La detención de Taoufik Cheddadi, antiguo imán de Badalona y actual vicepresidente de la asociación AMICS, ha caído como un mazazo dentro de la comunidad musulmana en Cataluña. En junio del 2005 ya recibió el ultraje de ser detenido por un presunto delito de colaboración con banda armada, para ser liberado dos días después, sin cargos. En los días siguientes a su detención recibió la visita de representantes de casi todos los partidos políticos de Badalona, solidarizándose con él por el trato recibido.
En aquella ocasión lo entrevisté en la librería que dirige. Hablamos sobre islam y laicismo, sobre el feminismo islámico, sobre la libertad de expresión y la necesidad de democratización del mundo islámico. Taoufik me relató con todo detalle la experiencia de su detención, una infamia que ahora se repite.
Desde entonces he coincidido con él en numerosas ocasiones. Hemos intercambiado puntos de vista sobre la vivencia del islam en la contemporaneidad. Taoufik es uno de los más acérrimos defensores de la integración de los musulmanes, de su participación en todas las esferas de la sociedad, del diálogo interreligioso, de la promoción de la mujer y, en definitiva, de la convivencia.
Se trata pues de un dirigente islámico en las antípodas del integrismo. De ahí la indignación que sentimos todos aquellos que lo conocemos, y que no podemos sino reclamar su inmediata liberación de una acusación que nos parece infundada.
Dando por supuesto que la acusación de ‘pertenencia a banda armada’ es inverosímil, no puedo dejar de pensar que existen motivos políticos tras esta detención, realizada en el contexto del avance de la xenofobia como fuerza electoral. Y todo ello tras las declaraciones de la Confederación Española de Policía, vinculada al PP, afirmando que Cataluña se había convertido en “el mayor centro de reclutamiento de terroristas islámicos de Europa”.
Nos situamos ante la creciente utilización política del fenómeno del terrorismo internacional. Existen sectores interesados en generar miedo, de modo que se justifiquen las detenciones arbitrarias de este tipo. Hay varios centenares de presos sin cargos desde hace meses (incluso años) en las cárceles españolas. Es fácil criticar la cárcel de Guantánamo o la Patriot Act americana, pero parece más difícil reconocer que en España está sucediendo algo parecido.
La utilización política de este fenómeno por parte de las propias fuerzas de seguridad del Estado constituye una irresponsabilidad. Tal vez justifiquen así sus presupuestos, pero no contribuyen en absoluto a la lucha contra el yihadismo. Más bien todo lo contrario: la arbitrariedad de algunas de actuaciones puede impulsar a algunos musulmanes a sentirse como un colectivo perseguido, lo cual ofrece el mejor caldo de cultivo a las posiciones integristas.
Al mismo tiempo, debemos denunciar el incumplimiento de las recomendaciones de la Comisión del 11-M. La mayoría de los partidos políticos concluyeron que la vía policial es insuficiente para acabar con el integrismo o las tendencias yihadistas. La Comisión puso de manifiesto la necesidad de la plena integración del islam, y propuso algunas medidas concretas. Entre ellas, el desarrollo de la Ley de los Acuerdos de Cooperación firmados en 1992 entre el estado español y la Comisión Islámica de España, que garantiza el derecho a abrir lugares de culto, a tener espacio en los cementerios públicos, a la alimentación halal, etc. Dos años después, muy poco se ha hecho en esta dirección, y los musulmanes seguimos siendo tratados como ciudadanos de segunda. Nuestros derechos religiosos son vulnerados por el propio Estado y las administraciones municipales y autonómicas, en una situación manifiesta de discriminación.
Taoufik es uno de los pocos dirigentes islámicos en España que cumplen con su deber de reclamar pacíficamente el cumplimiento de estos derechos. Se ha señalado por su defensa de los musulmanes de la zona a tener lugares de culto dignos, tras el cierre de las mezquitas Santa Coloma y Badalona, donde él mismo ejerció como imán durante años. Hace unos meses, en el consistorio del Ayuntamiento de Badalona, Taoufik le leyó párrafos de la Constitución Española y la Ley Orgánica de Libertad Religiosa a un candidato contrario a la edificación de una mezquita en suelo público.
Frente al avance de la xenofobia, la respuesta de Taoufik ha sido siempre el apostar por el civismo y por la convivencia. En su último escrito, publicado en El Periódico (Somos ciudadanos, 17/05/2006), abogaba por la integración política: “Los musulmanes tendemos nuestra mano y nos comprometemos con el laicismo y la aconfesionalidad del Estado y pedimos que se garantice un trato justo a todas las religiones. Creemos que debemos trabajar por el bienestar de la sociedad. El islam establece que el musulmán sea un ciudadano activo y beneficioso para los demás, sean o no musulmanes.”
Tal vez en estas palabras encontremos la clave de su detención. A algunos les molesta que los musulmanes reclamen sus derechos civiles, y lo hagan en nombre de la Constitución española, del laicismo y de la democracia. Este no es el lugar que nos ha sido asignado, y cualquiera que se salga del guión es considerado peligroso. Y aún más si es crítico con la política exterior de algunos estados occidentales, en su nueva cruzada por la dominación del mundo.
Taoufik sin duda será liberado, a no ser que alguien se empeñe en lo contrario, y se saque motivos de la manga. Todos conocemos la habilidad de algunos jueces en estos temas: que si hace doce años hizo una donación de diez euros a una asociación palestina, que si ha hablado por teléfono con este o con el otro, que si se ha manifestado a favor de la resistencia iraquí…
Pero, ¿quién no apoya a la resistencia ante una invasión salvaje e ilegal, que ya ha causado cerca de un millón de muertos? Desde luego, si este es el motivo de la detención de Taoufik Cheddadi, no creo que haya sitio suficiente en las cárceles del mundo para encerrar a todos los españoles que distinguimos entre el terrorismo (asesinato de civiles) y el derecho a la legítima defensa del pueblo irakí, según el criterio establecido por la ley de la Convención de la ONU sobre terrorismo de 1999.
Hoy en día cualquier excusa parece suficiente para que uno se pase unos cuantos años en la cárcel. Pero solo si eres musulmán. En cualquier otro caso esta posibilidad sería escandalosa. Si eres musulmán nadie se preocupará por tus derechos. Ninguna asociación de derechos humanos convocará una manifestación por tu liberación. Si eres musulmán, no tienes a nadie salvo a Dios. Esto es algo que sabemos muy bien los musulmanes que vivimos en España, sin derechos religiosos y en una situación de islamofobia latente.
Esperemos que los jueces sepan dar un final sensato a esta situación, que entiendo como un ataque frontal al islam democrático y abierto. Si un dirigente tan abierto como Taoufik Cheddadi ha sido detenido, ya nadie puede sentirse a salvo.
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