advirtió a su gente sobre él. Pero yo os diré algo que ningún Profeta le ha dicho alguna vez a su gente. Vosotros debéis saber que él es tuerto, pero Allah no es tuerto.” [4]
En Sunan Ibn Máyah, Sahih Ibn Juzaimah y Mustadrak Al Hákim, se narra de Abu Umámah que el Profeta dijo: “¡Oh gente! No ha habido tribulación en la faz de la Tierra , desde que Allah creó a la humanidad que sea mayor que la tribulación del Dayyál. Allah no ha enviado Profeta que no haya advertido a su nación sobre el Dayyál. Yo soy el último de los Profetas, y vosotros sois la última de las naciones. Él surgirá indudablemente de entre vosotros.»[5]
(2) La razón por la que es llamado Al Masíh Ad Dayyál (el falso Mesías)
Ibn Al Azir dijo: ‘El Dayyál es llamado Masíh porque uno de sus ojos ha sido ‘borrado’ o ‘limpiado’ (mamsüh) de su rostro [una forma alegórica para significar que a éste le falta un ojo], a diferencia del título Masíh (Mesías) de ‘Isa Ibn Mariam que es llamado así porque él pasaba su mano (iamsah) sobre el enfermo y éste sanaba con el permiso de Allah [6]. Y Dayyál significa mentiroso.»[7]
Él es llamado ‘Dayyál’ porque -como dijera Ibn Hayar- cubre la verdad con la falsedad. Se dice (en árabe) ‘dayala al ba`ir bi al qutrán’ (se cubrió al camello con alquitrán) en referencia a la práctica deshonesta y engañosa de algunos comerciantes de la época pagana de cubrir los defectos o heridas del camello con alquitrán para así engañar al posible comprador; o se dice dayala al iná’ bi adh dhahab (cubrió el recipiente con oro) es decir revistió el recipiente con oro. Ibn Duraid dijo: ‘Él es llamado Ad Dayyál porque cubre la verdad con mentiras.’ También fue dicho que es porque viajará por toda la Tierra , o porque cubrirá la Tierra.[8]
(3) La situación de los musulmanes en el momento de la aparición del Dayyál
Antes de que el Dayyál surja, los musulmanes tendrán una posición de importancia y gran poder. Parece que su aparición tendrá como propósito acabar con ese poder. En esa época, habrá un tratado de paz entre los musulmanes y los romanos; ambos atacarán a un enemigo común y lo derrotarán, después de esto la guerra comenzará entre los musulmanes y los cristianos. En Sunan Abü Daúd se narra que Dbü Majbar dijo: Oí al Mensajero de Allah decir: “Vosotros haréis un tratado de paz con los romanos, y ambos atacaréis a un enemigo común. Vosotros seréis victoriosos y tomareis el botín, después volveréis en forma segura hasta que acampéis en Mary Dhi Talul. Entonces uno de los cristianos levantará la cruz y dirá: ‘La cruz ha logrado la victoria’ y uno de los musulmanes se enfadará y la romperá (a la cruz). En ese momento los romanos romperán el tratado y empezarán a prepararse para la gran batalla.” [9]
Podemos ver en el Hadiz que tan poderosos serán los musulmanes en esa época. Ellos lucharán, serán victoriosos, conseguirán botines y retornarán sin peligro. Podemos ver que tan fuerte será su adhesión a la religión, pues cuando el cruzado levante la cruz y alegue que la victoria que los musulmanes ayudaron a lograr fue una victoria para la cruz, un musulmán será movido por su celo religioso a levantarse y romper la cruz. El grupo de musulmanes en ese lugar correrá a tomar sus armas y luchará contra los romanos, a pesar del hecho que ellos serán inferiores en número en ese lugar. El Mensajero testificó que ellos serán mártires y que Allah habrá de honrarlos con la Shahádah. Esta traición de los romanos, y los eventos subsecuentes, serán la causa de esa gran batalla.
La gran batalla y la conquista de Constantinopla
La gran batalla será entre los musulmanes y los cruzados. [10] La causa de esta batalla será la razón referida en el Hadiz citado anteriormente. Más de un Hadiz describe estabatalla y sus horrores, y cómo los musulmanes serán pacientes durante la misma, y lograrán la victoria sobre sus enemigos. Debe notarse que entre las líneas musulmanas habrá multitudes de cristianos que habrán abrazado el Islam. En Sahih Muslim se narra de Abú Hurairah que el Mensajero de Allah dijo: “ La Hora no vendrá hasta que los romanos acampen en Al A`máq o en Dábiq.[11] Un ejército saldrá de Al Madinah para su encuentro, compuesto de las personas más buenas de la Tie rra en esa época. Cuando se enfrenten entre sí, los romanos dirán: ‘Dejadnos enfrentar con aquellos a quienes vosotros tomasteis prisioneros (y se convirtieron al Islam) que los mataremos.’ Los musulmanes dirán: ‘No, por Allah, no nos haremos a un lado permitiéndoos combatir a nuestros hermanos.’ Entonces lucharán. Un tercio [del ejercito musulmán] huirá, y Allah nunca aceptará su arrepentimiento; un tercio será muerto, y ellos serán los mejores mártires ante Allah; y un tercio lograrán la victoria y nunca serán influenciados por la Fitnah. Luego conquistarán Constantinopla [12], y mientras éstos se encuentren repartiendo el botín, después de haber colgado sus espadas en los olivos, el Shaitán se dirigirá a ellos diciendo: ‘El Dayyál ha tomado vuestro lugar entre vuestras familias’ Entonces saldrán y se darán cuenta que esto no era verdad. Cuando lleguen a Siria, el Dayyál surgirá, y mientras ellos se están preparando para luchar, o están formando las filas, el tiempo para la oración vendrá. Ísa Ibn Mariam descenderá y los dirigirá en la oración. Cuando el enemigo de Allah [el Dayyál] lo vea [a Ísa] se disolverá como la sal en el agua. Si Ísa lo dejara se disolvería completamente, pero Allah lo matará a manos [de Ísa], y él les mostrará la sangre en su lanza.”[13]
El Mensajero describió los horrores de esa batalla en otro Hadiz, donde habló del coraje de los musulmanes. Los grupos de [combatientes] musulmanes combatirán uno tras otro hasta la victoria o la muerte durante tres días consecutivos. Parece que el número de musulmanes en esos días será reducido, basándonos en el hecho que los musulmanes ganarán la batalla con la ayuda de los refuerzos del resto de los musulmanes que lleguen posteriormente. En Sahih Muslim se narra que Abdullah Ibn Masúd dijo: “ La Hora no empezará hasta que la herencia ya no sea repartida y no haya alegría en los despojos de guerra”. Entonces gesticuló con su mano (apuntando hacia Siria) y dijo: “Los Enemigos se reunirán contra la gente del Islam, y la gente del Islam se reunirá contra ellos.” [14]Yo [el narrador] pregunté: ‘¿Te refieres a los romanos?’ Él dijo: “Sí”. En ese momento habrá una lucha terrible y los musulmanes prepararán un destacamento que luchará hasta la muerte, de tal forma que éste no volverá a menos que sea con la victoria. Lucharán hasta que la noche los obligue a detenerse. Ambos lados volverán a sus campamentos y ninguno será victorioso; el destacamento musulmán será eliminado completamente. Los musulmanes prepararán otro destacamento que luchará hasta la muerte, y que no volverá a menos que sea con la victoria. Ellos lucharán hasta que la noche llegue. Ambos lados volverán a sus campamentos y ninguno será victorioso; el destacamento musulmán será eliminado por completo. Los musulmanes prepararán un tercer destacamento que luchará hasta la muerte, y que no volverá a menos que sea con la victoria. Lucharán hasta la tarde. Ambos lados volverán a sus campamentos y ninguno será victorioso; el destacamento musulmán será eliminado por completo. En el cuarto día, el remanente de los musulmanes atacará, y Allah causará al enemigo la derrota. La lucha será de una violencia nunca antes vista, a tal punto que si un pájaro fuera a pasar por sus flancos, no alcanzaría el otro extremo antes de caer muerto. De cada cien combatientes sólo uno sobrevivirá. Así pues ¿qué alegría habrá en los despojos de guerra, y en las herencias a ser divididas? Aún estando en este estado, ellos oirán hablar de una calamidad mayor. Un lamento los alcanzará: ¡El Dayyál ha tomado vuestro lugar entre vuestra descendencia! Entonces ellos arrojaran cualquier cosa que esté en sus manos y se pondrán en camino, enviando a diez jinetes por delante para que exploren. El Mensajero de Allah dijo: “Por cierto que yo sé sus nombres, y los nombres de sus padres, y el color de sus caballos. Ellos serán los jinetes más expertos sobre la faz de la Tierra en aquel día, o [estarán] entre los jinetes más expertos sobre la faz de la Tierra en aquel día.”[15]
Más detalles sobre la conquista de Constantinopla, la cual se menciona en el Hadiz sobre la gran batalla que nosotros citamos anteriormente, serán encontrados en el Hadiz narrado por Muslim, también de Abú Hurairah que el Profeta dijo: “¿Habéis oído hablar de una ciudad, parte de la cual está en la Tierra y la otra (parte) está en el mar?”[16]Ellos dijeron: ‘Sí ¡Oh Mensajero de Allah!’ Él dijo: “ La Hora no vendrá hasta que setenta mil de los hijos de Isaac[17]la ataquen. Cuando ellos lleguen acamparán allí, y no lucharán con armas ni arrojarán flechas. Dirán: ‘Lá iláha illa Allah ua Alláhu Akbar’, y una de sus dos partes caerá.”
Zaur[18] dijo [en otra transmisión del Hadiz]: ‘La parte que está en el mar (caerá)’. [El Profeta dijo:] Entonces ellos dirán por segunda vez: ‘Lá iláha illa Allah ua Allahu Akbar’, y la otra parte caerá. Entonces ellos dirán por tercera vez: ‘Lá iláha illa Allab ua Allahu Akbar’, y los portones les serán abiertos. Entrarán en ella y tomarán el botín, y mientras ellos estén dividiendo los despojos de guerra, oirán el grito llamándolos: ¡El Dayyál ha aparecido! e inmediatamente dejarán todo y emprenderán el regreso [a Al Madinah]”[19]
(4) La sequía y la hambruna que precederán la aparición del Dayyál
Las personas serán sujetas a una prueba severa antes de la aparición del Dayyál. El cielo retendrá su lluvia y la tierra retendrá su vegetación. En Sunan Ibn Máyah, Sahih Ibn Juzaimah y Mustadrak Al Hákim fue narrado de Abu Umámah que el Mensajero de Allah dijo: “Antes de la aparición del Dayyál habrá tres años difíciles en los que las personas sufrirán intensamente el hambre. En el primer año, Allah ordenará al cielo retener un tercio de su lluvia, y a la tierra retener un tercio de su vegetación. En el segundo año, ordenará al cielo retener dos tercios de su lluvia, y a la tierra dos tercios de su vegetación. En el tercer año ordenará al cielo retener toda su lluvia, y ni una gota caerá, y a la tierra retener toda su vegetación. Así que ninguna planta crecerá y ningún animal con pesuñas sobrevivirá; todos morirán excepto aquellos a quienes Allah salve”. Alguien preguntó: ¿Y que mantendrá a las personas vivas en ese tiempo? Él respondió: “El Tahlil (decir Lá iláha illa Allah), el Takbir (decir Allahu Akbar) y el Tabmid (decir Al Hamdu Lilláh). Esto tomará el lugar del alimento para ellos.”[20]
(5) Los atributos y características del Dayyál
El Dayyál alegará la divinidad, y hará cosas extraordinarias para propagar su falsedad. Un hombre vendrá a él pensando que no será engañado y que su falsedad no tendrá, efecto en él, pero cuando vea sus actos extraordinarios lo seguirá. En Sunan Abu Daúd se narra con un Isnád Sahih de ‘Imrán Ibn Husain que el Mensajero de Allah dijo: “Quien oiga hablar del Dayyál, que se mantenga lejos de él, pues por Allah que un hombre vendrá a él considerándose creyente y acabará siguiéndolo, debido a las dudas que él suscita.”[21]
Quien examina el tema del Dayyál con detenimiento y precisión sabrá con seguridad que es un impostor, desprovisto de cualquier atributo divino. No será más que un pobre ser humano incapaz, a pesar de los portentos que realizará. Come, bebe, duerme y realiza sus necesidades fisiológicas. ¿Cómo puede alguien así ser adorado, o siquiera pretender ser el señor del Universo cuando depende de cosas creadas?
Aunque esto es bastante obvio, el Mensajero también nos dio mucha información sobre sus atributos y rasgos, para que los creyentes que vivan en el tiempo de su aparición lo reconozcan, y puedan confrontarlo sin ser engañados por su falsedad.
Su descripción general
El Profeta describió las características prominentes de su personalidad y su apariencia física. En Sahih Al Bujári se narra de Abdullah Ibn `Omar que el Mensajero de Allah vio al Dayyál en un sueño y lo describió como “un hombre de buen porte, con un cutis rojizo, pelo rizado y tuerto; su ojo es como una uva flotante… La persona que más se le parece es Ibn Qatan de (la tribu de) Juzá’ah.”[22]
En Musnad Ahmad y Sunan Abu Daud se narra con un Isnád Sahih de ‘Ubádah Ibn As Sámit que el Mensajero de Allah dijo: “Os he dicho tanto sobre el Dayyál que temo que os confundáis. El Dayyál es un hombre de baja estatura, los dedos de sus pies están torcidos, su cabello es rizado, es tuerto, con un ojo blanquecino (con alguna nubosidad interna), ni prominente ni hundido. Así, si os confundís, sabed que vuestro Señor no es tuerto, y que vosotros no veréis a vuestro Señor [en este mundo].”[23]
En Sabih Ibn Hibbán y Musnad Ahmad se narra de Ibn Abbás que el Mensajero de Allah dijo: “El Dayyál es tuerto, blanco, con un cutis rojizo, es muy parecido a ‘Abd Al ‘Uzza Ibn Qatan. Y a pesar que muchas personas se condenarán por su causa, sabed que vuestro Señor no es tuerto.” [24]
El Dayyál será tuerto
El Mensajero hizo énfasis en describir los ojos del Dayyál, porque por más rasgos que el Dayyál pueda cambiar nunca podrá librarse de sus ojos. Los ojos son prominentes y obvios, y todos podemos verlos; sus rasgos no pueden ocultarse. Los Ahadiz citados anteriormente indican algunos defectos en sus ojos, el más claro es que será tuerto. En algunos Ahadiz se declara que el ojo ciego será el derecho; en otros Ahadiz se dice que el ojo izquierdo será el ciego. Lo más probable es que será el ojo derecho, porque los Ahadiz que afirman eso son Muttafaq ‘alaihi (narrados por Al Bujári y Muslim). El Mensajero asemejó ese ojo a una uva flotante. Según otro Hadiz, describió al ojo derecho como ciego y sobresaliente.
En Sahih Al Bujári se narra de Abdullah Ibn ‘Omar que el Profeta dijo sobre el Dayyál: “Su ojo derecho es ciego, [y éste es] como una uva flotante.”[25]
Según el Hadiz de Abú Sa`id narrado por Ahmad: «Su ojo derecho es ciego y sobresaliente, no puede ocultarse. . .y su ojo izquierdo es como una estrella brillante.”[26]
Es decir que será es blanquecino, como fuera declarado anteriormente. En Sahih Muslim dice: “El Dayyál tiene un ojo blanquecino.”[27]
An Nauaui interpretó estos informes de forma diferente. Indicó que todos los informes que describen a ambos ojos como defectivos son Sahih. La palabra árabe ‘auar (traducido en muchos casos como ‘tuerto’) significa ‘falto’ o ‘defectuoso’, y los dos ojos del Dayyál serán defectuosos. Fue narrado que el ojo defectivo será el ojo derecho, y fue narrado que el ojo defectivo será el ojo izquierdo. Fue narrado que uno de ellos será Táfi’ah (opaco), es decir que no habrá brillo en él; y fue narrado que el otro estará ‘flotando’, es decir sobresalido. Así, según la interpretación de An Nauaui, uno de sus ojos no verá nada, y el otro verá pero será defectuoso. [28]En uno de los informes (Hadiz) narrados por Muslim menciona que el ojo que no ve estará cubierto por un pliegue espeso de piel: “El Dayyál tendrá un ojo desgastado, con una gruesa membrana de piel encima de él”.[29]Esta gruesa membrana de piel le impedirá ver.
El Mensajero describió el ojo con el que podrá ver. Dijo: “El ojo del Dayyál es verde como vidrio”. Esto fue narrado por Ahmad y Abú Na`im con un Isnád Sahih.[30]
Se encuentra escrito entre sus ojos la palabra “Káfir”
Hay una señal por la que Allah hará que el creyente reconozca al Dayyál, a diferencia de aquellos a quienes Allah hará que no puedan reconocerla. Esta señal es algo escrito entre sus ojos: “Ká Fá Rá” o “Káfir”. En Sahih Al Bujári se narra de Anas que el Profeta dijo: “No hay Profeta enviado que no haya advertido a su nación sobre el tuerto mentiroso. Por cierto que él es tuerto, y vuestro Señor no lo es, y entre sus ojos está escrita la palabra Káfir.”[31]
En Sahih Muslim hay un Hadiz, similar al narrado por Al Bujari; pero menciona: “Entre sus ojos está escrita la palabra Ká Fá Rá” [32]
En Sahih Ibn Juzaimah, Sunan Ibn Máyah y Mustadrak Al Hákim se narra con un Isnád Sahih de Abú Umámah : “Está escrito entre sus ojos Káfir. Cada creyente lo leerá, sin importar si sabe leer o es analfabeto.” [33]
En Sahih Muslim dice: “Entre sus ojos esta escrito Káfir, y todo quien odia lo que él hace lo leerá, o cada creyente lo leerá.” [34]
La opinión de los eruditos -como An Nauaui, que Allah tenga misericordia de él- es que esta escritura es física y real. Es una escritura real que Allah dispondrá como señal definitiva de su incredulidad, mentira y falsedad. Allah la hará visible a todo musulmán, instruido o analfabeto. No hay razón para considerar esto imposible. Al Qádi mencionó que había cierta disputa entre los sabios al respecto. Algunos de ellos afirmaron que la escritura es real como hemos mencionado, mientras que otros afirmaron que se trata de una metáfora, y que en realidad se refiere a algún rasgo físico que aparecerá en él, basados en el hecho que el Profeta dijo que esta será leída por todo creyente, instruido o analfabeto. Pero ésta es una opinión débil. [35]
El Dayyál no tendrá descendencia
El Mensajero nos dijo que el Dayyál será “estéril; ningún niño le nacerá”. Esto fue narrado por Muslim.[36]
(6) Su falsa pretensión de ser el señor del Universo
Si éstos son los atributos del Dayyál, atributos en los que hay muchas limitaciones, ¿entonces cómo puede esta criatura débil pretender ser el señor del Universo? Él alegará ser el señor de los hombres, pero el verdadero Señor de la Humanidad no será visto en este mundo. El Profeta dijo: “Sabed que nadie entre vosotros verá a su Señor hasta que muera”.[37]Es más, el Dayy,ál será una persona con deformidades obvias, incluyendo ser tuerto. [38]
Otro de sus defectos mencionados por el Profeta es que será Afhay, y el Afhay es aquel cuyas pantorrillas o muslos se encuentran exageradamente separados o cuyas piernas son algo corvas, lo cual motivará que camine de una forma extraña parecida a la del pato.[39]
Ibn Al Arabi tenía razón cuando dijo: ‘Por los varios defectos del Dayyál es más que evidente que él ni siquiera puede librarse de ellos.’ [40]Es decir que si él fuera lo que pretende ser, podría quitar los defectos y limitaciones de su cuerpo. El hecho concreto es que es incapaz de hacer esto, lo que indica que él está subyugado al Señor del Universo.
