El islam ante el fanatismo

Este texto, escrito al hilo de la actualidad, no pretende ser sino un pequeño manual de desvelar fanáticos. Ha sido realizado desde la convicción de que no hay nada más opuesto al fanatismo que el islam. Si se es musulmán, no se puede ser fanático. Si se es fanático, no se puede ser musulmán… o, en cualquier caso, podríamos hablar de un musulmán sociológico, que no ha comprendido nada. Y eso simplemente porque todas y cada una de las características del fanático son combatidas por el mensaje del Corán y la Sunna de nuestro amado Profeta Muhámmad (paz y bendiciones), el cual definió a la comunidad musulmana como una “comunidad equilibrada”, y nos previno sobre cometer cualquier tipo de excesos en la religión.

El Mensajero de Al-lâh era consciente de que el fanatismo era un peligro para el islam, y así lo dejo dicho: “Os prevengo contra el extremismo en la religión, pues aquellos que vinieron antes de vosotros fueron destruidos a causa de su extremismo religioso”.

El Profeta Muhámmad (paz y bendiciones) rechazó el ascetismo extremo y criticó duramente a aquellos que descuidaban los aspectos exteriores (saborear la comida, el placer sexual, el vestir bien, acicalarse…) por un falso celo religioso. A Muhámmad no le gustaba la gente demasiado estricta, ni aquellos que se pasaban el día rezando en la mezquita. Para él, son mejores musulmanes los que cumplen de forma moderada con sus obligaciones religiosas, pero atienden también a sus familias y se preocupan por sus conciudadanos.

No podemos olvidar el famoso versículo coránico: “No cabe coacción en la senda (del islam)” (2:256). Ni las palabras del Mensajero de Al-lâh:“¡Perezcan los fanáticos (extremistas)!”

Por todo esto, la lucha contra el fanatismo ha sido desde sus orígenes una de las razones de ser de Webislam. Esto implica la plena aceptación del pluralismo religioso, la aceptación de que una persona logrará la salvación por lo que contiene su corazón y no por su pertenencia a una determinada religión o doctrina, la aceptación de las divergencias dentro del islam, la capacidad de relativizar las propias opiniones, y la conciencia de que Al-lâh es el Único poseedor de la Verdad. En líneas generales, hablamos del rechazo de todos aquellos discursos dogmáticos, sectarios, exclusivistas…

Por desgracia, muchos musulmanes han dado la espalda a estas y otras enseñanzas, y han reducido el islam a una identidad o a una ideología enfrentada con otras identidades e ideologías, transformando en un fin lo que no es sino un medio para nuestra liberación personal y colectiva. Merece pues la pena que nos preocupemos de detectar y rechazar toda forma de fanatismo en y entre nosotros. A un fanático se le puede distinguir por las siguientes características:

1. Está convencido de que su creencia o religión es el único camino válido de salvación (narcisismo religioso). Discurso tipo: “El Corán nos dice que Muhámmad fue enviado a toda la humanidad, y por tanto todos los que no obedecen los mandatos del Corán están rechazando a Dios y están condenados al infierno”.

2. Es maniqueo y carente de espíritu crítico: se complace en resaltar los defectos de las demás (religiones, grupos o escuelas de pensamiento), y oponerlos a las virtudes de la propia. Asimetría entre lo concreto y lo abstracto, entre la miserable realidad del otro y nuestro ideal esplendoroso: los cristianos han corrompido sus textos sagrados, pero el Corán se ha mantenido impoluto, preservado por Al-lâh. Discurso tipo: “los cristianos se han desviado: mirad la corrupción de la sociedad occidental. Los judíos son muy malos: mirad lo que están haciendo con los palestinos… ¡Pero el islam es una religión muy hermosa!”.

