La dimensión libertaria del islam

resentación de ‘El islam como anarquismo místico‘, de Abdennur Prado. Barcelona, 16 de febrero del 2011 en el Espai Obert]

Bismil-lâh, as salamu aleykum

Gracias a todos por venir. Tengo a mi lado a dos de las personas que están en el origen de este libro. Una de ellas Toni Serra. El otro Miguel, de la editorial Virus. A ambos quiero agradecer muy especialmente su presencia. Y, como no, a Gerard Horta.

Imagen de la presentación: Abu Ali (Toni Serra), Gerard Horta, Abdennur Prado y Miguel (editorial Virus)

¿Por qué este libro, por qué desarrollar esta comparación entre islam y anarquismo, que a muchos, de entrada, se les antoja inverosímil? ¿Y porqué precisamente en este momento? Este ensayo responde a la necesidad interna de conciliar dos pasiones, clarificar hasta que punto uno puede ser al mismo tiempo musulmán y anarquista. Responde a un proceso personal, pero también a la necesidad (interna al islam) de recuperar la dimensión más libertaria de nuestra tradición. Pues resulta cada vez más evidente que la mayoría de los discursos islámicos vigentes están a años luz de su espíritu iniciático y revolucionario, y responden más a la necesidad de mantener las costumbres heredadas.

Están a años luz la mayoría de las instituciones que se presentan como guardines de la tradición, los grandes mufties, los consejos de ulemas al servicio del poder, los ministerios de asuntos religiosos, encargados de velar por la pureza doctrinal de las masas musulmanas. Es decir, por la supremacía de una visión reaccionaria del islam, pietista y alienante, que no cuestione el status quo.

Esta a años luz el salafismo, con su mediocre, anacrónica y alienante idolatría del pasado, su obsesión con la pureza doctrinal y ritual, su obsesión con lo haram y lo halal, con su rechazo malsano de la innovación, de la creatividad.

Esta a años luz ese «islam moderado», «liberal» o «progresista» que los poderes de occidente tratan de promocionar, aparentemente como antídoto del fundamentalismo, pero en realidad como un medio de desactivar las potencialidades revolucionarias del islam, de modo que no interfiera en sus planes de dominio planetario y de expansión del capital.

Y también está a años luz ese sufismo edulcorado, sin anclaje en su entorno social más inmediato, que se pasa el día cantando hermosas letanías, alabando a Al-lâh y proclamando lo infinito de Su amor y bla bla bla.

Pero no seamos crueles, no tenemos derecho. Todas las manifestaciones del islam responden a necesidades colectivas y a anhelos personales. Todas ellas son parte del islam contemporáneo, nos guste o no. Pues lo que aquí vengo a proponer no es una nueva visión de cual es el «islam correcto», de lo que debemos pensar o creer los musulmanes, pues eso sería caer en una visión esencialista y en cierto sentido autoritaria.

Al escribir este ensayo, lo único que he pretendido es el recuperar una dimensión fundamental al islam que sentimos desaparecida de la escena, aún siendo la que más necesitamos. Pues, si atendemos a la biografía y a las palabras del Profeta, pocos pueden poner en duda que Muhámmad fue un auténtico revolucionario, que lanzó un mensaje igualitario, en nombre de los oprimidos, en contra de las oligarquías de su tiempo. Un mensaje plenamente vigente, en el cual la liberación colectiva es inseparable de la liberación individual, de la superación del egoísmo y el trabajo de pulimento del ego, para que pueda reflejar las más nobles cualidades. Un mensaje de retorno a nuestra naturaleza más profunda, a recuperar la pureza del bebé en un estado avanzado de conciencia. Un estado que pasa por la entrega incondicional a Al-lâh, la Realidad única de la cual todos partimos y hacia la cual todos nos dirigimos, y por la cual somos convocados a vivir en armonía con el resto de la Creación, como seres conscientes de nuestra precariedad esencial de criaturas, que reconocen con agradecimiento la deuda de la vida.