El Profeta recalcó el hecho de que el Dayyál es tuerto “…porque ésta es una señal visible que reconoce el erudito y el hombre ordinario, y hasta aquellos que no tienen la capacidad de entender los argumentos racionales”.[41]Pero aquellos que saben podrán reconocerlo y verlo como lo que él realmente es.
(7) Los recursos que ayudan al Dayyál a suscitar la Fitnah (tribulación)
El Dayyál alegará la divinidad, y le será dada la habilidad de realizar hechos asombrosos que serán una gran Fitnah para las personas. Éstos hechos incluirán:
(a) La habilidad de viajar rápidamente por la Tierra
Según el Hadiz de An Nauuaz Ibn Sam`án en Sahih Muslim, el Profeta fue preguntado acerca de la velocidad de movimiento del Dayyál por la Tierra , y dijo: “Será como las nubes manejadas por el viento…”[42]
El Mensajero advirtió que viajará por toda la Tierra y no dejará ninguna ciudad sin entrar en ella, salvo Makkah y Al Madinah. Según el Hadiz de Anas narrado en los Sahihain: “No hay ciudad en la que el Dayyál no entrará, salvo Makkah y Al Madinah.” [43]
Según el Hadiz de Abú Umámah narrado por Ibn Máyah, Ibn Juzaimah y Al Hákim: “No habrá lugar de la Tierra en el que él no entre y tome el control, salvo Makkah y Al Madinah. Él no se acercará a alguna de sus entradas sin que sea confrontado por Ángeles con espadas en sus manos.” [44]
(b) Su Paraíso y su Infierno
Una de las cosas con que el Dayyál confundirá a las personas será el hecho de que él tendrá algo parecido al Paraíso y al Infierno, o parecido a un río de agua y un río de fuego. Estas cosas no serán lo que parecen, pues lo que las personas crean que es fuego será agua fresca, y lo que piensen que es agua fresca será fuego.
En Sahih Muslim se narra de Hudhaifah que el Mensajero de Allah dijo: “Él (es decir el Dayyál) tendrá un Paraíso y un Infierno, pero su Infierno será un Paraíso y su Paraíso será un Infierno.” [45]
En Sahih Al Bujári y Sahih Muslim es narrado también de Hudhaifah que el Profeta dijo acerca del Dayyá1. “Él tendrá agua y fuego, pero su fuego será agua fresca y su agua será fuego”. El informe narrado por Muslim agrega: “Así que no os expongáis a perecer.” [46]
Según un informe narrado por Muslim Hudhaifah narró que el Mensajero de Allah dijo: “Yo soy el más conocedor de lo que tendrá el Dayyál. Tendrá dos ríos, uno que parecerá ser de agua fresca, y otro que parecerá ser de un fuego voraz. Si alguno de vosotros es sometido a esta prueba que se dirija al que piensa que es de fuego, que cierre sus ojos, incline su cabeza y beba de él, pues es agua fresca.”[47]
Según otro informe narrado en Sahih Muslim, también de Hudhaifah : “El Dayyál surgirá y con él habrá agua y fuego. Lo que las personas piensen es agua será fuego ardiente, y lo que las personas piensen es fuego será agua fresca, dulce. Quien de vosotros sea puesto a prueba, que salte en aquello que piensa es fuego, pues (en realidad) es agua buena y dulce.” [48]
Se hace evidente de los textos mencionados que las personas no sabrán la naturaleza real de lo que el Dayyál tiene con él. Lo que ellas ven no será real, de hecho será lo opuesto de lo que parece ser. Así, en algunos de los Ahádiz narrados en Sahih Muslim dice: “Él traerá con él algo similar a un Paraíso y un Infierno; aquel que él (el Dayyál) dice es el Paraíso será de hecho el Infierno.” [49]
c) Buscará la ayuda de los Shaiátin (los demonios)
Indudablemente el Dayyál buscará la ayuda de los Shaiátin. Es conocido que los Shaiátin no sirven a nadie excepto a aquel que es el más falso y descaminado, y a quien es siervo de otro que no es Allah. En Sunan Ibn Máyah, Sahih Ibn Juzaimah y Mustadrak Al Hákim se narra con un Isnád Sahih de Abu Umámah que el Mensajero de Allah dijo: “Parte de su Fitnah será que él le dirá a un beduino: ‘Si resucito a tu padre y madre, testificarás que yo soy tu señor?’ Él dirá: ‘Sí.’ Entonces un Shaitán se le aparecerá en la forma de su padre y su madre, y le dirán: ‘Hijo mío, síguelo, pues él es tu señor’. [50]
(d) Los objetos inanimados y los animales responderán a sus órdenes
Entre las Fitan con que Allah probará a Sus siervos está que el Dayyál ordenará al cielo que descienda la lluvia, y así lo hará; y ordenará a la tierra que produzca frutos, y así lo hará. Llamará a los animales y ellos lo seguirán. Ordenará a las ruinas que saquen sus tesoros enterrados y ellas responderán. En Sahih Muslim se narra de An Nauuás Ibn Sam`án que el Profeta dijo: “Él vendrá a las personas, exhortándolas a seguirlo y ellas creerán en él y le obedecerán. Ordenará al cielo que descienda la lluvia, y así lo hará; ordenará a la tierra que produzca frutos, y así lo hará. Después se dirigirá a donde otro grupo de personas y los exhortará a seguirlo, pero ellos lo rechazarán. Entonces los dejará y sufrirán una sequía, y no quedará nada de sus riquezas. Pasará por las tierras áridas y dirá: ¡Extraed vuestros tesoros! Y los tesoros lo seguirán como un enjambre de abejas.” [51]
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Las Estaciones de la Certeza
Has de saber que las estaciones de la certeza son nueve: el arrepentimiento, tawba; la renuncia, zuhd; la perseverancia, sabr; el agradecimiento, shukr; el temor; jawf; la satisfacción, rida; la esperanza, raÿa; la confianza plena, tawakkul, y el amor; mahabba.
Ninguna de estas estaciones es auténtica si no se prescinde del tadbîr y de la elección frente a Dios.
El que se arrepiente de sus pecados, debe arrepentirse igualmente de mantener una determinación propia junto a Su Señor; pues la determinación y la elección forman parte de los pecados capitales del corazón. El arrepentimiento significa volverse hacia Dios mediante lo que Él quiere para ti. Actuar según tu propio criterio, tadbîr, no puede satisfacerle porque es un delito de asociación a Su Señoría y una infidelidad al don de la razón [i], y Él detesta la infidelidad de Sus servidores. ¿Cómo puede considerarse auténtico el arrepentimiento de un servidor preocupado con su propia decisión en este mundo e indiferente a la perfecta atención de su Guardián?
La renuncia al mundo no es auténtica más que si uno se desprende de su propia decisión, porque a lo que debes renunciar; y en esto consiste la renuncia, es a tu propia decisión.
La renuncia puede ser de dos clases: renuncia exterior; que uno manifiesta, y renuncia interior; que se lleva consigo. La renuncia exterior se refiere a beneficios lícitos como alimentos, vestidos, etc.; la renuncia interior es la renuncia a todo poder y pretensión, lo cual implica la renuncia a la propia determinación.
La perseverancia y el agradecimiento auténticos también suponen desprendimiento del tadbîr. El que persevera evita lo que Dios no ama, y lo que Dios no ama es que tú pretendas tener capacidad de determinación frente a Él. Hay diferentes categorías de perseverancia: una consiste en cumplir con las prohibiciones y las obligaciones, otra, en prescindir de tus propias decisiones y preferencias. También podría decirse que una es saber guardar las limitaciones de la naturaleza humana, y otra aceptar las condiciones inherentes a la servidumbre. Forma parte de la servidumbre desprenderse del tadbîr frente a Dios.
El agradecimiento auténtico tampoco es posible sin el abandono de la decisión propia porque, como dice Yunayd [ii], Dios tenga misericordia de él: “El agradecimiento consiste en no ser infiel a Dios a cambio de Sus mismos favores”. Si no fuera por la razón, con la que Dios te ha distinguido al formarte y te ha concedido como modo de perfección, no podrías tener capacidad de decidir frente a Él. Ni los seres inanimados ni los animales irracionales pueden tener capacidad de decisión, por falta de capacidad mental que examine las consecuencias y los intereses.
El temor y la esperanza también se oponen. Cuando los envites del temor asaltan el corazón le impiden que aspires a tomar decisiones propias. Si la esperanza llena el corazón, lo regocija en Dios y lo ocupa totalmente en el Quehacer Divino, ¿cómo podría, entonces, afanarse por sus propias decisiones?
Ocurre lo mismo con la confianza plena. El que se remite a Dios se desprende de su gobierno y se apoya sólo en Él para todos sus asuntos y para toda decisión, sometiéndose al curso de los acontecimientos y decretos. La relación que hay entre la pérdida del tadbîr y las estaciones de la confianza plena y de la satisfacción es más evidente que en las demás estaciones.
El amor implica estar totalmente sumergido en el Bien Amado y abandonar toda voluntad propia junto a la Suya. Esta es la esencia de lo que buscamos. El amante no tiene determinación propia ni por un instante, el amor a Dios le tiene totalmente absorto. Por eso dicen algunos: “Quien haya gustado algo del verdadero amor de Dios se despreocupa de cualquier otra cosa”.
También está claro que la satisfacción no admite tampoco el tadbîr. La satisfacción consiste en contentarse de antemano con la decisión de Dios. ¿Cómo alguien con determinación propia va a estar satisfecho con Su Decreto? ¿No sabes que la satisfacción limpia el corazón de las turbulencias del tadbîr? El que está satisfecho con Dios siente que la luz de la satisfacción en el Decreto le llena de tal modo que no le queda voluntad posible frente a Dios. Al verdadero servidor le basta la excelencia de la elección de Su Señor. ¡Tenlo en cuenta!
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El mismo Qorán se refiere a los “hipócritas” (munafiqun) como aquellos que están “enfermos en sus corazones” (XXXIII, 60). Esto es, de por sí, un claro aviso de que la enfermedad es una condición que se origina en los estratos espirituales y anímicos del ser. Desde esta perspectiva, la salud corporal es inseparable de la salud del alma[3].
En el Qorán la “salud” se refiere más específicamente a un estado de integridad o totalidad[4] que puede ser identificado, en un sentido muy general, con la fitrah, la norma primordial o el estado original de la humanidad. Desde un punto de vista coránico, la pérdida de la fitrah supone un alejamiento de la shahāda, el testimonio islámico de la fe, que en árabe reza lā ilaha illā Allāh, literalmente, “no hay divinidad sino la Divinidad”. En otras palabras, lo que podríamos llamar “enfermedad ontológica” es semejante a shirk, que es la “asociación” de otras realidades a Dios, con todas las consecuencias espirituales y morales que esta asociación implica.
En este sentido, es importante tener presente que, para los gnósticos sufíes, la shahāda no significa simplemente la afirmación de un Dios en tanto que opuesto a una pluralidad de dioses, que sería, como Henry Corbin ha apuntado, una idolatría como cualquier otra.
Sin embargo, de entrada, se debería tener en cuenta que la enfermedad psíquica es, de acuerdo con Ibn Sinā— médico y filósofo persa, más conocido en occidente como Avicena—, y siguiendo a Empédocles e Hipócrates, el resultado de una ruptura del equilibrio entre los varios “humores” del cuerpo[1]. Así pues, la enfermedad, o la salud, no pueden ser separadas de una comprensión cosmológica completa de la correlación entre el anima y el organismo físico que, de muchas maneras, sugiere una cierta correspondencia entre los estados interiores y las afecciones corporales.
En la medicina tradicional islámica, los cuatro “humores” del cuerpo se corresponden con los cuatro “elementos” cosmológicos: la bilis negra con la tierra, la flema con el agua, la sangre con el aire y la bilis amarilla con el fuego[2]. Estas correspondencias destacan el fundamento “natural” de la salud como un conjunto ordenado de relaciones. Por tanto, la enfermedad está esencialmente ligada, directa o indirectamente, a una pérdida de equilibrio que testimonia un alejamiento de la norma primordial del ser.
El alma “enferma” debe ser restablecida en la salud espiritual. En términos generales, los místicos sufíes tienen dos prescripciones principales para la cura, dos remedios complementarios que son a menudo mencionados como fikr (reflexión) y dikr (continuo recuerdo de Dios). Algunos enfatizan este último, otros hacen hincapié en el primero, pero ningún viajero sufí consideraría a cualquiera de los dos como un mero accesorio para el restablecimiento de la salud. El dikr bien puede ser definido como la consciencia continua y, en último extremo, permanente de Dios, mediante la invocación metódica de uno o varios de Sus Nombres. Como tal, el dikr es mencionado a veces como una medicina[5]. Puesto que el Nombre Allāh fluye de la sustancia verbal y textual del Qorán, y puesto que el mensaje primario del Qorán es Dios, o la primacía de Dios, muchos místicos sufíes tienden a considerar este Nombre Supremo como la auténtica esencia del Qorán y, por tanto, como el corazón de la tradición islámica entera que fluye de él.
Es importante entender, en efecto, que la mayoría de los sufíes considera el Nombre Divino no solamente como un medio de referirse a Dios, o una forma de recordarle, sino como un vehículo para Su Gracia. Esto nos permite entender el dikr “como el lado divino” del camino espiritual. Aunque la repetición del Nombre de Dios es, al menos al principio, obviamente dependiente de los esfuerzos del místico, no es menos cierto que, desde el punto de vista más elevado, el Nombre Divino, repetido por el místico con la intención correcta en un contexto religioso y moral conveniente, deriva su efectividad espiritual de su “contenido” divino, del mismo modo que la eficacia ritual y transformadora de las palabras del Qorán proviene, no sólo de su significado y de su pronunciación, sino también, y por encima de todo, de su origen y su prototipo divinos (umm al-kitāb).
Hay en el Qorán mismo un elemento de la presencia divina sin el cual no sería plenamente inteligible la insistencia religiosa en los beneficios de su recitación. Si hubiera que definir los modos de efectividad respectivos del Nombre Divino y del Qorán desde el punto de vista de la terapéutica espiritual, se podría afirmar que el Nombre Allāh, en virtud de su unicidad y consecuente simplicidad, debe entenderse principalmente como un tratamiento por medio del «centrar» y del «unificar». Constituye una forma de negación de la negación, un penetrar a través de la neblina del universo fenoménico, un rasgar el velo (hiŷāb) existencial que esconde lo Divino. La recitación coránica, que consta de numerosos versículos y palabras, debe ser entendida, claramente, como un medio de reintegración, en el sentido de que la pluralidad de su forma y contenido se dirige a la multiplicidad del alma, reintegrando, por ello, esta multiplicidad a la unidad de la cual procede.
En cuanto a la reflexión (fikr), puede ser definida como un estado de conciencia perfecta de la propia dependencia de la voluntad de Dios. La fikr es el estado de aquel que “se ha hecho a sí mismo independiente de todo salvo de Dios y que rehúsa cualquier cosa que le aparte del camino hacia Él” (Jean-Louis Michon, 1.973, p. 263).
Quizá pueda ser más fácilmente inteligible el contenido espiritual de la fikr si lo relacionamos con el estado de mudtarr, o estado de “necesidad” o “limitación” espiritual. Y, quizá, mudtarr pueda ser definido mejor como el estado de hallarse en un filo existencial— extremo éste que provoca una conciencia de pobreza, o de carencia de control sobre la propia realidad. Como Sara Sviri ha dicho sugestivamente: “cuando el buscador abandona toda esperanza de mantener el control y, aún más, “sabe”, conscientemente o en el corazón de su corazón, que está verticalmente alineado con una fuente de poder más elevada, saborea la rendición.” (Sviri, 1.997, p. 34). En algunos aspectos, la morada de la fikr se corresponde con el lado humano del trabajo espiritual, puesto que todo lo que el hombre puede hacer es reconocer su propia nadidad. Sin embargo, la fikr sería impensable sin el dikr, al menos en el sentido de que la independencia de todo menos de Dios implica una perfecta rememoración de Él. En cuanto al dikr, su perfección es evidentemente incompatible con poner cualquier realidad al mismo nivel de conocimiento que el de Dios, lo cual es otra forma de decir que requiere la fikr como precondición. Así que, en cierto sentido, la psicología sufí nos presenta las dos caras de una misma realidad espiritual. En su nivel de manifestación más elemental, la fikr “externa” puede ser definida como una práctica religiosa social, que se define exclusivamente en términos de conformidad con la sharia, donde el individuo se somete a la Ley de Dios, y esto es lo que significa, literalmente, islām; mientras que el dikr “externo” puede definirse como la realización de las diversas prescripciones devocionales obligatorias y supererogatorias. Sin embargo, fikr y dikr, que son manifestaciones relativamente externas de devoción, no nos llevan más allá del reino del yo individual, puesto que son perfectamente compatibles con la falta de conciencia de la dependencia directa y constante del kun, o acto de “Sé” [Creación], de Dios. Desde luego, estas prácticas y actitudes dan por supuesto una forma de servidumbre a Dios y un reconocimiento racional y emocional de Su poder omnimodo. Sin embargo, no profundizan en el significado espiritual más profundo de la existencia humana, tal y como Rābi’a al-‘Adawyya lo expresó en este koan sufí tan frecuentemente citado: “Tu existencia es un pecado con el que ningún otro pecado puede compararse” (Lings, 1.993, p. 97). Este predicamento aparentemente absurdo es en el que se centra la espiritualidad malāmati del modo más radical e inflexible.
