La islamofobia es la judeofobia del siglo XXI

El resultado del referéndum suizo en contra de los minaretes no es una sorpresa. Desde hace años la demonización de los musulmanes está en el centro de la escena, se expresa abiertamente a través de los medios de comunicación. Estoy seguro de que un referéndum similar en España daría un resultado mucho más amplio en contra de los minaretes. Y lo mismo si se votase en contra de la construcción de mezquitas o sobre la prohibición del velo. No en vano, una encuesta del Pew Center del año 2008 sitúa a España como el país más islamófobo de Europa.

El término islamofobia se refiere a la hostilidad y la aversión hacia el islam y los musulmanes, considerados como un grupo homogéneo y cerrado en torno a valores arcaicos, cuyas características negativas los hace peligrosos: una amenaza para la seguridad y para la cultura dominante. Esta hostilidad se manifiesta en forma de discriminaciones, prejuicios y agresiones. Los informes de la OUNU, de la OSCE y de la UE demuestran que estas discriminaciones son reales en terrenos como el acceso a la vivienda o a un puesto de trabajo, pero también en las dificultades para abrir mezquitas o ejercer con normalidad sus derechos religiosos. Además, han catalogado centenares de ataques islamófobos, agresiones, incendios de mezquitas, profanaciones de cementerios… incluso asesinatos. Todo esto está sucediendo en estos momentos en Europa, aunque los medios solo divulgan aquellas noticias en las cuales los musulmanes aparecen como agresores.

La aceptación e incluso respetabilidad de la islamofobia en el mundo académico occidental resulta significativa. Es inimaginable encontrar discursos de odio contra negros, judíos o gitanos entre la intelectualidad europea, y sin embargo numerosos intelectuales aceptan de forma acrítica el discurso islamófobo, la idea del inevitable choque de civilizaciones, la incompatibilidad de islam y democracia, la identificación del islam y la violencia, o la aceptación de estereotipos negativos sobre las mujeres musulmanas.

Existen muchas explicaciones al respecto. Por un lado, el islam aparece como el “otro” de las mitologías nacionales decimonónicas: es una amenaza a un concepto esencialista y excluyente de la propia identidad. Los estudios universitarios sobre el islam y Oriente Medio son deudores del orientalismo, definido por Edward Said como la clasificación de los individuos, de los pueblos, religiones y culturas “orientales” en unas categorías intelectuales y esencias inmutables destinadas a facilitar su sujeción al “civilizador” europeo. En este sentido, la islamofobia está estrechamente vinculada a la reproducción de estrategias típicamente coloniales, con la creencia en la misión civilizadora del Occidente blanco como telón de fondo.

Llegados a este punto, es necesario tomar conciencia del significado de esta nueva forma de fascismo. El rechazo del islam ocupa hoy en el imaginario europeo el mismo lugar que el rechazo del judaísmo en épocas pasadas. Se trata del mismo antisemitismo, pero con un objeto de odio renovado, con los musulmanes ocupando el papel del «otro inasimilable», que se niega a abandonar su identidad para sumergirse en el rebaño.

Todos los elementos de la judeofobia clásica europea tienen una correspondencia en la islamofobia:

1. Los musulmanes son presentados con rasgos demoníacos.

2. Los musulmanes son reducidos a un estereotipo: del “judío avaricioso” se ha pasado a la imagen del «musulmán fanático».

3. Los musulmanes son acusados de «no integrarse». Se considera que a causa de su fe religiosa no son leales a los países donde viven, y que su religión les mantiene apartados la sociedad.

4. Se les hace culpables de su propia marginación (transformación de la víctima en culpable).

5. Se repite el mito de “la conspiración islámica para conquistar Europa”. Esta teoría, conocida como ‘Eurabia’, tiene un equivalente exacto en la teoría antisemita de “la conspiración judía para conquistar Europa”, muy en boga en el siglo XIX y principios del XX, y divulgada a través de obras como Los protocolos de los sabios de Sión.

6. Se repite el mito de una «alianza entre la izquierda y el Islam» para destruir los valores cristianos de Europa. Este mito tiene su correlato en la teoría de la «conspiración judeo-masónica-marxista», típica del catolicismo ultramontano en los siglos XIX y XX.

7. Se divulga masivamente literatura antiislámica, que trata de demostrar la perversidad intrínseca del Islam y de los musulmanes. Una muestra es el libro Islam Unveiled, de Robert Spencer, que utiliza los mismos métodos que Entdecktes Judentum (El judaísmo desenmascarado), un clásico antijudío del siglo XVIII, obra del orientalista J. A. Eisenmenger. Ambos autores se presentan como meros eruditos, y operan manipulando pasajes de sus textos sagrados con el fin de demonizar el islam y el judaísmo. La diferencia es que la obra de Eisenmenger fue prohibida por incitar al odio hacia los judíos, mientras que Spencer recibe parabienes.