Para recuperar esta dimensión libertaria del islam, creo que resulta sumamente ilustrativa la comparación entre el islam y el anarquismo. Teniendo siempre claro que una comparación no es una equivalencia. No se trata de establecer una identidad forzada, sino de poner sobre la mesa una serie de elementos comunes entre islam y anarquismo, cuya cercanía se hace evidente una vez enunciados. Esta comparación le sirve para indagar tanto en la naturaleza del islam, como tradición revelada, como en la naturaleza del anarquismo, como ideario político o contrapolítico sustentado en una ética y en una visión positiva del ser humano y de las relaciones naturales, que incluye normas relacionadas con la economía, tendentes a lograr una sociedad justa.

¿En que consiste pues esta comparación? No puedo resumir el libro, pero sí quisiera destacar algunos puntos.

En primer lugar, un hecho central al islam y al anarquismo, como es el rechazo de la tiranía y del autoritarismo, y una conciencia radical de la libertad humana. El anarquista lo expresa de modo negativo: ausencia de gobierno:

“no reconozco como soberanos a esos poderes mundanos que actúan movidos por sus intereses personales y sus ansias de dominio, creo que podemos pasarnos muy bien sin dichas estructuras de poder”.

El musulmán lo expresa de otro modo: no hay poder salvo en Al-lâh:

“no reconozco a otro soberano excepto a Al-lâh, Creador de los cielos y la tierra, Fuerza matriz de todo lo existente, que no cesa de crear, que no puede ser representado y esta más allá de todo aquellos que los seres humanos le atribuyen”.

Pues esto es lo que significa ser musulmán: someterse a la Realidad única, entregarse a la fuerza que esta en la raíz de la existencia, y no aceptar como absolutas ninguna de sus manifestaciones. El anarquista tiene problemas con la palabra clave del islam, sometimiento, entrega. Lo que no comprende es que, al afirmar que no se somete a nada más que a Al-lâh, el musulmán esta proclamando su insumisión ante los poderes de este mundo, su no sometimiento a nada creado.

El segundo punto que quisiera mencionar resulta sorprendente: la comparación entre la crítica de la religión instituida que encontramos en el Corán y aquella trazada por algunos autores anarquistas. Todos los personajes negativos que aparecen en el Corán son gente religiosa: el Faraón, los magos, los hipócritas, los asociadores… El islam nace como respuesta a la institucionalización reaccionaria de la religión, al servicio del status quo. En este sentido, y por muy paradójico que pueda parecer, el Corán está más cerca de la crítica anarquista de las instituciones religiosas que de muchas instituciones llamadas musulmanas. La negación que hacen muchos ateos de la religión es en realidad negación de esta religiosidad al servicio del poder que caracteriza la historia de occidente. Corresponde a la primera parte de la shahadala ilaha, no hay dios. Como dijo un musulmán andaluz, un ateo es alguien que ha empezado a decir la shahada, pero le falta completarla: illa Al-lâh, salvo Al-lâh, la Realidad única, que no puede ser abarcada, que esta más allá de toda representación.

El tercer aspecto clave hace referencia a la ética económica. En este punto, podemos hablar de una auténtica conciencia social por parte de Muhámmad. De forma más precisa, de la conciencia de que es necesario regular las actividades económicas, evitar los monopolios, la usura y la especulación, la acumulación de riquezas en unas pocas manos. Al mismo tiempo, pone en primer plano la dignidad del trabajo y de los trabajadores, la hermandad que debe presidir las relaciones sociales.

Ligados a esta ética económica y a esta conciencia social, existen otros muchos aspectos que se pueden fácilmente comparar con el anarquismo, como son el igualitarismo, la solidaridad y la ayuda mutua como bases de la sociedad, la toma de decisiones en asamblea, el amor a lo simple y lo espontáneo, la dimensión ecológica, la desconfianza hacia las pretensiones del saber humano, la desconfianza ante los sistemas complejos… y el yihad, ese espíritu de combate que tanto desasosiego causa a los poderes de este mundo.

Son muchos elementos de encuentro, más de los que podíamos imaginar a simple vista, que he tratado de desarrollar en este ensayo, de forma directa y apasionada, sin demasiado espacio para las elucubraciones. Muchos elementos en común, que justifican la presentación del islam como una forma de anarquismo espiritual o místico.

Pero Al-lâh sabe más.