Generalmente, sin relacionarla con ninguna tariqah (orden) en particular, se asocia la espiritualidad malāmati con un desdén sistemático hacia las normas sociales, que incluye la tendencia a transgredir las costumbres y convenciones, y con el cultivo de actitudes provocadoras dirigidas a atraer sobre uno mismo el reproche de los otros. Ahora bien, pese a que una tal visión está indudablemente basada en realidades psicológicas y sociales, no hace plena justicia al significado profundo y a los principios vocacionales de este procedimiento metódico de acción.
http://www.bibliotecapleyades.net/ciencia/holographicuniverse/universoholografico03.htm
A comienzos de su carrera, Jung se convenció de que los sueños, las obras de arte, las fantasías y las alucinaciones de sus pacientes a menudo contenían símbolos e ideas que no podían ser explicadas enteramente como productos de su historia personal. Dichos símbolos, en cambio, revestían un parecido mayor con imágenes y temas de las grandes mitologías y religiones del mundo. Llegó a la conclusión de que los mitos, los sueños, las alucinaciones y las visiones religiosas proceden de la misma fuente, un inconsciente colectivo que todo el mundo comparte
Jung llegó a esa conclusión en 1906, tras una experiencia relacionada con la alucinación de un joven que padecía esquizofrenia paranoide. Un día, mientras hacía la ronda de visitas, encontró al joven contemplando el sol junto a la ventana. Además, el hombre movía la cabeza de un lado a otro de forma curiosa. Cuando Jung le preguntó qué estaba haciendo, él explicó que estaba mirando el pene del sol y que, cuando movía la cabeza de un lado a otro, el pene del sol se movía y hacía que soplara el viento.
En aquel entonces, Jung consideró que la afirmación del joven era producto de una alucinación. Sin embargo, varios años después, encontró una traducción de un texto religioso persa de dos mil años de antigüedad que le hizo cambiar de opinión. El texto contenía una serie de rituales e invocaciones ideados para provocar visiones.
Describía una de las visiones y decía que si el participante miraba el sol, vería que un tubo colgaba de él y que cuando el tubo se moviera de lado a lado, haría que el viento soplara. Como las circunstancias hacían que fuera extremadamente improbable que el hombre hubiera tenido contacto con aquel texto, Jung llegó a la conclusión de que la visión del hombre no era simplemente fruto de su inconsciente, sino que había emergido de un nivel más profundo, del inconsciente colectivo de la propia raza humana.
Jung denominó «arquetipos» a esas imágenes y creía que eran tan antiguas que era como si cada uno de nosotros tuviera la memoria de un hombre de dos millones de años que estuviera escondido en alguna parte en lo más recóndito del inconsciente.
Aunque el concepto de inconsciente colectivo ha tenido un impacto enorme en la psicología y hoy en día lo aceptan innumerables psicólogos y psiquiatras, nuestro entendimiento actual del universo no ofrece mecanismo alguno que explique su existencia. No obstante, la interconexión de todas las cosas que predice el modelo holográfico sí ofrece una explicación.
En un universo en el que todo está infinitamente interconectado, las consciencias están también interconectadas. Somos seres sin fronteras, a pesar de las apariencias.
O, como dice Bohm,
«en lo más profundo, la consciencia de la humanidad es una».
Si cada uno de nosotros tiene acceso al conocimiento inconsciente de toda la raza humana, ¿por qué no somos todos enciclopedias andantes?
Robert M. Anderson jr., psicólogo del Rensselaer Polytechnic Institute de Troy, Nueva York, cree que el motivo es que sólo somos capaces de obtener del orden implicado la información que viene directamente al caso en relación con nuestros recuerdos.
Anderson llama a ese proceso selectivo «resonancia personal» y lo vincula al hecho de que un diapasón vibrante resonará con otro diapasón (o creará una vibración en él) únicamente si la estructura, el tamaño y la forma del segundo diapasón son similares a los del primero.
En su opinión,
«debido a la resonancia personal, la consciencia personal de un individuo sólo tiene a su disposición unas cuantas imágenes, relativamente pocas, de la casi infinita variedad de imágenes que hay en la estructura holográfica implicada del universo. Así – continúa – cuando hace siglos personas iluminadas vislumbraron esa consciencia unitiva, no escribieron la teoría de la relatividad porque no estaban estudiando física en un contexto similar al de Einstein cuando estudiaba física».
http://www.bibliotecapleyades.net/ciencia/holographicuniverse/universoholografico03.htm
Los sueños y el universo holográfico
Otro investigador que cree que el orden implicado de Bohm tiene aplicaciones en la psicología es el psiquiatra Montague Ullman, fundador del Laboratorio del Sueño del Centro Médico Maimónides de Brooklyn, Nueva York, y profesor emérito de Psiquiatría Clínica en el Albert Einstein College of Medicine, también en Nueva York.
Su interés por el concepto holográfico surgió igualmente de la sugerencia de que, en el orden holográfico, todas las personas están interconectadas.
Ese interés respondía a una buena razón. A lo largo de las décadas de 1960 y 1970 fue el responsable de muchos de los experimentos EPS del sueño mencionados en la introducción. Hoy, incluso, los estudios EPS del sueño que se llevan a cabo en el Maimónides constituyen una de las mejores pruebas empíricas de que, al menos en nuestros sueños, somos capaces de comunicarnos con otro de varias maneras que no tienen explicación en la actualidad.
Uno de sus experimentos representativos consistía en pedir a un voluntario pagado, que afirmaba que no poseía dotes psíquicas, que durmiera en una habitación del laboratorio mientras otra persona, en otra habitación, se concentraba en una pintura seleccionada al azar y trataba de conseguir que el voluntario soñara con la imagen que contenía.
Algunas veces, los resultados no fueron concluyentes, pero otras, los voluntarios tuvieron sueños claramente influidos por las pinturas. Por ejemplo, cuando la pintura objeto de la prueba era Animales, de Tamayo, una imagen que representa a dos perros mostrando los dientes y aullando sobre un montón de huesos, el sujeto de la prueba soñó que estaba en un banquete en el que no había carne suficiente y todo el mundo miraba a los demás con recelo mientras comían con gula las porciones que les habían repartido.
En otro experimento, el cuadro en cuestión era París desde la ventana, de Chagall, una pintura con colores brillantes que representa a un hombre mirando por la ventana las casas de París recortadas contra el horizonte.
La pintura contenía también otras características inusuales, como un gato con cara humana, varias figuritas humanas volando por el aire y una silla cubierta de flores. Durante varias noches, el sujeto de la prueba soñó repetidamente con cosas francesas: arquitectura francesa, la gorra de un policía francés y un hombre con atuendo francés que contemplaba varias «capas» de un pueblo francés.
Algunas imágenes de sus sueños también parecían referencias específicas a los vivos colores de la pintura y a los rasgos inusuales, como por ejemplo la imagen de un grupo de abejas volando alrededor de unas flores y una celebración tipo carnaval, de colores brillantes, en la que la gente llevaba disfraces y máscaras.
Aunque Ullman cree que esos descubrimientos constituyen una prueba del estado subyacente de interconexión del que habla Bohm, piensa asimismo que puede encontrarse un ejemplo aún más profundo de la totalidad holográfica en otro aspecto del sueño. Se trata de la capacidad de nuestro yo soñador para ser mucho más sabio de lo que somos cuando estamos despiertos.
Según Ullman, en su consulta de psicoanálisis, por ejemplo, podía tener un paciente que no parecía un iluminado en absoluto cuando estaba despierto: una persona mezquina, egoísta, arrogante, explotadora y manipuladora, que había fragmentado y deshumanizado todas sus relaciones personales. Ahora bien, por muy ciega que pueda estar una persona espiritualmente hablando, o por poco dispuesta que esté a reconocer sus defectos, sus sueños representan sus defectos con sinceridad invariablemente y contienen metáforas que parecen estar concebidas para convencerla amablemente de que entre en un estado en el que pueda conocerse mejor a sí misma.
Además, esos sueños no se tienen sólo una vez.
Durante el ejercicio de su carrera, Ullman se dio cuenta de que cuando uno de sus pacientes no reconocía o no aceptaba alguna verdad sobre sí mismo, esa verdad salía a la luz una y otra vez en sus sueños, bajo distintos disfraces metafóricos y vinculada a distintas experiencias de su pasado, pero siempre en un intento aparente de ofrecerle nuevas oportunidades para aceptar la verdad.
Como un hombre puede desoír el consejo de sus sueños y sin embargo vivir hasta los cien años, Ullman cree que ese proceso autoeducativo persigue algo más que el bienestar del individuo simplemente. Cree que la naturaleza se preocupa por la supervivencia de las especies. También está de acuerdo con Bohm sobre la importancia de la totalidad y piensa que los sueños constituyen el modo en que la naturaleza intenta contrarrestar nuestra compulsión, aparentemente inagotable, por fragmentar el mundo.
Como dice él,
«un individuo puede desconectarse de todo lo cooperativo, significativo y cariñoso y, aun así, sobrevivir, pero las naciones no cuentan con ese lujo. A menos que aprendamos a superar las distintas formas en que hemos fragmentado la raza humana – nacionalmente, religiosamente, económicamente o como sea – continuaremos encontrándonos en una posición en la que podemos destruirlo todo accidentalmente.
La única manera en que podemos hacerlo es ver cómo fragmentamos nuestra existencia como individuos. Los sueños reflejan nuestra experiencia individual, pero creo que se debe a una necesidad mayor subyacente de preservar la especie, de mantener la conexión de la especie».
¿Cuál es la fuente del flujo interminable de sabiduría que emerge en nuestros sueños?
Ullman admite que no lo sabe, pero ofrece una sugerencia. Dado que el orden implicado representa en un sentido una fuente de información infinita, quizá sea el origen de ese gran fondo de conocimiento. Tal vez los sueños sean el puente de unión entre los órdenes no manifiestos de percepción y representen «la transformación natural de lo implicado en lo explicado».
http://www.budismo.com
Dos métodos tradicionales de meditación Samatha
La mayoría de las técnicas de meditación Samatha utilizan un objeto de concentración, que puede ser el proceso de la respiración, un disco de color, la llama de una vela, incluso un mantra o una emoción positiva tal como el amor Universal. De todos éstos diferentes objetos probablemente el que más se usa es la respiración. Esta práctica, generalmente conocida como “el seguimiento de la respiración”, es descrita por el Buda con detalle en los escritos tempranos y se usa, con variaciones, en la mayoría de las escuelas budistas. Otra práctica de meditación Samatha es el “desarrollo del amor Universal”, en la que el meditador genera un poderoso sentimiento de amor Universal hacia sí mismo y hacia otros, usando este sentimiento como el objeto de concentración.
Estas dos técnicas de meditación nos proporcionan una forma directa de trabajar en nuestra persona y de cultivar dos cualidades de central importancia para el desarrollo meditacional: la concentración y la sensitividad.
El seguimiento de la respiración
El seguimiento de la respiración permite desarrollar un nivel de concentración que raramente se experimenta en nuestra vida normal; para muchos después de hacer esta meditación es una revelación sentirse tan conscientes. La conciencia que se desarrolla en la meditación empezará a tener un efecto en nuestros estados mentales de todos los días, dando más claridad y más espacio en nuestra vida, con una nueva libertad para actuar de una forma más creativa.
Desarrollo de amor Universal
La práctica del desarrollo del “amor Universal” proporciona una forma directa de trabajar con las emociones, incrementando la autoestima y el cariño por otras personas. Muchas personas que hacen esta práctica por primera vez se sorprenden al ver que es posible sentir emociones tan positivas e intensas. Si los efectos de la meditación se refuerzan con un comportamiento ético, estos sentimientos pronto empezarán a extenderse a toda nuestra vida, donde parecerá tener un efecto casi “mágico”, mejorando nuestras relaciones interpersonales y a través de ellas, toda nuestra vida.
Niveles de profundidad en la meditación Samatha
Todas las técnicas Samatha tienen el objeto de inducir estados de concentración, unificando en la conciencia partes de nuestro ser de una manera armoniosa, tranquila y clara. Si estamos llevando una vida ética en un ambiente favorable, que fomenta la satisfacción y las emociones positivas, cuando se medita se llega a transformar el vagabundeo mental que hay en la cabeza para dar lugar a sentimientos agradables de ligereza, quietud y tranquilidad. Empezarán a disolverse los conflictos internos, reemplazando los elementos inquietos y egoístas por perspectivas mas amplias y objetivas. Al desarrollar estados meditativos puede que se experimenten olas de gozo, que parecen surgir de las profundidades de aquel que medita; en algunas personas estas olas serán tan fuertes que producirán profundos y agradables escalofríos. Por otra parte, uno se saturará de emociones cálidas, de tal forma que se fundirá la parte emocional y la parte mental en una sola facultad, experimentándose todo con una nueva luz, más clara y brillante. Los meditadores más experimentados pueden alcanzar estados aún más profundos, hasta llegar a niveles de inspiración en los que se disuelven los límites normales entre uno y el resto del mundo. Entonces pueden surgir en algunas personas los denominados poderes sobrenaturales, tales como la capacidad de ejercer un efecto benevolente en la experiencia de otros.
No cabe duda que todo esto es sublime y es algo que puede estar al alcance de cualquier meditador regular. Sin embargo la meditación no siempre es así. En algunas ocasiones el meditador pasará por periodos en que meditar significa batallar con una mente llena de deseo insatisfecho, ira o conflicto. En estas ocasiones la meditación representa una tarea ardua. Sin embargo, aún cuando se experimentan dificultades, la meditación es un trabajo realmente útil debido a que nos permite tener un control gradual de estados mentales torpes, tanto en las sesiones de meditación como en el resto del día.
A pesar de que la meditación Samatha es una preparación para la práctica Vipassana, debe estar claro que no es algo simplemente preliminar. No es algo que tengamos que llevar a cabo a prisa para poder así empezar con el trabajo auténtico. Aunque no existiera la meditación Vipassana, todavía sería muy útil la meditación Samatha, ya que aún cuando puede ser ardua lleva a elevar los estados mentales dando al meditador calma y positividad. La meditación Samatha, en el mejor de los casos, es profundamente placentera y puede tener efectos muy grandes, dándole a nuestra experiencia de vida una perspectiva más amplia, clara y brillante.
La psicosis y el orden implicado
En opinión de Ullman, la idea holográfica también puede explicar algunos aspectos de la psicosis.
Tanto Bohm como Pribram han señalado que las experiencias que los místicos han relatado durante años – la sensación de unidad cósmica con el universo, el sentido de unidad con toda la vida, etcétera – suenan de forma muy parecida a las descripciones del orden implicado. Sugieren que quizá los místicos son capaces de un modo u otro de ver más allá de la realidad explicada ordinaria y de vislumbrar sus cualidades más profundas y más holográficas.
Ullman piensa que los psicóticos también son capaces de experimentar ciertos aspectos del nivel holográfico de la realidad. Pero como son incapaces de ordenar sus experiencias racionalmente, sus atisbos son sólo parodias trágicas de lo que cuentan los místicos.
Los esquizofrénicos, por ejemplo, cuentan a menudo que tienen sensaciones oceánicas de unidad con el universo, pero de una forma mágica y artificiosa. Describen la sensación de pérdida de fronteras entre ellos y los otros, lo cual les lleva a pensar que sus pensamientos ya no son privados.
Creen que pueden leer los pensamientos de otras personas. Y en vez de ver a la gente, los objetos y los conceptos como cosas individuales, muchas veces los ven como miembros de subclases cada vez más grandes, una tendencia que parece ser una forma de expresar el carácter holográfico de la realidad en la que se encuentran.
A juicio de Ullman, los esquizofrénicos intentan transmitir su sensación de totalidad continua del mismo modo en que ven el tiempo y el espacio. Hay estudios que muestran que muchas veces los esquizofrénicos tratan lo contrario de una relación exactamente igual que la relación.
Por ejemplo, según la forma de pensar de los esquizofrénicos, decir que «el acontecimiento A sigue al acontecimiento B» es lo mismo que decir «el acontecimiento B sigue al acontecimiento A».
La idea de que un acontecimiento sigue a otro en una secuencia temporal cualquiera no tiene sentido, porque todos los momentos son iguales para ellos. Lo mismo ocurre en cuanto se refiere a las relaciones espaciales. Si la cabeza de un hombre está sobre sus hombros, entonces sus hombros están también sobre su cabeza. Como la imagen en una película holográfica, los objetos ya no disponen de ubicaciones precisas y las relaciones espaciales dejan de tener significado.
Ullman cree que ciertos aspectos del pensamiento holográfico están todavía más pronunciados en los maníaco-depresivos.
Mientras que el esquizofrénico sólo obtiene bocanadas del orden holográfico, el maníaco está profundamente inmerso en él y se identifica presuntamente con su potencial infinito.
«No puede mantenerse al tanto de todos los pensamientos e ideas que le vienen de una manera abrumadora – afirma Ullman.
Tiene que mentir, disimular y manipular a los que están a su alrededor para acomodarse a su perspectiva expansiva. El resultado final es mayormente el caos y la confusión mezclados con estallidos ocasionales de creatividad y éxito en la realidad consensual».
El maníaco, por su parte, se deprime al volver de sus vacaciones surrealistas y se enfrenta una vez más a los peligros y a los sucesos azarosos de la vida cotidiana.
Si es verdad que todos encontramos aspectos del orden implicado cuando soñamos, ¿por qué esos encuentros no producen en nosotros el mismo efecto que tienen en los psicóticos? Una razón, dice Ullman, es que cuando nos despertamos dejamos atrás la lógica única y estimulante del sueño. El psicótico, por su enfermedad, se ve obligado a luchar con ella mientras que intenta simultáneamente funcionaren la realidad cotidiana.
Asimismo, Ullman mantiene la teoría de que cuando soñamos, la mayoría de nosotros tiene un mecanismo protector natural que nos impide entraren contacto con más aspectos del orden implicado de los que podemos sobrellevar.