3. Es incapaz de relativizar sus propias opiniones: afirme lo que afirme, nos dirá que no son sus opiniones personales, sino que él es un mero portavoz de Dios. Y, por supuesto, es incapaz de reconocer que todo su discurso está culturalmente connotado, pues eso significaría reconocer sus limitaciones como criatura. Discurso tipo: “todo lo que yo os digo se apoya en el Corán y en la Sunna. No hay nada personal. Puedo dar el dalil (la evidencia) sobre la que se apoya todo cuanto digo”.

4. Considera el islam como un fin en si mismo, y no como un camino hacia Al-lâh (idolatría de los medios). Insistirá en “el triunfo del islam” y creará una frontera mental e ideológica entre el islam y otras vías o cosmovisiones sagradas.

5. Considera que el grupo al cual pertenece (tariqa, asociación, partido…)es superior al resto, y que esta en posesión de la Verdad. Discurso tipo:“Entrar en mi grupo es un plus respecto a la vía de los musulmanes ordinarios. Quien pertenezca a mi grupo alcanzará un lugar más elevado ante Dios que los simples musulmanes”.

Por su propia naturaleza, este escrito no podría caer en una fácil fractura entre fanáticos y no-fanáticos. Así pues, reconozcamos de entrada que todos somos un poco fanáticos. Reconozcamos incluso que el fanatismo es en cierto modo consustancial al ser humano. Primero, porque (si somos sinceros) reconoceremos que pensamos que nuestras ideas son mejores que las de los demás… en caso contrario, no serían nuestras ideas. Los humanos tenemos la tendencia a ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro. Y segundo, porque tenemos la tendencia a considerar nuestra cultura como la normal o normativa.

Dicen los psicólogos que el fanático en el fondo lo que busca es seguridad, frente a un mundo complejo que no puede dominar. También dicen que el fanatismo constituye un ahorro de energía psíquica. El fanático no gasta energías en recabar datos y analizar las distintas posibilidades, estudiar puntos de vista contrapuestos, calcular los factores que pueden intervenir, calcular las posibilidades de éxito/fracaso… Todos estos procesos psíquicos comportan la suspensión de la decisión o el juicio, nos mantienen en un estado de incertidumbre que puede resultar costoso: dudas, miedo a equivocarse, desconfianza ante las propias capacidades…

Este ahorro de energía psíquica es lo que le da al fanático esa apariencia de certeza interior, de claridad, de fortaleza, de coherencia. Si el fanático es una persona inteligente y con carisma, los resultados pueden ser devastadores. El escéptico aparece ante él como un ser débil y dubitativo, enredado en sus contradicciones y, en última instancia, incapaz de una acción contundente y decidida. El escéptico pierde mucho tiempo contraponiendo pros y contras, dudando de si mismo, escuchando argumentos contrapuestos, poniendo entre paréntesis sus propias convicciones. El fanático es un guerrero, sólido como una roca. Lo sabe todo, tiene la respuesta precisa para todas las dudas que puedan generarse, y tiene la certeza de que dicha respuesta le viene dictada por Dios. El escéptico hace remolinos, como el agua, cambia de dirección, como el viento. Es ligero, capaz de proclamar sus convicciones del modo más ardiente… y reírse de ellas al cabo de un instante.

En los países de población musulmana, creo que el fanatismo religioso es una forma de compensar la herida de la colonización y del supremacismo occidental. Según Alfred Adler, el fanatismo es una compensación de un sentimiento de inferioridad que niega la razón al otro. Por el mismo motivo, la convicción de la mayoría de los occidentales en la su superioridad cultural es una forma de fanatismo, de la que se derivan más guerras y opresiones que de cualquier fanatismo religioso.

El islam nos ha dado las armas necesarias para combatir al fanatismo. Algunas de ellas las compartimos con el pensamiento crítico-ilustrado, otras son de naturaleza espiritual. Creo que estas últimas son las definitivas, y que las primeras son insuficientes por su naturaleza.

Estas armas son, principalmente:

– El espíritu crítico: la obligación de comprender por nosotros mismos los mandatos divinos mediante el intelecto. El Corán insiste una y otra vez: esta es una revelación para aquellos que usan su intelecto.