8. Se repite la propaganda contra las empresas dirigidas por o propiedad de musulmanes, como el Islamic Development Bank en EE. UU como si (más allá de su papel usurero como entidad financiera) cumplieran el papel de siniestras y malvadas entidades dentro de una oscura conspiración internacional. De la misma manera como en los siglos diecinueve y veinte los antisemitas pintaban las instituciones financieras judíos, como los bancos Rothschild o Bleichroeder.

9. Se desacredita a los intelectuales musulmanes, considerando que el hecho de ser musulmanes los hace parciales en cualquier materia, ya que de forma secreta forman parte de un complot islámico para apoderarse de Occidente.

10. Los lugares de culto musulmán son estigmatizados, afirmando que son utilizados para actividades conspirativas. Se repite el mito medieval de las sinagogas (ahora mezquitas) como «conciliábulos judíos».

11. Se repite la idea de que la presencia del Islam constituye «un problema», y que por tanto requiere «una solución». Del «problema judío» hemos pasado al «problema islámico».

Si leemos los centenares de mensajes enviados a los foros de la prensa mayoritaria en España, no sorprende darse cuenta de que las propuestas para solucionar este presunto “problema islámico” sean las mismas propuestas por los antisemitas del pasado. Si no le ponemos remedio, no cabe duda de que la islamofobia representa una amenaza para las democracias europeas.

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17 Responses to La islamofobia es la judeofobia del siglo XXI

  1. Abenyusuf dice:

    As-salâm ‘alaikum,

    La sorpresa por el resultado sí existe, puesto que todas las encuestas se han equivocado dentro de un marco político más bien conocido y relativamente estable. No creo que los políticos de UDC en Suiza puedan proponer más iniciativas por ahora en la misma línea, que consigan tanta adhesión, porque en realidad se ha atacado a los edificios, y no se podrá validar una discriminación directa a las personas en función de su religión.

    Aún así, por supuesto, la situación es más que dramática. La islamofobia en los medios de comunicación y en los medios académicos, suele resumirse en un lema sencillo: «si no eres islamófobo, no eres nadie». Félix Romeo en el suplemento de libros del ABC del pasado sábado, La Noche Temática del sábado en La 2, etc. los ejemplos virtuales son cotidianos.

    Perdón por el carácter redundante de mi comentario. Gracias por escribir lo que has escrito. Con la paz de Allah, poderoso y majestuoso en su belleza.

  2. Lyon dice:

    Fadela Amara, a quién Uds. han denigrado en su página, ha escrito sobre la situación indescriptible de los barrios islamizados de Francia. Ella habló que en estos barrios ya no manda la ley republicana sino la Sharia. Estos barrios ya constituyen estados aparte, algo así como palestinas ¿Existen otras minorias que hagan ésto? Pues realmente no, a no ser de forma puntual y minoritaria de gente que acaba de llegar y tiene problemas económicos, pero las generaciones posteriores se suelen integrar más o menos bien pero en el caso de los islamistas que viven en estos barrios la situación no solo se enquista sino que se reproduce y se agiganta, las nuevas generaciones, educadas en este ambiente dominado por la Sharia y la violencia aumentan mucho más el problema ¿No cree que la población incluso musulmana no debe estar preocupada por la falta de integración de los islamistas en Europa?

    • abdennurprado dice:

      Estimado Lyon.

      Estás hablando de inmigración, no del islam. Todos los colectivos inmigrantes tienden a cerrarse. Se sienten en un medio extraño, y refuerzan sus lazos familiares y de identidad de origen. Eso le pasó a los españoles inmigrantes en Europa, y les pasa a los chinos en España. En el Casal catalán de Caracas, los catalanes venezolanos llevan barretinas, lo cual es impensable en la propia Cataluña. Es normal, perfectamente comprensible. En el caso de los musulmanes europeos, se encuentran con el muro del rechazo de sus conciudadanos, tanto por ser extranjeros como por ser musulmanes. Doble rechazo, que genera reacciones de «cierre identitario». Al ser rechazados como musulmanes, erigen al islam en una contra-identidad frente a la cultura dominante. Y no cabe duda de que el islam puede ofrecer a estos marginados una identidad fuerte, de oposición a la cultura dominante.