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13 Responses to La dimensión libertaria del islam

  1. Ernesto dice:

    Recomiendo el libro, sin dudarlo.
    Cuanto más lee uno sobre el Corán, más evidente es que fue realmente revolucionario, y mucho más actual de lo que muchos puedan imaginar.
    Y si esto lo relacionas con el pensamiento y la teoría de Olagüe, todo cuadra.
    Realmente REVOLUCIONARIO.

  2. ITO dice:

    Con el mas absoluto respeto por toda idea o pensamiento,no tengo palabras para expresar tantas relexiones panolis-pijas-delirantes como las que acabo de leer.
    Durruti,Garcia Oliver o cualquier otr@ os darian un par de collejas bien dadas.
    Demasiadas alforjas para que acabeis en ese esperpentico viaje.
    Mas que dimension libertaria,parece que el tripi que nos tomamos en el 77, a vosotros os ha vuelto ahora a otra «dimension» mas que perdida.

    Anda,porfa,chicos,volved a la realidad, y decid conmigo¨NI DIOS ,NI ALA,NI YAVHE,NI LAS REENCARNACIONES,NI LA ENERGIA SUPREMA EXISTE.
    LA UNICA IGLESIA,MEZQUITA,TENPLO O SINAGOGA QUE ILUMINA,ES LA QUE ARDE.

    Sobre dar argumentos,hoy no me apetece,otro dia.
    SALUD

    • abdennurprado dice:

      Gracias por el comentario, una buena muestra de como algunos se quedaron colgados en el siglo pasado!

      Argumentos, ¿para qué? El recurso al pensamiento de los «antepasados venerables» (las auctoritas de la escolástica anarquista) esmás que suficiente.

      Pensar por uno mismo, ¿para qué? Puede desestabilizar los dogmas heredados.

      Salud!

  3. Ernesto dice:

    Que escasez de miras, ITO, frases hechas y dogmas de fe, eso no es anarquismo.
    Anarquismo no es taparte la cara con un pañuelo y quemar iglesias.
    Ya tienes dogmas de fe, y veo que también tienes ídolos, menudo ácrata.

  4. José Manuel dice:

    Acabo de leer el artículo de Abdennur sobre su libro. Con el respeto que me merece él y el Islam ( no soy creyente) observo una contradicción entre el Islam «anarquista» y el anarquismo ( hubo un época en que milité en el mismo, vía CNT) del que leí bastante,otra cosa es que lo haya entendido; la contradicción es que el Islam «anarquista» se «somete» a Alá, por tanto a Dios y el anarquismo no se somete a ninguna religión.
    Un saludo. José Manuel

    • Ernesto dice:

      Eso ya lo indica en el mismo artículo, ya sabemos que el anarquismo no se somete a ningún Dios, es de perogrullo, tan dificil es entender lo que quiere decir con este libro? Cito:
      «Teniendo siempre claro que una comparación no es una equivalencia. No se trata de establecer una identidad forzada, sino de poner sobre la mesa una serie de elementos comunes entre islam y anarquismo…»
      No está bastante claro?
      El anarquismo es ante todo Humanismo, aunque Ito no entienda esto, y como tal tiene elementos comunes con el Islam.
      Joder, es que hay que matizarlo todo 20 veces.

      • Anarcomusulman dice:

        Siempre se olvidan de que apesar de que mucohs anarquistas son ateos hay muchos otros que eran religiosos, como el movimiento protestante en los paises bajos el cual puso las bases del anarquismo alli o gente como Edouard Anseele, Jaque Ellule o el propio Leon Tolstoi que eran claramente religiosos y anarquistas, lo que les escapa a los anarquistas ateos aveces esque aparte de seguir sus dogmas y propia idolatria a los antepasados se olvidan de que el anarquismo se centra en la tierra, en la sociedad siendo una filosofia politica y que todos tienen en comun la lucha contra el autoritarismo o acaso querer imponer el ateismo no esta encontra de esos principios? Hay que ver las cosas por como son no todos los anarquistas son ateos y no es fundamental en el anarquismo que una sociedad anarquista sea atea. si cuando vemos el anarquismo historico (anterior a proudhon) tenemos ejemplos de textos religiosos y anarquistas como el tao te king.

        http://www.alasbarricadas.org/ateneovirtual/index.php?title=A.3.7_%C2%BFHay_anarquistas_religiosos?&redirect=no

    • abdennurprado dice:

      saludos, José Manuel.