– La plena aceptación del pluralismo religioso. El Corán nos enseña que Dios ha enviado profetas a todos los pueblos, que todas las religiones reveladas son vías de salvación legítimas, nos conmina a los musulmanes a creer en todos los libros revelados, y a no hacer distinción entre los Mensajeros de Al-lâh.

– La ausencia de jerarquías religiosas y de un magisterio dogmático al que todos los musulmanes deban obediencia. Dijo el Mensajero de Al-lâh: “las diferencias de opinión son una rahma (misericordia) de Al-lâh para mi comunidad”.

– Relativismo: la conciencia de que somos criaturas creadas y acabables y que por tanto nuestro saber es inevitablemente limitado: solo Al-lâh sabe. Por tanto, la conciencia de que todo el saber que puede atesorar un ser humano es relativo (está condicionado por factores culturales, personales, epocales, etc.).

– El rechazo de la tiranía, asociada en el Corán a la idolatría: cualquiera que pretende ejercer un poder absoluto en nombre de Dios es un idólatra y un enemigo de Al-lâh.

– La práctica de la shura (toma de decisiones en concertación) y la búsqueda del consenso, lo cual implica la aceptación de la pluralidad de visiones dentro de una comunidad, pero también la predisposición de modificar nuestra opinión en función del beneficio común y de la preservación de la armonía dentro de la comunidad.

– La humildad. Dijo el Mensajero de Al-lâh: “Cada Vía tiene un carácter innato. El carácter innato del islam es la humildad”. Esta humildad es conciencia de que nuestro saber es limitado, y es lo que nos impulsa hacia el consenso, hacia aquello que construye comunidades. Es un impulso a abandonar el fanatismo y el sectarismo, y a encontrarnos con nuestros semejantes como iguales y hermanos ante Al-lâh.

– Por encima de todos estos instrumentos, aquello que nos permite destruir cualquier resto de fanatismo de nuestros corazones es realizar la experiencia del tauhid: la unicidad de todo lo creado. Aquel que ha realizado la unión verá a todas las criaturas como hermanas por su origen en Al-lâh, tomará conciencia de la identidad ontológica de lo blanco con lo negro, de lo alto con lo bajo, entre oriente y occidente, dejará de vivir en un mundo de polaridades y verá como se desmoronan ante él los velos de las religiones, de las ideologías, de las doctrinas y los dogmas. Habrá desterrado de su ser cualquier resto de idolatría hacia las formas y los medios, y verá la rahma de Al-lâh manifestándose en todo lo creado, insha Al-lâh. La realización espiritual que nos propone el islam (como otras grandes tradiciones) es el método más eficaz para desarticular el fanatismo.

Wa Al-lâhu alim
Pero solo Al-lâh sabe

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10 Responses to El islam ante el fanatismo

  1. Bilal Gutierrez dice:

    La tagaddab. Gaddabu chaytan

  2. Yamal dice:

    As Salam alaikum, mi más sincera felicitación, me ha perecido un gran artículo, buena aportación para comprender/se y reflexionar/se.
    Hago, no obstante, varias matizaciones. La primera sobre el término escéptico, pues no lo considero el contrapunto acertado a fanático. Lo busco en el diccionario y leo «que duda o no cree en ciertas cosas», «que duda de la existencia de la verdad»; sinónimos: derrotista, descreido.
    Más que nada por recurrir a otros más positivos, constructivos y saludables: gracias a Dios hay creyentes sinceros, buscadores, equitativos, ponderados, por ejemplo. No tiene mayor importancia, son palabras. A lo que voy es que desde el escepticismo y la duda generalizada es fácil caer en el relativismo enfermizo: Por supuesto el ser humano es relativo y limitado en sus capacidades, lo que no puede es relativizar incluso Lo absoluto, mezclando con imprudencia y temeraria ignorancia opiniones personales y palabra revelada o citas y hechos de profetas y santos. Debemos empezar por asumir y ser conscientes de nuestras propias limitaciones, esas las primeras.

