Internet está poniendo al alcance de los/as musulmanes/as en el mundo gran cantidad de información sobre su religión, mucha de ella ignorada o celosamente guardada por los sectores más reaccionarios. Está posibilitando el debate sobre temas clave, como son la condición de la mujer, la sexualidad, el sistema de gobierno y los derechos humanos, y numerosos aspectos de la Sharia (castigos corporales, homosexualidad, pena de muerte, aborto, etc).
Podemos hablar de una democratización de los debates, que son arrancados del ámbito académico y de los expertos religiosos. En diferentes foros y páginas web de todo el mundo son colgadas discusiones hasta hace poco sorprendentes: ¿es lícito el matrimonio entre homosexuales? ¿Qué dice el islam sobre el aborto? ¿Qué hay sobre la lapidación, sobre la apostasía? ¿Son realmente prácticas islámicas?
Los que trabajamos en este medio no dejamos de sorprendernos. Descubrimos que en el pasado han existido opciones de lo más variadas, que en el mundo islámico hay precedentes de matrimonios entre hombres, que el aborto ha estado permitido durante siglos, bajo determinados casos. Descubrimos que los malos tratos, la lapidación y la condena del apóstata son obra de algunos juristas al servicio del poder. Gracias a la conexión global que internet propicia, numerosos textos e interpretaciones calificadas hasta ahora como “heterodoxas” son puestas al alcance de la ummah.
El impacto de la red se ha puesto de manifiesto hace pocos días, con el anuncio realizado por la Progressive Muslim Union de que Amina Wadud Muhsin iba a oficiar el yum’a del viernes 18 de marzo en Nueva York, dando el jutba y dirigiendo la oración colectiva.
Tras el rechazo de las tres mezquitas más importantes de Nueva York, la oración fue convocada en la Sundaram Tagore Gallery, una galería de arte dedicada a actividades interculturales. Una amenaza de bomba obligó a desconvocar el acto. Finalmente, tuvo lugar el día previsto, en una sala cedida por la Iglesia Anglicana. A la oración colectiva acudieron más de un centenar de personas, hombres y mujeres, y fue realizada entre fuertes medidas de seguridad.
El acto ha causado una auténtica conmoción en el mundo islámico. Algunos lo ven como un despertar de la ummah, un gesto revolucionario. Para otros, se trata de una innovación infame. Las tres grandes mezquitas de Nueva York rechazaron el acto. El rector de la Universidad de al-Azahar lo declaró prohibido, lo mismo que los principales muftis e imames de Meka y de Medina. La Asamblea de Juristas Musulmanes de Norteamérica emitió un comunicado calificando de “herejes e innovadores” a todos aquellos que defendiesen el derecho de la mujer a dar el jutba y dirigir la oración del viernes. Los ulemas más conservadores apelan al “consenso de los sabios” para afirmar que esto va contra la Sharia.
Sin embargo, y gracias a internet, numeroso material alternativo ha ido apareciendo. Inmediatamente, empezaron a circular artículos y estudios más o menos serios sobre el tema. (A través de Webislam, pudimos aportar nuestro grano de arena en esta lucha). Estudiantes de universidades del mundo islámico se pusieron a la obra, rescatando antiguas historias que nos hablan de un islam muy diferente. Hemos descubierto que el consenso contra el imamato femenino es inexistente. Descubrimos que en los primeros tiempos del islam se dieron situaciones de este tipo, y que algunos de los más prestigiosos juristas consideraron lícito que una mujer dirija en la oración ante hombres y mujeres: Tabari, Abu Thawr, Abu Dawud, Ibn Arabi. Incluso alguien habitualmente tachado de ultraconservador como ibn Taymiyah, consideraba estas oraciones válidas, por lo menos en ciertas circunstancias.
El debate ha sido apasionante. Lo más sorprendente ha sido comprobar la falta de argumentos de los detractores del imamato femenino. No han podido citar ningún versículo del Corán ni un solo dicho del Profeta que prohíba a una mujer dirigir la oración ante hombres y mujeres o niegue su derecho a dar el jutba. Por si fuera poco, se ha puesto de manifiesto que Muhámmad asignó a una mujer como imama de una mezquita de su zona. Según algunos pretendidos “sabios”, no es bueno que una mujer se coloque delante de otros hombres. El cuerpo de la mujer es provocativo, y podría distraer a los hombres a la hora de realizar sus oraciones. Opiniones de este tipo nos ofrece un cuadro de los musulmanes muy poco elevado, incapaces de concentrarse ante una mujer velada y convenientemente vestida para la ocasión.
Para los defensores del imamato femenino, los argumentos son básicamente cuatro:
1. No existe ni una aleya en el Corán ni un solo hadiz que prohíba a una mujer dirigir la oración ante hombres y mujeres o niegue su derecho a dar el jutba
2. El Corán atestigua la capacidad de la mujer para dirigir una comunidad, tanto política como espiritualmente, incluido el grado de la profecía
3. Las condiciones requeridas para realizar el jutba son el conocimiento del Corán, de la Sunna y de las enseñanzas del islam, además de la condición interior de la persona (su fe o confianza en Dios). Nada de esto tiene que ver con el género
4. Existe un hadiz donde se demuestra que el profeta Muhámmad eligió a una mujer para dirigir las oraciones colectivas de su comunidad
El mismo día 18, los organizadores del evento recibieron una grata noticia. El Gran Mufti de Egipto Ali Gum’a afirmó que la dirección de la oración mixta por parte de una mujer es permisible: «Si la congregación acepta a una mujer como imama, entonces esto es asunto suyo y no hay nada malo en ello, desde el momento en el cual esa comunidad admita esta costumbre». La noticia fue divulgada ampliamente la misma noche por la televisión al-Arabiya, causando una enorme alegría entre los miembros de la Progressive Muslim Union. Como secretario de Junta Islámica, pude felicitar personalmente a los organizadores, y transmitirles el apoyo de Mansur Escudero, Secretario de la Comisión Islámica de España.
Al final, una cosa ha quedado clara: en lo que respecta al imamato de las mujeres, existen diferentes sensibilidades. Si algunos/as musulmanes/as consideran lícito que una mujer dirija la oración del viernes, argumentando a partir del Corán y de la Sunna, están en su derecho. Las contradicciones entre destacadas autoridades religiosas no son nuevas, y no deben ser consideradas como fitna (ruptura), sino como una expresión del carácter abierto del islam.
Mientras escribimos este artículo, recibimos la noticia de que una mezquita italiana ha decidido nombrar una mujer como imama, para dirigir las oraciones de un modo permanente. En el año 1426 después de la Hégira, el imamato de la mujer ha sido establecido. Los sectores más reaccionarios tendrán que acostumbrarse.
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Assalâm àleikum. mi nombre es Rosa,soy cristiana,pero tengo como hermana una joven k hace + – 15 años se convirtio en musulmana y ella no solo me respeta,tambien me va educando.tambien donde trabajo y donde vivo hay un colectivo grande d musulmanes
Yo lo que necesito saber es todas estas cosas que se dicen sobre derechos y deberes de la mujer casada-soltera en el islam.se habla mucho y creo que aveces es incultura nuestra o mia,no me gusta hacer juicios sin conocimeintos por ello os pido por favor educacion para mi.o donde me puedo diriguir.creo que no hay nada peor que las verdades amedias o la libre imaginacion.gracias.Salamas