Sueños lúcidos y universos paralelos
En los últimos años, los psicólogos se han ido interesando cada vez más por los sueños lúcidos, una clase de sueño en la que el soñador mantiene la consciencia plenamente despierta y es consciente de que está soñando.
Además del factor de la consciencia, los sueños lúcidos son únicos por otros motivos. A diferencia de los sueños convencionales, en los que el soñador es un participante pasivo principalmente, el soñador, en un sueño lúcido, con frecuencia es capaz de controlar el sueño de varias maneras: convirtiendo las pesadillas en experiencias agradables, cambiando el escenario del sueño y/o evocando individuos o situaciones particulares.
Los sueños lúcidos son también mucho más vívidos que los sueños normales y están llenos de vitalidad.
En un sueño lúcido, los suelos de mármol parecen extrañamente sólidos y reales y las flores, asombrosamente coloridas y fragantes; todo es vibrante y está dotado de una extraña energía. Los investigadores que estudian los sueños lúcidos creen que muchos conducen a nuevas formas de estimular el crecimiento personal, aumentar la confianza en uno mismo, promover la salud física y mental y facilitar una solución creativa a los problemas.
En la reunión anual de 1987 de la Asociación para el Estudio de los Sueños celebrada en Washington D.C., el físico Alan Wolf dio una conferencia en la que afirmó que el modelo holográfico puede ayudar a explicar ese fenómeno inusual. Wolf, que tiene sueños lúcidos de vez en cuando, señala que una placa holográfica genera dos imágenes: una imagen virtual que está aparentemente en el espacio detrás de la película y una imagen real que aparece en el espacio frente a la película.
Una diferencia entre las dos es que parece que las ondas lumínicas que componen la imagen virtual se apartan de un foco o fuente aparente. Como hemos visto antes, eso es una ilusión, pues la imagen virtual de un holograma no tiene más extensión en el espacio que una imagen en un espejo. Pero la imagen real del holograma está formada por ondas lumínicas que llegan a un foco, y eso no es una ilusión.
La imagen real sí tiene extensión en el espacio. Desgraciadamente, se presta poca atención a esa imagen real en las aplicaciones habituales de la holografía, porque la imagen que aparece en el aire vacío es invisible y sólo se puede ver cuando la atraviesan partículas de polvo, o cuando alguien lanza una bocanada de humo sobre ella.
Wolf cree que todos los sueños son hologramas internos y que los sueños ordinarios son menos vívidos porque son imágenes virtuales. En su opinión, el cerebro también tiene la capacidad de generar imágenes reales y eso es exactamente lo que hace cuando tenemos sueños lúcidos.
La viveza inusual del sueño lúcido se debe a que las ondas son convergentes y no divergentes.
«Si donde se concentran las ondas hay un espectador, estará sumergido en la escena y la escena que aparece le contendrá. De esta forma, la experiencia del sueño se le antojará lúcida», observa Wolf.
Al igual que Pribram, Wolf cree que la mente crea la ilusión de la realidad exterior a través del mismo tipo de procesos estudiados por Bekesy.
A su juicio, esos procesos son también lo que permite crear realidades subjetivas a quien tiene el sueño lúcido, realidades en las que cosas como los suelos de mármol y las flores son tan reales y tangibles como sus equivalentes llamados objetivos. De hecho, piensa que la capacidad para permanecer lúcidos en los sueños sugiere que quizá no hay mucha diferencia entre el mundo en general y el mundo del interior de nuestras cabezas.
Y añade:
«Cuando el observador y lo observado se pueden separar y decir «esto es lo observado» y «éste es el observador», lo que según parece es una impresión que se tiene estando lúcido, me parece cuestionable considerar que [los sueños lúcidos] son subjetivos».
Wolf supone que los sueños lúcidos (y quizá todos los sueños) son realmente visitas a universos paralelos.
Son hologramas más pequeños que están dentro del holograma mayor y más inclusivo. Sugiere incluso que la capacidad de tener sueños lúcidos debería llamarse «consciencia de universo paralelo».
Como dice él,
«la llamo así porque creo que los universos paralelos surgen como otras imágenes en el holograma».
Posteriormente examinaremos con más profundidad esta y otras ideas sobre la naturaleza última del sueño.
inmenso
Había una vez un hombre extraño, raro en el sentido que en el living de la casa donde vivía tenía una soga colgada de una de las vigas con un nudo al final. En todo momento su hijo a medida que iba creciendo, le preguntaba porque ese lazo colgaba del cielo raso. El padre le respondía: “A su tiempo tú comprenderás porque el lazo esta alli”.
El hijo creció, los años pasaron, y durante este tiempo el padre amasó una fortuna. El nunca le había explicado la razón del lazo. Entonces, de repente un dia él muere. Y el padre no había dejado ningún indicio a su hijo, sugiriéndole el porque el lazo estaba colgado alli. Pero el había heredado una vasta fortuna. Con esa fortuna, también heredo numerosos amigos que nunca había tenido. Estos amigos realmente lo apreciaban y lo llevaban a varios sitios donde entretenerse. Cada lugar donde iban, él pagaba todo. Obviamente, lo apreciaban ante todo por su dinero.
El joven estaba confundido. En un momento, el dinero se terminó y con el se terminaron también las amistades. Ellos simplemente desparecieron. Y se quedó en soledad. Un dia, sentado en el sillón del living comprendió de pronto que ese lazo tenía un gran significado para él. Estaba tan abatido que procedió a colgarse el mismo. Ajustó el lazo alrededor de su cuello y saltó de una silla. Al momento en que cayó al suelo, el cielo raso entero se desplomó sobre su cabeza, y con el canastos y canastos llenos de dinero. Y junto a los canastos una nota que el padre le había dejado:
“Mi querido hijo, Yo sabia que a mi muerte, obtendrías el dinero y junto con el, también obtendrías amigos que realmente no eran amigos. También sabia que este dia llegaría y que tu tirarias de esa cuerda. Ahora, deseo que tu comprendas que la verdadera amistad no esta basada en aquello en la que tu la has basado. Ahora toma este dinero y utilizalo sabiamente. Ve al mundo y ayuda a otros. No te dejes engañar por aquellos que solo desean tomar ventaja de ti”.
Pronto se hizo público que nuevamente había amasado una fortuna. De algún modo, milagrosamente, todos aquellos amigos reaparecieron. Y comenzaron a tratarlo como antes. Una vez más tomar ventaja de su dinero. Algunas veces ni siquiera dejaban que el los acompañara en sus recorridas por la ciudad. Una noche salieron lejos y le dijeron:
”Iremos a una cafetería. Toma esta carne que compramos con tu dinero y cocínanos un gran kebab. Cuando regresemos tendremos una fiesta”.
El permaneció en la cocina. Y mientras preparaba los vegetales, un gato entró, tomó la carne, y se la comió. No quedó nada. Sus amigos regresaron, y al enterarse de lo sucedido se enojaron y comenzaron a pegarle. Entonces, rápidamente se repuso, y finalmente dijo: “Esperen un minuto”.
En un altillo el había descubierto una espada. Esta espada poseía un borde anguloso y dentado. Le mostró la espada a sus amigos, porque esta era muy antigua.
Todos ellos dijeron: “Es una hermosa espada, de gran valor, pero ¿como es que posee sus bordes dentados?”.
Y el respondió: “Oh, ha estado en el altillo por muchos años, y los ratones simplemente la han estado masticando”.
Ellos dijeron: “Esto es fantástico, imaginen a los ratones masticando a través del acero!”.
A su vez, el dijo: “Miren, mis amigos, ustedes no parecen dudar que los ratones puedan masticar acero y sin embargo, ustedes no creen que el gato se haya comido la carne!”.
Se produjo un silencio, se miraron unos a los otros, y entonces él los echó a todos, y comenzó su vida nuevamente.
La AMISTAD puede ser maravillosa. Debemos comprender los impulsos que le dan origen y lo que involucra. Si buscamos una rosa sin espinas, tendremos un problema. Allah a puesto las espinas en el tronco para proteger la rosa.
Con la belleza también hay dolor. Pero esta vida no puede ser una infinita sucesión de alegrías y regocijos. Si tenemos fe en Allah, entonces toda aflicción que llegue a nosotros, no seremos afectados por ella, y no la alimentaremos con nuestra atención. Si nos estamos sintiendo solos, y alimentamos esa soledad con nuestra atención, ésta crecerá.
La FE en ALLAH es una vacuna contra la tristeza y la soledad.
Sobre llevar las dificultades;
Allah creo al Profeta Adán (la paz sea con el) de la combinación de agua y tierra. El lo creó de esta arcilla. A lo largo de 40 años, El amasó esta arcilla. Treinta y nueve de esos años estuvieron llenos de aflicción. Hubo solamente 1 año de felicidad, de bendición, cuando El amasó esta arcilla y le dio forma de un ser humano.
Allah le permitió a Adán percibir que su cuerpo físico fue hecho de barro de manera que el nunca se olvide que había sido creado únicamente por Voluntad de Allah. Y que nada podía cambiar sin la Voluntad de Allah.
Había una vez un tirano en una pequeña aldea cerca de la montaña donde Moisés (la paz sea con él) hablaba con Allah. Un aldeano se le acercó a Moisés y le dijo: «OH, Moisés, la próxima vez que tu hables con Allah, le podrías preguntar cuanto tiempo este tirano vivirá?».
Esta era una pregunta aceptable. El no preguntó, ¿podría Allah destruir a este tirano? Es aceptable preguntar, cuanto tiempo uno va a ser oprimido, cuanto tiempo habrá dolor, cuanto tiempo habrá dificultad. El simplemente deseaba saber cuanto tiempo este tirano, quien constantemente infligía miseria sobre su aldea, iba a vivir.
Mientras Moisés iba caminando hacia la montaña, la esposa de este hombre se le acercó y le preguntó: «Cuando vayas a hablar con Allah, le podrías preguntar ¿cuanto tiempo este tirano estará en nuestra aldea tiranizándonos?».
Y cuando Moisés estaba cercano a la montaña, el joven hijo de este matrimonio corrió hacia el y le dijo: «OH, Moisés, cuanto hables con Allah, le podrías preguntar cuanto tiempo permanecerá este tirano en nuestra aldea? Cuanto tiempo mas vivirá».
Moisés finalmente alcanzo la montaña y se dirigió al lugar donde mantenía sus conversaciones con Dios. Cuando estuvo ante la presencia de Allah, le preguntó:
«O Allah, hay un tirano quien esta tiranizando a la aldea entera. ¿Cuanto tiempo
mas vivirá?». Y Allah respondió: «Este tirano vivirá por 300 años más».
Cuando Moisés descendió de la montaña, el hombre corrió hacia el y le pregunto:
«Le has preguntado a Allah?».
«Si», respondió.
«Por cuanto tiempo este tirano estará aquí?
«Allah dijo que por 300 años».
El hombre respondió diciendo: «¡WA LA HAWLA WA LA QUWWATA ILLA BILLAH!” (No existe fuerza y poder excepto en Allah)».
Y mientras Moisés regresaba camino a la aldea, la mujer corrió hacia el y le preguntó: «Le has hecho a la Allah la pregunta?»
El respondió: «Si».
Y ella dijo: «Cuanto tiempo mas este tirano vivirá».
y Moisés respondió: «Allah dijo que por 300 años».
Ella dijo: «¡WA LA HAWLA WA LA QUWWATA ILLA BILLAH!» (No existe fuerza y poder excepto en Allah).
Siguió su camino, y el joven corrió hacia el y le hizo la misma pregunta: «Has preguntado lo que te he preguntado a ti a Allah?».
Y Moisés respondió: «Si».
Entonces el pregunto: «Que ha dicho Allah? Cuando tiempo este hombre nos continuara tiranizando?».
Moisés dijo: «Allah dice que el vivirá por 300 años».
y el joven respondió: «¡WA LA HAWLA WA LA QUWWATA ILLA BILLAH!” (No existe fuerza y poder excepto en Allah).
Y así como estas últimas palabras salieron de los labios del joven, un terrible grito se oyó saliendo de la casa del tirano. En ese momento su familia llego corriendo, gritando que el tirano había muerto en ese momento.
Moisés estaba confundido. Volvió su ser hacia arriba y dijo:
«OH, Allah, Tu has dicho que este hombre viviría por 300 años mas, y yo se lo he transmitido a esta gente. Si yo soy Tu profeta y le digo a la gente lo que Tu me dices, ellos no creerán mas en mi si algo cambia de esta forma».
Allah respondió: «No esta en ti el Cuestionarme. Pero cuando tú viniste a Mí y me hiciste la pegunta, de verdad este hombre iba a vivir 300 años más. Pero cuando tu regresaste y le hombre te pregunto cuando tiempo mas el tirano iba a vivir, y luego dijo: «¡WA LA HAWLA WA LA QUWWATA ILLA BILLAH! (No existe fuerza y poder excepto en Allah), Yo le quite 100 años de vida. Y cuando la mujer dijo lo mismo, Yo tome otros 100 años. Y cuando al joven niño se le dijo que iba a vivir 300 años y te dijo a ti: «¡WA LA HAWLA WA LA QUWWATA ILLA BILLAH!» (No existe fuerza y poder excepto en Allah), Yo inmediatamente envié al Ángel de la Muerte a buscarlo».
Nada puede cambiar excepto por la Voluntad de Allah.
Sufismo es el significado de encontrar felicidad en el corazón cuando las aflicciones aparecen. Cada uno de nosotros sufrirá aflicciones de una manera u otra. La vela prendida es como el verdadero Sufi. Se levanta en la noche, con su rostro iluminado, corazón ardiente, ojos llorosos, y permanece en vigilia.
El derviche que duerme poco y reza mucho a Allah encuentra que el sueño que pensaba que tenía se ha vuelto innecesario. Y que la Oscuridad dentro de suyo ha sido reemplazada por la Luz.
Risalah, Los Principios del Sufismo – Capitulo 2
“A quienes hayan combatido por Nosotros ¡hemos de guiarles por Nuestros caminos! ¡Alá está, en verdad, con quienes hacen el bien!”
(Corán, 29:69)
Abu al-Husayn bin Ahmad al-Hawari no relató de Abu Said al-Khudri, “El Mensajero de Dios fue preguntado acerca de la mas excelente guerra por la religión y dijo, “Una palabra de justicia en el rostro del poder despótico”. Cuando dijo esto, lagrimas brotaron de los ojos de Abu Said.
He oído a Abu Ali al-Daqqaq decir, “Si alguien embellece su ser exterior combatiendo contra las pasiones de su ego, Dios embellecerá su ser interior con la visión de El mismo. Dios Glorificado Sea dijo, “A quienes hayan combatido por Nosotros ¡hemos de guiarles por Nuestros caminos!” (29:69)”.
Comprende que quien no se esfuerza desde el principio nunca encontrará el ligero rastro de este Camino. He oído a Abu Abd al-Rahman al-Sulami decir que escuchó a Abu Uthman al-Maghribi decir, “Si alguien supone que algo de este Camino se le abrirá a el o que algo de este le sera revelado sin necesidad de esforzarse, esta completamente errado”. He oído a Abu Ali al-Daqqaq decir, “Quienquiera que no se pare en el comienzo, no se sentara al final”. También le oí decir, “Su dicho, “Movimiento es una Bendición” (al-harakah barakah) – significa que el moverse uno mismo exteriormente lleva a la obtención de la gracia interiormente”.
He oído a Muhammad bin al-Husayn decir…que Abu Yazid al-Bistami dijo, “Por 12 años fui el herrero de mi ego y por 5 años el espejo de mi corazón. Un año estuve observando entre ambos dos y alli alrededor de mi cintura había un evidente cinturón de dualidad! Entonces por 12 años trabaje para cortarlo. Luego observé nuevamente, y dentro de mí había otro cinturón de dualidad. Entonces trabaje para cortarlo. Por 5 años observe como se pudo haber formado y esto me fue revelado. Luego mire a la gente y vi que estaban muertos. Entonces dije “Dios es Grande” (Allahu Akbar) sobre ellos 4 veces (como en la oración fúnebre)”.
Escuche a Abu Abd al-Rahaman al-Sulami decir…que Sari al-Saqati dijo, “¡O asamblea de hombres jóvenes! Sean serios antes de que alcancen mi edad y se vuelvan débiles e incapaces como yo he sido”. A ese momento ninguno de los jóvenes en ningún lado se hallaban en condición de compararse a él en el servicio divino. Le escuche decir…que al-Hassan al-Qazzaz dijo, “Este proyecto esta construido sobre tres cosas: que no comas excepto que te encuentres en necesidad, que no duermas excepto cuando este extenuado, y que no hables excepto que sea necesario”. Y le escuche decir…que Ibrahim bin Adam dijo, “A un hombre nunca le es concedido el rango de la rectitud antes de que 6 cosas se vuelvan posibles para el: la primera, que cierre la puerta de la facilidad y abra la puerta de la dificultad; la segunda, que cierre la puerta del honor y abra la puerta de la humillación; la tercera, que cierre la puerta del confort y abra la puerta del esfuerzo; la cuarta, que cierre la puerta del sueño y que abra la puerta de la vigilia; la quinta, que cierre la puerta de la riqueza y que abra la puerta de la pobreza; la sexta, que cierre la puerta de imaginarse el futuro y que abra la puerta de la preparación para la muerte”.
He oído a Abu al-Rahman al-Sulami decir que oyó a su abuelo Abu Umar bin Nujayd decir, “Cualquiera cuyo ego ha sido honrado posee su religión corrompida!” Y le escuche decir…que Abu Ali al-Rudhbari dijo, “Si un Sufi dice luego de 5 años sin comer, “Estoy hambriento”, ¡que le ordenen ir al mercado para que se gane un sustento!”.
Comprende que la base y la razón de la lucha o de esforzarse (mujahadah) esa el destetar al ego de aquello que le es familiar e inducirlo a que se oponga a sus deseos y pasiones en todo momento. El ego (alma animal) posee dos rasgos que le impiden el bien: total preocupación con anhelos (atracción hacia el placer) y rechazo a la obediencia (evasión del dolor/daño). Cuando el ego es provocador en la búsqueda del deseo, debe ser refrenado con las riendas del temor a Dios. Cuando éste tercamente rehúsa el conformarse con la voluntad de Dios, debe ser guiado para que se oponga a sus deseos. Cuando se halla tomado por la cólera, oponiéndose al ser, este estado debe ser controlado –ningún proceso tiene una mejor consecuencia que el romper el estado de cólera la desarrollar un rasgo de buen carácter y extinguiendo su fuego con la gentileza. Y si el alma encuentra dulzura en el vino de la arrogancia, se volverá incapaz de cualquier cosa salvo de mostrar su buenas acciones, maquillándose ante cualquier persona que lo observe. Es necesario el romper este hábito, disolviéndolo con el castigo de la humillación a través de cualquier cosa que haga al alma recordarse de su despreciable valor, de su bajo origen, y de sus ruines actos.