      Pero nada de esto tiene que ver con el islam, sino con procesos sociales bien conocidos. El racismo anti-árabe es una realidad cotidiana para cientos de miles de personas. Rechazo que les impide normalizar sus vidas y acceder a una vivienda, a un trabajo digno, etc. La islamofobia refuerza los guetos. Y luego se culpa a los musulmanes de encerrarse en guetos. Esto es algo que ya se decía sobre los judíos: no se integran, forman guetos, se mantienen aferrados a sus costumbres… También es antisemitismo, la transformación de la víctima en culpable de su propia exclusión. Y mientras más aumenta la islamofobia, más se refuerzan los discursos de ruptura dentro de las comunidades musulmanas: «¿lo véis? No nos quieren ni nunca nos querrá, nos odian porque somos musulmanes, Europa es un club cristiano, donde los cristianos tienen todos los privilegios y los musulmanes somos marginados…»

      Es un círculo vicioso. Esto solo tiene una solución: trabajar por sensibilizar a los europeos del peligro de la islamofobia, desarrollar los derechos religiosos de las minorías, normalizar y dignificar la práctica del islam, reconocer el islam como parte de la identidad europea: las raíces de Europa también son musulmanas, y ahí está el paradigma andalusí.

      Además, es necesario promocionar o por lo menos apoyar a las corrientes «progresistas» dentro de las comunidades musulmanas, que luchan por la contextualización del islam a la realidad social de la Europa del siglo XXI, asumiendo el discurso de los derechos humanos, la democracia, la libertad de conciencia, la igualdad hombre-mujer…

      Todo esto es absolutamente lógico. No hay otra opción, se mire como se mire. Lo demás es alimentar el antisemitismo y atizar el fuego de las confrontaciones pseudo-religiosas, desmantelar la Europa de las libertades y retroceder a la Alemania de los años 30 del siglo pasado.

      Un abrazo,

      Abdennur

  3. Lyon dice:

    . Esto es algo que ya se decía sobre los judíos: no se integran, forman guetos, se mantienen aferrados a sus costumbres… También es antisemitismo, la transformación de la víctima en culpable de su propia exclusión.

    No se puede comparar la judeofobia con la situación actual respecto al Islam en Europa. Los judios siempre han mantenido sus costumbres, pero se han integrado completamente, de forma que por ejemplo en Alemania antes de la guerra eran judios casi el 50% de los abogados y médicos, había muchos profesores de universidad, oficiales del ejército, intelectuales, políticos, empresarios, banqueros que eran judios y no tenían otro problema que su diferencia, pero en ningún caso exigían atención social ni planteaban los conflictos que plantean los musulmanes de Europa, los cuales por otra parte ocupan los últimos escalones de los niveles económicos y sociales de Europa.

    Según cierta estadistica de la policía inglesa los musulmanes en Inglaterra son los que ocupan los peores niveles educativos, de empleo y económicos,..com respecto a otros grupos inmigrantes.

    Los judios eran odiados por otras razones pero no porque plantearan el más mínimo problema, ni impedían que las leyes del estado se aplicaran en sus comunidades. Los judios querían que sus barrios fueran vigilados por la policía como los demás. Sus barrios estaban mejor cuidados que los demás, lo cual no se puede decir de los barrios islamizados de Europa.

    finalmente le tengo que decir que ahora mismo, según el LICRA, los ataques de judeofobia en Europa proceden fundamentalmente de los musulmanes.

    • Abdennur dice:

      Estimado Lyon

      Hay miles de profesores universitarios, políticos de alto nivel, científicos, intelectuales, empresarios, abogados, artistas, médicos… musulmanes en Europa. ¡Vaya descubrimiento!

      El problema es que muchos musulmanes son inmigrantes de primera generación, lo cual quiere decir que son personas en situaciones de marginación social. Y los prejuicios anti-musulmanes les impiden a muchos prosperar.

      El hecho de que ocupen los últimos escalones económicos en muchos lugares, no es motivo para odiarlos. Acabaremos exterminando a los pobres, a este paso. Tu planteamiento es brutal, despiadado. ¿Acaso crees que son pobres por el hecho de que son musulmanes?

      Hay anti-semitismo entre los musulmanes, sin duda, y he dicho muchas veces que hay que combatirlo. De hecho, he recomendado en varios informes que deben combatirse conjuntamente la islamofobia y la judeofobia.

      LICRA lucha contra el antisemitismo, pero tb condena la islamofobia. Los informes de la ONU, UE y OSCE citan centenares de ataques anti-musulmanes en Europa. ¿Esto no te preocupa?

      Pero sí tu quieres seguir con tu odio y tus prejuicios hacia los musulmanes, que Dios te perdone. Pero no puedes ocultar las evidencias: la islamofobia es el fascismo del siglo XXI, la ideología del odio a través de la cual vuelve el antisemitismo.

      ¿O no ves las semejanzas?