    Otra cuestión que quisiera reseñar. Vuelvo a hacer hincapié en que el evitar el fanatismo no nos ha de llevar a la relativización de todo. En efecto, el Corán ha sido preservado, y de su magnificencia e inabarcable sabiduría nos han hablado los más grandes santos, además de los numerosos dichos del Profeta. Hay una diferencia clara y no creo que sea fanatismo: Esto es como los programas informáticos (salvando las distancias), en lo referente al mensaje divino el Islam es la última versión, más operativa, más rápida, con la consiguiente subsanación de errores de las versiones anteriores. Y ya no va a haber ninguna más. Por supuesto, esto no quiere decir que en manos de un patán, ni la mejor herramienta del mundo funciona, de hecho, puede incluso ser más peligrosa que otras menos efectivas. Un cristiano sincero puede acercarse a Allah mucho más que un musulmán extremista, distraido o hipócrita, no hay garantias por hacer la shahada o ser bautizado o rezar de una u otra forma. Y claro, el Corán, intocado en su esencia (no así evangelios y Torá, que para mi son también palabra divina, no son algo ajeno, pero reconociendo que han sido muy corrompidos; no sabemos cuanta documentación incómoda está secuestrada por el vaticano y cuanta se ha hecho desaparecer; o no es asi?), sin embargo, no ha evitado otro tipo de infiltración e intoxicación en el Islam: la puerta de entrada ha sido la umma, es decir, los interpretadores fanáticos(perfectamente explicado en el artículo) que no alcanzan a entender con su corazón una revelación divina que, entre otras formas, se protege de la debilidad humana mediante un lengüaje que no es aprehensible sólo por el intelecto sino que toca el corazón y cada uno de los centros energéticos del ser humano (son letras con vibraciones curativas y transformadoras, como también el sanscrito, así se han utilizado historicamente y hasta nuestros días por sabios y místicos, de hecho la experiencia es increible y hasta milagrosa, se produce el efecto sin que la mente pueda analizar o entender nada; quizá, justo por eso, sin interpretación personal, surge la comprensión).

    Solo una cita que parece bastante directa y evidente en su significación, y que Allah me perdone si me confundo:
    “Y cuando se les dice: «No sembréis la corrupción en la tierra,» contestan: «¡Sólo estamos mejorando las cosas!» ¡En verdad, ellos son los corruptores ‑pero no se dan cuenta! (Qur’an 2:11)

    Y, por último, pluralidad si; busqueda de consenso, ya no lo tengo tan claro, según en que circunstancias. Hoy en día se intenta buscar el consenso en clase, entre profesores y alumnos, en la casa entre padres e hijos, bien está, pero con cautela y límites, porque no todos están capacitados para dirigir la lección, la organización familiar o asumir las responsabilidades de dichos cargos. Querríamos nosotros buscar el consenso con Ibn Arabi u otros Sheikhs de la actualidad?, mejor escuchamos y obedecemos («Sami’ana wa atana» nos dice el Corán, escuchad y odedeced; a quien? a los profetas y a sus herederos, los awliyas, entiendo yo. La humildad, antes de llevar al consenso, exige sometimiento, obediencia y eso si que le cuesta a nuestro ego. Si bien, es el corazón el que guía con certeza hacia maestros o autoridades de confianza, hay muchos ulemas que solo hace falta oirles un rato para sentirse desencantado y darse la vuelta. Y en esta existencia, nos ayuda el intelecto, nos ayuda el cuerpo físico, o nos confunden, de tan relativos que son, a menos que se sometan al corazón, centro del espíritu, contenedor de la semilla divina, conexión con Lo Absoluto, sólo el corazón del creyente contiene la inabarcabilidad divina, no?