El esfuerzo de la mayoría de la gente es el de realizar sus trabajos para un completo desarrollo. El esfuerzo de la elite es el de purificar sus estados porque la resistencia ante el hambre y la vigilia es simple y fácil. La cura del carácter y la limpieza de sus impurezas son extremadamente difíciles.
Uno de los espinosos problemas del alma es su inclinación a encontrar placer en la adoración. Cualquiera que beba un sorbo de este vino sufre el peso de los cielos y la tierra en sus parpados! Un signo del peso de esta carga es aquel cuando este sorbo de alabanza es contenido por tal alma, que su estado se revierte hacia la pereza y la cobardía en su lucha.
Había una vez un sheikh que rezo en la primera y más honorable fila de su mezquita por muchos años. Un dia, un obstáculo le impidió llegar a tiempo a la mezquita, y tuvo que rezar en la última fila. Después de ello no fue visto por un buen tiempo. Cuando le preguntaron la razón, el dijo, “Había realizado mi rezo obligatorio por muchos años y mientras lo hacia creía que mi devoción era exclusivamente para Dios. Ese dia que llegue tarde a la mezquita, una pizca de vergüenza me poseyó porque la gente me vio en la última fila de oración. De manera que me di cuenta que todo el fervor de una vida entera derivaba solamente de ofrecer mis rezos obligatorios donde la gente pudiera verme. Y tuve que comenzar a realizar mis rezos obligatorios nuevamente”.
Se cuenta que Abu Muhammad al-Murtaish dijo, “Yo solía realizar la peregrinación a pie sin llevar conmigo ningún provisión. Me di cuenta que todo mi esfuerzo estaba contaminado por el sentido de placer que recibía de la forma en que la realizaba. Un dia mi madre me pregunto si podía acercarle una jarra de agua para ella y mi ego encontró esto muy dificultoso de realizar. Me di cuenta entonces que la obediencia a mi ego en las peregrinaciones había sido por causa de mostrarme y había en ello de hecho, una imperfección. Ya que si mi ego hubiese sido traspasado en si mismo, no hubiera encontrado ninguna dificultad en algo que era un deber de acuerdo a la sagrada ley”.
Una mujer de avanzada edad fue preguntada acerca de su situación. Ella respondió, “Cuando era joven encontraba vivacidad en mi misma y condiciones que me parecían buena para mi. Yo pensaba que eran debidas al poder de mi estado. Pero cuando fue creciendo, esto me dejo, de manera que comprendí que había sido la fuerza de la juventud, la cual yo había imaginado que eran estados espirituales”.
Uno de los sheikhs nunca podía dejar de sentir simpatía por esta mujer cada vez que escuchaba su historia. El decía, “Ciertamente ella era una mujer de principios”.
He oído a Muhammad bin al-Husayn decir que Dhu-l-Nun al-Misri dijo, “Dios honra a Su siervo con ningún honor mas grande que el de mostrarle la infamia de su ego. El humilla a Su siervo con ninguna mas grande humillación que la de ocultarle la infamia de su ego”. Le escuche decir…que Ibrahim al-Khawwas dijo, “No hubo ninguna cosa que me horrorizara que no hubiese cometido”. Y le escuche decir…que Muhammad bin al-Fadl dijo, “El descanso es la liberación de las demandas del ego”.
He oído que Abu Abd al-Rahman dijo que le escucho a Mansur bin Abd Allah decir que le escucho a Abu Ali al-Daqqaq decir, “Desastres caen sobre la gente a través de tres cosas: una enfermedad física, apego a un habito y las malas compañías”. Le pregunte: “¿Que es la enfermedad física?” El dijo: “El comer lo prohibido”. Le pregunte: “¿Qué es el apego a un habito?” Me dijo, “El mirar y escuchar cosas prohibidas y difamar”. Le pregunte: “¿Y que son la malas compañías? Me dijo, “Cuantas veces el ego es conmovido por un deseo, tu vas y lo realizas”.
Le esuche decir que el escucho a al-Nasrabadhi decir, “Tu ego es tu prision. Cuando puedas escapar de ella, te encontraras a ti mismo en eterna comodidad”. Le escuche decir…que Abu-l-Husayn al-Warraq dijo, “Nuestros mas sublimes principios al comienzo de nuestra tarea son: el actuar como si la mezquita de Abu Uthman al-Hiri fuera preferir el darle a otros los regalos que seria dado a nosotros; no pasarse la noche sabiendo sabiendo cual es nuestra subsistencia; y si alguien nos confronta con un acto desagradable, no tomar venganza sino el excusarlo y comportarnos humildemente con el. Si el desprecio por alguien llega a nuestro corazon, nos involucramos a servirlo y hacerle el bien hasta que esto pase”.
Escuche a Abu Hafs decir, “El yo es enteramente oscuridad. Su lampara es su secreto (sirr). La luz de su lampara es direccion interna de Dios. El resultado de su éxito es la oracion (tawfiq). Quienquiera que no se halle acompañado de su propio secreto por tal guia de su Señor se encuentra en total oscuridad”.
El dicho, “Su lámpara se halla en su secreto”, alude al secreto (sirr) entre el Siervo y Dios Glorificado Sea que forma el centro de la sinceridad del creyente que sabe a través de esta, cuales de los eventos que tienen lugar provienen de Dios y no de el o desde el, de manera que esta liberado en todo momento de pretensiones de pode divino y fortaleza. Luego, por el éxito que Dios concede, el sirviente esta protegido de las maldades de su ego. Si el regalo del éxito no le llega a alguien, ni el conocimiento de si mismo ni su conocimiento de su Señor le serán beneficiosos. Es por esto que los sheikhs han dicho, “Aquel que no posee el secreto (sirr) estará empeñado en seguir sus propios deseos”.
Abu Uthman al-Magribi dijo, “Tanto como la persona encuentre algo bueno en si mismo, nunca podrá ver sus propias faltas. Solo aquel que culpe a su ego en todo momento sera capaz de ver sus faltas”.
Abu Hafs dijo, “¡Cuan dulce es la destrucción de aquel que no conoce sus propias faltas! La Desobediencia es el mas grande sendero hacia la incredulidad”. Abu Sulayman al-Darani dijo, “No he encontrado ninguna buena acción que provenga de mi ego. ¿Porque habría de significar algo bueno conmigo?”. Sari al-Saqati dijo, “Cuídense de aquellos que visitan a los ricos, de aquellos que recitan el Coran en lugares públicos, y de aquellos que actúan como eruditos para los príncipes”.
Dhu-l-Nun al-Misri dijo, “La Corrupción solo llega sobre la gente a través de 6 cosas: Primero, la débil intención de trabajar por el otro mundo; segundo, la esclavitud de sus cuerpos por la lujuria (atracción hacia el placer); tercero, elaborada anticipación del futuro a pesar de la brevedad de la vida; cuarto, escoger el alabar a las criaturas en vez de al Creador; quinto, seguir sus propios caprichos y echar a sus espaldas la Sunnah de su Profeta; sexto, fundamentar excusas para ellos mismos en pequeños traspiés de nuestros nobles predecesores, mientras entierran muchas de sus increíbles acciones”.
Sheikh Muzzafer Ozak (ra)
IRSHAD
Como los creyentes saben, hay dos grupos de seres humanos viviendo en esta tierra: la Gente de Felicidad y la Gente de Miseria. Los afortunados son creyentes, gente de fe, mientras que los miserables sin pecadores deambulando en el error y la incredulidad.
En el Mundo que viene existen dos lugares, dos moradas, llamadas Paraíso e Infierno. Los bendecidos irán al Paraíso, mientras que los miserables serán enviados al Infierno, para habitar por siempre en su fuego.
Las siguientes características son las de aquellos afortunados:
1.- Considerar al Mas Allá superior a la vida de este mundo. Contentamiento durante esta vida, anhelando y ansiando el Mas Allá, porque la vida de este mundo es temporal y de corta duración, mientras que la del Mas Allá es permanente y eterna.
2.- Completa sinceridad en todos los actos de devoción; lectura constante del Sagrado Coran. Mientras los ignorantes sucumben, los sabios son salvados. Cuando los sabios sucumben, sólo son salvados aquellos que sinceramente han puesto en práctica lo que han aprendido. La constante lectura del Sagrado Coran significa el recitarlo con la lengua, creyéndolo en el corazón, observando sus mandatos y prohibiciones y actuando en concordancia con sus leyes.
3.- Evasión de las absurdas, vacías, inútiles y ociosas palabras.
4.- Correcta realización de los cinco rezos diarios, con serena humildad, en las horas prescritas y si es posible, en congregación.
5.- Cuidadosa evasión de todo lo ilícito o cosas sospechosas, pequeñas o grandes, en privado o en público.
Allah, Glorioso y Exaltado Sea, dijo a Moisés (as):
«Moisés, para aquellas rectas y piadosas personas que Me alaban y exaltan, que lloran por temor hacia Mi y evitan las cosas ilícitas y sospechosas, No Dejaré de enviar gotas de misericordia, ni Dejaré que la siembra deje de crecer…»
6.- Mantener la compañía de los rectos. Los rectos sólo mantienen la compañía de los rectos, así como los ignorantes e inmorales mantienen la compañía de aquellos de su clase. Los hábitos son recogidos por aquellos que se frecuentan.
7.- Humildad. La Arrogancia es la correspondiente marca de la infelicidad.
8.- Generosidad. El hombre generoso es el Amigo de Allah, Exaltado Sea, mientras que el miserable avaro es Su enemigo.
Todos los Profetas y Mensajeros han sido muníficos y generosos, especialmente nuestro bendito Maestro, la Gloria del Universo (saws). Lo Mas Alto del Paraíso es la casa de los generosos. La Generosidad es el brazo estacado hacia la tierra desde el Mas Elevado Paraíso. Aquel que se tome este brazo será llevado hacia El.
9.- Compasión por todas los divinos seres creados. Allah, Exaltado Sea, tiene compasión por aquellos que son compasivos hacia Sus criaturas.
«Ten misericordia y compasión por aquellos en la tierra. Aquellos que están en el cielo tendrían misericordia sobre ti»
Lo mas importante para los Musulmanes es observar los derechos de los no creyentes y de los animales, así como también de sus hermanos Musulmanes.
Sheikh Ahmad al-Ghazali conversaba un día con su hermano, el famoso Imán al-Ghazali, a quien le remarcaba:
«Todo tu conocimiento y todos tus ponderosos libros pueden resumirse en dos oraciones: Tener respeto por los mandatos de Dios y tener compasión por Sus criaturas»
10.- Servir a las demás criaturas. Hacer el bien a otros si se puede; de no ser posible al menos no dañarlos. Si tu puedes hablar bien y dar buenos consejos a otros, entonces habla y diles la verdad. De otro forma, mantén la boca cerrada! Se útil a la humanidad, no dañino…
11.- Nunca olvidad la muerte. Aquellos que nunca olvidan la muerte, siempre están arrepentidos. Nunca echan a perder su arrepentimiento y están siempre preparados para morir.
Psicoanálisis Alquímico,sendero de la transformación interior ~ Sus Tres Etapas ~
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El Proceso Analítico del Alquímico Proceder Auto-analítico
~ Sus Tres Etapas ~
Entremos ahora en las fases del Psicoanálisis Alquímico.Muy importante al momento de avanzar de manera integral por el sendero de la transformación interior.Para ello refirámonos al método del “alquímico proceder auto-analítico”.
Digamos que el esclarecimiento de las capas más profundas de la conciencia con el objeto de desentrañar aquellas conformaciones subconscientes que gobiernan la vida desde el total anonimato, (las cuales suelen pasar completamente inadvertidas para la mayoría de las personas a no ser por ciertos indicios escurridizos sumamente simbólicos), deben ser resuelto para poder crecer, autosuperarse y poder percibir el sabor de la auto-Realización.Así que, ante todo, téngase en cuenta que al decir “Transformación” lo que en realidad se quiere indicar es:“auto-Realización”, y la transformación que presupone una evolución, en realidad se trata de un proceso de “auto-Revelación”.
No existe ninguna transformación posible que pueda equipararse al bien supremo de la Realización del ser interior, y coincidamos en que esta auto-Realización sucede incluso teniendo la conciencia de lo que no es posible transformar o de lo que no puede ser transformado.Por lo tanto, no se trata de una evolución sino de auto-Revelar aquello que ya se encontraba ancestralmente como parte esencial del alma.En sí, la Realización no es algo que se de en cuanto a una nueva realidad sino en cuanto a la realidad potencial que ya estaba de manera latente desde antes incluso del Ser en sí.Esto es lo esencial y la Esencia.
Así, tenemos que el proceder auto-analítico es alquímico en sí mismo no sólo por los cambios que pueda producir en la propia psiquis o psicología del ser, e incluso a niveles neurológicos o fisiológicos, o en cuanto a la transformación de las estructuras patológicas psicosomáticas, sino que principalmente lo es por estar enfocado a la revolución de la conciencia que incide drásticamente en la reafirmación y realización de lo esencial y de la esencia que se encubre detrás de las apariencias.
Partiendo de esta base tenemos que el proceso analítico en sí es la articulación dialéctica que debe establecerse entre el pensamiento que es absorbido por el conflicto o por la circunstancia interna opresiva y el razonamiento arbitrario especial que intenta despegarse de todo apremio interno a través de la búsqueda y encuentro de alguna solución.
Pues, el proceder auto-analítico es básicamente el aprovechamiento de la fricción generada entre estas dos fuerzas que pugnan por prevalecer, hasta lograr centrarse en una tercera perspectiva imparcial que de lugar a una nueva conciencia trascendental.
Sin esta fricción se daría por sentado que ha vencido el pensamiento absorbido y que la persona se ha resignado a su sometimiento quizás cayendo en un estado de inercia o depresivo, o bien que se ha iluminado y ha trascendido los conflictos internos.Por eso la fricción es preferible siempre antes que la ausencia de ella, en todos los casos.Porque la subyugación a los conflictos es más frecuente que la iluminación.
Entonces, desde esta tercera perspectiva imparcial que se ubica en medio de la fricción sin inclinarse por una o por la otra, es posible impulsar las etapas de la alquimia del proceder auto-analítico.
(I)
Lo primero es que a partir de esta nueva óptica la persona debe volverse más tolerante con sus conflictos, hasta poder tornar la tolerancia en respeto y el respeto en amor por su ser y persona, ya que sólo así la conciencia podrá ser más receptiva y agudamente observadora de las finísimas y sutiles impresiones que conminan al padecimiento de las numerosas proclividades, y, de este modo, poder entrar de lleno en el auto-análisis orientado a la transmutación alquímica, o mejor dicho, a la auto-Realización.
El alquímico proceder auto-analítico se inicia por la aceptación indiscriminada, desprejuiciada y sin censura de lo que Es por naturaleza y por circunstancia y que, en definitiva, se expresa en su forma más burda.Y esto es posible de llevar a cabo únicamente si el individuo es capaz de respetarse y quererse a sí mismo, y de observar sus problemas internos desde una perspectiva no tan absorbida.Por lo tanto, las tres pautas primordiales que corresponden a la primera etapa son:
Analizar-aceptándose, pensar-respetándose, y sentir-queriéndose.
De tal modo que aquello que sea analizado o se pueda analizar, que sea pensado o se pueda pensar y que sea sentido o se pueda sentir, concuerde con las vibraciones equilibradas y armoniosas que distinguen a esta tercera perspectiva correspondiente a una nueva conciencia.
(II)
Lo segundo, a partir de asimilar esta triple fórmula en el porcentaje que fuera, es avanzar por la segunda etapa de la alquimia del proceder auto-analítico, la que consiste en la elaboración de preguntas dirigidas a las mismas causas de conflicto que motivan los variados actos y reacciones, las distintas emociones y sentimientos, evitando los interrogantes dirigidos a los efectos o resultantes de tales proclividades con la intención de modificarlas (en base al reproche o la autocensura).
Es decir, el enfoque alquímico del auto-análisis no es el que se detiene a valorizar y revalorizar las expresiones condicionadas o en una crítica demoledora, sino, por el contrario, se orienta a contemplar lo que ellas están tratando de decir y mostrar desde lo más profundo, y el potencial que encierran.Porque una vez entendidas estas causas primordiales se habrá recorrido la mayor parte del trayecto que atañe al proceso auto-analítico en cuanto a la búsqueda del restablecimiento de la plenitud en el Ser.
(III)
Lo que sigue a partir de aquí, ya en la última etapa, la tercera, es aprender a convivir en concordia empática con los efectos y expresiones condicionadas que han sido motivados durante años por los propios conflictos, sin intentar transformarlos, cambiarlos o modificarlos, tal como lo sugiere la comprensión profunda que ha madurado respecto a la conciencia real de las causas.
Y esto mismo, justamente, es lo que hace a la transformación total o auto-Realización: “la Transformación que deriva de la aceptación de lo no-transformado” de lo que no puede ser cambiado a no ser a partir de esta misma aceptación, según la sintaxis de la Alquimia Interior en su combinación tan particular inspirada en la filosofía taoísta del pensamiento circular que surge del razonamiento paradojal, basado, desde ya, en las contradicciones complementarias.
Toda experiencia alquímica es captada, asimilada y exteriorizada desde la composición psíquica individual que se ha puesto en marcha en todo ser humano, ya sea que se esté o no consciente de este proceso subliminal.Más aun, toda experiencia de vida, toda configuración de pensamiento, todo enfoque o perspectiva que enmarca cada vivencia en particular se origina en la composición psíquica individual que se ha organizado en base a ciertas leyes existenciales, kármicas, cósmicas, naturales, energéticas y espirituales.Incluso del orden genético.
Esta composición psíquica determinada tiene a su vez, dos aspectos substanciales que se proyectan en dos dimensiones paralelas, siendo uno de estos aspectos el que se vincula con la causa primera de la Esencia o Unidad esencial de todo cuanto existe, y, el otro de los aspectos, es el que está vinculado con el devenir de dicha causa que se expresa en un espíritu que, como consecuencia, se reconstruye en una estructura mental y física para consolidarse como manifestación temporal.