      Atentamente,

      Abdennur

  4. Lyon dice:

    No ha entendido nada de lo que le he dicho, ni parece que tenga la más mínima intención de hacerlo. cuando he dicho que los judios antes de la guerra representaban en un país como Alemania casi el 50% de los abogados y médicos, además de una gran representación en las universidades y la oficialidad del ejército, obviamente no comparaba con los musulmanes que en aquel tiempo eran una minoria insignificante, como Ud. tergiversa completamente. El meollo de asunto es que los judios eran realmente una minoria pero con su gran capacidad de trabajo y sobretodo inculcando una educación a sus hijos se integraron perfectamente, cosa que por lo que se ve sucede de forma inversa entre la población musulmana en Europa, cada vez hay más jóvenes musulmanes que pasan a la marginalidad, en Francia las «zones sensibles» son cada vez mayores y cada vez surgen más y más, supongo que habrá oido hablar de la piel de leopardo de Francia formada por «palestinas» practicamente independientes. El problema es que estas zonas crecen y crecen sin que la sociedad sepa que hacer. Por supuesto que no odio a los musulmanes, pero creo que su actitud de culpar a los demás de lo que ocurre, exculpando completamente al Islam de lo que está sucediendo en Europa tan solo nos lleva al desastre,…
    La votación de Suiza realmente es casi anecdótica sino fuera que el pueblo suizo ha votado este asunto en contra de su gobierno y sus intereses, cosa un poco rara en estos tiempos. El hecho que les puede perjudicar mucho economicamente revela que el malestar por la situación de la proliferación de la marginalidad entre los musulmanes, su creciente falta de integración está alarmando a los ciudadanos suizos.

    El problema no es tanto la situación actual sino la conciencia que las cosas se van agravanda cada día. Esperemos que España sepa manejar la situación futura de mejor manera que lo están haciendo estos países, porque España con su menor capacidad económica y su carencia de estado de bienestar realmente no creo que pueda afrontar una situación semejante,..

    Espero esté de acuerdo que todos juntos tenemos que encontrar una solución a este gravísimo problema, y que hay que encontrar alguna manera de integrar adecuadamente a los musulmanes en Europa. e no hacerlo, de seguir creando «palestinas» en Europa y proximamente en España solo conducirá a la guerra civil,…

    Un saludo

    • abdennurprado dice:

      Estimado Lyon. Cuando digo que hay miles de musulmanes médicos, abogados, profesores universitarios, etc., me refiero a la Europa actual.

      No hay tal «falta de integración» entre los musulmanes suizos, ni marginación. La mayoría son europeos de nacimiento, procedentes de los Balcanes o Turquía. Son tan europeos como tu o yo. Los cantones donde hay más musulmanes han votado a favor de los minaretes. Los que han votado en contra no lo han hecho por conocer a sus conciudadanos musulmanes, sino por la proyección de estereotipos repetidos por la prensa y think thanks neocón, que trabajan por crear una imagen negativa de los musulmanes, que sirva a las políticas imperialistas y a la rapiña de los recursos naturales de oriente.

      Tienes razón sobre el peligro que la islamofobia representa para España: aquí no tenemos la cultura democrática y de pluralismo religioso que en el resto de Europa. No sorprende que seamos el país más islamofobo y antisemita de Europa. Pero no creo que vayamos a un escenario de guerra civil, sino hacia el genocidio de los musulmanes.

  5. Lyon dice:

    Todos los que estudian el fenómeno de la falta de integración de los musulmanes en Europa, por ejemplo en Francia ven una serie de caracteristicas de los musulmanes que no tienen otras comunidades:

    -La falta de integración de cientos de miles de jóvenes musulmanes de la tercera y la cuarta generación: Ud. echa la culpa a la sociedad francesa, pero por lo que he podido estudiar, el estado francés ha invertido e invierte grandes sumas en la promoción y la integración de estos jóvenes.

    – Las crecientes exigencias de índole religiosa, comida halal en colegios, prisiones, hospitales. Exigencias de ser atendidos por personal del mismo sexo en hospitales. Horario de piscinas para musulmanas, además la exigencia de terrenos públicos para mezquitas y cementerios islámicos, cosa que de acuerdo con la ley de laicidad del estado no se puede hacer, pero se solventa el asunto con el arrendamiento por un euro.

    -El enorme aumento de «zones sensibles» en donde no entra la ley republicana, zonas muy degradadas regidas por la sharia. Fadela Amara ha hablado ampliamente de como son maltratadas las chicas musulmanas en estos barrios.

    Las perspectivas no son muy alagüeñas. Es absurda su idea de un genocidio. Lo más probable es una evolución hacia un sistema millet del imperio otomano que hoy en día existe en el Líbano, en donde las comunidades respectivas están más bien enfrentadas y organizadas al margen del estado. Esto es lo que no gusta al ciudadano europeo que quiere mantener una sociedad basada en un estado libertal con los tres poderes separados, en donde existe una ley igual para todos y por supuesto no quieren un sistema basado en comunidades separadas, con leyes distintas y periodicamente enfrentadas entre si.

    • abdennurprado dice:

      La situación de los musulmanes de origen árabe en Francia es la de colonizados en su propio país, los indígenas de la República. Francia es un modelo de muchas cosas, pero su política hacia el islam y los musulmanes es simplemente racista.