    En el fondo, nos unen más cosas que nos separan, asi pasa con los buscadores sinceros. Estoy seguro y por eso podemos intercambiar posturas y fortalecer nuestra fe en la pluralidad.
    Te agradezco el blog, el foro, la invitación al debate y la generosidad. A todos nos sirve, si sabemos aprovecharlo.
    Un abrazo Abdennur.

    • abdennurprado dice:

      Wa aleykum salam, gracias por el comentario

      Sí, tienes razón con lo de «escéptico». Al principio había escrito «no-fanático», pero lo cambié, no pensando en ofrecer una contrapartida positiva, sino para contrastar dos actitudes.

      Ciertamente, Al-lâh no es relativo, ni lo es Su Palabra, ni la Sunna del Mensajero de Al-lâh. Lo que es relativo es nuestra percepción de Al-lâh y nuestra comprensión de Su Palabra. Eso no quiere decir que no podamos alcanzar ciertas certezas, que se derivan de la experiencia espiritual. Pero por mucho que alcancemos y abarquemos, Al-lâh es más grande! En realidad, se trata de la conciencia de nuestra pequeñez y de nuestra precariedad de criaturas. El verdadero sabio sabe que solo Al-lâh sabe, y no solo lo dice, como yo!

      Sobre los maestros… Creo que el Sheij tradicional y el sufismo tradicional pertenecen a su tiempo. Las altas cotas que alcanzaron solo son posibles en un marco tradicional. A mi me basta con intentar ser un musulmán mediocre. De hecho, ya me parece pretencioso el considerarme musulmán. En todo caso, se trata de un auténtico milagro que hayamos llegado al islam en medio de la sociedad del espectáculo. Por eso no me hago demasiadas ilusiones sobre el sufismo en occidente. Creo que lo que hoy en día parece una muestra de alta espiritualidad es el estadio que tenían antes los musulmanes más «normales».

      Un abrazo, Yamal

  3. Ernesto dice:

    “Os prevengo contra el extremismo en la religión, pues aquellos que vinieron antes de vosotros fueron destruidos a causa de su extremismo religioso”.
    Hazme el favor, Abdennur, dime en que parte del Corán aparece esto.
    Muy bueno el artículo.
    Un saludo de Ernesto, uno que no es musulmán.
    Lo digo porque hay mucho susceptible que saca conclusiones precipitadas sobre mi condición religiosa.

  4. Samuel dice:

    Estimado Abdenur:

    Hemos oido que Vds representan un islam democrático y respetuoso con los derechos humanos, aunque también hemos oido que junta islámica está financiada por Gadafi…¿que tiene que decir al respecto?¿es eso cierto?¿Como se financian Vds?
    Gracias y disculpe las molestias.
    saludos

    • abdennurprado dice:

      No, por Dios, Junta Islámica no esta financiada por Gadafi! Ha habido una relación de años con la Sociedad Mundial del dawa al-Islamiyya, con sede en Tripoli.

      Nosotros no tenemos apenas financiación, salvo en proyectos concretos. Básicamente a fuerza de trabajo voluntario y pequeñas aportaciones. En este momento, solo hay dos personas en webislam asalariadas. Si te interesa este tema, puedes preguntar directamente a junta islámica. Dejemos este blog para el debate de ideas.

      Saludos

  5. Miguel dice:

    Hola Abdennur, creo que cada epoca tuvo sus momentos de barbaries, y en estos tiempos, salvo en paises ATRASADOS en cultura y progreso, se pueden dar los GENOCIDIOS, este fanatismo. Y si se llevan a cabo, son amaparados por los paises imperialistas.

    En España, los cristianos tenemos el valle de los caidos que para algunos es fanatismo conservarlo, pero este monumento pertenece al LEJANO pasado que muchos no quieren olvidar a pesar de haber salido una ley que se llamó de la memoria historica.

    Lo que si se da en estos tiempos es la esclavitud consentida, en eso si que nos hemos atrasado.

    Muy atentamente,
    miguel.

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