Y el camino de acceder a esta composición psíquica individual para entender claramente el modo de no-interferir, de tal manera que el psiquismo pueda reajustarse y armonizarse por sí y a sí mismo en un nivel superior, sin intervención alguna, es a través de la desestructuración corporal (bioenergética) y del descondicionamiento mental (psicoespiritual), básicamente logrado a partir del desaprendizaje de toda programación autómata impuesta por la decadencia sociocultural y, a su vez, mediante el reaprendizaje de los valores de la sabiduría ancestral.
De este modo, siguiendo las pautas del conocimiento iniciático se puede, a partir de la acomodación corporal y postural, inducir a una reactivación profunda de las facultades mentales, y, por otro lado y al mismo tiempo, desde la movilización de estas capacidades y funciones mentales también se puede incidir sobre el espíritu, para poder recién entonces desde el plano mismo del espíritu (el espiritual), conectarse con la dimensión psíquica, y a través de la propia apertura de este estadio, poder realizar esa conexión con la esencia trascendente o unidad esencial de todo cuanto Es.
Este mismo progreso es el que puede definirse como la alquimia de la psicología o, directamente, como la psicología alquímica;camino por el cual ha de operar ineludiblemente el proceso analítico del proceder auto-analítico.
“Si queremos entender la naturaleza de un individuo,
entonces toda manifestación psicológica debiera percibirse y comprenderse como preparatorias para una meta particular.
Cada cual desarrolla una meta final, consciente o inconscientemente,
pero ignorante de su significado.”
Alfred Adler
El Camino Alquímico del Proceder auto-analítico del Taochi:
Este Camino Bioenergético y Psíquico del Taochi, sostenido en una Psicología Alquímica autoanalítica consiste básicamente en la Acomodación, la Centralización y la Realización de los distintos aspectos del Ser para expandir una Conciencia trascendente;y, para ello, el desarrollo de esta metodología se configura en tres niveles de estudio y en un instructorado final, a saber:
Primer Nivel:
Introducción o Preparación a la Alquimia Interior Taochi Shench´iching.
* El estudio de la teoría bioenergética del yin-yang (las polaridades opuestas complementarias), los tres campos psíquicos (sanpao), las ocho fuerzas (bagua), las cinco actividades (wuxing).
*El estudio de los doce meridianos principales, los ocho vasos maravillosos y los centros psíquicos del cuerpo energético.
*El estudio del microcircuito psíquico alquímico y las respiraciones alquímicas.
Segundo Nivel:
Desarrollo Inicial de la Alquimia Neidan Taochi.
* El estudio del Jinhua o Flor de Oro – El Clásico Chino según las interpretaciones de distintos profesionales, Hualinchien, Carl Gustav Jung y Richard Wilhelm.
* El estudio del Huimingjin o la Esencia, la Vida y la Conciencia.
* El estudio de la Visión Alquímica de Zhao Bichen y el Dzyan.
* El estudio del Iching (Yijing) Alquímico.
* El estudio de los 36 Datos de la Alquimia Secreta para la Expansión de la Conciencia.
Tercer Nivel:
Desarrollo Avanzado de la Alquimia Neidan Taochi.
* Se desarrolla la profundización de los aspectos estudiados en el segundo nivel, sumando otros clásicos adicionales.
* Se avanza en la comprensión del maestro interior y las facultades potenciales a través de los Umbrales y Grados de la Meditación Energética.
Instructorado:
La absorción magistral de los principios substanciales que distinguen a la Conciencia auto-Realizada.
* Recomendado especialmente para los practicantes e instructores de meditación y alquimia, de taichichuan, chikung o de las numerosas disciplinas psicofísicas orientales, psicólogos y profesionales de la medicina alternativa.
“La obra alquimista se refiere, en su mayor parte,
no sólo a experimentos químicos únicamente,
sino también a algo como procesos psíquicos,
que son expresados mediante un lenguaje seudoquímico.”
C. G. Jung
La Meditación Alquímica del Microcircuito Psíquico:
El Método Esotérico de la Tradición Iniciática de la Sabiduría Ancestral se orienta principalmente, al despertar consciente de las facultades extrasensoriales conectadas con las dimensiones paranormales y metafísicas que interactúan subliminalmente, como potencial latente de manera subconsciente, y que, al mismo tiempo, conforman en esencia la Verdadera Naturaleza del Ser.
Este exquisito proceso que destaca uno de los dones más maravillosos de los seres humanos en cuanto a su propia conformación psíquica como expresión individuada de la extraordinaria grandeza existencial, se logra desenvolver desde su núcleo y desplegar en un horizonte ilimitado a partir de la Meditación Alquímica del Microcircuito Psíquico, el cual se proyecta de la siguiente manera:
“ Aspirar la vida de la esencia psíquica bioenergética y destilarla por el camino ascendente de transmutación vibracional hasta el grado de suma refinación espiritual que penetra en los estadios sublimes que establecen la conexión con la Existencia primera y última, donde el Ser recupera su Unidad substancial vinculada con lo infinito, eterno e inmortal, y, de este modo, poder retornar desde allí por el camino descendente de sedimentación con la nueva visión que otorga la inmensa plenitud incomparable de la auto-Realización consciente de la conciencia concienciada.
Repitiendo así, sucesivamente, la misma secuencia una y otra vez, pero, cada vez, en una dimensión mucho más esencial. ”
De esta manera se compone la plataforma de la Psicología Alquímica que se maniobra mediante la acción de la Meditación Alquímica del Microcircuito Psíquico, y así es como se avanza en la inducción del maravilloso Proceder auto-Analítico.
En otras palabras, la extraordinaria e incomparable maduración del microcircuito psicobioenergético (shench´iching) se establece por las coordenadas que fija la mente centralizada;de este modo, tanto el ascenso como el descenso, la apertura y cierre, el lavado y el bañado psíquico, la fusión y la desvinculación y la conexión trascendente, todo es proyectado desde la mente centralizada.
La nada y el todo, lo vacío y lo lleno, lo condicionado y la liberación, lo que es y lo que no-es, el ser y el no-ser, todo es conformado en la propia mente centralizada y proyectado a partir de allí;incluso, hasta el mismo camino de conexión con el psiquismo sublime de la Conciencia expandida conducente a la auto-Realización de la Esencia y de la Unidad, también se entreteje en las profundidades de la mente centralizada.
Por eso es que cuando los pensamientos son replanteados mediante la fricción alquímica de los opuestos complementarios, surge espontáneamente y sin intervención directa, una mejorada tasa vibratoria en todos los órdenes del Ser, y se produce una nueva sintonía metafísica y extrasensorial que anticipa el desenvolvimiento de concientización de la composición psíquica individuada y de las numerosas variables conducentes a una transformación radical de sus respectivos patrones intrínsecos.
Téngase en cuenta, que no todas estas variables y las explicaciones para desentrañar las causas intrínsecas son las mismas para todas las personalidades, ya que las mismas deben ser reacomodadas y ajustadas a cada psicología, a cada mente y a cada espíritu en particular para que puedan ser realmente efectivas.
De tal modo que para establecer esta sincronía sumamente especial y verdadera se ha de recurrir o bien al procedimiento autoanalítico profundo y libre de los condicionamientos, o bien habrá que buscar el apoyo de la guía imparcial de quien haya llevado este proceso analítico hasta las últimas consecuencias en lo más hondo de su propio Ser.
El Trasfondo del Proceder Autoanalítico de la Psicología Alquímica:
Es necesario comprender que el proceder autoanalítico sólo es posible para una “persona saludable”, entre comillas y psíquicamente hablando claro está.
Sin embargo, como bien salta a la vista, no existe ningún ser humano que se pueda tomar como modelo para afirmar cuál es la salud perfecta, porque en realidad nadie está cien por ciento saludable ni nadie es del todo “normal” en lo que respecta al eje “ideal” de simetría vibratoria psíquica;incluso, tampoco existe un modelo de eje o simetría perfecta que puedan ser considerados como ideales de manera que pueda contarse con una medida de comparación, por lo que se desconoce rotundamente cuál es el estadio de supremacía psíquica.Esto es precisamente lo que hace que se tornen sumamente escurridizas las apreciaciones de evaluación, ya que lo normal e ideal no pueden ser determinados con exactitud.
Tan sólo se cuenta con ciertos indicios relativos y aproximados para evaluar las posibilidades individuales que facilitan el emprendimiento del proceder autoanalítico de manera alquímica.Es decir, tan sólo pueden considerarse unas pocas señales de índole general que proporcionan algunas referencias básicas y distantes, más no exactas.
Algunas de estas referencias aproximadas en cuanto a lo que se podría considerar como una “persona equilibrada”, cuya psiquis mantenga un “orden estable”, su mente se encuentre “sana y saludable” y su psicología responda a “parámetros normales”, podrían verificarse en la capacidad de la persona para ahondar una disciplina meditativa o algún grado de introspección voluntaria y mantenerla con el tiempo, en la capacidad de explicar claramente con sus propias palabras algún principio filosófico más o menos complejo, o bien, poder razonar de manera coherente algunos de los conceptos metafísicos elevados, y que, a su vez, manifieste rasgos de sensibilidad por las sutilezas de la vida y tenga gestos de solidaridad indiscriminada (hacia todo grupo de personas necesitadas).
Digamos que estas referencias han de ser consideradas básicas, y, por lo tanto, se podría afirmar de manera generalizada que sin la evidencia de ninguna de ellas o con la verificación de actitudes contrarias a ellas sería correcto suponer que la persona no está aún preparada para proceder conforme al autoanálisis alquímico por sí sola, sino que precisará la guía de un asistente hasta tanto no despierte a un entendimiento más amplio de su ser interior en interacción con su entorno y con la naturaleza, sobre todo, en relación con la esencia sublime de la existencia que hace a la propia esencia psíquica del alma.
Por eso hablamos de una psicología alquímica, es decir, de un camino de Realización interior a través del cual se busca desenvolver las capas más profundas que envuelven la conciencia expandida, con el principal propósito de poder esclarecer las causas de las propias inhibiciones generadas por la autocensura de los prejuicios, los bloqueos y trabas, los complejos, las cuestiones internas pendientes sin resolver, los conflictos y las propias estructuras mentales formadoras de las distintas psicopatologías y diferentes tipos de neurosis; y, mediante este esclarecimiento autoanalítico, lograr impulsar el despertar de una nueva conciencia transformadora y trascendente.
Siguiendo con las señales características que confirman que el individuo no se encuentra en condiciones de asumir el proceder autoanalítico por su propia cuenta, o sea, sin el acompañamiento y guía de unprofesional, digamos por ejemplo que, si la persona padece de notables alteraciones mentales, significativos desórdenes emocionales, graves desequilibrios psicológicos, afecciones patológicas severas, y no es capaz de distinguir con coherencia ni de disfrutar el enorme y directo proceso transformador de la disciplina de meditación ni puede comprender un planteo filosófico profundo y carece de la sensibilidad suficiente para los asuntos más básicos, y se muestra indiferente a la solidaridad, entonces será prácticamente imposible que ella se aplique por sí sola al proceder autoanalítico imparcial, amplio, substancial y contundentemente alquimizador en el sentido de provocar la verdadera Realización del Ser interior.
En todo caso, en estas situaciones de evidente desestabilización del eje de la conciencia y perturbación de la simetría vibratoria psíquica, y de notable descentralización de la mente, se requerirá del apoyo terapéutico profesional que guíe a la persona en el proceso autoanalítico real para el esclarecimiento del trasfondo substancial de los conflictos internos.
Incluso hay muchas personas psíquicamente “sanas” que ante una perturbación determinada son incapaces de profundizarlas, y hasta incluso, tampoco están dispuestas ni quieren llevar adelante el proceder autoanalítico, aunque en lo profundo anhelan fervientemente comprender la situación que atraviesan y resolverla;también en estos casos es menester la asistencia de un facilitador alquímico.
En otras palabras, el proceder autoanalítico no puede llevarse a cabo por la persona que no entienda el accionar sutil de la Psicología Alquímica ni comprenda claramente cómo aplicarla o bien, no pueda hacer frente a los desajustes psíquicos de manera impersonal ni tenga la voluntad para hacerlo.
Pero la clave es que si se encuentra consciente de que no puede realizar el autoanálisis de forma impersonal y objetiva, también lo podrá estar realizando indirectamente, tanto como cuando lo realiza de manera impersonal y objetiva;es decir, el problema se presenta en realidad cuando se lleva a cabo el autoanálisis de manera aferrada al egocentrismo sin conciencia de ello, porque de esta manera los resultados estarán manipulados y disfrazados y no provocarán ninguna alquimia sino un enredo mayor de especulaciones y excusas.Pero no hay obstáculo en efectuar el proceder autoanalítico cuando se sabe que no se lo está llevando a cabo.Es decir, aún así puede llevarse a cabo.
El inconveniente es cuando no se sabe y se cree que se lo está realizando.Esto sucede con la persona que ha perdido el eje de su propio centro de conciencia y la simetría psíquica.
En otras palabras, si se tiene en claro que se está escapando del verdadero proceder autoanalítico al mismo tiempo que se desenvuelve el proceso, igualmente será efectivo y muy provechoso, pero si no se percata de las excusas manipuladoras y los disfraces elaborados, difícilmente se obtenga algún resultado favorable.
Para que este camino resulte transformador, la cuestión es saber que se lo transita o que no se lo puede transitar, y no depende de cómo se lo recorre;si se sabe que se lo está transitando o que no se lo puede transitar, eso mismo es la Realización, en cambio, si se busca transitarlo de un modo en particular, esto es lo que genera un gran distanciamiento del camino central a recorrer para lograr la alquimia.
Téngase en cuenta que así como las diferentes corrientes de la psicología (Ciencia del Alma) y sus diferentes enfoques tratan la problemática del individuo de modos distintos muy particulares, la psicología alquímica también tiene sus propios principios de aplicación según a quien está dirigida.
Por ejemplo, mencionemos algunas de las numerosas perspectivas psicológicas existentes que abordan al ser humano desde los diferentes aspectos de su personalidad y desde las diferentes posibles causas que han construido sus variados condicionamientos mentales en relación a su entorno, a saber:
* La Psicología Abstracta o Ciencia del Alma.
* Christian Wolff (1679-1754, filósofo).Psicología Racional.Psicología Filosófica.La Psicología Metafísica.Psicología de la Forma.
* La Psicología Empírica.Basada en las manifestaciones del Ser.
“Todo lo que existe es Santo.
Todos los deseos, todas las pasiones, todos los placeres son sagrados.”
William Blake
Si no es posible captar el trasfondo de este enfoque de unidad substancial, entonces será bastante difícil entender el propósito de la psicología alquímica, y más aún difícil será poder emprender el proceder autoanalítico o auto feedback-feedforward sobre las causas y las nuevas consecuencias a proyectar.
De no poder sortear esta dificultad, lo mejor será consultar con una persona capacitada que ya haya madurado esta visión alquímica que integra la psicología, la bioenergía y el psiquismo como una unidad inseparable, esencial y trascendente, y permitir sin resistencias que sea esta persona capacitada quien establezca el feedback-feedforward alquímico.
Porque en definitiva, la Psicología Alquímica es en gran parte la Psicología del Feedback-Feedforward, o Chintang para los taoístas, basado principalmente en las preguntas orientadas a desentrañar la Sabiduría Ancestral del Conocimiento Iniciático que se expresan como respuestas del subconsciente o maestro interior.
De hecho, cuando se sincronizan estos tres aspectos medulares y funcionan armónicamente (sin anularse uno a otro a causa de la autonegación o rechazo), la misma conciencia se expande ilimitadamente, y ya que es la expansión de la conciencia quien distingue esta unidad esencial, hace que esta realidad se acreciente infinitamente en la medida que se la capta y se la enfoca como centro substancial del Ser.
Esto es feedback-feedforward alquímico.
Claro que el feedback-feedforward al que estoy haciendo referencia no se trata de hacer un comentario o de dar una opinión, ni tampoco se trata de realizar una crítica o de dar un consejo, sino, en cambio, se trata de traducir e interpretar aquello que se es capaz de concientizar plenamente para avanzar en la auto-Realización.
Y para lograr el proceder autoanalítico es necesario lograr la capacidad de darse a sí mismo un feedback-feedforward develando directamente sobre las causas encubiertas detrás de los efectos, extrayendo así la claridad para impulsar nuevas consecuencias acordes al despertar de la Conciencia.
“Todo fenómeno psíquico comienza siendo inconsciente y puede permanecer
en este estado o progresar a la conciencia
según encuentre una resistencia o no.”
Sigmund Freu
Carl Gustav Jung
PSICOLOGÍA y ALQUIMIA
Sólo mediante la indecible paciencia del investigador ha conseguido la nueva ciencia llegar a un conocimiento profundo de la esencia del alma, debiendo agradecerse a la sacrificada tenacidad y perseverancia del médico el logro de ciertos resultados terapéuticos inesperados.”
“El trabajo analítico conduce más temprano o más tarde, inevitablemente, a la confrontación humana entre el yo y el tú y el tú y el yo.”
Incluso los profanos más incompetentes, creen estar enterados por completo de lo que es la psicología, como si la psique fuera precisamente el campo que disfrutara del más general de los conocimientos. Pero cualquiera que conozca de verdad el alma humana estará de acuerdo conmigo si digo que este campo es el más oscuro y misterioso con que tropieza nuestra experiencia. Jamás se acaba de aprender en este campo.”
“En mi actividad práctica, no transcurre casi ningún día sin que me encuentre con algo nuevo e inesperado. Cierto que mis experiencias no son trivialidades que estén a flor de piel, pero están en una proximidad accesible para cualquier psicoterapeuta que se ocupe de este campo especial.”
Carl Gustav Jung
nueve categorías
del
proceso analítico
Carl Gustav Jung
En el proceso analítico, o sea, en el enfrentamiento dialéctico entre el consciente y el inconsciente, existe una evolución, un progreso hacia una meta o un fin, cuya naturaleza, difícilmente descifrable, ha acaparado mi atención durante muchos años. En todas las fases posibles de la evolución, los tratamientos psíquicos llegan a un final; pero sin que, al alcanzarle, se tenga la impresión de haber conseguido con él una meta. Las terminaciones temporales, típicas, tienen lugar:
1) después de recibir un buen consejo.
2) después de una confesión más o menos completa, pero, en cualquier caso, suficiente.
3) tras el reconocimiento de un contenido desconocido hasta el momento, pero esencial, cuya conciencia lleva anejo un nuevo impulso vital o de actividad.
4) tras conseguir una nueva adaptación racional a circunstancias ambientales, quizá difíciles o desacostumbradas.