      ¿Crecientes exigencas de índole religiosa? ¿Así llamas al normal ejercicio de la libertad religiosa? Cuanta ignorancia! No sabes nada de derechos fundamentales. ¿La libertad religiosa no gusta al ciudadano europeo? Yo soy ciudadano europeo, y defiendo la libertad religiosa, de los musulmanes y del resto de las confesiones. Quienes niegan los derechos de los musulmanes (como los de cualquier otro colectivo) son los fascistas.

      Abdennur

  6. lyon dice:

    Algunas repercusiones en Europa

    Francia: 49.000 lectores de Le Figaro, 73% a favor 27% contra votarían para prohibir nuevos minaretes en su país. 24.000 lectores de L’Express están de acuerdo un 86% contra un 12% en lo mismo. Un importante columnista Ivan Rioufol de Le Figaro, escribió un articulo titulado “Homenaje a la resistencia del pueblo suizo”. El presidente Nicolas Sarkozy fue citado diciendo que “El pueblo de Suiza, como el de Francia, no quiere que su país cambie, que sea desnaturalizado. Quieren conservar su identidad”

    Alemania 29.000 lectores de Der Spiegel votaron un 76% a favor y 21% en contra en prohibir los minaretes en Alemania. 17.000 lectores de Die Welt votaron un 82% a favor y 12 en contra a favor de “ Si, yo estoy molesto por los minaretes” sobre “No, se limita la libertad de religión”

    España: 14.000 lectores de 20 Minutos votaron a favor un 93% y 6% en contra “Bien, debemos refrenar la creciente islamización” contra “ Mal, es un obstáculo para la integración de los inmigrantes” 35.000 lectores de El Mundo respondieron con un 80% a favor y un 20% en contra que daban apoyo a la prohibición de los minaretes.

  7. Amazigh dice:

    Assalamu alaikum wa rahmatullah, Apreciado y Distinguido Abdennur Prado:

    Siempre fiel a tus artículos, los cuales, cosecho con agradecimiento.

    Así empezó el holocausto. Estigmatizando al judío y su religión, implicándoles en todos los problemas que sufrían los pueblos de Europa. Con ello se conseguía alimentar el monstruo del odio y el miedo hacia el diferente, después se le deshumaniza, no es como nosotros y cuando el odio y la deshumanización ya está suficientemente arraigada en las «débiles» mentes de aquellos.

    Entonces se pasa al último eslabón «la solución final». En estos momentos los propagandistas de la solución final están en las primeras fases de su estrategia.

    Por otra parte, Es el ESTADO el que determina y condiciona a toda la sociedad.

    Es el ESTADO el que permite o prohíbe la enseñanza o la práctica de algo.

    Son los Estados los que deben respetar y garantizar el respeto a los Derechos Humanos. En nada afecta lo que piense un creyente que pretenda poseer la única verdad.

    Pero cuando se pretenden imponer esas creencias a través de los poderes de un Estado, entonces si comienza a afectarnos a todos.

    Por eso es del todo inasumible al entremeterse los religiosos en la estructura estatal de la sociedad. De cualquier religión.

    …incluida la enseñanza.

    Salam,
    KARIM (Un Abrazo desde Melilla).

  8. […] La islamofobia es la judeofobia del siglo XXI […]

  9. García dice:

    http://www.sergeraynauddelaferriere.net/obras/pps/30/pps30.html

    La Sabiduría de Mahoma

    ENSENANZA PERIÓDICA SOBRE LA CIENCIA

    DEL PENSAMIENTO, DEL ALMA Y DEL ESPIRITU.

    La esencia de su sabiduría es singularidad (o “incomparabilidad”), porque él ha sido el individuo más perfecto del género humano”.

    – Esa frase puede chocar a buen número de gentes y en particular a todos aquellos que no se adhieren a la Espiritualidad del mundo árabe. Sin embargo, esto no significa, en la perspectiva de los Místicos del Islam, que Jesús por ejemplo haya sido menos perfecto que Mahoma; solamente que la perfección del primero se sitúa de cierta manera fuera de la serie de los seres humanos, ya que el Cristo no tuvo padre humano. El Profeta, por el contrario, era enteramente hombre del lado paterno como del materno. No es preciso decir que esas consideraciones no comportan ninguna injerencia en el sentido del dogma cristiano, que afirma la humanidad perfecta del Cristo.

    En lo concerniente a la “incomparabilidad” del Profeta Mahoma se ha escrito aun: “Es por ello que el acto creador (al-amr) comenzó con él en tanto que prototipo permanente -y se termina con él- ya que, por una parte, él era “profeta”, mientras que Adán estaba aún entre el agua y la arcilla (como se cita en el Qôran) y, por otra parte, en su existencia terrestre, él fue el “sello” (khâtim) de todos los profetas”.