      Quien se somete a Al-lâh no se somete a ninguna religión.

  5. Ernesto dice:

    Cambiando de tema:
    «El presidente israelí (el criminal contra la humanidad Simon Peres) alienta la oleada de revueltas árabes» http://www.elpais.com/articulo/espana/Peres/pronostica/Madrid/caida/Gadafi/Ahmadineyad/elpepiesp/20110222elpepinac_12/Tes
    Puede que por poner esto se me tilde de racista.

  6. ITO dice:

    Dios,ala,las religiones y los mundos espirituales son fantasias delirantes que se heredan de generacion en generacion hasta convertirse en una brutal imposicion mental y emocional.
    Estas fantasias fueron imaginadas por nuestros antepasados para explicar aquello que no podian entender o como mecanismo de defensa ante los atavicos miedos.
    Nacemos en un lugar donde una determinada fantasia esta,se difunde,es un magma.Nuestros padres nos la introducen, y el entorno nos bombardea sistematicamente en cada una de las situaciones cotidianas de nuestras vidas.
    Lo que intento con mis argumentos,con mi incendiaria provocacion,con mi ternura,con mis miserias personales,con mi solidaridad hacia los demas,con mi alegria, es desactivar todo lo que pueda el pensamiento unico creyente,para que dentro de 1000 años no existan las religiones,y se cabe con el inmenso atraso y dolor fisico,mental,emocional,sexual,que esas fantasias han creado en la naturaleza humana.
    SALUD

  7. […] ocultar las diferencias entre la religión islámica y la tradición libertaria, Abdennur Prado nos muestra que en aspectos como el antiestatismo, la justicia social o el apoyo mutuo, los textos del profeta […]

  8. inés pazos dice:

    Muchas gracias por poner el libro a disposición. Lo he leído en un día. Me gustó mucho la manera de vincular el Islam como un enfoque que nos libera de toda autoridad humana al anarquismo, que desconfía de lo mismo. Me parece muy interesante la manera de buscar la libertad en el espíritu del Islam, y muy reconfortante ante aquellas visiones que por el contrario (y equivocadamente claro), asumen el Islam como un mecanismo de opresión. Felicito al Sr. Abdennur Prado y seguiré sus escritos en webislam o en su blog. (Dado que mi fuente de acceso a la informacion es básicamente Internet). Saludos cordiales. M. Inés Pazos
    PS: Una pregunta: ¿hay alguna diferencia conceptual entre «tradición liberal» y «tradición libertaria»? Yo asociaba libertarianismo con liberalismo conservador y el liberalismo sería más general e incluiría el igualitarismo, pero puede que mi clasificación esté equivocada. Gracias otra vez.

    • Omar Iriarte dice:

      La diferencia conceptual entre «tradición liberal» y «tradición libertaria» es clave y fundamental. La liberal es una tradición burguesa que impera en el mundo occidental y que antepone las libertades individuales, entre ellas el derecho a la propiedad ilimitada, a la dimensión comunitaria, que niega y sojuzga. Es la tradición que afirma que dos personas son iguales si ambas tienen derecho al voto, aunque una viva en una mansión y la otra duerma sobre cartones.

      La tradición libertaria, en cambio, es una corriente obrera, nacida en el seno de la clase trabajadora, que aboga por la eliminación de las instituciones jerárquicas que ha construido el ser humano, se manifiesta en contra de la propiedad privada y el Estado, y aboga por la libre unión entre individuos como base para la creación de comunidades humanas donde la autogestión, el apoyo mutuo y el asamblearismo sean las herramientas colectivas de liberación y de vida.

      Entre sus principales teóricos se hallan Mijail Bakunin, Piotr Kropotkin o Errico Malatesta.

      Como aportación al debate añado que no veo contradicciones graves, si quizá elementos concretos, entre una ideología política anarquista y un modo de vida islámico, siempre que este Islam esté libre de la tendencia reaccionaria que ahora predomina en ciertos sectores.

      Salud, As-salamu ‘ aleikum.

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