5) tras conseguir desprenderse de la psique infantil después de un largo trabajo.
6) tras la desaparición de síntomas atormentadores.
7) después de producirse un cambio positivo en el destino, como exámenes, noviazgo, matrimonio, separación, cambio de profesión, etc..
8) después del redescubrimiento de pertenecer a una confesión religiosa o después de la conversión.
9) tras comenzar el establecimiento de una filosofía práctica de la vida.
Aunque esta enumeración puede ser susceptible todavía de varias modificaciones y complementos, creo que caracteriza en conjunto las situaciones fundamentales en que el proceso analítico y, respectivamente, psicoterapéutico llegan a un fin provisional y, en ocasiones, también definitivo.
Uno se encuentra, a veces, con estos pacientes al cabo de varios años y se entera entonces de la historia, notable con frecuencia, de sus ulteriores cambios. Tales experiencias han reforzado mi hipótesis de que existe en el alma un proceso, por decirlo así, independiente de las circunstancias exteriores y que busca una meta; y, por otra parte, me han librado de la preocupación de que yo mismo pudiera ser el único causante de un proceso psíquico impropio (y por ello, quizá contrario a la Naturaleza).
http://www.centrodeltao.com
Existe otra mala inteligencia, asimismo grave, consistente en atribuir a la psicología la intención de crear una nueva doctrina, pudiera ser que herética. Si a un ciego se le enseña a ver gradualmente, no se puede esperar que descubra al instante con ojos de águila nuevas verdades; se ha de contentar uno con que, en definitiva, vea un poco y pueda comprender hasta cierto punto lo que vea. La psicología se ocupa en el acto de ver y no en la construcción de nuevas verdades religiosas, siendo así que las enseñanzas ya existentes no han sido aún vistas ni comprendidas. Se sabe que en cuestiones religiosas no se puede comprender nada cuando no se ha tenido una experiencia interior.
C. G. Jung
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Los símbolos oníricos del proceso de individuación son imágenes de naturaleza arquetípica que aparecen en los sueños, las cuales describen el proceso de centrado y, respectivamente, la producción de un nuevo centro de la personalidad.
La individualidad no es sólo el punto central sino también el círculo donde se comprenden el consciente y el inconsciente: es el centro de esta totalidad lo mismo que el yo es el centro del consciente.
La posición del inconsciente es complementaria o compensatoria del consciente y, por tanto, inesperadamente «distinta».
C. G. Jung
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Lo inconsciente es un elemento psíquico en cuyo ejercicio sólo podemos introducirnos en apariencia y, además, con gran desventaja para la conciencia. Queda fuera del alcance de todo capricho subjetivo penetrar en un campo de naturaleza que no se puede mejorar ni estropear, ni en los secretos de esta naturaleza, que sólo somos capaces de acechar, pero no de apresar con los dedos.
C. G. Jung
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“La obra alquimista se refiere, en su mayor parte, no sólo a experimentos químicos únicamente, sino también a algo como procesos psíquicos, que son expresados mediante un lenguaje seudoquímico.”
C. G. Jung
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El «Ser» nos es dado únicamente gracias a la existencia psíquica. Pero el consciente abarca sólo una parte de su propio Ser, al ser el producto de una vida psíquica, la cual, como preconsciente, hace posible la adquisición de conciencia.
El consciente es víctima una y otra vez del error de que surge de sí mismo; sin embargo, el conocimiento científico sabe que toda conciencia se basa en condiciones previas inconscientes; por tanto, en una especie de prima materia desconocida a la que los alquimistas atribuían todo lo que se pudiera atribuir poco más o menos al inconsciente.
C. G. Jung
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El estado psicológico de un contenido inconsciente es una realidad potencial (la cual aparece caracterizada por la pareja de contrastes ser-no ser), la unión de los contrastes desempeña un papel decisivo en el proceso alquimista. Por consiguiente, al resultado le corresponde la significación de un símbolo unificador
C. G. Jung
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“Para el terapeuta,
la enseñanza de la flor de oro proporciona técnicas con el fin
de desarrollar una comprensión más profunda y
una mayor conciencia del potencial humano; también proporciona un medio de
contactar a los pacientes en un nivel de mente
que no se ve afectado por las perturbaciones psíquicas.
Al paciente le proporciona un medio independiente de autoconocimiento,
que está más allá del dominio de la personalidad,
de la opinión y del juicio condicionados.
Utilizada adecuadamente, en el contexto de la
vida contemporánea y no como un culto exótico y
entendido a medias, la práctica de meditación de la flor de oro tiene sin duda
el poder de eliminar la influencia de la compulsión neurótica…
… De hecho, el ejercicio de hacer girar la luz es una vía
tan penetrante de comprensión y trascendencia que es tentador considerar la aplicación de
su teoría y de su práctica en la investigación, para dirigir el tratamiento de
algunas perturbaciones más graves que suele tratar la comunidad psiquiátrica:
estados paralizantes, conocidos hoy día como depresión maniaca, esquizofrenia y
trastornos de personalidad múltiple.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que es completamente ajeno a la enseñanza y
al espíritu del budismo y del taoísmo el sugerir que cualquier idea o práctica pueden considerarse
como una cura para todas las enfermedades, o que cualquier ejercicio espiritual puede
automáticamente aportar la regeneración deseada, con independencia de la mentalidad
y de la actitud del practicante.
En la psicología tradicional de las antiguas escuelas budista y taoístas, ejercicios psicoactivos
como en de la flor de oro formaban parte de programas muy amplios, y no de
pócimas mágicas todopoderosas en sí mismas.”
Thomas Cleary
Hoy en día, cada uno tiene que apañarse por sí mismo para encontrar su propio camino, careciendo de mapas o puntos de referencia o habiéndolos perdido o no fiándose de ellos, y sin tener muchas veces criterios ajenos ni propios para diferenciar lo verdadero de lo falso, la verdadera luz de los falsos brillos que confunden y nos hacen perdernos por caminos erróneos. Y si nos perdemos, perdemos el norte y es más fácil que peligre la armonía interior y por lo tanto, la salud psíquica.
La puerta para solucionar este tipo de problemas se ha demostrado que no está fuera -farmacología- sino dentro del propio individuo. ¿Cómo volver a “conectar” ese complejo sistema que es nuestra mente?
El decir, que la solución “está dentro” es en parte cierto, pero en parte no lo es, pues tiene su “peligro”. Me explico. En mi experiencia, he podido comprobar que tanto las personas que sólo buscan soluciones fuera, como quienes sólo las buscan dentro, se pueden perder. Los primeros, en que los demás les arreglen la vida, en buscar una solución o un medicamento mágico, etc. Los segundos, si se meten demasiado hacia dentro, pueden desconectar del mundo ajeno y caer en un narcisismo o vanidad desmedidas que les hagan aislarse de otros, crear un mundo aparte en el que pierdan sensibilidad por entrar en relación con los otros o comprender sus propias dinámicas internas. Me parece que el equilibrio entre la conexión con el mundo de los demás y el mundo interno nos da pistas de que vamos por buen camino y de que nuestro “complejo sistema” se está “conectando”. Se trata una vez más de integrar dimensiones y de tratar cada alteración al nivel que le corresponde, sea biológico, psíquico, espiritual, social, interno o externo.
encontrar el sentido de la vida para poder enfrentarnos al mundo que nos rodea. Tras el fracaso de muchas religiones que intentaron monopolizar esta cuestión, ¿cómo crees que debe enfrentarse el hombre a esta “asignatura pendiente”?
No considero que las religiones hayan fracasado por monopolizar la cuestión del sentido, sino que han sido mal utilizadas y distorsionadas por algunos seres humanos, que se han perdido, entre otras cosas, en sus delirios de poder o de vanidad personal. Con respecto a la cuestión planteada, me parece difícil responder en sólo unas líneas así que intentaré hacer una primera aproximación
el primer paso para enfrentarse a una “asignatura pendiente” es, en primer lugar, plantearse que es posible superarla. Para ello hay que ponerse a estudiar, ¿no? Así que lo primero que me atrevo a afirmar, es que buscar sentido es posible y buscar es el primer paso para encontrarlo. Si empezamos a caminar, y ponemos la actitud adecuada de escucha y apertura ante la realidad, que se nos pone de manifiesto en nuestra vida, podremos empezar a ver cosas que nos sirven de pista. Pero me parece que no debemos caminar solos, sino atrevernos a dialogar y compartir nuestras inquietudes con compañeros de camino y a la vez escuchar a los que antes buscaron y encontraron. Pero para aprovechar la experiencia de búsqueda, además, ya he señalado la necesidad de encontrar la actitud adecuada. Por eso, aparte de nuestra mirada hacia el interior, viene bien el diálogo con la realidad y con quienes saben más que nosotros de la vida, de los errores y aciertos del ser humano, de cara a aprender a cómo encontrar la actitud adecuada para mirar o para limpiar y pulir nuestra lente que puede estar empañada o deformada
la búsqueda del sentido de la vida o de lo más genuino del hombre, es mirar más allá de lo establecido habitualmente, es mirar al centro del corazón del hombre y por tanto a “mi lado” y buscar conectar con lo esencial de lo real que para mí es lo que integra y une todas las dimensiones de las que ya he hablado, aunque tengo la sensación de que la dimensión unificadora e inspiradora es la dimensión espiritual, que está en el centro del corazón del hombre y le pone en contacto con la realidad más fundamental, que es el amor incondicional. Ese amor incondicional arraigado en lo espiritual, es nada más y nada menos lo que me he encontrado en el mejor lado en el que podía buscar.
Salud mental en cifras
– 450 millones de personas en el mundo sufren algún tipo de inestabilidad mental.
– 350 millones padecen depresión.
– 50 millones son afectados por la epilepsia.
– 24 millones tienen esquizofrenia.
– Cada año, 1 millón se suicida.
– Entre 20 y 60 millones intentan quitarse la vida.
*Datos de la Organización Mundial de la Salud
El Ney de Ali
Un día nuestro Profeta llamó a su yerno Alí y le dijo al oído algo…
<<volver
Cuando hubo terminado le indicó que lo que le acababa de decir era un secreto que no debía contar a nadie nunca; que muy pocas personas están capacitadas para escuchar y comprender.
Nuestro príncipe sintió una gran responsabilidad ante esto.
Otro día, Alí se paseaba por una granja, entonces repentinamente entró en éxtasis al recordar las palabras que su suegro le había susurrado. Sintió unas inconmensurables ganas de decirlo. Tan así que al ver un gran recipiente lleno de agua, de donde los camellos bebían, metió su bendita cabeza dentro y comenzó a gritar el secreto que le había dicho el Mensajero de Allah (s.w.s.). Haciendo esto, inevitablemente salpicó el alrededor.
Al tiempo una caña creció allí, nutriéndose de una gota de agua de aquella salpicadura. Un día un luthier artesano que pasaba por ahí cogió la caña y construyo con ella un ney. Pronto un músico compró dicho ney al artesano.
Entonces cuando este músico toco por primera vez aquél instrumento entró en un estado de éxtasis inmenso. Y las melodías que él entonaba con su ney hacían que cualquiera que lo escuche entre en dicho estado…
Poco a poco todo el pueblo comenzó a hablar de este maravilloso músico y su ney que enamoraban a quién lo escuche. Comentarios que no tardaron en arribar a oídos del Sultán que allí imperaba. Éste, llamo de inmediato al músico a su palacio para escuchar sus melodías.
El artista así lo hizo, y en el instante que el ney comenzó a sonar todos los presentes y el mismo Sultán entraron en un estado tal que era para ellos cómo si todo el mundo y sus cosas hubiese perdido total importancia; cómo estar en presencia del Amado, donde nada más importa…
El Sultán, cómo pudo, se incorporó y preguntó:
“¡Oh tu!, te ruego que seas el músico de mi castillo… y dime ¿cómo es que lo haces?”
Entonces el músico, bajo estado de inspiración le respondió:
“Yo, no hago, cual el ney sólo soy caña vacía por donde pasa el viento. Es el sonido del secreto de Alí. Todo el que lo escuche entra en estado de éxtasis divino. Porque su sonido proviene de la luz de los dos mundos, la causa de la creación de todos los universos, conocidos y desconocidos, visibles e invisibles, la luz del amado de Allah, Hz. Muhammad Mustafá; la cual alumbra donde haya oscuridad en los corazones de los hombres
1-
En el Nombre de Al-lâh El Infinitamente Bueno,
El Misericordioso, de Él dependemos.
Gloria a Dios que ha clarificado ante nosotros los caminos de la Futuwah en los cuales se realiza toda virtud.
Él, que la ha colocado por encima de toda infamia o defecto y la ha elevado a lo más alto.
Este camino es el que han seguido sus profetas enviados y, entre sus servidores, los que Él ha elegido y acercado.
Todos aquellos cuyo Nombre ha sido inscrito en las páginas puras del Libro de la sinceridad, aquellos para los cuales se ha abierto el camino de la verdad y lo han emprendido evolucionando a través de sus etapas y grados.
El primero que respondió a su llamada y que hizo honor a la nobleza de comportamiento fue Adam cuya naturaleza era admirable y su elevación original.
Aquel cuyo Nombre deriva del de la corteza de la tierra pero cuya esencia fue inmortalizada por la Voluntad divina; habitando en la casa del pudor, asistido por las Luces y por la Protección de Dios, tocado con la corona de la Liberalidad divina, fue huésped de la morada de paz.
Abel recogió su antorcha cuando Caín fue alejado de ella.
Seth supo honrarla en su justo título velando por que no fuese mancillada.
Idris1 (Enoch) fue, gracias a ella, elevado y salvado de las astucias del demonio.
El esplendor de su luz resplandecía en la cara de Noé. Su amor suscitaba sus lágrimas y sus lamentaciones.
Ad2 recibió su denominación y, desde entonces, ya no había de caer en las mismas infamias.
Por ella se manifestaron las promesas de Hud.
Y Salih4 fue salvado de toda maldad.
Abraham, el amigo íntimo, tomó su sobrenombre; destruyó entonces ídolos y representaciones.
Después rescató a Ismael por orden del Rey de Majestad.
Por ella Lot escaló hasta el grado que ya no puede perderse.
2-
E Isaac se hizo servidor suyo hasta el día del encuentro con su Señor.
Jacob tomó los caminos de su realización.
Y la enfermedad de Job fue curada por ella.
José el verídico siguió su camino de la manera más generosa y recibió por ella un favor perpetuo.
Dulh Kifl5 fue conducido a un grado muy elevado desde el que pudo realizar sus obras, bellas y aceptadas.
Shuayb6 obtuvo también el premio en esta carrera, fue situado por encima de sus dudas y errores.
Moisés se revistió de su manto con penacho y Aarón adquirió elocuencia en respuesta a su llamada.
La gente de la caverna y Al Raquim fueron honrados con ella; recibieron en el reparto la morada de las beatitudes.
El corazón de David quedó colmado por ella. Experimentó dulzura en inclinarse y en prosternarse.
Salomón la recibió en herencia, hombres y genios se le sometieron.
Jonás percibió la verdad en sus principios y se sometió a ella con firmeza.
Zacarías bebió en su fuente de pureza.
Por su fe en ella Juan fue salvado de la tristeza y adquirió una grandeza que lo situó más allá de la prueba, el dolor ya no tenía dominio sobre él.
Por ella Jesús iluminó la obscuridad con una pura luz, por ella fue llamado el Espíritu y el Mesías.
Mahoma obtuvo una brillante victoria, que la plegaria divina y la paz sean con él y los suyos.
Sus compañeros Abu Bakr7 y Omar8 se convirtieron en guardianes de ella.
¡Oh Dios! permítenos seguir sus huellas y concédenos la gracia de ser contados entre los suyos; haz que seamos aptos para recibir estas verdades y que sigamos por ellas los mejores caminos.
“(El os revela que vuestro Dios es un Dios único) y que el que espera el encuentro con su Señor debe realizar buenas acciones y no asociar a nadie en la adoración de su Señor”
(Corán XVII, 110).
Rindamos a Dios por sus dones una gloria perpetua, no hay acción ni poder sino por El, el Muy Alto y Muy Grande.
“Y di: ¡Alabanza a Dios! El no se ha dado hijo
No tiene asociado en la realeza:
No necesita protector
que lo defienda contra la humillación
¡Proclama altamente Su grandeza!”
(XVIII, 111.)
Todo agradecimiento corresponde a Dios que ha distribuido los signos de su generosidad sobre la elite de sus servidores; El los guía hacia la conformidad con Su voluntad, evitándoles (la tristeza) de su alejamiento. Nos ha informado de sus estados, cada uno en el grado que le corresponde, entre ellos aquellos por los cuales ha embellecido a su amigo íntimo -Dios ruegue por él y lo salve-, estados que derivan de la Futuwah. Dios -¡exahado sea!- dijo:
“Hemos oído a un joven (Fata) llamado Abraham hablar de ellos”
(C.XXI,60).
Lo llamó Fata porque abandonó todo a Dios: su persona, su familia, sus bienes y a sus hijos. Dio todo a Aquel a quien todo pertenece. Se apartó del universo y de lo que contiene cuando fue designado con el nombre de la Futuwah.
Así fue como Alá nos informó de los estados de sus santos diciendo:
“… Son jóvenes que creían en su Señor (y los habíamos fortalecido en el camino recto)” (C. XVIII, 13), sin mediación ni pruebas. Creyeron en El por El y fueron entonces favorecidos con una mayor asistencia hasta su llegada a la última proximidad y dijeron:
-”Nuestro Señor es el Señor de los cielos y de la tierra. No invocamos a ninguna divinidad fuera de El”
(XVIII, 14).
3-
Alá los revistió con sus propios atavíos, los tomó bajo su generosa protección, y les facilitó la clave de sus cambios sutiles:
“… y (que) nosotros los volviésemos hacia la derecha y hacia la izquierda…”
(XVIII,18).
Todos los que penetran en el camino de la Futuwah están bajo la benévola mirada de su amistad y de su asistencia. Tú me has preguntado -¡pueda Dios gratificarte con su agrado!- qué es la Futuwah.
-Sabe que ésta es la conformidad con el orden divino, el abandono de toda bajeza, la realización de un comportamiento sublime, de virtudes interiores y exteriores, secretas y públicas.
No hay estado ni momento que no tenga su propia Futuwah: una Futuwah hacia tu Señor, hacia tu Profeta, hacia sus compañeros, hacia los Santos entre nuestros antecesores, hacia tus Shayjs, tus hermanos en Dios, tu familia, tus hijos, tus parientes o los ángeles que dan testimonio de tus acciones.