    -Él es llamado “Sello de los profetas”, porque no hay más profetas después de él, hasta el final del ciclo presente de la Humanidad. El papel de “sello” implica la síntesis de aquello que precede: el mensaje de Muhammed confirma y resume aquellos de los profetas precedentes. Por su realidad espiritual, por tanto “interior”, Muhammed se identifica necesariamente al Verbo Eterno; por otra parte, su papel cíclico “termina” la manifestación terrestre del Verbo. Esa polaridad de los dos aspectos: principial y temporal del Profeta, se sitúa en una “dimensión” cósmica distinta de aquella de los dos “descensos” del Cristo, de los cuales el primero anuncia el final del ciclo presente, mientras que el segundo abre el ciclo futuro.

    En lo que concierne a “la esencia de su sabiduría que es singularidad”, es preciso agregar que el primer número “singular” del cual derivan todos los otros, es ternario.

    Fard significa a la vez “singular” e “impar”. El primer número impar es tres, ya que la unidad no es un número (ver nuestras explicaciones en el Propósito Psicológico No. III), sino el principio mismo de la serie de los números. El primer ternario metafísico es aquel del Conocedor (al-Aqil), el Conocido (Al-Maqûl) y el Conocimiento (al-Aql), el primer ternario cósmico aquel del Cálamo (la esencia activa), la Mesa guardada (la substancia pasiva) y el Libro universal (su producto común).

    Encontraremos pues inmediatamente con esa trilogía (Al-Aqil; Al-Maqûl; Al-Aql) las tres formas existentes en las diversas teologías: cristiana (Padre-Hijo-Espíritu Santo); hindú (Brahma-Vishnu-Shiva); budista (Buddha-Dharma-Shanga); hebraica (Kether-Hochmah-Binah), etc. Naturalmente, siempre es este principio de “Vida-Forma-Pensamiento”.

    Se ha dicho aún, que Muhammed era el primer símbolo de su Señor ya que él había recibido las “palabras universales” que son los contenidos de los nombres que Dios enseñó a Adán; además tenía él la naturaleza triple del símbolo, siendo él -en realidad- el símbolo de sí mismo.

    De manera que el símbolo comporta una esencia, una forma aparente y aquello que une esta a aquella. La significación lógica del símbolo coincide con su esencia ontológica.

    Del hecho que el hombre en su constitución natural está compuesto por los cuatro elementos1 que se llaman también “humores”2 en relación con su manifestación orgánica en el cuerpo, el Soplo divino, encendiéndose por contraste con la humedad contenida en el cuerpo humano, confirió al espíritu humano su naturaleza ígnea.

    Es eso lo que constituye la diferencia entre el espíritu trascendente y el espíritu vital, la calidad ígnea siendo coextensiva a la vida individual, sutil y física.

    El Qôran explica (XX, 8 -10) que es por esa razón que Dios se dirigió a Moisés bajo la apariencia del fuego después de haber provocado en él el deseo de buscarlo.

    Es en ese sentido que lo comprenden también los hindúes con su término “Agni” que ciertamente representa el elemento “Fuego” que se simboliza por un triángulo con la punta hacia arriba (como en química), pero es sobre todo la fuerza ígnea como Fuego Omnipenetrante. Se le puede asimilar al “fuego sagrado” -es decir a la Fe- puesto que él está igualmente caracterizado por un fuerte calor interno según los Yoghis que lo consideran como un poder magnético que pone en acción a Kundalini (hay por otra parte el método “Agni-Yoga” que se comprende como una “Shakti-Kundalini-Yoga”, un sistema de realización por el poder interior). Es por ese elemento también que el Cristo fue animado para su “ascensión” , lo cual viene asimismo a ser concordante con la elevación de Zoroastro.

    Todo esto es idéntico al “Fohat”, ese “Fuego Astral” que puede vitalizar el cuerpo físico según los Iniciados que pretenden que un Maestro puede reunir así, su “aura” a su “Atma”, en cierta manera es el “Elías-Artista” de los Rosa-Cruces, el “Emeth” de los Hebreos, el hallazgo del “Fuego elementario” de los ocultistas, es, en fin, “El-Tâam”, que quiere decir “el alimento”, sustancia vital que es capaz de alimentar al buscador. Es más que la inspiración, más aún que la aspiración, es el don, es quizás el maná de los hebreos en el desierto (comprendido en su sentido espiritual).

    Al contrario de numerosas religiones que condenan el acto carnal, los Musulmanes3 veían en las relaciones sexuales precisamente la unión más completa que sea posible en el amor y, por este hecho, en Dios.

    Hay pues un ternario: Dios, el hombre y la mujer. El hombre tiende hacia su Señor que es su origen como la mujer tiende hacia el hombre4.

    Cuando el hombre contempla a Dios en la mujer, su contemplación lleva a aquello que es pasivo; si él Lo contempla en sí mismo, en vista de que la mujer proviene del hombre, él Lo contempla en aquello que es activo y cuando él Lo contempla solo, sin la presencia de una forma cualquiera salida de él, su contemplación corresponde a un estado de pasividad con respecto a Dios, sin intermediario. Por tanto, su contemplación de Dios en la mujer es más perfecta ya que es entonces Dios, en tanto que Él es a la vez activo y pasivo, a quien él contempla.

    También está dicho que el Profeta debía amar a las mujeres a causa de la perfecta contemplación de Dios en ellas. No se podría contemplar jamás a Dios directamente en ausencia de todo soporte -sensible o espiritual-, ya que Dios en Su Esencia absoluta es independiente de los mundos. Ahora bien, como la realidad divina es inabordable bajo el aspecto de la Esencia y ya que no hay contemplación (shahâdah) sino en una sustancia, la contemplación de Dios en las mujeres es la más intensa y la más perfecta y la unión más intensa -en el orden sensible, que sirve de soporte a esa contemplación- es el acto conyugal.

    Este acto corresponde a la proyección de la Voluntad divina sobre aquel que Él “creó en Su forma”, al momento mismo en el cual Él lo creó, para reconocerse Él-mismo y lo desplegó, lo moldeó armoniosamente y le insufló Su Espíritu, que no es otro que Él mismo, de modo que el exterior -del hombre primordial- es criatura y su interior es Dios.

    Siendo así, Dios dotó al hombre de la facultad de disponer de ese templo (el cuerpo humano) de la misma manera que Dios “dispone del orden del cielo” -que es el grado supremo de la existencia- “hasta la tierra” -que es aquello más bajo que hay. El elemento tierra ocupa la base de la jerarquía de los elementos.

    Esta declaración hecha en el Qôran (XXXII-4) reúne las viejas concepciones mágicas en las que el elemento tierra es el más inferior; esto ya había sido enseñado por Sabios de la India y el Tíbet donde se encuentran lecciones sobre el sistema Yoga que otorga el elemento “tierra” al Muladhara-Chakra (ese Centro vital del plexus sexual y definido textualmente como: “Base de la Columna” que es la raíz y el soporte de Sushumna). El elemento “agua” está simbolizado en el Chakra denominado Svadhisthana, el elemento “fuego” se coloca en el centro aún, un poco más alto: el Mani-Pura-Chakra (el plexus solar que es el meridiano hígado-bazo), en fin, el elemento “aire” situado en Anahata, que es el chakra que corresponde al plexus cardíaco. A partir de ese momento los 4 elementos de la física están dispuestos cada uno en su “centro” respectivo; en cuanto a los otros “centros de fuerza” (chakras) en el hombre, estarán simbolizados por elementos llamados supra-naturales como el “Aeter” para el Vishudda (que es la emanación de la tiroides), el “plano mental” para Agna Chakra (pituitaria) y el “grado de la conciencia universal” para el Loto de los mil pétalos que da paso al Bhrama-Rundra (emanación de la glándula pineal).

    Muhhamed debió amar a las mujeres a causa de la perfecta contemplación de Dios en ellas, hemos visto ya5. A esto es preciso agregar que la contemplación (shahâdah o mushâhadah) implica una cierta polaridad de sujeto y objeto; polaridad que sólo el Conocimiento esencial puede sobrepasar; pero en este caso, no existe más sujeto individual ni mundo objetivo.

    Para los Yoghis toda la sutileza de estos estados se define por los diversos grados de perfeccionamiento (dharana, dhyana, samadhi).

    Para los Mahometanos, los estados contemplativos pueden ser concebidos como “Presencias” (hadarât) divinas o como modalidades diversas de la única Presencia de Dios. Hay un número indefinido de Presencias divinas; se distinguen generalmente sin embargo cinco Presencias fundamentales y esto según los diversos esquemas de los cuales mencionaremos el siguiente: A la “Presencia de la no-manifestación absoluta” (hadarat al-ghayb al-mutlaq) se opone – no en la Realidad divina sino según un punto de vista estrictamente humano y provisional – la “Presencia de la manifestación terminada” (hadarat ash-shahâdat al-mutlaqah), es decir el mundo “objetivo”. Entre estas dos Presencias se sitúa la “Presencia de la no-manifestación relativa” (hadarat al-ghayb al-mudâfî) que se subdivide a su vez con respecto a dos regiones cósmicas distintas, de las cuales una, aquella de la existencia supra-formal (al-jabarût), está más cerca de la “no-manifestación absoluta”, mientras que la otra, aquella del mundo de las formas sutiles (âlam al-mithâl) se acerca a la “manifestación terminada”. Estas cuatro Presencias son todas englobadas por una quinta, la “Presencia total” (al-hadarat al-jâm’iyah) que se identifica con el Hombre universal (al-insân al-kâmil). Es preciso agregar aún que esta distinción de las “Presencias” es solidaria de una perspectiva en cierta manera “práctica”, es decir, en conexión con la vía contemplativa y no con la pura doctrina metafísica.