Voy a darte aquí una breve ilustración sacada de la tradición del Profeta y de la de nuestros antecesores, de sus actitudes y conducta virtuosa, remitiéndome a Dios para eso como para todo; con El es con quien yo cuento, ¡y qué excelente apoyo!
1) De la Futuwah derivan las actitudes de benignidad para con los hermanos (en Dios) y el adelantarse a sus necesidades. Se nos ha referido por Anás Ibn Malik9 -¡Dios esté satisfecho de él!-que el Profeta dijo:
-Dios se obliga a asistir con un servidor, el día de la resurrección, al que se ha comportado con benignidad con un creyente o lo ha ayudado para algo en los asuntos de este mundo, cualquiera que sea su importancia (H1)
2) La Futuwah es también que devuelvas bien por mal y que no tengas en cuenta las malas acciones del prójimo. Se nos ha referido por Abu al Ahwas,10 quien las sabe a su vez por su propio padre, las palabras siguientes:
-Yo he dicho -¡oh Enviado de Dios!-: si encontrándome en la necesidad de pedir ayuda al alguien, éste se negara, ¿podría considerarme yo con el derecho de actuar igual?
El Enviado de Dios respondió: ” ¡No! ” (H2).
3) La Futuwah es dejar de estar al acecho de los defectos del prójimo. Se nos ha referido por Muawiyyah11 -¡Que Dios esté satisfecho de él!- lo que sigue:
-El Enviado de Dios ha dicho: “Aplicándote a resaltar los defectos de los Musulmanes, contribuyes en realidad a hacerlos malos” (H3).
4) También es un acto de Futuwah el ir con total naturalidad a casa de un hermano en Dios que nos es cercano, sin ser, para eso, convidado a ella. Se nos ha referido según Abu Hurayrah12 que éste dijo:
-Abu Bakr y Omar se encontraban un día juntos cuando el Profeta llegó y les preguntó qué los había conducido a aquel lugar.
Ellos respondieron:
-Ha sido el hambre, ¡oh Enviado de Dios!: lo juramos por el que te ha enviado como Profeta verídico.
El Profeta dijo:
-Por el que tiene mi alma entre sus manos, no ha sido otra cosa sino el hambre lo que me ha hecho salir a mí mismo.
Añadió: “íd a la casa de fulano, un hombre de los Ansar”13 (H4)
5) La Futuwah es no criticar el alimento que se nos ofrece. Se nos ha referido que Abu Hurayrah dijo:
-El Profeta nunca criticó un alimento a él presentado. Lo comía si lo deseaba o lo dejaba (H5).
6) La Futuwah consiste en la adopción de una actitud y conducta elevadas a semejanza de las de la gente del Paraíso. Se nos ha referido por mediación de Abul Qasim Ibrahim Ibn Muhammad al Nasrabadhi14 que un día Anás15 -¡Dios esté satisfecho de él!- estaba enfermo. Algunos de sus amigos lo visitaron. Anás dijo entonces a su sirvienta:
-Trae a nuestros amigos aunque no sea más que un trozo de pan. He oído al Enviado de Dios decir: “La excelencia del comportamiento es una cualidad de la gente del Paraíso” (H6).
Mención de algunos rasgos de la excelencia del carácter según la Sunna:
7) Se cuenta de Nafi16 y de Ibn Omar17 -¡Dios esté satisfecho de ellos!- que el Profeta dijo:
-Visitarse los unos a los otros, sin otra finalidad que la de hacerlo por Dios, es un rasgo de la excelencia del carácter, y corresponde al anfitrión ofrecer a su hermano en Dios aquello de que dispone, aunque no sea más que un trago de agua. Si encontrase embarazoso ofrecer lo que tiene a mano, se expondría con ello a la cólera divina (H7).
8) La Futuwah es la intimidad entre hermanos en Dios. Se nos ha referido por Yabir15 que el Profeta dijo:
-El creyente es aquél con el cual se siente un lazo de intimidad. No hay bien alguno en aquél que no se acerca a los demás o no deja a los demás acercarse a él. Los mejores hombres son aquellos de los que pueden obtener beneficio los demás (H8).
9) La Futuwah es generosidad. Se nos ha referido según Aishah19 -¡Dios esté satisfecho de ella!- que el Enviado de Dios dijo:
-El paraíso es la morada de los hombres generosos (H9).
10) La Futuwah es la conservación de las antiguas relaciones amistosas. Se nos ha referido que Aishah -¡Dios esté satisfecho de ella!- oyó decir al Enviado de Dios:
-Dios quiere que se cuiden las amistades antiguas (H10).
4-
11) La Futuwah consiste en tomarse en serio los intereses y los estados de nuestros hermanos en Dios.
Se nos ha referido que Ibn al Abbas20 reprochó la avaricia de Ibn al Zubayr21 diciéndole: “He oído decir al Enviado de Dios:
-El creyente no es el que come hasta saciarse mientras su vecino tiene hambre a su lado” (H11).
12) La Futuwah es un comportamiento cortés cuando se está a la mesa. Se nos ha contado según Abu Hurayrah que el Profeta dijo:
-¡Que nadie siga con la mirada los bocados de su hermano! (H12).
13) La Futuwah es dar pruebas de indulgencia y dulzura hacia los hermanos mientras se trate de cosas cuya ilicitud no esté establecida. Se nos ha referido según Ibn al Abbas que el Profeta dijo:
-El signo más alto de inteligencia después del de la fe en Dios consiste en dar pruebas de flexibilidad hacia el prójimo en todo lo que no sea abandono de la verdad (H13).
14) La Futuwah es ser paciente con los hermanos y actuar de modo que vuestras relaciones sean armoniosas. Se nos ha contado que Abu Said al Judri22 dijo:
-Un hombre había preparado una recepción para el Enviado de Dios y sus compañeros. Cuando se les presentó el alimento uno de ellos no comió, diciendo que ayunaba. El Enviado de Dios dijo entonces:
“Vuestro hermano nos ha invitado, y se ha tomado muchas molestias.” Y después añadió: “Come, y ayuna otro día si quieres” (H14).
15) Otro comportamiento de la Futuwah es ser benévolo con los compañeros, incluso antes de serlo con los parientes. Se nos ha referido, según Alí23 -¡Dios esté satisfecho de él!- que Fátima,24 hija del Enviado de Dios, pidió un día a éste que le buscase un servidor. El Profeta respondió:
-Yo no puedo buscarte un servidor y dejar los estómagos de la “gente del banco”25 contraerse de hambre (H15).
16) La Futuwah es actuar de manera que los hermanos puedan tener acceso a tus bienes como si les perteneciesen a ellos mismos. Se nos ha referido según Ibn al Musayyib26 que el Profeta tenía la costumbre de servirse de los bienes de Abu Bakr como si se tratase de sus propios bienes.
17) La Futuwah consiste en ofrecer manjares y conceder hospitalidad. Se nos ha referido según Uqbah Ibn Amir27 que el Enviado de Dios dijo:
-Es triste la compañía en la que no hay lugar para extraños (H16).
Por mediación del mismo, se nos ha contado que el Enviado de Dios ha dicho:
-No hay bien alguno en un hombre que no concede hospitalidad (H17).
18) La Futuwah consiste en demostrar respeto a los hermanos y adelantarse a sus necesidades.
Se nos ha contado según Wazila28 Ibn al Jatab al Qurashi que un hombre entró en una mezquita cuando el Profeta estaba en ella solo. El Profeta se desplazó para acogerlo. Se le dijo entonces: “¡oh, Enviado de Dios, el lugar es amplio! ” El respondió:
-Pertenece al creyente recibir los derechos que le corresponden (H18).
19) La Futuwah es rectitud en las actitudes y en los estados interiores. Se nos ha referido según Urwah29 -¡Dios esté satisfecho de él!- que Sufyán Ibn Abdullah al Zaqañ30 dijo:
-¡oh, Enviado de Dios!, enséñame en Islam una palabra gracias a la cual yo no necesitase ya interrogar a ningún otro después de ti.
El respondió:
-”Di “creo en Dios” y sé recto” (H19).
20) La Futuwah es limpieza y generosidad de alma. Se nos ha referido según Abu Said al Judri -¡Dios esté satisfecho de él! -que el Enviado de Dios dijo:
-Los santos de mi comunidad no entrarán en el paraíso por sus acciones sino por la gracia de la misericordia divina y la generosidad y la limpieza de su alma (H20).
21) La Futuwah es una actitud de compasión hacia los hermanos y la búsqueda de su consuelo. Se nos ha referido que Abu Said al Judri -¡Dios esté satisfecho de él!- dijo:
-Nos encontrábamos un día viajando con el Enviado de Dios cuando un hombre que dirigía una caravana de su propiedad vino a verlo. Este, para vigilar sus bienes, volvía incesantemente sus ojos a izquierda y a derecha. El Enviado de Dios dijo entonces: “El que tiene una montura de más debería darla al que no tiene y el que tiene alimento de más debería darlo al que carece de él. “Citó después toda una serie de categorías de bienes hasta que comprendimos que no correspondía a ninguno de nosotros tener algo en exceso (H21).
22) La Futuwah es amarse en Dios y visitarse sin otra finalidad que la de hacerlo por Dios. Se nos ha referido según Ubadah Ibn Samit31 que éste. oyó el Hadiz sigúiente en el que, hablando por boca de su Profeta, Dios dijo:
-Mi amor corresponde por derecho a los que se aman, se tratan y se intercambian dádivas en Mí (H22).
23) La Futuwah consiste en amar y tratar a los pobres y abandonados.
Se nos ha referido que Abdu la Ibn Amr32 oyó decir al Profeta:
-A los que Dios ama más es a sus servidores abandonados.
Alguien preguntó:
-¿Quiénes son, oh Enviado de Dios?
El dijo:
-los que no tienen más refugio que su religión. El día del juicio final serán conducidos ante Jesús, hijo de María, ¡la paz sea con él! (H23).
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24) El hombre de Futuwah es el que se cuida del depósito que se le confía y cuya palabra es verídica.
Se nos ha referido, según Abdullah Ibn Anír, que el Profeta dijo:
-Hay cuatro cosas con las cuales importa poco, para el que las posee, no haber tenido ninguna otra en este mundo: proteger con cuidado lo que se os confía, decir la verdad; tener nobleza de carácter y ganarse la vida lícitamente (H24).
25) La Futuwah consiste primero en purificar el alma antes de revestirse con los hábitos de los hombres santos. Se nos ha referido por Hasán33 que se oyó decir al Enviado de Dios:
-No os vistáis con la lana sino cuando vuestros corazones sean puros. Los que se visten con la lana mientras que aún se encuentra en ellos trampa y perfidia, se exponen a la enemistad de Aquel que es el sostén de los Cielos (H25).
26) La Futuwah consiste en ofrecer ágapes y en recibir a los huéspedes de manera agradable y generosa. Se nos ha referido según Abu Hurayrah que el Enviado de Dios dijo:
-Que el que cree en Dios y en el juicio final ofrezca una hospitalidad agradable a su huésped (H26).
27) De la Futuwah deriva igualmente el no comer sino después de que los compañeros han empezado a hacerlo. Se nos ha referido según Jafar Ibn Muhammad,34 que su propio padre -¡Dios esté satisfecho de ellos!- dijo:
-Cuando el Enviado de Dios se encontraba con un grupo de personas, era el último en empezar su comida (H27).
28) La Futuwah consiste en comprender que tu bien verdadero no es el que ahorres, sino que gastes por Dios.
Se nos ha referido que Aishah -¡Dios esté satisfecho de ella!-dijo:
-Se ofreció un cordero al Enviado de Dios, el cual distribuyó su carne. Yo le dije: “¡Ya sólo queda el cuello!”
El Enviado de Dios me respondió entonces: “Nos queda todo salvo, el cuello” (H25).
29) Es un acto de Futuwah el romper el ayuno para participar en la alegría de los hermanos. Se nos ha referido según Ibn Omar -¡Dios .esté satisfecho de él!- que el Enviado de Dios dijo:
-El que visita a su hermano en el Islam y quiere romper el ayuno está en su derecho de hacerlo (H29)
30) La Futuwah es tener un sentido de convivencia y saber hallar gusto en relaciones alegres y amistosas. Se nos ha referido según Husayn Ibn Zayd que éste preguntó un día a Yáfar Ibn Muhammad:
-¡Ojalá pudiera dar la vida por ti! ¿Tenía el Profeta la costumbre de bromear amistosamente con los demás?
El respondió:
-Dios lo proveyó de un carácter de extremada nobleza en la manera misma que tenía de bromear amistosamente con los demás. Dios envió a sus Profetas y había en cada uno de ellos cierta contrición. Después envió a Mahoma, cuyo estado era el de la compasión y la misericordia. Un signo de compasión para los de su comunidad consistía precisamente en el hecho de que les hablaba de manera amable y grata. Hacía eso para que no se alejasen de él por un sentimiento de temor reverencial. Mi padre Muhammad me dijo que su padre Ali había sabido por su padre (Al Husayn)35 que éste había oído decir al Enviado de Dios: “Dios no ama a los que presentan a sus amigos caras tristes y desagradables (H30).
31) La Futuwah consiste, para el servidor de Dios, en no considerarse a si mismo o considerar sus propias acciones como cosas importantes, como tampoco debe pretender recompensa por sus acciones. Yo he oído decir a Muhammad Ibn Abdulláh al Razí36 que se preguntó a Abul al Abbas Ibn Ata37 qué era lo que más atraía la cólera de Dios. El respondió:
-El hecho de tener consideración por el propio yo o por sus acciones y aún más el de esperar compensaciones por las obras que se realizan.
32) La Futuwah es la práctica del arrepentimiento dando sentido a éste por la firme determinación de no recaer uno en sus errores. He oído a Mansur Ibn Abdullah al Harawi referir que Abul Hasán al Muzayyin35 dijo:
-Tres cosas dan testimonio de verdadero arrepentimiento: lamentar los errores pasados, tomar la firme decisión de no recaer en el estado en el que se encontraba uno y tener, para eso, lleno el corazón del temor de Dios. Pues, en efecto, si podemos estar seguros de haber cometido un pecado, no por eso dejamos de estar en la incertidumbre de saber si nuestro arrepentimiento será aceptado o no.
33) La Futuwah es también atraer hacia uno el Amor de Dios haciéndose amar por sus santos. Se me ha referido que Abu Yazid al Bistami,39 respondiendo a la pregunta de un hombre que quería saber por qué obra podía acercarse a Dios, dijo:
-Ama a los que Dios ha amado (Awliya Alá) y procura hacerte amar por ellos, pues Dios mira en el corazón del santo setenta veces cada día y cada noche. Quizá encuentre tu nombre inscrito en el corazón de uno de ellos. Te amará entonces y te cubrirá con Su perdón.
34) La Futuwah es no reprochar sus faltas a los hermanos en Dios. Se me ha referido que Yusuf al Husayn vino a ver a Abu Yazid al Bistami -¡Dios lo tenga en su misericordia!- y le preguntó:
-¿A quién me aconsejas que tome por amigo?
El respondió:
-Al que te visite si estás enfermo y te perdone si obras mal. Después recitó estos versos:
“Si estáis enfermos venimos a veros
Y cuando pecáis rezamos por vuestro perdón.”
35) La Futuwah consiste en seguir trabajando para subvenir a las propias necesidades. A menos de haber realizado efectivamente en sí el estado de confianza absoluta en Dios.
Se me ha referido que Ibrahim al jawwas41 dijo:
-Un sufi debe trabajar para ganarse la vida a menos que se trate de un hombre que ha sido llamado, por una experiencia interior particular, a romper con los medios de adquisición ordinarios de las cosas de esté mundo o a poder dispensarse de ellas. Pero si se trata de alguien que se encuentra necesitado y al que nada impide encargarse de sí mismo personalmente, es entonces para él una prioridad el trabajo y la puesta en práctica de los medios de adquisición más lícitos y más adecuados. Pues el abandono del trabajo sólo puede ser cosa de los que (realmente) se han apartado de las relaciones mundanas, de la búsqueda de la dignidad y de los modos de vida de la gente común.
36) La Futuwah consiste en el fortalecimiento de la relación que nos liga a nuestro Señor. Podemos entonces encontrar en nosotros una determinación de realizar los estados y decoro espirituales que le corresponden propiamente. Se me ha referido que Abu Hamzah42 dijo:
-Si no entrase en el desierto hasta haber previsto cómo alimentarme, me avergonzaría frente a mi Señor. No contar con este alimento para sobrevivir sería, según creo, la expresión real de una verdadera confianza en Dios.
37) La Futuwah consiste en la magnificación del carácter sagrado de las cosas de la religión. Se cuenta de Abdullah Ibn Marwan que, por error, dejó caer una moneda en un pozo sucio. Pagó a unos trabajadores trece dinares para sacarla. Cuando se le pidió la explicación de ello, dijo:
-En esta moneda estaba inscrito el nombre de Dios y la he respetado por eso.
38) La Futuwah es tratar a la gente del mismo modo en que querría ser tratado uno mismo. Se cuenta que el Profeta dijo:
-Desea para la gente lo que desearías para ti mismo, serás entonces un (verdadero) creyente (H31).
Y en otro Hadiz:
-Da a la gente lo que querrías que se te diese a ti mismo (H32).
Vino un hombre a buscar a Ibn Yazdaniya y le dijo:
-¡Aconséjame!
El respondió: -Juzga a los demás como desearías ser juzgado tú mismo.
39) La Futuwah es la emigración hacia Dios con todo el corazón y todo el ser, tal como nos lo refiere Dios mismo -¡exaltado sea!
-Lot, pues, creyó en El y dijo: “Sí, emigro hacia mi Señor; El es el Poderoso, el Sabio” (XX1X/26). Se nos ha referido que Abu Bakr al Tamastani” dijo:
-Aquel de vosotros que es fiel al Libro Santo y a las tradiciones del Profeta (al-Sunnah), que se aparta por sí mismo, constante y sinceramente, del mundo y de los que en él habitan, y emigra hacia Dios con todo su ser y con todo su corazón, habrá alcanzado su fin en Futuwah a menos de anular éste volviendo a un estado ya superado por él.
Añadió:
-El Enviado de Dios dijo: “Cada uno de nosotros no alcanza en verdad como fin sino aquel hacia el cual ha emigrado (tenido intención de emigrar).”.
Muy buen trabajo