    En cuanto a la significación espiritual del perfume, que el Profeta menciona después de las mujeres, -a causa de los perfumes de la existencia6 que se encuentran en las mujeres, aquello que hace decir corrientemente: el mejor perfume es el abrazo a la bien amada, – esta significación es la siguiente: el Profeta fue creado como el adorador (al-’abd) por excelencia, quien no levantó jamás la cabeza para atribuirse la señoría7 pero que no cesó de prosternarse y de mantenerse de pie delante de Dios en el estado de la perfecta receptividad hasta que Dios extirpara de él aquello que El creara y le concediera la función activa en el mundo de las emanaciones (anfâs) espirituales que son los perfumes de la existencia -renovándose sin cesar a partir de los arquetipos. Es por ello que el perfume le fue dado digno de amor e hizo mención de él después de las mujeres.

    Por este orden -yendo de las mujeres a los perfumes y a la oración-, el Profeta respetó el orden ascendente de la manifestación divina (que, desde el punto de vista relativo, procede de la potencialidad indistinta de la substancia pasiva hacia la actualización completa de todos sus contenidos virtuales), orden al cual hace alusión la palabra coránica (XL-15) “Aquel que eleva por grados, el Señor del Trono…”; Dios es llamado “Señor del Trono” a causa de su “entronización” (luego de Su manifestación integral) en Su nombre El Clemente (según la palabra “el Clemente se sienta sobre el Trono”, Corán, XX-4). Todo aquello que engloba el Trono es alcanzado por la Misericordia divina, conforme a la palabra: “Mi misericordia engloba todas las cosas”, de la misma manera que el Trono engloba todas las cosas.

    El Trono (al-’arsh) “engloba todas las cosas”; simboliza la manifestación universal tomada en su desenvolvimiento total, que comporta el equilibrio y la armonía, él es el soporte de la manifestación gloriosa de Dios, de la Misericordia-Beatitud.

    Aunque intemporal desde el punto de vista divino, el desenvolvimiento total del Cosmos se presenta relativamente como su realización final. El trono divino está “sobre el agua” (Qoran, XI-9), es decir que él domina el conjunto de las potencialidades cósmicas o el océano de la substancia primordial; esto recuerda el símbolo hindú y búdico del loto que se abre en la superficie del agua y que es a la vez la imagen del Universo y el Asiento de la Divinidad revelada. Esencialmente, el Trono se identifica con el Espíritu Universal.

    Según el punto de vista Sufí, cada cosa, considerada en su naturaleza primordial, es el Trono de Dios. En particular, el corazón del contemplador es identificado con el Trono, de la misma manera que el loto según el simbolismo hindú-búdico, se identifica con el corazón.

    En cuanto al tercer término que finaliza (el ternario expresando) la singularidad primordial (la sabiduría mahometana), es la oración (aç-çalâh), de la cual el Profeta dice: “la frescura de mis ojos me es dada en la oración” (es decir que él encuentra ahí su consuelo, según la metáfora árabe, los ojos se refrescan cuando la amargura y la quemadura de las lágrimas cesan).

    La oración es una contemplación y un llamado secreto intercambiado entre Dios y Su servidor, en conformidad con la palabra divina : “Acordaos de Mi, Yo Me acordaré de vosotros” (Corán, II-147).

    Así, en la recitación de la sura Al-Fâtihat (primer capítulo del Corán) que constituye el texto principal de la oración ritual, el servidor dice: “En el Nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso” y Dios responde: “Mi servidor Me menciona”; el servidor dice en seguida: “Loa a Dios el Amo de los mundos” y Dios dice a su vez: “Mi servidor Me rinde gracias”; el servidor continúa: “El Clemente, el Misericordioso” y Dios dice: “Mi servidor me loa”; el servidor recita: “El Rey del día del juicio” y Dios dice “Mi Servidor Me glorifica, él se remite a Mi”.

    He ahí la primera mitad de la oración, aquella que se relaciona con Dios.

    En seguida el servidor pronuncia: “Eres Tú a quien nosotros adoramos y es de Ti que nosotros imploramos el socorro”; y Dios dice: “esto está dividido entre Yo y Mi servidor y Mi servidor recibirá aquello que él pide”; este versículo expresa pues una participación mutua. Cuando el servidor dice en seguida: “Condúcenos sobre la vía derecha, la vía de aquellos sobre quienes está Tu gracia, no de aquellos que sufren Tu cólera, ni de aquellos que yerran”, Dios dice: “todo eso regresa a Mi servidor y Mi servidor recibirá aquello que él pide

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